Bueno, este uno de los fan fiction que acabo de empezar por inspiración divina... tiene partes un poco extrañas, pero me va gustando como le estoy moldeando.

Los protagonistas en su totalidad son los merodeadores y sus "chicas".

Espero que les guste (al menos un poquito)

Disclaimer: nada de esto es mío, obviamente


Capitulo uno. Regreso al castillo

La estación de King Cross estaba llena aquél día. Muchos alumnos volvían a pisarla para dirigirse a un nuevo curso escolar, y otros tantos comenzaban su viaje a través de la magia. Esperando en la entrada del tren se encontraba un grupo de tres chicos charlando animadamente mientras esperaban a su cuatro amigo.

-¿qué tal vuestro verano?- preguntó James Potter, un chico con lentes y el pelo azabache mientras se revolvía el pelo al ver que algunas de sus admiradoras miraban hacia allí.

-He estado en Francia con mis padres- contestó Peter Pettigrew, el chico menos atractivo y extrovertido de los tres.

-yo en casa, ya sabéis que no puedo salir mucho por… razones obvias…- murmuró con voz triste Remus Lupin mirando al suelo.

-No digas eso- le reprendió James pasando la mano por sus hombros

El aludido se encogió de hombros mientras asentía sin mucha convicción. Los demás alumnos que iban a coger ese tren ya habían entrado, y los más retrasados aún se seguían despidiendo de sus familiares. Los tres muchachos comenzaron a contarse entre sí un poco de lo que habían hecho en vacaciones al mismo tiempo que observaban a la gente pasar.

-¿Dónde se habrá metido?

-Vamos Colagusano, ya le conoces.

-se supone que venía contigo, Prongs…- musitó Remus- por algo vivís juntos

-salió de la mansión de mis padres un par de horas antes. Quería dar una vuelta y despedirse de su chica a solas, Lunático.

Aquello no era ninguna novedad para su amigo. Todos sabían que de los cuatro amigos, era el más mujeriego, incluso de todo Hogwarts, colegio en el que todos estudiaban y hacia donde el expreso se dirigía. Ante todos, se llamaban los merodeadores, apodados cada uno con un nombre distinto: Colagusano, Cornamenta, Lunático y Canuto. Eran los muchachos más bromistas y deseados en el colegio. Las chicas, cada vez que les veían, suspiraban por ellos, e incluso cada uno tenía su propio club de fans.

-Dos minutos más y Canuto se queda en tierra…- bromeó James pensando en su mejor amigo.

-Tiene demasiadas chicas a sus pies… debería relajarse un poco- opinó Remus

-tú eres el que casi nunca sale con nadie. Siempre estás leyendo libros, Lunático. Deberías divertirte un poco….- susurró detrás suya alguien sonriente

-¡Al fin vienes, Canuto!

Sirius Black sonrió ante el apremio de sus amigos, mientras le sonreía seductoramente a una chica que le observaba desde la entrada de la estación.

-¿qué tal te ha ido con katrina?

-Bien. Disfrutamos de las dos semanitas del verano juntos y ya está…- contestó simplemente mientras entraban en el tren- ya me conocéis. No me gusta atarme y en Hogwarts hay muchas chicas con las que aún no he estado.

-no sé a quién habrás salido, Canuto

-Vamos Lunático, no digas eso. Mi querido amigo Cornamenta es igual que yo…

-ya no…- musitó él alegre

-¿y esa novedad?

-tuve una larga conversación con mi padre antes de venir aquí, y me ha abierto los ojos…- comentó muy orgulloso- voy a dejar de ir por todas, y me voy a concentrar en la chica que me interesa

Los tres se quedaron inmóviles al escucharle. Peter y Remus cruzaron una mirada incrédula, mientras que Sirius empezaba a partirse de la risa ante aquello que había escuchado.

-No hablas en serio¿Verdad?

-más que nunca…

-¡pero si Evans te odia!

