-¿Cómo termine en este lugar lleno de herbívoros?-….
Esta era la gran interrogante de Hibari Kyoya, al encontrarse rodeado de gente en esa gran e importante fiesta dedicada especialmente a la decima familia de Vongola. Y es que la verdad, cierto rubio, que anteriormente había sido su tutor, lo había llevado casi a rastras, y ahora ahí estaban ambos y el hecho de ver al Cavallone con esa sonrisa lo sacaba de quicio. No tenía ninguna razón para seguir en esa ceremonia, de hecho no recordaba en qué momento había aceptado formar parte de toda esa farsa de la mafia. Si, aceptaba que había ayudado, eso fue porque le habían tocado oponentes fuertes, y eso era de su total satisfacción, morder a esos herbívoros hasta la muerte le era realmente gratificante.
Y ahí estaba el, junto con los demás herbívoros, esperando el llamado para salir y ser presentados oficialmente. Embelesado estaba en sus pensamientos del porque seguía en ese lugar que, no se dio cuenta que aquel castaño que tanto le molestaba se encontraba frente a él. Lo miro desafiante y este dio un salto del susto y sonrió con nerviosismo.
-¿Qué quieres herbívoro?
-Pues…veras- comenzó a tartamudear- muchas gracias por venir- ahora se sonrojaba ¿Qué rayos le pasaba a este herbívoro?- y lamento haberte metido en esto- dijo con algo de ¿tristeza?
-Tsk, la culpa fue de ese bebe…Solo espero ahora si poder pelear con el- sonreí de manera extraña lo cual lo asusto
-Aun así gracias Hibari-san- sonrió de una manera muy tierna. Yo solo lo ignore y me aleje de su vista.
No supe cuanto tiempo paso, de pronto Dino Cavallone vino por mí, yo me puse a la defensiva sacando mis tonfas, el pato en seco y alzo las manos de manera patética moviéndolas en el aire y diciendo que no quería pelear, y que solo faltaba yo en la presentación. Me fui alejando mientras guardaba mis tonfas en aquel traje que me habían obligado a usar, atravesé la cortina que separaba la parte de atrás con el salón principal y al verme el hombre más grande sonrió y comenzó a presentarme.
-y por último, el decimo guardián de la nube, Hibari Kyoya- dijo eso y una gran ola de aplausos se escucho.
Justo frente de mi estaban esos herbívoros que tanto deseaba molerlos hasta la muerte, Gokudera Hayato, Yamamoto Takeshi, Dokuro Chrome, Sasagawa Ryohei, y por supuesto ese castaño que aparentaba ser el más débil, cuando en realidad, era el más fuerte de toda esa panda de herbívoros…. Sawada Tsunayoshi.
La ceremonia transcurrió con toda normalidad el resto de la noche, solo hubo un percance, y fue el hecho de encontrarme con Rokudo Mukuro, enseguida saque mis tonfas y me lance al ataque, el cual respondió sacando su tridente.
-Kufufufu- dijo al recibir el impacto de mis tonfas con su tridente- ¿Cuánto tiempo sin verte Hibari Kyoya- rio de maneras burlona lo que provoco gran furia en mi
De pronto ese niñato vino a intervenir.
-Mukuro-san- dijo mientras corría hacia nosotros
-Kufufufu Sawada Tsunayoshi- ese maldito termino su defensa-
-Muchas gracias por venir- le sonrió de una manera sumamente extraña
-Kufufufu- rodeo su espalda con sus brazos y lo acerco a él- es un placer Vongola Decimo
Su siguiente acción me enfureció de sobremanera, ese bastardo se había acercado y había mordido la oreja a ese pequeño herbívoro, y peor aun este se sonrojo. Nadie, absolutamente nadie tocaba lo que le pertenece y eso se lo haría saber en ese preciso momento. Nuevamente tome mis tonfas con fuerza y di un ataque de lleno en su cara, me posicione frente a ese débil castaño y grite.
-ALEJATE DE EL ROKUDO MUKURO, ESTE HERBIVORO ES SOLO MIO.
