Alejémoslos.

Bien, simplemente me quedé tan... ansiosa de un beso al final de la obra que... juro que esperaba un beso al final. No pasó, para mi total disgusto. Pero me conformo con palabras y miradas intercambiadas.


-No, no. Estabas diciendo que yo soy muy...

-Oh, cierto, tú eres muy buena. Gentil. ¿Cómo puedes amar a un perdedor durmiente como yo? –Dijo, y yo pongo una mano en el antebrazo de Walter, o mejor dicho Vega, mirándola.

-Tú no eres un perdedor durmiente. Tú eres un astronauta.

-Te amo.

-Te amo también.

Y tras eso, jalo a mi 'esposo Walter' para darle un abrazo. La gente comienza a aplaudir, como señal que les gustó la obra. Hacemos una reverencia, agradeciéndoles. Entonces los veo, entre el público.

-¡Son ellos! ¡Son ellos! Medio grito, aferrándome al antebrazo de Vega. Ella se voltea para ver de quién hablo– ¿Qué es lo que hacemos? –Pregunto desesperada por una respuesta.

-Correr. Corre Nancy.

-¡Sí Walter!

La tomo de la mano y la arrastro lejos de ahí, huyendo de aquellos dos chicos que parecían obsesionados con nosotras dos. Ugh. ¿Cómo es que no comprenden que queremos absolutamente nada con ellos?

-¿Los perdimos? –Pregunta Vega una vez paro de correr, ambas jadeantes ante la carrera que nos dimos con tal de evitar a esos dos.

-Espero que sí –Digo con la respiración agitada, mirado por sobre mi hombro con mis cejas levemente fruncidas.

-¡Ohhh! –Oh maldita sea. ¿Por qué son tan ruidosos con sus 'OHHH' 'WHOOO' y otras?

-¡Sigue corriendo Nancy! –Me dice Tori, apretando mi mano como señal de que comiense a correr. ¿Tori? Quise decir Vega.

-Sí –Asiento para comenzar a correr junto a Vega para buscar un lugar para escondernos– ¡El... armario del conserje... Walter! –Sugiero cuando damos una vuelta, casi resvalando.

-¿Estamos a salvo? –Pregunto en un susurro, no queriendo ser descubierta por las personas al otro lado de la puerta.

-Por ahora sí –Me dice Vega, apretando nuevamente mi mano señalando su alivio.

-Maldita sea, que esos dos no paran –Digo irritada ante la insistencia de aquellos dos idiotas.

Seriamente. Nos negamos rotundamente a cualquier cosa que nos ofrecían, les ignoramos, yo, por mí lado, golpeé a uno. ¡Les cantamos una canción sobre como NO queríamos nada con ellos! Y aún así, ninguno de los dos logra captar que Vega y yo no estamos interesadas en ellos. Una, son unos perdedores. Dos, son unos inmaduros. Tres, son irritantes, inclusive más que Vega, lo admito. Cuatro, no tienen ninguna experiencia de cómo lidiar con chicas como Vega y yo. Simplemente, no tienen oportunidad alguna con Vega, muchísimo menos conmigo. Ah, pero aún así insisten los tontos con esperanzas, o más bien, aún tienen por seguro que lograran salir con nosotras. ¿Pues adiven qué? Cero probabilidades de que salga con ellos. Consideraría primero salir con Robbie que con alguno de ellos. Por lo menos, Robbie se callaría cuando se lo ordenara. No, ese par de tontos sólo hacen un comentario sobre mi rudeza, irritándome más.

-Ya, sálgamos. Creo que ya se habrán ido –Comenta Vega después de unos minutos, pegando su oreja a la puerta para sersiorarse de que no haya ya nadie afuera.

Asiento silenciosamente, a sabiendas de que Vega no puede verme en la oscuridad que el cuarto de conseje tiene en estos momentos. Abre la puerta lentamente y asoma un poco su cabeza, para checar que sus sospechas de que ya no hay nadie sean ciertas. Me dirije una breve mirada que me indica ya podemos salir. Ignoro el hecho de que aún estamos con las manos entrelazadas, pues estoy más concentrada en el hecho de que, sí esos dos locos vuelven a apareser, no dudaré en darme a la huida y arrastrar a 'Walter' junto conmigo. Para nuestro total alivio no hay nadie en los pasillos, y una débil y tenúe luz ilumina el pasillo.

Respiro profundamente una vez afuera, por fin permitiéndome un respiro de toda esa locura. Nuevamente, Tori aprieta mi mano, esta vez con más fuerza, lo que me obliga a mirarla molesta ante ésta acción. Sigo con mi mirada para ver a qué está mirando. No, no es a qué, sino a quienes.

