¡Hola a todos! Vengo con una idea algo vieja, esto es un trabajo qur originalmente sería un fanfic largo, pero debido a los contratiempos y falta de ideas en sí, decidí dejarlo como un one-shot que constará de cinco partes. Tengo esta historia desde hace meses y era con el propósito de crear una historia divertida en un ambiente escolar, jugando con las clases sociales y teniendo a un grupo masculino de protagonistas.
Por lo que, me tomé ciertas libertades como para escoger personajes que no me pertenecen, así que aquí solo debo declarar que gracias a KanadeSilver por dejarme usar a su personaje: Kanade Shimizu, así como gracias a PepeFernandez por dejarme usar a su personaje: Hikari Kusakariki.
Sin más, ahí vamos.
Date A Ojou-sama
Parte 1: Una cita con la realeza
Era un día normal, sin embargo, importante. Hoy todos volvían a clases por un nuevo semestre. Felices de que volverían a ver a sus amigos, emocionados por conocer su nuevo grupo, si estarían con rostros conocidos y poco más. También se esperaba que el profesor no fuera alguien muy estricto, ni las materias muy pesadas. Ya saben, lo normal.
Los rumores se habían esparcido por toda la preparatoria Raizen el año anterior y sus alumnos lo sabían, todo el mundo lo sabía y algunos habían perdido la cabeza al enterarse de que su escuela, una escuela semi-pública, es decir, apta para casi todos los salarios de la sociedad de padres de familia de casi todas las clases sociales, estaba en quiebra o que sería comprada por otra institución para fines de ampliamente del territorio.
Las cosas se salieron de control, sin embargo, se calmaron justo al final del semestre, antes de empezar las vacaciones, aunque muchos cambios pasaron mientras todos disfrutaban.
«Y entonces, llegamos a esto». Pensó un chico de cabello azul corto, ojos claros color miel, con su uniforme de la preparatoria Raizen, el cual era algo formal por el uso de la corbata, un muchacho de piel blanca que estaba justo en la entrada, con su mochila, que más parecía portafolio, en su mano derecha. «Después de todo…»
—Así que no fue demolida ni nada, genial, por un momento me preocupé —dijo un chico con cierto alivio, justo al lado del otro, este venía cargando su mochila como si fuera un garrafón en su hombro.
—Sí, claro, lo dice el chico que ya estaba pensando en qué rayos iba a trabajar para cambiarse a otra escuela, de hecho, ya estabas echándole la culpa al gobierno y la burocracia y…
—Ya, ya, está bien, Shidou, pero en realidad estaba preocupado. No tengo tanto dinero como tú… —dijo un poco molesto, pero Shidou arqueó una ceja y le dio una palmada en la espalda.
—Yo tampoco tengo tanto dinero, aunque me sorprende que estés tan temprano —dijo Shidou con algo de intriga, el otro de ojos azules profundos miró a otro lado con una risita nerviosa.
—¿Qué te pasa? Yo siempre llego temprano.
—Sí, claro, Hikari, claro. Cuando no te quedas dormido, cuando no tienes flojera, cuando el despertador no se apaga solo o cuando…
—¡Espera! —dijo con cierta seriedad y le puso la mano en frente—. No me dejaste terminar mi frase, iba a decir que yo siempre llego temprano… El primer día.
—¡Eso no debería contar! —dijo decepcionado y el otro solo bufó un poco.
—Oh, vamos, ya sabes que, de todas maneras, saco buenas calificaciones —dijo con una pequeña sonrisa, Shidou le miró con cierta molestia—. Tengo un don de las diosas.
—¿Cuáles diosas?
—No sé, lo leí de una historia y me pareció divertida la idea contra el ideal de que Dios es un Él. Pero bueno… Eso sonó algo raro… —dijo al reflexionar su frase, luego bostezó—. Debe ser el sueño.
—¿Desayunaste hoy? —preguntó al mismo tiempo que caminaba con dirección a las puertas, Hikari bostezó de nuevo.
—Debe ser el hambre —dijo con pesadez, haciendo reír a su amigo.
—Satou no debería tardar mucho en llegar, así como Tonomachi, de seguro que sus padres vendrán a dejarlo en auto, él sí que tiene dinero, Hikari, a mí no me digas nada —habló con leve molestia mientras se recargaba en la puerta y se cruzaba de hombros, mientras veía pasar a los alumnos, había ciertas caras que no conocía, con portes algo distintivos—. Oye, Hikari, ¿no crees que hay algunas personas nuevas este año?
