Los personajes como sabéis pertenecen a S.M yo solo los he enredado un poco en esta historia se que me ha venido a la vente.
Isabella Swan es una reconocida cantante absolutamente dedicada a su profesión que comienza a anhelar algo más en su vida. Tanya Denaly, su amiga, una modelo comprometida con Edward Cullen del cual tiene hijo. Conseguir unas acciones para hacerse control de una revista la obsesionará al punto de abandonar a su prometido y a su hijo para casarse con otro hombre. Bella será el apoyo de Edward, con quien comenzará una relación sexual que hará a Bella vivir un tormento, sobre todo cuando comprenda los sentimientos que siempre han estado ocultos en ella.
Capitulos 1 y 2
La noche veraniega era francamente agradable. El cielo estaba completamente estrellado y una hermosa luna se alzaba en lo más alto. Una brisa fresca calmaba el calor propio de la época, y los invitados disfrutaban embelesados de la gala benéfica que se celebraba en los jardines del imponente hotel Cullsen, y que era todo un éxito. Las personas más influyentes y ricas de la sociedad habían pagado 500 euros por una entrada para esa noche, dinero destinado a cubrir las facturas médicas de niños enfermos de cáncer cuyas familias no tuvieran recursos. Desgraciadamente el motivo de la mayoría de ellos no era ayudar a esos niños, sino disfrutar de una lujosa cena y por supuesto, de un concierto privado y exclusivo de una de las mejores cantantes del país, Isabella Swan.
- Y? vamos…. Me esto impacientando y poniéndome muy nerviosa.
- Era un evento muy exclusivo Bella…ofrecimos entradas a las personas que nos interesaban.
- Lo sé lo sé, Tanya y yo, con nuestros asesores, hicimos la lista a conciencia, pero ¿cuántos han venido? ¿Han hecho alguna donación extra?
- Felicidades niña, hemos conseguido reunir algo más de 250.000 euros, dijo él con su peculiar sonrisa.
- Dios Edward, estoy tan feliz.
- Debes estar orgullosa Bella, toda esa gente moría por acudir a un concierto privado tuyo, los enamoras.
- Si claro…y no tiene nada que ver tus maravillosos hoteles y la magnífica cena que ha preparado el mejor chef del país.
- Entonces digamos que hacemos un buen equipo amiga, dijo giñándole un ojo, pero la alegría no estaba reflejada en ellos.
- Qué pasa Edward? No estás feliz, veo en tus ojos algo que te preocupa. ¿Tanya está bien? Le ha pasado algo a Roby y por eso no ha venido?
- Nuestro hijo está bien, pero Tanya tiene problemas con la revista.
- Oh, lo siento. Es raro que mi amiga no me haya dicho nada, debería olvidarse de la dirección de la revista y continuar su carrera de top model. Desde que falleció su papá y ella heredó no le van bien las cosas.
- Ojalá te hiciera caso Bella, ni te imaginas lo que está pasando.
- Qué pasa? No me asustes Edward.
- Yo…ella… no puedo contártelo. Tú eres su amiga, no quiero malmeter entre vosotras.
- Tú también eres mi amigo, si en algo puedo ayudarte, aunque sea simplemente escuchándote, ni lo dudes.
- Lo sé, de verdad te lo agradezco. Pero sé que si soy tu amigo es porque soy el prometido de Tanya, el padre de su hijo. Tu amiga es ella, por eso te pido que hables con ella Bella, necesitamos hacerla entrar en razón.
Aquella noche no pegó ojo. Daba mil y una vueltas en la cama pensando en las palabras de Edward y preocupada por Tanya. Quería a esa tonta modelo. Eran muy buenas amigas, desde hacía más de 6 años. Habían estado juntas en grandes momentos de sus vidas, en sus respectivos éxitos profesionales, en las duras críticas, en desamores, cuando Tanya se enamoró de Edward, cuando tuvo a su hijo… para algunos Tanya podría ser una mujer algo superficial, bella y prepotente, pero era una buena mujer, y era su amiga. Por lo que en cuanto amaneció la telefoneó y quedaron de verse en casa de Bella, pues siendo ambas tan famosas era difícil estar tranquilas en un lugar público.
Bella le abrió el portón automático para que entrara en su coche y la vio salir y sacar a Roby de su sillita. El niño crecía rápido, y era una hermosa mezcla entre sus padres. Su pelo rubio como Tanya y los hermosos ojos verdes de Edward. Su concepción, 23 meses atrás, cuando Tanya y Edward llevaban juntos a penas 5 meses, fue una sorpresa. Tanya pensó en abortar, pues su carrera a los 26 años estaba en su punto álgido, pero Bella y Edward la convencieron de traer al mundo a ese lindo bebé que ahora tenía 14 meses era el consentido de todos.