James sonrió misteriosamente, recreándose en la confusión de sus amigos. Durante los seis años que llevaba estudiando en Hogwarts, sólo había tenido ojos para Lilian Evans, una hermosa pelirroja que le traía de cabeza. Quería salir con ella, pero de su parte no conseguía más que rechazo y negativas. Al ver que las demás chicas sí se sentían atraídas por él, había decidido darle celos dejándose ver por algunas de ellas hasta que su querida pelirroja le aceptase… pero eso no había sucedido.

-los celos no funcionaron…- susurró él mirándoles con una sonrisa- y este es nuestro último año juntos. Si no lo consigo ahora, no volveré a tener esta oportunidad y yo la quiero. Vosotros lo sabéis…

-pero amigo mío… esto es…

-déjale Canuto…- musitó Remus caminando hasta él- ya era hora de que James se diera cuenta de que estaba actuando de la forma equivocada.

-¿cómo que de la forma equivocada¡Es un chico y las chicas babean por él!

-No intentes hacerle cambiar de opinión, Lunático. Está visto que Sirius Black, nunca se va enamorar…

-eso tenlo por seguro… he visto lo que el amor te ha hecho, Cornamenta y sencillamente, me niego a que eso me ocurra a mí… mi técnica es más fácil y menos dolorosa.

-ya, bueno, este año mi querida Lils será mía… y ahora ¡vamos! Estoy deseando verla…

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Lily corrió hasta el tren justo a tiempo. Aquella mañana se había retrasado en salir de casa, porque su hermana Petunia no había querido madrugar.

-puede irse ella sola… dentro de poco será mayor de edad…

-Petunia, querida, levántate. Tenemos que ir los tres a despedirla…

-mamá, no me importa a dónde va. No tengo porqué despedirme de esa Fenómeno. ¿No quiere asistir a esa escuela de… raritos? Pues que vaya ella sola, conmigo que no cuente.

-Petunia…

Hicieron falta más que unas palabras para lograr despertarla. Lils suspiró recordando aquella situación. En los últimos seis años ya se había acostumbrado a ser tratada así de mal por ella, pero aún así eso no la hacía evitar sentirse mal. Ella era su única hermana y la quería mucho, a pesar de todo.

-¡Lils!

Se giró al oír su nombre, y cambió su semblante triste a uno más alegre al ver corriendo hacia ella a su mejor amiga, Elizabeth Turner. No lo pensó ni un segundo, y se acercó a su lado, mientras la abrazaba. A efectos prácticos, Elizabeth era su mejor amiga y su hermana… gracias a ella había pasado grandes momentos en Hogwarts y la había ayudado tanto…

-¡Eli¡Qué bien estar aquí de nuevo!

-Sí… lástima que éste sea nuestro último año…

-cierto… pero para eso quedan muchos meses adelante… ¿tienes ya compartimiento para acomodarnos?

-No… acabo de llegar y justo te vi venir corriendo. ¿Debo suponer que no soy la única en llegar tarde?

-ya conoces a mi hermana…- confirmó la pelirroja tristemente

-la próxima vez que vaya contigo a cenar en Navidades, debes dejarme convertirla en sapo… para entonces ya seré mayor de edad…

Lo dijo muy orgullosa mientras sonreía abiertamente. En situaciones normales, Elizabeth era una chica tranquila y pacífica, pero cuando se trataban tres temas, no podía contenerse. Uno era la hermana de Lils… Petunia Evans era una chica insoportable y petulante. Se atrevía a considerar a su hermana pequeña como un ser anormal sólo porque tenía poderes mágicos al contrario de ella.

-te odiará de por vida si le haces eso…

-¡Cómo si no me odiara ya por ser bruja!- la reprendió ella abrazándola mientras buscaban un lugar en el que alojarse.

Comenzaron a buscar uno, mientras que Elizabeth seguía reflexionando. El segundo tema ante el cual se alteraba con facilidad, era cuando se cruzaban con algún Slytherin, casa enemiga de la suya, Gryffindor. Para ella, no eran más que serpientes, que husmeaban todo el rato entre sus cosas y se metían con ellos por tonterías. Eso sin contar, las veces que insultaban a su mejor amiga, llamándola "sangre sucia" y todo por ser hija de muggles. ¡Cómo si la descendencia de uno importase algo a la hora de ser buen mago!