—¿Algunas? He notado como veinte nuevas caras, o tal vez sea el hambre —dijo con algo de sueño y con una sensación vacía en el estómago—. Y ni hice mi Bento…
—Pídele a Satou, luego te quieres acabar el mío. Y no me importaría, pero me lo preparo yo mismo, no como OTROS que desperdician el amor de una madre.
—Oye, no metemos a las madres en esto, Shidou —dijo con una pequeña sonrisa al final—. Que la tuya ni está.
—¡Eso fue un golpe bajo!
Hikari dio una leve risa antes de dirigir su mirada a la acera, esperando a Satou, aunque de al que vio bajar de un lujoso auto no fue a nadie que conocía, era una chica de cabello blanco con un listón negro atado a un mechón, era largo y estaba suelto, le llegaba más allá de la espalda, con prominentes pechos, de ojos aguamarina y piel blanca, su mirada era algo fría, pero seria, como quien tiene los pies en la tierra, el uniforme le quedaba un poco pegado, pero Hikari se le quedó viendo, como muchos otros embobados, tanto que Shidou era el único que estaba molesto, dándole explicaciones del trabajo de sus padres y lo importante que era.
—¿¡Me estás oyendo, Hikari?! —preguntó al verlo tan distraído, pero volteó después de que se oyó un sonido de cachetada, Shidou fue el primero en voltearse al origen del ruido—. ¿Qué acaba de…?
—¿¡Por qué te le quedas viendo a esa, Yuuske-kun?! —dijo la chica que había soltado la cachetada a su novio, pero este seguía embobado, viéndola—. ¡Imbécil!
Entonces, Shidou vio como esa chica de cabello blanco, ignorando todas las miradas de los chicos y hasta chicas, pasó la entrada en frente de todos, algunos hasta tragaron saliva, tenía esa aura de encanto y de alejar a todos que, irónicamente, agradaba a los chicos.
—Hikari, ¿eso es real? ¿De dónde salió? —preguntó en voz baja, Hikari le seguía con la mirada.
—Definitivamente, ¡esto es por culpa del sueño! —dijo finalmente, mirando sonrojado como esa chica se iba, sin que nadie pudiera acercársele.
—No, claro que no, caballeros —dijo una voz con buen humor detrás de ellos, por lo que ambos voltearon, ahí es donde vieron a un chico de ojos grises oscuros, de cabello negro en puntas y era alguien un poco más alto que Shidou—. Esa chica es real y nunca será de nadie, para nuestra mala suerte, ¡pero!
—¡Tonomachi! —dijo Shidou con una sonrisa, por volver a ver a su amigo, Hikari solo suspiró.
—Y así es como se botan todas las esperanzas, Tonomachi, gracias.
—Solo soy realista, amigos, pero fuera de eso, todavía queda algo por hacer —dijo al sacar su cámara instantánea de su mochila y ver si esa chica aun estaba a la vista—. Ya está muy lejos, pero no importa, hay muchas más.
—Eso es porque no la viste —dijo Hikari, un poco sonrojado—. No hay chicas así en nuestra escuela, aunque no es para tanto, pero sí es una novedad.
—¿Por qué crees que mi padre tuvo que estacionarse algo lejos de la escuela? —Ante la pregunta, ambos se impresionaron un poco—. De seguro hasta Satou tendrá ciertos problemas, la escuela ha cambiado, amigos, y creo que para bien.
Entonces, Shidou apartó a Tonomachi de su vista para ver como distintas chicas bonitas, pero diferentes a las que ellos veían en su clase. Es decir, estas chicas caminaban de forma diferente, algunas venían muy bien maquilladas, incluso sin tener unos cuerpos en la media, tenían un rostro tan bien maquillado que se veían más lindas que otras que solo tenían cuerpo.
Ellas no eran normales, no se veían normales, desprendían un aura de belleza y de cierta superioridad que era atrayente, aunque Hikari ya se había fijado en la chica de cabello blanco, iba a ser difícil superar eso. Pero pensó demasiado pronto, había demasiados autos lujosos por los cuales salían estas chicas hermosas que estaba empezando a dudar de sus ojos.