-¡WHOOOOAA! –Hundo mi cabeza en el antrebrazo de Tori. Por favor no. ¡Pero por qué! No he hecho nada malo últimamente... creo.

-¿Walter? –Pregunto separándome de ella y acortando la distancia entre ambas, casi restregando mi cuerpo contra el suyo.

-¿Sí?

-¿Crees que podamos correr? –Pregunto esperanzada de que la respuesta sea 'Sí'.

-No... ya es muy tarde –No. No, no, no, ¡no! Esto es... una pesadilla. Ya sé como se habría de sentir, o se ha de sentir Beck con tantas chicas estúpidas siguiéndole en TODO momento.

-¡Miren a quien tenemos aquí!

-Mátame Tori –Digo con mi respiración agitada, mis uñas clavándose en su antebrazo ante el horror de tener a esos dos idiotas caminando hacia nosotras. No quiero ya saber más de estos lunáticos. ¡AGH! ¡Ahí siguen los 'Tori's! Quizás sea por el cambio de mi personalidad sobre el personaje.

-No. Sí te mato no sufrirás lo que yo. Eso no es justo –Contesta en un susurro, poniendo su mano sobre la mía, no sé si para calmarme o para indicarme que dejara de enterrar mis uñas en ella.

-¡Nuestras chicas dejaron a todos taan emocionados! -¡Whoa! Alto ahí. ¿Nuestras chichas?

-¡Hey! –Grité, no pensaba soportar que me reclamasen como si fuera un objeto. Ni siquiera Beck tenía del todo un derecho de hacerlo.

-Jade, cálmate –Me dice Tori tomándome por el brazo y girándome para encararme, su mano aún sosteniendo la mía.

-¡Cálmate tú Vega!

-Así que... ¿Les gustaría ir a una cita con nosotros? ¿Ahorita? –Entrecierro mis ojos. NO. NO me gustaría siquiera estar cercas de esos dos.

-¡Sí! ¡Como una cita doble! –Dice Chad, juntando sus manos y produciendo un irritante sonido de éstas.

Sonrio de medio lado. Oh, por supuesto que sí, una cita doble. Veo como Vega me dice que no haga lo que sea que tenga en mente, pero no puedo evitarlo, simplemente... tengo que.

-Saben –Comienzo, mi voz recobrando aquel dulce tono que usé en la obra–. Walter y yo adoraríamos ir con ustedes en una doble cita –Digo, acomodándome al lado de Vega, abrazando su brazo mientras apoyo mi cabeza en su hombro, sonriendo con dulzura.

-Jad—Nancy, no creo que sea una buena idea ir con estos dos jóvenes –Dice modificando su voz de manera que suena un poco más masculina a la vez que señala a los dos chicos delante nuestro con su mano.

-Vamos Walter –Digo en tono de suplica, haciendo mi mejor cara para causar ternura.

-Umm... bien. Chicos, Nancy y yo decídimos ir a su cita doble –Los chicos hacen nuevamente ese saludo estúpido y chocan manos.

-¿Y a dónde íremos? –Pregunto, parpadeando más de lo que debería a propósito.

-¡Oh! –Exclama Chad emocionado, sonriendo tontamente ante mis actos–. Hay cercas un restaurante muy propio para chicas como ustedes –Oh, pero aquí Walter no es una chica, es un hombre. Mi esposo. Un astronauta.

-Ustedes guien el camino, yo íre con Nancy en su auto –Dice, dirigiéndome una sonrisa cariñosa, la cual yo devuelvo.

Y sin esperar más los cuatro subimos a nuestros respectivos autos.

-Que quede claro Vega, esto es sólo para quitarme a esos tipos de encima –Digo una vez cierro la puerta del auto y me abrocho el cinturón.

-Ja. No pienses diferente de mí, esos dos son un dolor en el tracero –La miro por unos momentos, una ligera sonrisa en mis labios–. ¿Qué? Admítelo, lo son. Ahora, conduce. E intentemos acabar con esto en cuanto antes –Me dice pasando una mano por su cabello, para después acariciar su bigote falso, a lo que yo agito levemente mi cabeza, pero me concentro para no perder de vista a los dos tontos.

-Cuanto antes mejor. No creo que soporte mucho siendo la dulce esposa Nancy. Suficiente tuve ya con la obra, no necesito más contacto contigo, necesito darme un aargo descanso de ti –Aclaro, girando a la derecha cuando los tontos hací hicieron.

-Y yo de ti.

Tras eso no volvimos a cruzar palabras. Realmente no quería pasar más tiempo siendo Nancy, la dulce, cariñosa, tierna y cuidadosa esposa de Walter, no. Quería ser Jade West, no la estúpida esposa de Walter. Al igual que prefiero a Vega siento... Vega. Así puedo molestarla más libremente.

