Un príncipe escarlata

"Toda mujer sueña con un príncipe azul, con ese hombre que va al rescate de la damisela en peligro, pero el tuyo no era así, era el peligro en sí mismo, era un príncipe escarlata."


I'm back! Después de muchos meses tratando de completar xD esta historia por fin lo he logrado, se lo dedico a Angella, a WolfMist y a… todas las niñas que querían el fic de Bel, aki lo tienen

Eso si les advierto que es algo amm diferente a lo que he escrito, no le quita lo cursi o random que luego se m ocurre…

Amm también podemos decir que estoy algo enojada porque hay una historilla por ahí que bueno… *su rostro lleno de cicatrices con pose de Xanxus* amm bueno me reservaré el comentario…

Advertencia: XD empezamos fuerte porque Bel es… un psicótico… personas impresionables o sensibles absténgase de leer


Usted se me llevó la vida…

I

Te estacionas cerca de uno de los pasillos, respiras profundo antes de descender de tu auto y caminar directamente hacia ese lugar.

-Ha pasado tiempo mi lord –dices observando con detenimiento el sepulcro frente a ti

Te quedas en silencio unos momentos, no sabes por dónde empezar pero una vocecilla interrumpe tus pensamientos.

-¿mitéra? –te llama ligeramente adormilado dando un par de pasos hacia ti –¿dónde estamos? Y ¿qué hacemos aquí? –te interroga ese pequeño niño de mechones rebeldes que oculta sus orbes cristalinos debajo de ellos

-quédate en el auto, no tardaré mucho –le dices con una voz seria

-A una divinità no le gusta esperar demasiado –te responde fingiendo indiferencia y vuelve al vehículo

-Y han pasado tantas cosas mi señor –Muerdes tus labios mientras unas tibias lágrimas corren por tus mejillas, miras hacia el cielo, el viento acaricia tu rostro –tantas cosas -

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Respiras pesadamente, esa sensación con el dolor desvaneciéndose de tu cuerpo, ¿esto es morir? Te preguntas mientras quieres observar un poco sin embargo tu lado derecho se tiñe con la sangre y solo el izquierdo divisa la figura de tu agresor.

-¡ves lo que provocas maldita perra! –te grita al tiempo que te da una patada nuevamente

-El único perro aquí eres tú –le respondes en tu mente pues la sangre que escapa de tu boca no te permite balbucear frase alguna

De repente una explosión hace que todos tus alrededores se estremezcan

-ushishishi –una risa resuena en el lugar

No puedes ver nada, pero puedes escuchar un par de voces desconocidas

-Bel-sempai… –dice alguien con voz impasible

-Ushishishi cállate rana estúpida –le responden

-Bel-san, Fran-san creo que los hemos perdido –susurra una voz suavecilla

El humo se disipa un poco y tu nublada vista distingue tres figuras, la poca luz resalta un objeto brillante sobre la cabeza de esos invitados inesperados, otra figura con un gorro en forma de lo que parece una rana y finalmente una silueta más pequeña y delicada.

-¡Por todos los cielos! –dice una voz femenina y sientes como te levantan con delicadeza del suelo

-¿Quiénes son ustedes malditos bastardos? Y ¿qué es lo que hacen? –No distingues las palabras que les dice el perro, pero sabes que con el gran hocico que tiene es solo cuestión de tiempo para que les haga enojar.

-¡kaching! Nadie insulta al príncipe –

-¿sucede algo malo I-pin-san? –susurran a tu lado

-Rápido tenemos que llevarla con Luss o con Ryohei-nii, son heridas profundas y graves no sé si se hayan dañado sus órganos, por eso tenemos que llevarla, mis llamas no son tan poderosas solo evitaran que se desgaste más -

-¿Llamas? ¿De qué estaban hablando? –te preguntas –ya sé deben de ser los demonios que vienen por mí –sonríes

Pronto todo desaparece a tus alrededores…

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Despiertas completamente desorientada, te sientas con un poco de trabajo, observas a tu alrededor estás en una pulcra habitación de hospital, miras tu cuerpo tratando de buscar alguna herida, pero descubres que no tienes ni un rasguño, solo no puedes ver con tu ojo derecho, te alarmas ¿acaso lo perdiste?

