Muy bien amigos, abran paso y déjenme contarles esta historia.

Es una gran historia llena de valentía, misterio, aventura y una pizca de romance.

Esta es la historia de mi muerte…

Pero tranquilos, no hay que poner esas muecas, pues es una historia muy divertida. Realmente les gustara.

Y la verdad, debo decir que ni siquiera es mía. Esta es la historia de una chica llamada Tsuki.

Todo comienza con un templo antiguo, del que muchos se olvidaron. En el, se le rendía tributo al espíritu de la luna.

Una joven y hermosa sacerdotisa se hacía cargo de él, la cual cargaba con el gran peso de ser la última de su estirpe. Kaguya era su nombre y atrajo por muchos años a varios creyentes, debido a su gracia y belleza. Pero los años fueron pasando, en el templo y en ella. Al ver que al irse sus características mas atractivas, se alejaban sus seguidores, el corazón de la mujer se marchito.

Temiendo que el templo finalmente sucumbiera, las diosas de la luna lloraron y dejaron caer lagrimas de luz de sus rostros. Una de ellas se volviò una gota que cayó del cielo y, de ella, una mágica flor plateada creció. Tenía el poder de sanar a los enfermos y de mantener la juventud, permitiendo que la sacerdotisa Kaguya viviera para protegerlo y así el templo no perecería

Las diosas susurraron en el oído de la sacerdotisa el siguiente canto:

"Flor que da fulgor

Con tu brillo fiel

Mueve el tiempo atrás

Volviendo a lo que fue

Quita enfermedad

Y el destino cruel

Trae lo que perdí

Volviendo a lo que fue."

Con la ayuda de este canto, la flor activaba su habilidad, sorprendiendo a la mujer al ver su belleza recuperada. Cuando fue vista por el resto de la población rejuvenecida, el templo fue otra vez visitado por personas, quienes se pasaron la voz sobre este fenómeno.

Sin embargo, la sacerdotisa quien ya se había sentido traicionada por sus iguales, deseo la flor solo para ella. Así, un día desapareció del templo, sin dejar rastro.

El tiempo paso, el nombre de Kaguya fue olvidado, al igual que el templo y aquella flor se convirtió en una leyenda para el pueblo.

El pueblo creció y se volvió un reino abundante en recursos y riquezas. Este era dirigido por la familia Hyuga, quienes por generaciones se hicieron cargo de la realeza.

En esta historia, el trono era encabezado por los monarcas Hiashi y Hiriko. Ella estaba esperando a un heredero, el cual era esperado por todo el reino, pues la pareja no había tenido suerte para concebir. Para la época en que aún faltaba un mes para tener a su bebe, la reina enfermo. Estaba tan grave que ni los doctores podían aliviar sus dolores.

En ese momento el rey Hyuga mando a buscar ayuda, un milagro, que permitiera a la reina no morir con su hijo. Los ciudadanos y soldados asistieron en lo que pudieron, pero no daba resultado.

Entonces, una familia de exploradores, los Inuzuka, quienes estaban buscando refugio en el reino, se adentraron en el bosque. Ellos nunca dejaron de creer en la flor plateada y la rastrearon sin descanso con sus perros de búsqueda.

A pesar que la sacerdotisa era cauta con su escondite en el bosque, una vez que los perros se adentraron, arranco. Desde lo lejos vio aterrorizada como la familia obtenía la planta y se la entregaba a los guardias del reino.

Los doctores de la reina usaron la flor para obtener un destilado que irradiaba luz y se lo dieron para que lo bebiera, sanando sus dolencias y evitando un parto prematuro.

El rey Hyuga recompenso a la familia Inuzuka y los volvió sus aliados de confianza, formando parte de su guardia.

Luego de unas semanas, el heredero nació. Era una niña, con un cabello blanco y brillante, a diferencia de sus padres, quienes lo tenían negro como la noche. Sin embargo era evidente que su sangre era Hyuga, pues sus ojos plateados, característicos de esa familia, la delataban.

Para festejar el nacimiento de la princesa milagrosa, el rey y la reina lanzaron linternas flotantes por el cielo, en una noche de luna llena, agradeciéndole a ella el regalo que creían perdido.

Y por ese precioso instante todo fue perfecto…Luego ese instante termino

Una noche nublada, la sacerdotisa logro escabullirse en el reino. Había escuchado rumores de lo que ocurrió en el reino, principalmente el que describía a la bebe como un milagro de la flor plateada.

Al ingresar al cuarto de la princesa, examino a la bebe, preguntándose como obtener el poder de la flor que aquella criatura le había arrebatado.

Por lo tanto, decidió entonar el antiguo canto que la había mantenido joven por años. A medida que avanzaba la canción, el cabello de la pequeña Hyuga empezó a destellar. La sacerdotisa lo toco, percibiendo como la energía entraba en su cuerpo y como sus manos perdían sus marcas de la vejez. Decidió llevarse un mechón, con el sería suficiente, lo atesoraría en un frasco y podría vivir tranquila.

Pero una vez que lo corto, se opacó y se convirtió en un corriente cabello Hyuga, perdiendo su habilidad.

De esta forma tomó una decisión. Se llevó a la bebe, sin dejar rastro.

Todo el reino busco y busco, pensando que esta vez la ayuda de los Inuzuka volvería a servir. Pero jamás hallaron a la princesa.

Alejada de los terrenos del reino, en una torre escondida entre arbustos, enredaderas y un campo de limoneros, crió al bebé como si fuera su hija.

A medida que fue creciendo, así lo hizo su cabello, el que nunca podía cortar por orden de Kaguya.

Otra orden, tan importante como esta, era jamás salir de la torre. No parecía importar cuantas veces preguntase, la respuesta era la misma.

-¿Por qué no puedo salir a jugar fuera de la torre, mami?

-Pues porque el mundo exterior es cruel y malvado. Debes quedarte aquí, donde estás a salvo ¿Entiendes florecilla?

-Si…entiendo mami.

Pero aún en los rincones más apartados, la verdad no se podría ocultar por siempre.

Los reyes, desconsolados por perder a su hija, en cada cumpleaños de ella al caer la noche, lanzaban al cielo miles de lámparas en conjunto con el reino. Como una súplica a las deidades de la luna, para que llevaran de vuelta a su tesoro más grande.

Una noche Tsuki, como la llamo Kaguya, se levanto en la noche para beber agua, y desde la ventana las vio. Desde ese día quedó maravillada por las luces a lo lejos, sintiendo que de alguna forma algo la llamaba.

No tenía idea que aquellas luces eran de su hogar, donde esperaban todos los días que su princesa al fin regresara.

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Bueno, esta es la nueva adaptación que quise realizar de otro NaruHina. He visto que alguien más había realizado un fic así, sin embargo, no tenía tantos detalles ni cambios en la trama como pretendo hacer. Sin ningún animo de ofender a la autora o autor de ese fic, espero que no lo tomen así.

Espero que los haya enganchado, traeré el próximo capitulo lo mas pronto que pueda.

Hasta luego!