Recordé aquel incómodo momento que tuve con Vega en Nozu... nuevamente

Vega sorbió nuevamente de su plato, a lo que yo paré de hacer lo que hacía ante tal irritante sonido; le dirijí una mirada. Volvió a sorber y giré mi cabeza, irritada ante el sonido que producía. Se me estaba acabando la paciencia.

-¡NO! –Grité cuando volvió a sorber, lo cual volvió a hacer por última vez– La peor noche de todas –Declaro.

-Oh, ¿tú crees que estoy teniendo diversión en esta 'cita'? ¡Porque no lo estoy!

-¡Entonces no hay que hablar!

¡Bien! –Aceptó, lo cual agradecí internamente– ¡Sabes!

-¡UH-HU! –Dejé un grito de frustración sofocado escaparme. Ella realmente no calla su boca, es muy molesto.

-No hay razón por la que tú y yo no seamos capaces de sentarnos juntas y tener una conversación.

-Yo tengo una razón –Le dije, irritada por su blah, blah.

-¿La cuál es...? –Pregunta curiosa.

-¡Que no me agradas! -¿Qué otra razón sería si no, Vega? Seriamente, esa chica necesita pensar.

-Enserio. ¿No puedes pensar sobre una cosa que te gusta de mí?

Me tomo mi tiempo para pensar en un respuesta–Me gusta cuando estás triste –Contesto en un tono más calmado y desinteresado. Esa es la única cosa que se me ocrurrió.

-De acuerdo, inténtalo de nuevo. Busca dentro de tu retorcida, amarga alma y ve si puedes encontrar algo lindo sobre mí –Demonios, ella REALMENTE estaba intentando tener una buena cita conmigo.

-Uhh... bien –Pienso sobre eso. ¿Qué más me gusta de ella?– Tu canto no es... ¿horroroso? –Asiente su cabeza.

-Muchas gracias.

-Ahora tú puedes decir algo sobre mí –Le digo, queriendo escuchar lo que sea que tenga que decirme. Todo con tal de perder tiempo.

-Seguro. Um… -Dejó su vaso de té verde sobre el mostrador– Yo admiro como nunca temes decir lo que piensas.

-¡Eso es estúpido!

-¡Ves! –Ugh, ella acaba de decir eso en aquel irritante agudo tono de 'te lo dije'. Suspiro– Ahora tu turno nuevamente.

-Ah... –Oh, ahí hay una razón– Yo creo que algunas personas... pueden decir que... desde ciertos ángulos... tú eres linda –Ella cayó en silencio, lo que me puso nerviosa–. Tú puedes decir que yo soy linda.

-Tú eres linda –Me giro para mirarla, y ella me da una sonrisa y una mirada que me ponen incómoda.

-No está tan mal el lugar –Miro confundida a Vega y luego volteo frente mío. Oh, se refiere al restaurante.

Tengo que dejar divagar hacia esos recuerdos, son molestos. Y no puedo olvidar la incómodidad del momento, fue simplemente irritante.

-Nah... he visto mejores –Digo, estacionando el auto al lado del de los dos tontos. Vega alzó los hombros y se apresuró a bajar. Vaya, ¿acaso estaba emocionada por aquella cita doble o como se le llame a esa mierda?

-Querida –Mi ahora esposo Walter me abrió la puerta, su mano extendida a manera de que yo pudiera tomarla para poder bajarme mejor.

-Oh, vaya. Gracias querido –Digo, observando la sonrisa que 'Walter' tenía en los labios. Cierro la puerta de mi auto y pongo seguro al mismo, para comenzar a caminar con los brazos entrelazados junto con 'Walter' hasta donde los otros dos nos esperaban.

-Señoritas –Me forcé a no reír ante los pésimos modales. Vega les ganaba en una reverencia, eso estaba. No había visto una tan... graciosa y pátetica.

-Ah, ah –Vega aparta de un manotazo la mano que aquel chico había extendido para tomar la mía–. Ella es mía. Mi esposa, ¿recuerdan? –Intercambiamos miradas, yo agradeciendo aquel gesto y ella diciéndome que no había por qué.

Claramente, ambas NO queríamos nada con ellos, si estamos tan decididas como para seguir en nuestro papel de esposo y esposa. Y creo que con el hecho de que yo acepte a eso ya es mucho decir. Y si aquello les molestó no lo mostraron, sólo se sonrieron entre sí y abrieron las puertas del restaurante para nosotras. Vega les agradeció asintiendo levemente la cabeza. Nos sentamos en una mesa del fondo, Vega y yo de un lado y los chicos del lado opuesto.