- Hola Belly
- Hola Nya, Hola Robert, -dijo mientras tomaba al pequeño, que Tanya le tendía, en brazos y él reía encantado-.
- Cómo estuvo todo anoche? Cuánto se recaudó? Siento no haber ido.
- No te lo ha contado Edward?
- Las cosas entre él y yo no están muy bien Bella. Anoche se metió en la cama sin dirigirme la palabra y esta mañana se marchó antes de que me despertara.
- No vi bien a Edward anoche, estaba preocupado Tanya, que está ocurriendo?
- Recuerdas lo del testamento de mi papá? -Bella asintió.- Soy poseedora del 40% de la revista. Papá vendió un 45% al grupo Savrol, y me están volviendo loca.
- Por qué?
- No puedo tomar decisiones, quieren hacer lo que les plazca con la revista.
- Y? Nya tu mundo son las pasarelas…
- Essencia es una de las más importantes revistas femeninas Belly y da grandes beneficios.
- Estamos hablando de dinero Tanya? Eres una gran top model, te pagan fortunas por usar tu imagen o por desfilar para algún gran diseñador, y por si fuera poco Edward es el propietario de una de las cadenas hoteleras más importantes del mundo.
- Pero es mío, era de mi padre, no tengo que renunciar a ello y dejar que hagan lo que quieran porque me sobre el dinero, -dijo levantando la voz y Roby la miró asustado. Bella le hizo caballito en sus piernas para tranquilizarlo-.
- Está bien, y qué quieres hacer? Supongo que el problema es que dedicas demasiado tiempo a Roby y a la revista y Edward comienza a sentirse desplazado.
- Quiero a Edward, de verdad Belly, pero no voy a renunciar a la revista por él. Verás hay alguien, James Witherdale, posee el 15% restante, y yo voy a hacerme con él cueste lo que cueste.
Llegar a casa y sumergirse en un relajante baño de espuma después de estar varias semanas viajando de concierto en concierto era para Bella un momento de éxtasis. Amaba su carrera, adoraba la música, y disfrutaba enormemente del contacto con sus fans, pero era una vida muy ajetreada y le quitaba casi todo su tiempo. Era feliz cantando aunque tuviese que pagar un alto precio por ello, pero en momentos como este, sola, relajada en la bañera, con el baño iluminado por velas aromáticas y una suave música de fondo, comenzaba a anhelar algo más en su vida; no podía dejar de pensar en una pareja, en hijos…a fin de cuentas ya tenía 26 años y poco a poco se le iba yendo el tiempo sin apenas darse cuenta.
El teléfono sonó sacándola de sus pensamientos y sobresaltada por la hora, pues pasaban de las 11 de la noche, se apresuró en contestar.
- Bueno? Al habla Bella.
- Oh Bells, menos mal que ya estás en casa.
- Alice? He llegado hace solo un par de horas, qué ocurre?
- Estoy preocupada por mi hermano Bella.
- Edward? Qué le pasa?
- Lleva más de 3 horas sentado en la barra del bar del hotel, está muy tomado Bella, he intentado que deje de beber y llevarlo a casa pero se ha puesto algo violento. He llamado a Tanya varias veces pero no contesta nadie, supongo que hoy es el día libre de Sue porque ni siquiera ella está.
- Quieres que trate de localizar a Tanya yo?
- Lo cierto es que quería pedirte que vinieras, por favor.
- Yo?
- Sí, sé que eres amiga de "miss petarda" pero también lo eres de Edward, quizás necesite más de una amiga ahora, ya sabes cómo es la cosa entre hermanos.
- Alice, es tu cuñada, no le digas así.
- Aún no gracias a Dios, pero el tema no es ese, ven por favor.
- Está bien, me visto rápido y salgo para allá.
- Gracias Bella, te espero.
35 minutos más tarde Bella entraba en el bar del hotel Cullsen acompañada de Alice.
-Ahí está, gracias por venir, -dijo dándole un beso a Bella-, cualquier cosa me avisas.
Bella se encaminó decidida hacia Edward ignorando las miradas que causaba a su paso.
- Edward,- dijo apoyando una mano en el hombro de él. Éste se giró rápidamente-.
- Oh Bella, -dijo entusiasmado atrayéndola hacia sus brazos y rodeándola fuertemente entre ellos-, has vuelto, que alegría. Ven siéntate y bebe conmigo. Camarero! Una copa para mi amiga que tenemos que brindar por sus exitosos conciertos.
- Edward, no crees que ya has bebido suficiente? Anda vamos, te llevo a casa.
