Capítulo 1: Incomodidad rutinaria

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen son propiedad de Cressida Cowell y Dreamworks.

Un simple historia que he querido compartir.


No había sido un día fácil, a quién quería engañar, esos dos últimos meses no habían sido fáciles, hacía tres meses que se convirtió en jefe de toda una aldea y por si fuera poco llevar el título de maestro de dragones, ahora debía dividir su trabajo en recolectar información de las nuevas especies que su madre había traído, hacer sillas, herrería, preocuparse por el bienestar de la aldea, comida para ambas partes, reparaciones etc, ahora su salud, que hacía unos meses era inestable debido al encerramiento por la muerte de su padre quedó en segundo plano, y es que Hiccup siempre llamaba a los problemas.

Ese día se sentía especialmente cansado, intentó madrugar para sacar a pasear a Toothless pero cuál fue su sorpresa al abrir sus ojos y percatarse de que el sol se alcazaba en medio del cielo.

La mañana no fue del todo productiva pasear por toda la aldea escuchando problemas o locas ocurrencias de los vikingos mientras intentaba sacar algo en claro de cuántos alimentos tenemos, número del ganado etc

Llegó la tarde y fue a la forja, allí todo era diferente, coser, cortar, fabricar, aquello que al joven jefe simplemente le gustaba, le relajaba, varias horas fueron las dedicadas y su tranquilidad era intermitente se preguntaba por su dragón, desaparecido desde el alba.

Cuando llegó a casa, ya entrada la noche, tras dejar medianamente recogido el local, saludó a su madre, que seguía metida en la cocina, seguramente intentando preparar algo decente, para al final terminar en el estómago de alguno de sus dragones, subió las escaleras y por fin en su cuarto se quitó el traje, se palpó el abdomen y noto ciertas marcas de la ropa, un suspiro de fastidio fue lo único que emitió el joven vikingo antes de tumbarse en la cama.

Poco tiempo después en medio de la penumbra descendió el dragón favorito del chico y entró por la ventana, admiró a su jinete, balbuceaba, emitía pequeños quejidos, los huesos del dragón crujieron mientras tomaba forma humana y cerraba la ventana, su humano era muy quisquilloso con posibles ojos que pudieran ver al dragón humanizado.

Se acercó y observó la cara contraída, estaba un poco sudado, dedujo que habría conciliado el sueño hará una media hora, siempre era igual llegaba la noche, dormía y aquel fatídico momento donde perdió a su figura paterna se repetía, siempre despertaría con un grito ahogado para posteriormente volver a dormir y así se repetía periódicamente, un ciclo vicioso que lo desgastó y volvería hacerlo si seguía siendo el vikingo cabezón e infantil que no deja que le ayuden.

Toothless bajó las escaleras encontrándose con Valka, solo ellos dos lo sabían a petición de Hiccup, `` ¿Qué pasaría si otros se enteran y quisieran capturarte? Ya tenemos suficientes tramperos, ladrones, cazadores…´´ dijo una vez el chico, `` Toothless, si se lo decimos a la aldea ellos querrán una explicación, no sabría dárselas, al menos espera a que sepa el porqué de esta transformación´´ fue otro argumento, dicha conversación se volvió incómoda a las pocas frases debido a que el dragón no consentía rebajarse al nivel del resto de reptiles alados ``Yo soy ahora un dragón que está por encima de todos los de esta isla, si quieren una explicación diles esto, ellos no están a mi altura´´ Hiccup se fue enfadado, ese chico debía aprender a respetar al nuevo alpha. Pero a pesar de las palabras prepotentes, el orgullo fue herido y guardado, nunca le negaría algo a Hiccup, a pesar de que estuviera en contra de su forma de ser, alzarse sobre todo, ese vikingo era su devoción, si estaba equivocado lo convencía, si quería hacer algo fuera de su alcance se lo prohibía, no quería alejarse o dejar de protegerlo, intentaba de enseñarle a ver las cosas desde otro punto de vista, si alguien le dijera tírate por un precipicio para salvar a los suyos, él lo haría, y eso era lo preocupante, el constante miedo que sentía por la vida de ese chiquillo.