-Al extremo que tu ojo estará bien, el parche solo es preventivo –te informa un hombre de cabello blanco entrando a la habitación

-¿dónde estoy? –

-una clínica privada, al extremo que pronto vendrán a hablar contigo –te sonríe antes de salir

Observas las luces por un tiempo indefinido y recuerdas como en el último par de años tu vida se había vuelto un infierno, desde que él se había marchado, después de eso el maldito "perro" se la vivía humillándote y tratando de sacarte dinero para poder recuperar su estúpida e insulsa vida de lujos, mientras la "desgraciada" se dedicaba a recordarte cuán patética y miserable era tu existencia, pero hacía un par de meses que la crisis los había puesto más impertinentes que de costumbre, no eras una hija ejemplar, pero no era justificación para querer matarte a golpes, no, de donde tú venías era una razón válida y moralmente aceptada.

A la habitación llega un muchacho de buena estatura de cabellera rubia y ojos azules, te dedica una sonrisa amable antes de sentarse a tu lado.

-¿cómo se siente señorita Carmen? –te interroga con una visible preocupación

-Adolorida y desorientada –respondes con indiferencia esperas que no venga a cobrarte por esos imbéciles

-debe estarse preguntando qué fue lo que sucedió hace un par de días –

-¿un par de días? –interrogas

-Señorita Carmen, usted ha estado durmiendo durante una semana entera –te informa –mi nombre es Basil y actualmente soy el jefe del CEDEF para la famiglia Vongola, lo que sucedió hace unos días fue que usted y sus acompañantes terminaron en el fuego cruzado de una misión de la mafia –te explica

Parpadeas un par de veces, Vongola, ese nombre era italiano y claro que lo conocías, una famiglia muy poderosa, si no mal recordabas ellos habían tratado de protegerlo…

-¿Qué sucedió con ellos? –balbuceas

-¿se refiere a sus padres? –

-esas palabras sobran –le dices irritada

Basil da un suspiro y luego continúa

-la mujer está en el manicomio, ella presenció toda la situación pero digamos que logramos ocultar la evidencia de nuestra intromisión, por lo cual el caso solo fue de violencia doméstica –te explica

-¿no murieron? –interrogas visiblemente enojada

-Vongola no asesina civiles –te explica con una mirada seria

-¿y él? –

-cadena perpetua por asesinato con excesiva violencia –declara

Guardas silencio unos instantes algo arde en tu interior, sed de venganza, quieres por todos los medios hacerles pagar y aunque de cierta forma te alivia saber que están encerrados y que no hay forma en que salgan, quieres verlos sufrir y rogar por sus patéticas vidas.

-Le estoy revelando toda esta información porque la consideramos una mujer con un futuro brillante, hemos estudiado su expediente, es una excelente diplomática con un poco de entrenamiento en nuestro mundo y será una excelente agente –agrega

-¿agente de que tipo? ¿La mafia necesita negociadores? –formulas con ironía

-La mafia no es solo violencia, a veces se necesita un poco de diplomacia y negociación para evitar muertes innecesarias –explica con seriedad

El silencio reina por unos instantes, no eras del todo pura en el sentido de lo moral, tú también tenías tu forma retorcida de ver el mundo y querías saber lo que había sucedido en realidad en aquella ocasión.

-solo tengo una condición… -dices con seriedad observando a tu interlocutor

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Lees la misión, un reconocimiento con una familia, participarán un negociante, es decir tú, un ilusionista y un asesino de elemento tormenta, éstos últimos provendrían del escuadrón Varia. Tsunayoshi si que tenía un gusto extraño, mandarte a ti una diplomática, a un ilusionista y a un asesino, pero qué más daba. No te quejarías en la primera misión que desempeñarías.

Caminas por las calles aledañas donde se llevará a cabo la misión, compras un café para mitigar el frío de la nieve que cae, de repente en el cruce de la calle te encuentras con una mujer y su hijo, ves como la fémina no le da importancia al chiquillo que lleva consigo sin embargo cuando tropiezas accidentalmente con ella comienza a gritarte una serie de estupideces y a impedirte el paso, sin embargo haces uso de tu ligera estatura mayor y con un par de pasos la apartas de tu camino. Escuchas su voz a tus espaldas gritarte y chasqueas tu lengua, eso no se quedará así, ese comportamiento suyo te molesta de sobremanera, una vez que estás en la mafia puedes permitirte ciertos "lujos" piensas tronando los dedos y le lanzas un par de tus agujas. Llegas del otro lado de la calle y volteas la mirada solo para observar como cae al suelo liquidada, de inmediato un grupo de personas se acerca a ella y el infante que la acompaña se queda boquiabierto.

