Contemplo la víspera de tu perdición; no soy más que espectadora de tu muerte inevitable, destino que tú no escogiste y no podrás evitar. El pecho duele, quema y algo se vuelve pequeño, se contrae, encoge, lastimando aún más el pecho herido. Paradoja es el saberte muerto cuando aún respiras, cuando aún caminas, cuando aún… ¿lloras? ¿Has llorado el pecado que tú no cometiste? ¿Por qué has ocultado en tu frialdad el dolor de saberte utilizado? Duele tanto perderte, sin conocerte y habiéndote conocido… porque estás y no vas más allá en mi pensamiento desde el día en que tus ojos reflejaron esa roja mirada, penetrante, fulminante, tan llena de odio y a la vez de tristeza.

¿Qué miras en el cielo cuando las gotas caen en tu rostro? Yo sé que disimulas tus propias lágrimas o las dibujas con la lluvia, te conozco… te he mirado, siento tu dolor aunque tú desconozcas el mío… el de saberte, perdido. Cuánto más quiero verte para guardar tu imagen en mí, pero no es destino, elección, no es lo que ni tú ni yo queremos…es mejor así; no habernos conocido, porque sin conocerte me duele tu pérdida pues haberte visto en esa puerta cambió el amor que juré sentir a otro. Amor a primera vista, en realidad no existe, porque odiándote, te ame y amándote, odié al destino.

¡ No lo quiero! ¡ no lo quiero! ¡ no lo quiero! No quiero perderte sin haber estado contigo, ¡di la verdad! ¡Confiésate inocente! Que sepa la verdad, para no perderte. Pierdes tú, pierde él…más pierdo yo por ambos. Saber el futuro duele más que desconocerlo, porque de qué sirve saber, que te irás si no pude tenerte, si ni en mis sueños te has aparecido y yo te sigo guardando en mí.

No quiero verte tendido y al suelo manchado de tu sangre, no quiero verte despidiéndote con ese último gesto humano; no quiero que al final abandones tu creencia en el odio, verte humano me recordaría que también lo soy; que cometo errores igual que tú. Tú error fue haber querido y haber mentido a un ser amado, mi error es quererte tanto… porque al final de ti no sé realmente nada, pues he sido público de tu vida visto desde otra mirada, pero… ¿qué piensas tú?, ¿de qué te jactas? Porque ni te has confesado inocente y jamás has sido culpable, no del todo, no lo has sido Itachi… a todos nos suele pasar, humano es confiar en la gente.

No quiero esa batalla que terminará en tu muerte, es inevitable, no es destino; es sólo algo que ya estaba escrito. Te lloraré, pues seré testigo de tu trágico final, seré testigo de la revelación de esa cruel verdad…tu inocencia… ¿él llorara? No lo sé, pero yo gritaré tu nombre, lloraré, gemiré y sentiré como el pecho se quedará sin respiración a tanto llanto, pues he perdido lo que añoré sin ser mío. No tengo consuelo más que la verdad que será develada, pero de qué sirve cuando tu vida ya no sea más que un simple…"fue".

Te quiero, te extraño, te amo…aún no te has ido y ya te echo de menos, ángel serás… más no mío; y pese a todo…seguiré amándolo, porque en él, dejarás la huella tuya. Sayonara… Itachi.