Estuvo apoyado en el marco de la puerta con la vista perdida, Valka lo observó mientras seguía cocinando hasta que hablo ``Debes terminar con esto´´, dijo en tono neutro.

Ella lo miró, sabía a lo que se refería, su hijo no podía con todo el peso, no era solo ser jefe, llevar un herrería y hacer sillas, también estaba el peso de la muerte de su padre, la culpa, la preocupación de cómo seguir adelante, Valka instruía a Hiccup junto a Bocón, pero ambos no eran del todo convenientes para la tarea, y el hermano de Estoico la había tomado con el niño, no quería verlo, le despreciaba y si era el indicado para enseñarle nunca lo haría, debido a que antes lo mataría, así que nos vemos al trío fantástico intentando llevar una aldea que aun estaba en reformas. Por si fuera poco Hiccup había tenido que aclarar ciertas cosas en su vida y una de ellas fue Astrid, chica guapa, atractiva, fuerte, tenaz, valiente, admirable, cada vez que Hiccup estaba cerca se sentía como un cero a la izquierda, y ya no se molestaba por ser el vikingo perfecto pero la chica desprendía un aura de fortaleza y vitalidad de la cual carecía nuestro protagonista y muy a su pesar este hecho lo quemaba tras cada visita, por lo que se fueron distanciando quedando como meros conocidos, esta trágica verdad se repitió con sus allegados, impidiendo al chico salir de su trance depresivo. Hasta que ocurrió, el dragón mutó mientras Hiccup deliraba, lo cuidó esa noche como vio a su madre hacerlo, a la mañana siguiente todo fue algo extraño, el dragón con forma humana despertaba mientras veía a una Valka estupefacta en la puerta de la habitación, fueron unos días largos pero el vikingo mejoró y tras muchas preguntas sin respuestas el dragón demostró que dicha transformación podía hacerla a voluntad, por lo que Valka compró telas y le hizo algo decente al nuevo chico.

Si la relación entre jinete y montura era estrecha ahora esa brecha que impedía el contacto como iguales desapareció y con ello nuevas formas de interactuar y acercamiento por parte de ambos, para Hiccup este acontecimiento marcó una mejora en su salud tanto física como mental y para Valka una dosis de tranquilidad mínima, ya que ella era la primera en testificar el cariño que destilaban esos dos tórtolos, y eso le asustaba conmensurablemente.

``Sabes que yo no puedo ayudar en lo que me insistes´´ Respondió tranquila, no podía ser jefa de la aldea, ella entendía a los dragones, pero no a las personas, los corazones corrompidos y salvajes era incompatibles con ella.

Entonces Valka se asustó, otra vez lo estaba haciendo, se acercó sin que una se diera cuenta y susurró lentamente al oído de la mujer ``Yo no voy a ir en su contra, pero si esto empeora yo mismo lo mataré''.

Valka se dio la vuelta instantáneamente, pero solo vio humo grisáceo desapareciendo segundos después el rugido el furia nocturna surcaba el cielo, él habría salido a cumplir con sus tareas de alpha y volvería al alba para dejarle hierbas impregnadas con el primer rocío del amanecer, ya que Hiccup sufría dolores y malestares generales y esas hierbas, aconsejadas por Gothi, dieron resultado, aminorando el entumecimiento y relajando los músculos para soportar ese estado todo el día.


Nota final: Si habéis llegado hasta aquí gracias. Y espero que os haya gustado, tal vez no ha sido muy ameno, y he comprimido muchas cosas, me gustaría dedicarle algunos capítulos o historias a parte, de dos o tres capítulos a ciertos momentos, la depresión de Hiccup, de la transformación y el impacto que se lleva cuando lo ve por primera vez, sus primeros momentos juntos como humanos, la ansiedad de Valka, varias conversaciones entre Toothles y Hiccup, los encuentros con Astrid…

¡Nos vemos!