-Las muertes están prohibidas a menos de que sean producto de una orden directa del Décimo al escuadrón Varia -te dice un chico peliverde con un gorro de rana

Mientras cierto rubio con una tiara en la cabeza sencillamente ríe.

-tienes razón –aceptas –sin embargo, ¿quién dijo que estaba muerta? –en tus labios se dibuja una sonrisa sádica y le das un sorbo extra a tu café

A tus espaldas se escuchan los quejidos de dolor de la idiota que se atrevió a hacerte enojar unos minutos antes

-Ushishishi ¿qué fue lo que le diste? –te interroga el chico de la tiara

-mi fórmula más nueva, tan nueva que no tiene un antídoto –confiesas mientras observas como se revuelca en el suelo

-¿ah? –interroga con interés

-en teoría desde ahora hasta el final de sus días tendrá ataques epilépticos, su cuerpo quedará por episodios en un momentáneo estado cuadripléjico, debilidad visual y falta del 90% del oído, el aparato digestivo quedará inutilizable, creo que básicamente es algo así –confiesas mirando tu obra

-ushishishi –ríe con sadismo el rubio

Personalmente querías probar esa preciosura con un par de especímenes más, pero después de ver cuán miserable eran en estos momentos los dejaste sin ello.

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En cuanto llegas a la suite te quitas las zapatillas de tacón de una patada y ves como terminan cerca de un sillón. Estás muerta, tienes ganas de beber un poco de Brandy, comer un buen corte de carne y largarte a dormir, la sesión no había sido difícil, nada que con un par de palabras y acciones no pudieras solucionar, sin embargo el dúo dinámico como los habías bautizado a Bel y Fran, te habían complicado la negociación, más Bel que Fran, porque el peliverde era casi inexpresivo y silencioso. Pero ese rubio con coronita… si decía algo más lo estrangularías.

Levantas la bocina del teléfono y ordenas

-Aló, sí quiero que me traigan un bife y una botella de brandy –le pides a tu interlocutor –¿desean algo? -Interrogas a tus compañeros más como cortesía que por otra cosa

-Ushishishi el príncipe quiere sushi y agua mineral –te dice el rubio sentándose en uno de los sofás

-Un sándwich y jugo de naranja estará bien –dice con su voz monótona el ilusionista

-Sushi y ah un sándwich, también jugo de naranja y agua mineral –pides –

Observas de reojo al rubio tirada en uno de los sofás, te sueltas el cabello y te deshaces de todos tus accesorios, lo que más detestas de él es su atractivo, es un hombre de buena estatura, complexión delgada, ese corte en capas le sienta a la perfección y aún con la estúpida tiara en su cabellera rubia emana sex appeal, pero ese maldito ego de clamarse príncipe lo arruina todo, porque sabes que no todos los hombres de la realeza son así…

-deja de lado esa expresión de tristeza prinkípissa, el único accesorio que debe de llevar tu rostro es una sonrisa, nunca lágrimas -

El tock tock de la puerta te regresa a la realidad y te levantas el servicio a la habitación ha llegado.

-Gracias –sonríes mirando ese suculento corte de carne

-lamento informarle que no tenemos sushi –te comunica el mesero antes de irse

-ya escuchaste Bel, no hay sushi –le dices dando un sorbo a tu brandy

-¿ah? –interroga el rubio -Ranita estúpida, tráeme sushi, no me importa cómo lo tengas que conseguir –le ordena lanzándole un par de cuchillos a su curioso gorro de rana

-¡Hai! Sempai –se escapa el ilusionista llevándose su sándwich

-¿podrías callarte Belphegor? –le espetas al rubio -¿y por qué no vas a buscar tu propia cena y nos haces el honor de no escuchar tu molesta voz? –te quejas

-ushishishi Ancella un príncipe no tiene por qué moverse, para eso están los plebeyos, para cumplirle todos sus deseos –responde el rubio

-¿ancella? Sirva tuya, en tus sueños idiota –contestas molesta dándole otro mordisco a tu bife

-yo soy un príncipe –te responde el rubio robándote un pedazo de tu comida y arrebatándote la botella de brandy –tengo derecho a hacer lo que quiera –le da un sorbo al envase

-¿príncipe? Yo he conocido verdaderos príncipes y no se comportan como una niña mimada –le sueltas a tu mente viene el rostro sonriente de lord Ádis –tú actúas como un schavio, un ser inferior con complejo de superioridad –sonríes venenosa quitándole la botella

-ushishishi ¿schiavo? La ancella no conoce su lugar –sonríe poniéndose de pie

-lo que digas schiavo –le das la espalda llevándote la botella y vas a sentarte nuevamente

Sin embargo el maldito príncipe te hala por los hombros y te estrella contra una de las paredes

-¡Ah! El príncipe se encargará de demostrarte cual es tú lugar sierva –te susurra acorralándote contra la pared

Tu corazón se acelera a causa de la cercanía, el maldito alcohol en tu sangre te causa estragos, ese aroma y calidez que emanan del cuerpo del rubio te hace perder la cordura.