—Chicos, háganme barrera, ahora —dijo al momento en el que aprovechaba que estaban viendo a las chicas con ligero sonrojo para juntar sus cuerpos, uno al lado del otro, él se puso detrás de ellos y ocultó su cámara estratégicamente—. Eso, perfecto, Hikari, Shidou.
—No hay problema… —susurraron los dos.
Entonces, una chica llegó caminando con cierta duda, estaba buscando a alguien con la mirada, pero no la encontraba, entonces puso su mirada en Shidou, quien sintió el contacto visual y se sonrojó un poco.
—Oigan, ustedes —dijo la chica con cierto tono de orden y señalándolos con el dedo índice.
—Aborta, aborta —susurró Hikari con velocidad, Tonomachi escondió dentro de su ropa la cámara, muy rápido, para cuando se acercó la chica, ya estaba todo a salvo.
—¿Qué son? ¿Vigilantes? —preguntó con ligera duda, sus ojos color añil parpadearon un poco.
—Estudiamos aquí… —respondieron ambos con una sonrisa, aunque Shidou era el más afectado, las proporciones de la chica eran un poco por encima del promedio, así que le gustaba a primera vista—. ¿Necesitas algo?
—Tohka-sama —dijo ella con los brazos cruzados, los chicos no entendieron eso.
—¿Qué? —preguntó Shidou.
—Tohka-sama. —Repitió con una sonrisa de orgullo—. Todos me llaman así desde que era una niña, así que cada vez que me preguntes algo, debes decir "Tohka-sama", aunque… Oh, no, no, lo estoy haciendo mal, ¿Cuáles son sus nombres? No deberían de saber el mío tan fácilmente.
«Pero si tú te apareciste de la nada». Pensó Hikari, mientras veía a la chica con cierta diversión, pero ella le frunció el ceño.
—Tú… No me gusta tu mirada, ¿te estás burlando de mí? —preguntó algo molesta y se acomodó el cabello largo color ciruela con algo de desdén—. Contéstame cuando te hablo.
—Oye, tranquila… —dijo Hikari, pero fue empujado por Tonomachi, quien sonrió y le ofreció la mano a Tohka—. ¡Hey!
—No le hagas caso a ese idiota, Tohka-san. Me llamo Hiroto Tonomachi, es un placer tener a una chica tan linda como tú en esta escuela, si quieres, puedo mostrártela después.
Tohka miró la mano del chico, pero miró a otro lado con desdén, Tonomachi tembló ligeramente y bajó la mano.
—Es Tohka-sama —dijo con ligera molestia, Shidou tragó algo de saliva—. Y no necesito nada de ti, solo venía a preguntar si habían visto a alguien parecida a mí, eso era todo.
—No, realmente —dijo Shidou con amabilidad—. Esta es la primera vez que una chica se refiere a sí misma con el -sama, es algo raro, todos aquí somos estudiantes, Tohka-san.
—Con mucha más razón, ¿no saben lo que es el respeto? —preguntó con la voz más alto y viéndolos de mala manera, Shidou quedó con la boca levemente abierta—. ¡Es Tohka-sama! ¡Moo, tontos!
—¡Oye! —dijo Hikari con más molestia que antes, sobre todo porque había sido empujado por su amigo—. Deja de enojarte por tonterías, tú solo eres una estudiante más y nada va a cambiar eso, la tonta aquí… ¡Eres tuphght!
—¡Hikari! —dijeron los otros dos al ver como el chico había recibido una patada en los genitales y al quitarle la pierna encima, el chico se arrodillaba y se caía a un lado—. ¡Hikari, no! ¿¡Por qué hiciste eso?!
—Por molestar a mi Princesa —dijo una chica con mirada fría y de desprecio hacia los tres, era más hermosa que Tohka en varios sentidos, pero al parecer mucho más agresiva.
—¡Ai-chan, te estaba buscando! —dijo Tohka, muy feliz, olvidándose del trío de chicas que ayudaban a su soldado caído.
—Perdón, me tardé más de lo esperado —dijo con una sonrisa un poco culpable, viéndose linda al mirar a Tohka, Shidou quien la observó, se sonrojó por esa sonrisa tan linda y delicada—. Ya no me tienes que buscar más, después de todo, estamos en la misma escuela, Princesa.
