Título: I will be the love beside you.

Fandom: The mortal instruments.

Claim: Jace Wayland. Alec Lightwood.

Disclaimer: No son míos.

Summary: Lo siguiente que recuerda es un brazo que le rodea la cintura, el cielo que clarea y cómo su mente rápidamente se queda en blanco y él duerme. —Alec&Jace.

Nota: Para Analu y Carla porque las amo, fin. Llevo años sin escribir del fandom, so, posible OoC.

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«When you need me, I will be the love beside you»
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Despierta, de repente, con un grito a punto de ser proferido y el sudor frío bajando por su nuca. Está completamente despierto ahora, puede sentir cómo el miedo le recorre lentamente, latente, cuando la realización le golpea. Alec hace años que no tenía pesadillas de este tipo, de esas que te atormentan aún cuando a luz ilumina todo y tú sabes que estás seguro; de esas que se cuelan por cada grieta en ese muro que levantas en tu mente para evitar recordarla; de esas que te hielan la sangre y te paralizan. Alec hace años no tenía pesadillas así que ahora no sabe qué hacer.

Sabe que no puede quedarse ahí, tumbado sobre su cama, agarrándose de su sábana como si su vida dependiera de ello, reviviendo el bucle aquello que le ha despertado. Sabe que no puede ir con Isabelle porque sólo se burlará de él en cada ocasión que tenga. Sabe que no puede escaparse a la biblioteca para leer un poco y distraerse porque cualquiera podría encontrarlo y él no está muy dispuesto a dar explicaciones. Sabe que no puede quedarse ahí, porque las paredes parecen cerrarse contra él y ahogarlo en ese sueño que quisiera haber olvidado ya.

Sabe que su única opción es ir con Jace pero no puede evitar mostrarse reluctante porque, es Jace, se burlará, se reirá de él y aunque no le negará quedarse con él si lo necesita, tal vez eso sea lo que más hace temer a Alec. Que no se ría y le diga que vuelva a su habitación, que no le diga que «Por favor, Alec, ya estás mayorcito para esto» y le diga que hay mucho piso si necesita quedarse con él.

Pero es Jace y Alec sabe, se burlará, claro; pero abrirá la puerta en una invitación silenciosa, le preguntará qué pasa y cuando Alec no quiera decirle, lo dejará estar porque el miedo se refleja en sus ojos y él podrá ser un idiota pero no tanto. Intentará distraerlo y tal vez hacerlo reír (voluntaria o involuntariamente), para luego revolverle el cabello y decirle que puede dormir en el lado libre de la cama si no quiere el piso o el sillón antes de tirarse de nuevo sobre sus almohadas y sucumbir al sueño el instante que logre relajarse lo suficiente.

Así que se levanta y va. Pasos lentos porque está cansado y apenas es consciente de lo tensos que están los músculos de su espalda y cómo todo duele. Va, cabello imposiblemente revuelto y ojos que a duras penas se mantienen abiertos. No toca la puerta, la abre un poco y se escabulle dentro, porque es Jace y él es Alec y así es como las cosas son.

«Jace» murmura a la vez que mueve un poco su hombro. Siente el manotazo darle justo en la clavícula y no puede evitar soltar un quejido porque ¿eso? dolió.

«Hmnpf?» que Alec sabe que es el equivalente a un ¿qué pasa?. Y Alec no contesta, sólo le aparta, le empuja para que entienda que se haga un lado, y se recuesta a su lado.

Lo siguiente que recuerda es un brazo que le rodea la cintura, el cielo que clarea y cómo su mente rápidamente se queda en blanco y él duerme.