-schavio ¿qué crees que intentas? -le reclamas tratando de calmarte

-ushishishi –ríe Bel atrapando tu rostro y te besa invasivamente

Te deja sin aliento y tus piernas tiemblan, salvo tu adorado Ádis nadie más te había besado y mucho menos de esa forma

-¡imbécil!, ¿Qué haces?- reclamas empujándolo y llevas tu mano a tus labios

-la ancella debería de sentirse honrada de que un príncipe le dé su primer beso –presume el rubio lamiendo la comisura de su boca

-¿príncipe? ¡ja!, tú solo eres una princesita con esa estúpida tiara en la cabeza –arremetes -¡y para tu información mi primer beso se lo llevó un verdadero príncipe! -gritas enfadada das un par de pasos para alejarte porque sabes que si Bel te besa nuevamente no podrás resistirse a su encanto nato

No te das cuenta pero tus palabras han lastimado de sobremanera a Bel, cómo era que te atrevías a decirle que era inferior. Te demostraría que estabas equivocada, él era mejor que cualquiera, Bel te demostraría el poder que poseía un príncipe sobre una sierva como tú.

-¡Kaching! –susurra Bel con un tono venenoso y te acorrala nuevamente contra la pared -un príncipe como yo tiene derecho a una noche de pernada –murmura mientras sus manos recorren tus muslos y mordisquea el lóbulo de tu oreja

Tus rodillas tiemblan ante sus actos, ¿derecho de pernada? El derecho de un noble a tener la primera noche de cualquiera de las mujeres que le servía, te aterra de sobremanera, no puedes permitirlo

-¡déjame! –gritas y le estrellas la botella de brandy en la cabeza a Bel pero solo logras que de un par de pasos atrás

-ushishishi, ¡mi regia sangre! -balbucea extasiado

Abres tus ojos desmesuradamente, no podía ser que Bel se excitara con su sangre ¿o sí? la sola posibilidad te horroriza. Como puedes corres por el pasillo pero sientes unos ligeros cortes en tu cuerpo, los cuchillos pasan a tu lado pero ninguno te toca realmente.

-¿Qué carajos sucede? –murmuras nerviosa

Corres por el pasillo hasta la habitación, Bel te sigue de cerca y ríe maniáticamente, una vez más un cuchillo pasa cerca de tu pierna y otro rasguño aparece por arte de magia.

-¡adoro jugar a las escondidas! –exclama extasiado

Te internas en una de las habitaciones y es cuando un grupo de cuchillos te rodea

-¡por todos los cielos! –gritas mientras tratando de buscar una ruta de escape

-¡te encontré! –anuncia Bel

Te dejas caer de espaldas a la cama al ver como los cuchillos te van a atravesar

-eres un hijo de… -no puedes terminar tu frase cuando Bel se coloca sobre de ti

Tratas de levantarte, pero el peso de Bel no te lo permite además del nerviosismo que sientes al tenerlo tan cerca, de repente escuchas un click sobre tu cabeza, tratas de mover tus manos solo para descubrir que te ha esposado a la cabecera…

-ushishishi, itadaki –Susurra y sus manos recorren tu cuerpo, sientes escalofríos por su toque -el príncipe va a disfrutar de su derecho –anuncia con uno de sus cuchillos en mano

-¡Detente! –le gritas mientras forcejeas

-no, el príncipe no se va a detener para reclamar lo que es suyo –sonríe de una forma tan sexy, tu inconsciente te traiciona porque una vez más te besa y tú le correspondes sin más

Cuando se separan, lo ves empuñar su arma y en un par de segundos tu ropa se convierte en retazos.