—¡Sí! —dijo al abrazarla con algo de fuerza, tal vez más de la esperada—. Vámonos, quiero saber si vamos a estar en el mismo grupo.
—Cierto —respondió con una sonrisa, pero se volteó al trío quienes, al sentir su mirada, empezaron a sudar un poco—. En cuanto a ustedes, vuelven a decirle algo desagradable a mi Princesa, y no tendré piedad…
«¿¡Esto te parece piedad?!» Pensó Hikari, quien miró a Ai de forma retadora, aun con dolor y tocándose los genitales. Pero Ai frunció el ceño, su mirada mataría, si pudiera.
—Ya, Hikari, déjala, parece que va en serio… —dijo Tonomachi a su oído, luego dejó a su amigo tirado en el suelo—. L-Lo sentimos, en realidad él siempre dice esas cosas, pero no son en serio, no tomen en cuenta a este idiota, ¿de acuerdo?
«¡Se supone que eres mi amigo!» Pensó Hikari, todavía adolorido, pero Shidou le ayudó a levantarse.
—Por esta vez —dijo aun con voz fría, fue con Tohka, quien le estaba esperando para que fueran dentro de la escuela, Tonomachi aprovechó para tomar una foto, justo cuando ellas les dieron la espalda.
—La primera del día.
—¿Estás bien, Hikari?
—¡Oh, sí! Como si me hubieran dado un masaje, Shidou —dijo con dolor y con el ceño fruncido, Shidou se rascó la mejilla mientras que su amigo se recargó en la puerta, tapándose los genitales.
—Lo siento, fue una pregunta estúpida, pero veo que ya te recuperaste.
—¡Hikari, Shidou, Tonomachi! —dijo un joven quien venía corriendo, con la mochila en la espalda y con una pequeña sonrisa en le rostro—. No es muy tarde, ¿verdad? Había bastante tráfico, no sé porqué hay tantos autos.
—Llegas algo tarde para dos encuentros divinos, Satou, aunque uno no fue muy agradable —explicó Tonomachi y le mostró la foto de Ai y Tohka al chico de cabello negro vio con cierta duda, pero al intentar tomar la foto, se le fue alejada—. No, no, esto es material de calidad.
—Deberías de dejar de tomar fotos así, las chicas podrían molestarse —dijo tranquilamente, luego vio a Hikari en su pose adolorida—. ¿Tienes ganas de ir al baño?
—Jajaja —rieron los otros dos, Satou arqueó una ceja sin entender, mientras Hikari miró a ambos amigos con molestia.
—¿Estás bien, Hikari? —preguntó un poco preocupado— ¿Qué te pasó?
—¡Una patada en los huevos, eso pasó! —gritó con dolor y mucha molestia, pero cuando lo hizo, muchas chicas les quedaron viendo con disgusto—. Lo que faltaba…
—¡Desagradable, Hikari-kun! ¡Hay chicas aquí! —dijeron tres chicas, tan unidas como el pan y la mantequilla, un trío conocido como Ai-Mai-Mii.
—Jaja. —Satou soltó una risita, pero luego los demás de sus amigos se rieron de él y el trío de chicas continuo con su camino.
—¡Suficiente, me largo! —dijo Hikari, bastante enojado y decidió caminar, aunque lento por su dolor.
—Hikari, ¡espera, no era mi intención! —dijo Satou al tomarlo del brazo para que no se fuera—. ¿A dónde vas? ¡Es el primer día!
—¡A suicidarme!
—¡No digas estupideces, no fue para tanto! —dijo Tonomachi como si no fuera nada, entonces Hikari lo miró con odio y se acercó a él—. Pero tu cara no tuvo precio, ¡jajajapgmmght!
—¡Tonomachi! —gritaron los otros dos con asombro.
—Esto tampoco lo tiene, amigo —dijo Hikari con una sonrisa maliciosa, Tonomachi se retorcía en el suelo—. Y sí, sigo teniendo buena derecha.
—Hijo de pu…
—¡Te lo merecías!
Pero esto no se quedaría así, Tonomachi le miró con odio y lo primero que hizo fue revisar su cámara, estaba cuarteada del lente, Hikari pensó que se había pasado, Shidou y Satou abrieron bien los ojos al ver la escena.
