Ella, tan inesperada.
La única persona que la había amado era su padre, y lo había perdido. Ahora su madrastra quería deshacerse de ella, haciéndola casarse a la fuerza con un hombre que no conocía.
Después de la muerte de su esposa, Sesshoumaru Taisho había prometido no volver a enamorarse, ni aferrarse a otra mujer. Pero al ver a aquella joven castaña quien necesitaba de su ayuda y protección, no pudo negarse.
Él había prometido no volver a amar… Ella no conocía el amor…
Prólogo
Cada musculo de su cuerpo le dolía. El agua caía estrepitosamente sobre ella, y se le hacía cada vez más difícil mantener la respiración. No sabía cuánto tiempo llevaba corriendo, pero sabía que no podía detenerse.
No iba a permitir qua su madrastra controlase su vida. Debía escapar. Sabía que no tenía a nadie con quien ir, nadie podía ayudarla, pero no podía permanecer un minuto más cerca de su madrastra, en aquella casa que le recordaba a cada minuto lo que había perdido.
Su padre había muerto hace ya dos semanas. Dos semanas que habían transcurrido como una eternidad. Yuka, su madrastra, había tomado posesión de todos los bienes de su padre, sin importarle lo que hubiese dejado él en su testamento. Se había encargado de contratar abogados que no tenían escrúpulos, y finalmente había logrado que la destituyeran de todo aquello que por derecho le pertenecía. No conforme con eso quería librarse de ella, quería hacerla desaparecer, de modo que la había ofrecido en matrimonio con Kamui Fat, un ejecutivo extranjero tan frío y déspota como ella.
Jamás entendió como su padre había llegado a enamorarse y casarse con aquella mujer. Sabía que después de la muerte de su madre, cuando ella apenas era una niña, su padre jamás volvió a ser el mismo. Pero aquello no justificaba que se hubiese casado con alguien tan hostil, y desinteresada en los demás.
La lluvia inminente de junio parecía no querer apaciguar pronto, y aquello ya distaba de importarle. La lluvia helada era un reflejo de sus sentimientos desechos.
La noche comenzaba a hacerse presente, tendría que haberse detenido al saber aquello pero no podía hacerlo. No quería que Yuka, ni ninguno de sus sirvientes la encontrasen, no quería volver.
Sus fuerzas se mitigaban cada vez más, y su cuerpo le parecía más pesado. Casi cayó al suelo al tropezar con una rama, pero con esfuerzo logro mantenerse en pie. El denso ambiente hacia mas forzosa su respiración. Los arboles a su alrededor comenzaron a mezclarse entre sí.
Sin darse cuenta llego a un peñasco, y para cuando lo hizo ya era demasiado tarde como para detenerse. Libero un grito mientras caía, segundos más tarde se vio tumbada boca arriba sobre el frío suelo.
Un intenso dolor comenzó a bordar su cabeza. Intento moverse y el dolor se incremento aun mas, extendiéndose por el resto de su maltrecho y herido cuerpo. Había llegado al límite, lo sabía. No tenía fuerzas para continuar, y terminaría muriendo en aquel lugar. Al pensar en aquella idea, no sintió miedo alguno, en su lugar se sintió aliviada, pronto volvería a estar con sus padres. Si, sin duda prefería morir a vivir una vida desgraciada. Con aquellos pensamientos se dejo abrigar pero el impasible frío de la muerte. No quería sentir más dolor, quería que todo acabara pronto. Y así fue como se entrego por completo en aquella obscuridad absoluta que le brindaría la paz que anhelaba.
Hola! Aquí estoy con otra historia. Claro que debo dar crédito a las dos chicas que me motivaron a hacerla, Sara y Laura ^^
Sé que el prólogo no es muy largo y mucho menos alentador pero es lo que se me ocurrió para comenzar… ya saben lo dramática de soy jejeje
Debo decir que la conti no la podre seguir hasta ya dentro de un tiempo, por la clases en la Uni y mis otras historias pendientes (tengo el Epilogo de "¿Cómo sanar un corazón herido?" la conti de "El valor de una promesa" y "After Story") pero ya cuando me toquen vacaciones nuevamente me pondré al día con todo como suelo hacer siempre!
Espero que esta nueva historia de esta pareja especial les llame la atención jejeje.
Ya nos leeremos pronto!