-ushishishi –ríe mientras mordisquea tu cuello y sus manos recorren tus senos

-¡Ah! –gimes

El rubio no pierde el tiempo, te recorre por completo hasta llegar a tu vientre, separa tus piernas y con la punta del cuchillo traza unas delgadas líneas en la parte interna de tus muslos mientras te retuerces por el dolor

-esto le pertenece al príncipe -reclama saboreándote

Ahogas un gemido de placer, esa sensación es demasiado para ti, arqueas tu espalda involuntariamente, la culpa te invade porque deseas a ese maldito príncipe que te tortura de una forma placentera, lo ves quitarse el uniforme y por todos los cielos que tiene una figura atractiva, su delgado abdomen está sensualmente cincelado, justo del lado derecho de su ombligo tiene una marca en forma de luna menguante, muerdes tus labios por la expectativa, entonces ves como empuña uno de sus cuchillos y sientes como separa tus labios

-Bel, detente –una ola de pánico te recorre, no hay forma de que él te hiciera eso ¿verdad? Bel no podía ser tan sádico

Gritas de una forma desgarradora, arqueas la espalda y tratas de alejarte del rubio, sin embargo las esposas no te permiten moverte ni un centímetro

-ushishi ancella no deberías moverte solo lograrás lastimarte -te susurra y observas la punta de esa arma punzo-cortante ensangrentada

Una vez más lo sientes y gritas con todas tus fuerzas, las lágrimas inundan tus ojos y la imagen borrosa de sus orbes zafiro es lo único que puedes ver. Bel atrapa tus labios y te besa con una suavidad que te sorprende, luego sientes uno de sus dedos en ti y gimes en su boca mientras el ríe socarronamente. Sus dedos te lastiman pero al mismo tiempo te complacen de una manera insospechada

-ushishishi mi ancella lo estás disfrutando ¿cierto? –te susurra al oído

No respondes porque sientes un espasmo en tu vientre que te deja sin aliento

-La ancella ya ha disfrutado lo suficiente, es hora de que el príncipe se divierta –anuncia

Le observas con los ojos entreabiertos y desvías tu mirada al ver su hombría, aún conservas una pizca de pudor en tu ser. Percibes su calidez, juguetea un poco y luego alza tus caderas.

-mmm –murmura –mía –declara al tiempo que te invade por completo

-¡Bel! –exclamas casi sin aliento pero por alguna extraña razón su invasión no te lastima demasiado

-ushishishi –ríe con cierto embeleso y para tu sorpresa su ritmo es suave

Miras fijamente sus ojos, aún esos fríos orbes zafiro llevan una chispa de calidez, lo puedes percibir por la forma en que te contemplan, sus manos no se apartan de tus caderas, su rítmico golpeteo te deja sin aliento, de repente te arqueas involuntariamente y ahogas un gemido, no sabes qué te ha hecho Bel, pero tu cuerpo tiembla por completo, lo que hace que el rubio casi pierda el equilibrio y su rostro quede frente a ti. Observas su blanquecino rostro cubierto de un sonrojo, no puede evitar sentirte orgullosa de hacer que ese príncipe esté excitado por tu causa, ves sus labios entreabiertos y te apresuras a besarlos, Bel te corresponde sin pensar, mientras adquiere un compás acelerado en sus embestidas que hace que ambos estén casi en su punto.

-Bel –susurras en sus labios

-Carmen –balbucea distraído antes de besarte nuevamente

Te da una última arremetida y sientes una calidez irrumpir en tu vientre, una sensación que los deja a ambos completamente relajados. Respiras pesadamente tu cuerpo está demasiado aturdido, pero al mismo tiempo tan relajado, por primera vez te sientes completamente plena, Bel suelta tus manos, hace que quedes recostada bocabajo y te cubre con su cuerpo.

-¿Bel? –no puedes si quiera reconocer tu voz -¿Qué haces? -

-Ushishishi estamos empezando mi ancella –te susurra de una forma que te hace temblar ante la expectativa mientras las yemas de sus dedos recorren tu espalda

-¿eh? –interrogas débilmente y es cuando lo sientes -¡Ah! –gimes al entender lo que va a hacer

Aprietas la mandíbula porque sabes que Bel va a reclamar cada rincón de tu cuerpo

-¡Bel! –gimes sin aliento

-Ese es mi nombre –susurra en tu oído

La gente me señala, me apuntan con el dedo

el alma entera…


Ammm, la primera escena es en un futuro distante, y sí, así empezó esta relación… xD si es que se le puede decir de alguna manera

Y admítanlo Bel es un masoquista y también un sádico, o al menos es lo que pensé cuando vi la pelea del conflicto del anillo contra Gokudera

Anyway gracias por leer aún tengo pendiente el final de la Galería, y debo un fic x ahí… wuajajajaj… lo que no tengo es tiempo

X cierto solo subiré al día siguiente de que se junten 5 comentarios, porque ya no soy libre ;3;

Nos leemos!