ESPERO QUE LES GUSTE XD


El sol se estaba poniendo, el atardecer hermoso, se puede apreciar a una chica, mirando el cielo de colores rojos, sonreía, al mismo tiempo en que se tocaba su vientre

Ella no lo podía creer, después de todo lo que tuvo que pasar al fin encontraba a su persona destinada, a pesar de que no era lo que realmente buscaba, estaba feliz no lo podía explicar, pero cuando veía a esa persona era realmente tan tranquilo, que no se pudo separar de él , recordó cuando se le declaró fue realmente penoso, pero él también lo estaba esperando, después de todo también la amaba.

La felicidad era lo que le sobraba al fin tenía una familia.

-KANAKO¡- se escuchó una voz

Volteó para encontrarse con su esposo

Sonríe-Pensé que no llegarías-

La tomó de la mano y se fueron caminaron por la orilla del mar, él tampoco podía creerlo como él se pudo enamorar de ella, pero pasando el tiempo se dio cuanta que esperar, fue lo mejor que pudo hacer, después de todo, el consiguió lo que quería, ELLA la amaba más que nada, recordando todos los tiempos preguntó

-Como llegamos hasta aquí?- preguntó mirando al cielo

Ella lo miró y le respondió- La verdad es que tampoco lo sé-le dijo con una sonrisa y mirando al cielo continuó- Fue algo inesperado para mí me costó aceptar esto por ti-

-Realmente nunca dejarás de ser tonta- dijo con una sonrisa y la peliazul lo miró con molestia-aunque, desde que la primera vez que te vi, me pareciste... linda.. supongo- al decir esto las mejillas del rubio se pusieron rojas.

Ella soltó una carcajada e inconscientemente se tocó el vientre

-Me gusta esa parte de ti, Shizu-kun, esperó que mi hijo no sea tan vanidoso como su padre

el rubio la miro molesto y la jaló hacia él

-O-OYE que h-haces...

-esto.. es por decirme vanidoso- la acercó y la beso

Se quedó sorprendida, pero al mismo tiempo le agrado, sintió como su manó de él se bajó por su cintura

Cuando se separaron ella tenía la cara roja y el sonreía

-Te pasaste esta vez - dijo la chica sonrojada

-Que no siempre lo hacemos , de que te quejas

Ya cuando el ocaso termino, se fueron caminando hasta su hogar, ella abrazada de su brazo, mientras él se ponía rojo como un tomate, lo que no pasaba desapercibido por Kanako, que solo sonreía