- No, maldita sea. No necesito una niñera, quiero una amiga que no me juzgue, quiero a alguien que beba conmigo.
- No hay motivo para que bebas así cariño, vamos a casa por favor.
- No! -Dijo levantando la voz-. No pienso volver allí, jamás Bella, jamás.
- Está bien Edward, voy a beber contigo y me cuentas cual es el problema. Pero no aquí, pide una botella y vamos a tu oficina, aquí estamos llamando demasiado la atención.
- Esa es una gran idea, vamos, -dijo tomándola de la mano. Bella pudo comprobar que aunque estaba bastante bebido todavía controlaba sus movimientos-.
- Cuéntame de tus conciertos, -dijo él una vez llegaron a la oficina y se sentaron en el sofá mientras él llenaba dos chupitos de tequila-.
- Tequila? No Whisky?
- Oh nena, sé que no soportas el Whisky, así que beberemos tequila manita, dijo riendo.
- Edward, qué ocurre?
- Brindemos por tus conciertos y cuéntame que tal te ha ido, por favor.
Llevaban más de media botella cuando por fin Edward dijo algo.
- Tanya se ha ido, se ha llevado a Roby con ella y me ha dejado.
- Qué? No puede ser.
- Pues créetelo porque es verdad, -dijo intentando sonreír pero más que sonrisa fue una mueca de dolor-.
- Pero por qué? Qué ha pasado?
- Va a casarse con otro, y nada de lo que le he dicho ha conseguido hacerla cambiar de idea.
- Cómo dices? Esto no puede estar pasando…
- El tal James ese, fue asistente de su padre y tiene el 15% de acciones que ella necesita. Quiere fama y dinero fácil, y para ello quiere a Tanya.
- Yo creo que estoy ya demasiado borracha Edward porque no entiendo nada.
- Un año, le ha pedido un año de matrimonio y luego le dará las acciones, y ella ha aceptado, no le he importado yo ni nada, por más que le he rogado y le he advertido que no le voy a perdonar esto se ha marchado.
- Dios mío Edward, no lo entiendo, de verdad que no entiendo cómo puede hacerte esto, -dijo abrazándose a su brazo y apoyando la cabeza en el fuerte hombro de Edward-.
- Dice que la espere, que solo es un matrimonio de palabra, que no pasará nada entre ellos. Jura que volverá conmigo en cuanto pase el año y tenga sus acciones. -Bella miró a Edward impresionada, no entendía a su amiga, y no sabía que decirle a Edward. Así que hizo lo único que podía hacer en ese momento, llenó otros dos chupitos y le ofreció uno a Edward-.
- Creo que necesito beber más, no estoy lo suficientemente borracha para acompañarte en tu duelo. -Edward tomó el chupito de su mano, y esta vez sonrió sinceramente-.
- Qué tengo de malo Isabella? -Preguntó cuándo terminaron la primera botella y empezaron la segunda, ambos demasiado bebidos ya-.
- Nada cariño, no pienses eso. Solo creo que Tanya está afectada por la muerte de su papá y todos los problemas que tuvo con él y no está pensando con claridad. Ella se va a dar cuenta que nada merece la pena si no te tiene a su lado. Tu eres maravilloso Edward, -dijo acariciándole la mejilla y mirándolo a los ojos-, eres tan encantador, tan humilde, tan simpático, tan generoso, tan guapo…que cualquier mujer se… - no pudo terminar la frase pues los labios de Edward chocaron suavemente contra los de ella-
Bella no entendía que estaba pasando pero Edward la besaba con exquisita dulzura y poco a poco ella empezó a responderle. Edward llevó sus manos hacia la cintura de ella y ella pasó las suyas por detrás del cuello de él. Él beso se fue volviendo frenético y pasional, casi parecía que querían comerse el uno al otro. De pronto Edward se alejó de un salto y Bella se quedó temblando y confusa.
- Dios…lo siento tanto Bella, yo… yo…
- Creo que debo irme Edward, estamos muy tomados los dos…
- Sí…voy a pedir que te llamen un taxi, yo voy a quedar en mi suitte privada.
- Ok gracias, dijo ella casi sin atreverse a mirarlo.
Más tarde, en el taxi camino a casa, Bella reproducía una y otra vez en su mente el beso que Edward y ella habían compartido. No entendía que los había llevado a eso, ni por qué ella le había respondido, ni lo que había sentido…lo único que tenía claro para su vergüenza, es que si él no hubiese parado, ella no hubiese sido capaz de alejarse de él
Hola! Espero que os guste esta historia que os traigo. Está terminada y es cortita, y no sé si subiré los capitulos de uno en uno o de dos en dos. Actualizaré todos los días y supongo que en uno días estará terminada. Espero la disfruten.