La tercera y última cosa que más conseguía sacarle el genio eran los cuatro merodeadores… y no justamente por ellos en sí, sino por el corro de chicas que se acercaban a ellos cada vez que aparecían… Sonrisitas estúpidas, caídas de ojos, susurros enronquecidos¡incluso maquillaje, faldas y escotes! Las chicas de Hogwarts caían rendidos a sus pies cada vez que les veían… ¡por favor, ellos no eran dioses sólo chicos normales!

Lils opinaba igual que ella… tenían que admitir que eran muy apuestos, bueno, en honor a la verdad Pettigrew era el que menos atractivo tenía, pero como era un merodeador más, las chicas también iban detrás de él, ya fuera por los dotes que pudieran encontrar en él, o más bien para poder estar cerca de sus "héroes", los otros tres merodeadores.

-No… por favor…- musitó decaída Lils parándose en al acto

-amiga¿qué…?

-¡Evans…!

Elizabeth no pudo evitar sonreír al ver aparecer delante de ellos a los cuatro personajes en quién estaba pensando en ese momento. Extrañamente venían solos y al parecer discutiendo sobre un tema que tenía bastante alterado a Black.

-No sabes qué gusto me da verte de nuevo, Evans…- musitó Potter parándose delante de ella.

-yo no opino igual…

-Buenos días…- murmuró amablemente Remus al llegar hasta ellas

Ambas chicas le devolvieron el saludo, al mismo tiempo que a Peter y a Black, que sólo inclinó un poco la cabeza sin decir nada a tipo de saludo. Eli no pudo evitar sonrojarse un poco al ver a Remus… desde el año pasado veía en él algo distinto, que la hacía sentir nerviosa cada vez que le tenía cerca… aún no sabía que significaba ese nerviosismo… tenía que reconocer que a pesar de ser un merodeador, casi nunca se le veía con alguna chica… parecía todo lo contrario a sus amigos, y quizás eso era lo para ella le salvaba.

-Evans, cariño¿saldrás a Hogsmeade conmigo cuando nos den permiso?- preguntó James mimosamente

-Te he dicho mil veces que no me llames eso, Potter

-Mi amigo solo quiere demostrarte su afecto, pelirroja…-le ayudó Black- se considerada con él

-No te metas en esto, Black… no tiene nada que ver contigo

-Evans, me lastimas…- musitó Sirius llevándose dramáticamente una mano al corazón

-¿tenéis ya un lugar para pasar el viaje?-preguntó Elizabeth intentando poner paz

-¿no querrás que vayamos con ellos?- se quejó Lils.

-hemos llegado las últimas, y no encontramos ningún lugar donde quedarnos…

-bellas damas…- susurró Sirius recuperando su jovialidad habitual- nos sentiríamos encantados de compartir ese espacio con vosotras, pero…

-nosotros también llegamos tarde…- musitó James tristemente- Mi querido Canuto se tardó al despedirse de su ligue de verano y al esperarle…

-nos quedamos también sin un lugar…- finalizó Remus con simpleza

-¿Hasta dónde vas a seguir con tus… mujercitas?- se quejó Eli mientras que la pelirroja asentía con ella dándole la razón.

Black rugió mientras sus amigos se reían. Puso cara de "otra bromita más y se enteran" y suspiró largamente.

-si les gusto a las chicas no es ningún delito… otros deberían seguir mi ejemplo…- carraspeó dándole golpecitos a su mejor amigo en el hombro.

-Potter también sabe mucho de eso…- comentó Lils con sorna

-A partir de hoy, no- confesó él mientras sonreía

-¿qué quieres decir?

-Desde este momento soy solo tuyo, Evans… o estoy contigo o con nadie más

Elizabeth y su amiga le miraron con sarcasmo mientras que sus tres amigos le observaban asombrados. Ninguno de ellos imaginaba que fuera a cumplir de verdad aquello…

-No digas tonterías, Potter…

-Vamos Elizabeth… ponte de mi lado. Eres la mejor amiga de mi adorada pelirroja, si tú no me ayudas, ella no me creerá…

-eres incapaz de permanecer más de un día sin una chica, Potter…

-Evans, por ti sí soy capaz… por eso¿aceptas salir conmigo?