—Ups —dijo Hikari con una gota de sudor en la nuca.
—¡Ahora sí vas a ver!
—¡No se tienen porque pelear, Tonomachi! —Shidou lo contuvo, pero el otro tenía bastante fuerza, Satou se puso a un lado de Hikari, por si intentaba algo.
—¡Te voy a matar!
—¿Uy? —preguntó como si nada y fingiendo terror.
—Hijo de la…
—¡Hikari, deja de provocarlo!
—¡Solo le enseño expresiones nuevas!
Shidou no logró contener a su amigo y se lanzó sobre Hikari, pero este logró esquivarlo, sin embargo, Satou quiso atrapar al chico y atraparlo para que no hicieran más tonterías, pero no tuvo la fuerza y ambos cayeron al suelo. La cámara del chico rodó hasta los pies de alguien, así como la foto voló hasta la cámara por el viento.
—Por favor, Tonomachi, ¿acaso ya te olvidaste de quién te protegió de Takamura-san cuando supo que le tomaste fotos a su novia? —preguntó Hikari con ligera molestia y negó con la cabeza un par de veces—. Idiota.
—Ugh… —dijo el chico al girar a un lado, pero mientras estaba tirado, vio unas piernas delgadas y fuertes, de piel blanca, al subir la mirada se encontró con una mirada que le hizo tragar saliva—. ¿Eh?
La chica parecía un año mayor que ellos, tenía pechos por encima del promedio, su cabello era liso y largo, de color amarillo apagado, sus ojos eran de color violeta, vivos, pero fríos, sus cejas eran finas y largas.
Ella tomó la cámara y la foto, Tonomachi sintió que el mundo se le iba encima y se puso de pie rápido, algo asustado, Hikari se dio cuenta del cambio en su actitud, así que miró a la chica quien venía con la ropa escolar, pero con un lazo de color rojo en un brazo.
—¿Ah? ¿Qué es esto? —preguntó ella con una pequeña sonrisa que no tramaba nada malo.
—E-Esa es mi cámara, señorita —dijo el dueño, sudando un poco—. ¿Podría devolvérmela? Es muy importante para mí.
—Hmp, claro que sí —dijo al momento que la tiraba al suelo y lo pisó con tal fuerza que la destruyó frente a todos, quienes quedaron impresionados, Tonomachi se arrodilló, la foto fue cortada en pedazos con su mano y se acercó al chico.
—¿¡Quién diablos crees que eres?! ¡Ah! —dijo cuando le tiró los pedazos de la foto a la cara, los cuales flotaron frente a sus ojos estupefactos.
—Ellen Mira Mathers, jefa disciplinaria, basura —dijo al agacharse un poco para mirarlo con una sonrisa maliciosa—. Ahí tienes tu sucia cámara, es toda tuya.
«¿Jefa disciplinaria?». Hikari vio como Ellen pasaba de ellos, apretó los puños con fuerza. «No puede ser».
—¡Oye! —dijo Shidou, esta vez sí estaba serio, pero ella no le hizo caso—. ¡Oye, Ellen-san!
—¿-san? —preguntó al detenerse, luego se giró a él con una mirada fría, pero Shidou no parecía tener miedo—. Ellen-sama para ti, porque se nota que son la peor clase de basura que hay aquí.
—No tienes derecho a tratarnos así, además, ¡no existe una jefa disciplinaria, déjate de estupideces! —gritó Shidou, bastante molesto, Hikari ya pensaba en detenerlo, pero estaba de acuerdo con él—. Y no sé quién seas, pero no me importa, y te llamaré Ellen-san, ¡no me importa!
—Jajaja, creo que ya entiendo lo que pasa, son todos unos idiotas, esta escuela ya no es para los de su clase, no sé qué siguen haciendo aquí, para empezar —dijo con algo de disgusto, Shidou apretó los puños, pero Hikari estaba más enojado.
—Hikari, cálmate, es una chica… —susurró Satou al ver que estaba más molesto que nunca, pero se lo estaba aguantando.
—¿¡De qué estás hablando, maldita vieja?! —preguntó Hikari, Satou suspiró derrotado, sabía que esto no iba a salir bien.