-¿Tal vez la próxima vez podamos salir normales?

-¿Normales? No comprendo eso –Comento, tanto por el hecho de seguir en mi papel como por el hecho de que para mí, esto ya es MUY normal.

-Ya saben –Comenzó Chad, dirigiéndome una mirada y luego mirando fijamente a Vega, quien le ignoró. Ja, así se hace–. Ustedes dos como chicas, con ropas normales.

-Discúlpame joven, pero yo así suelo vestir –Digo en mi defenza y Walter al lado mío me da un suave rodillazo, indicándome que he hecho bien.

-Y yo, joven... soy un hombre. No puedo ser chica. Además, nunca saldría con alguien como ustedes dos... ya saben, tengo esposa, dos hijos –Y no olvides tu narcolepsia querido.

-Oh, ya veo –Dice el que le solté un codazo en el pecho. No recuerdo su nombre, pero igual, no quiero saberlo. Él y su amigo hacen aquel molesto sonido junto con su saludo. ¿Para qué demonios hacen eso? ¿No basta chocar manos o nudillos?

-Jóvenes... –Dice el camarero, deteniéndose un momento al mirarme a mi y a Walter– Señores. Aquí tienen la carta, en unos minutos volveré para tomar su orden.

Abrí la carta, sólo para que la cerraran bruscamente. Levanté mi vista, mi mirada dura fija en aquel idiota. ¡Disculpa, pero no tienes derechos de hacer eso!

-Yo pago por ti –Le sonrio suavemente, forzándome a mantener mi puño debajo de mi mesa y no en su cara.

-Oh, no. Yo soy el esposo de Nancy, yo debería de pagar la comida de mi esposa –Bah, con tal de que alguien me pague la comida, no veo por qué quejarme.

Después de todo soy la esposa, ¿no? Er... no sonó de lo más lindo. Y sonó más egoísta de lo que pensé haría.


Espero y ya no tengamos que lidear con esos tontos. SON. UNOS. INMADUROS. ¡No tienen pudor! Cuando comenzamos a decirles que de verdad no queríamos nada con ellos, absolutamente NADA, ellos rieron y dijeron que todas las chicas caían redondo por ellos. Pues a saber qué tipo de chicas son los que se enamoran de esos perdedores. Después yo pregunté que si no captaron lo que quisimos decirles con la canción y ¿qué contestaron? Que nunca nadie les había dedicado una canción. ¡Cuando nada tenía que ver la canción! ¡LA LETRA POR EL AMOR DE DIOS! La letra decía todo, que queríamos NADA con ellos. No, los tontos tomaron la canción como si fuera alguna declaración retorcida de nuestro inexistente amor por ellos. ¡UGH! Simplemente no andaba nada bien algún mecánismo en sus cabezas. Si esque había uno claro.

Y después, los tontos, queriéndonos regresar el favor interrumpieron la tranquilizadora música de fondo para ponerse a cantar MUY desafinadamente una canción, no tanto como la hermana de Vega, pero muy cercas a ese tipo de desafinación. Nunca antes sentí tanta vergüenza. Pero igual, el hecho de que en esos momentos no era yo, sino Nancy, me reconfortó, si algún día volvía a ir a ese lugar, nadie me reconocería, porque iría como Jade. Lo peor esque la gente comenzó a ver raro a 'Walter' cuando Chad anunció por microfono que "Amaba con total locura al hombre allá en la esquina, aquel con bigote y hermosa figura." Seriamente, ¿quién anuncia algo así en público? Y fue ahí donde interferí yo aclarando que Walter y yo, Nancy, eramos casados, que aquellos dos sólo eran unos jóvenes que quisieron hablar con nosotros. Y que, sólo por que teníamos hambre decidimos acompañarlos, pero que no les conocíamos.

En fin, retracto lo dicho la noche con mi 'cita' con Vega, esta es la peor noche de todas. DE TODAS. Nunca creí que alguien se pudiese avergonzar tan públicamente sin temor o nervios. Eso respondió mi pregunta de si tenían o no un poco de sentido común. Y NO, nada de ello.

-Has estado muy callada.

-Vega, acabo de tener la PEOR noche de toda mi vida, no quiero hablar de nada. Quiero ahorcar a eso hijos de su gran... ¡Ah! –Suelto un golpe al volante, frenando justo a tiempo en un alto.

-Entonces habrá que planear algo para que les quede más en claro que NO queremos algo con ellos –Lo que sea con tal de alejarlos.

-Y pronto.

-Muy, muy... pronto.


No pude evitar esto... simplemente tengo la urgencia de escribir algo ante cada situación que me da ideas y un punto de partida x3.