-No, Potter

-estoy segura de que eres igual que Black…- sentenció Eli

-¡oye!- se quejó este- ¿por qué os metéis todos conmigo?

-Canuto no lo niegues, está dentro de ti…- bromeó Remus

-sí, tú sin chicas no eres persona…

-Eso no tiene gracia, Colagusano

-pero es la verdad…- finalizó James con una sonrisa

Sirius rodó los ojos frustrado ante todo aquello. ¡Él sí era capaz de permanecer solo durante mucho tiempo! Era cierto que nunca lo había intentado, no había visto necesidad de ello… si las chicas se morían de amor por él nada más verle, por supuesto que no se iba a negar… ¡A fin de cuentas era un adolescente!

-Está bien, se acabó la bromita. Vamos a hacer una apuesta…

-¿apuesta?- repitieron los cinco a la vez

-así es… os apuesto a que en lo que dure el curso sólo voy a salir con una chica… sin serle infiel

-bromeas…

-hablo en serio

-vamos, Canuto, eres incapaz…- sentenció James

-¿y tú sí?

-yo quiero a mi pelirroja…- susurró mirándola intensamente

-no me mires así, Potter

Remus observó a su amigo a los ojos y vio en él la determinación clavada en su mirada. Hablaba en serio…

-¿Sólo andarás con una chica este año, sin irte con ninguna más?

-exacto…

-eso no es tan complicado…- gruñó Elizabeth

-para mi amigo, creeme que lo es

-es que es como tú, Potter…

-Vamos Evans… dame una oportunidad y sal conmigo¿sí?- le pidió poniéndole ojitos de niño bueno

-Antes prefería salir con Black…

-¿es una propuesta, Evans?- preguntó Sirius seductoramente comiéndosela con la mirada

-aparta tus encantos de mi mujer, Canuto- observó enojado su amigo

-chicos…- susurró Remus- estamos llevando esto un poco lejos. Además, recordad que estamos en mitad del pasillo con todos los trastos en manos… necesitamos sentarnos.

-Bien, nos sentaremos y cerraremos la apuesta…- afirmó Sirius

Con un suspiro hondo, Remus se giró a la derecha al ver un compartimiento en la semi oscuridad. Miró por la ventana, y se sorprendió al ver que allí sólo había una chica sentada al lado de la ventana, mirando a través de esta, con los ojos cerrados y escuchando música con un reproductor muggle.

-¿qué miras, Lunático?

-ya tenemos un lugar… llama a los otros

Entro dentro primero en silencio, para no molestar a aquella chica. Supo enseguida que se trataba de una Gryffindor que iba con ellos a clase, pero que al parecer no hablaba con nadie. Siempre estaba sola y meditando… muchas veces había querido hablar con ella, sobre todo cuando se la encontraba en la biblioteca y casi no había gente allí… pero siempre se la había encontrado escuchando música… ¡incluso durante la mayoría de las clases!

-¡Por fin un sitio donde quedarnos!- exclamó Sirius sentándose de golpe

-Cuidado… -le regañó Remus- está ella

-¿duerme?- musitó Lils entrando después mientras ignoraba la charla de Potter.

-está con la música… no nos oirá

-¿y si le importa que entremos?- preguntó tímidamente Peter

-Compartimos el cuarto con ella, y no creo que le importe. Aunque… nunca hablamos. Siempre se mete dentro de sus cortinas en la cama y pone el hechizo silenciador…- justificó Eli encogiéndose de hombros

-será tímida la chica…- sentenció James sonriéndole a Evans- pero yo no soy tímido, por eso Evans… ¿quieres…?

-No, Potter

-¡Ni siquiera me has dejado proponerte nada!

-Todos sabemos qué piensas, James

-aburridos…

Sirius se llevó las manos a la cabeza mientras los demás se sentaban. Ni siquiera ese movimiento hizo que aquella extraña chica se moviese de donde se encontraba, ni siquiera que abriese los ojos. Por eso hizo como si no estuviese ahí, y se giró hacia los otros.

-hablemos de la apuesta