Y claro que no iba a salir bien, porque Hikari fue sometido antes de que Tonomachi, aun herido por lo de su cámara, pudiera advertirle a su amigo, su cabeza fue estrellada contra la puerta de barrotes, si no fuera porque puso las manos por instinto, se hubiera dado un buen golpe en la cabeza.
—Ellen, tienes razón, pero no necesitas mancharte las manos con… Lacras como esta —dijo un joven con piel blanca, con ojos oscuros y de un color de cabello beige, pero tenue, Hikari no podía liberarse por más que lo intentaba, pero de una barrida lo tiraron fácilmente.
—Ike…
—¡Oye, eso es demasiado! —dijeron Shidou y Satou esta vez.
Pero el tal Ike los ignoró con los ojos cerrados, solo los abrió cuando Shidou intentó embestirlo para vengar al que consideraba su hermano, pero fue esquivado rápidamente, pero con la boca cerrada y sin perder el control, fue tomado de las ropas y lanzado con fuerza hacia la chica, solo que no cayó.
—¿Oh? Te veías tan tranquilo, callado como un perrito.
—Ya deja de molestar a mis amigos —dijo Satou, su mirada había cambiado, él también podía ser bastante agresivo si se le colmaba la paciencia, y eso que era muy paciente y tolerante—. Con todo el respeto, lárguense de aquí, por favor.
—Está bien —dijo con una sonrisa fingida, pero Satou seguía teniendo esa mirada filosa y fría, parece que lo había juzgado mal—. Se les hará tarde para la ceremonia de apertura, y eso sería malo para ustedes, si no, nunca aprenderán su despreciable lugar.
—Solo lárguense, eso es nuestro problema —contestó con voz fría y no dejó de mirar a Ike, no parpadeó ni una sola vez. La pareja se fue finalmente, luego el chico suspiró, Shidou le puso la mano en su hombro—. Lo siento, creo que esto solo nos traerá más problemas…
—No, Satou, hiciste lo correcto.
Después de eso, Tonomachi recogió las partes de su cámara y las echó en la mochila, Hikari le metió una patada a los barrotes, todos le voltearon a ver.
—Lo siento, Tonomachi, no sabía que había personas tan despreciables, pero van a pagar por esto. Ella no tenía porqué romper tu cámara, y yo no debí de golpearte así.
—No, yo fui el que se pasó de la raya, perdón —dijo con tristeza y luego sonrió con algo de culpa—. Gracias por defenderme, Hikari, todo el tiempo.
—Es que ustedes siempre se meten en problemas, son una molestia, excepto Satou —dijo con desdén, pero fingido, luego sonrió—. Bueno, no pude conseguirme otros amigos.
—Deja de decir mentiras —dijo Shidou al ponerle la mano en el hombro con una sonrisa—. Y Tonomachi, en vez de llorar por tu cámara, deberías hacerlo por los actos de bondad de Hikari, te ha salvado el trasero, de verdad.
—¿¡Soy tan obvio?!
—Eso lo confirma —dijo Hikari con pesadez y caminó con Shidou, Satou solo sonrió por ello y los siguió. Tonomachi suspiró con cierta culpa, pero corrió un poco para caminar al lado de Hikari.
—¡Me conocen demasiado bien! Pero no pienses mal, Hikari, realmente eres todo un héroe, más chicas deberían de ver eso, como esa chica de cabello blanco con cinta negra por la que perdiste la cabeza. —Hikari la recordó y se sonrojó ligeramente—. ¡Ajá!
—¡Ella no importa, ni siquiera sé su nombre!
—Oh, ¿Hikari se enamoró?
—¡Satou! —dijo Hikari al verlo con molestia, el chico agachó un poco la cabeza—. Ah, cielos, está bien, está bien.
—Mi hermano está perdiendo la cabeza por una chica que parece de la realeza, y no es por el hambre o el sueño, es un alivio, hasta Mana estará feliz cuando le cuente.
—¿¡Tú también, Shidou?! Carajo…
—Jajaja.
Y así, el primer día comenzó. Shidou cerca de Hikari, quien era como un hermano, él se sonroja ligeramente con molestia, pero Shidou sonreía mientras lo tomaba del hombro. Satou también sonreía por ver que todo estaba bien y Tonomachi era el que se reía para molestar Hikari.
No era el mejor comienzo y aunque fue una patada en los huevos, ambos estaban juntos. Otra vez.
