Piropo…

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Ahí estaba Karin, de pie, platicando con Ino, por quien mostraba una gran preferencia a la hora de hablar de amistades femeninas; las muchachas reían y se decían cosas al oído, luego miraban a otro lado y volvían a reír, mientras tomaban una bebida alcohólica terriblemente azucarada de la que se arrepentirían al siguiente día. Suigetsu estaba al otro lado del lugar, jugando beerpong con Inuzuka Kiba, su inseparable amigo de farra, era su turno de tirar, pero estaba distraído, viendo el trasero de Karin, que estaba ligeramente inclinada para poder recargar los codos en la barra. Una fuerte palmada en la nuca lo regresó al juego. Y lanzó la pelotilla, fallando.

Karin bebió de su vaso unos momentos, mientras Ino torcía los labios y jugaba con su mechón de cabello, le sonreía a Sai, que devolvió el gesto, de manera despistada.

—Deberías aprovechar y… ay no —se interrumpió a sí misma la rubia.

Ino se alejó de inmediato, con su vaso en la mano; Karin estaba preguntándole que sucedía y cuando miró en la dirección que lo había hecho la rubia, se topó con el gesto sonriente y bobo de Suigetsu. Maldijo su torpeza. Estuvo a punto de soltar un comentario mordaz, pero Suigetsu la tomó por la cintura y la jaló hacia él, tomándola desprevenida por completo. Las luces se reflejaban de manera enfermiza en su pálida piel. Ella intentó zafarse, él apretó el agarre.

—Hola guapa…

—¿Qué quieres, subnormal? —espetó, empujándolo.

Sonrió, acercándose a su oído. —¿Tienes pene?

En otra ocasión se habría sentido indignada, pero el alcohol ya le estaba aligerando la cabeza, así que lo tachó de encontrarse irremediablemente borracho y no pudo evitar soltar una carcajada, al ver el gesto galante que tenía en el rostro. Le dio una palmada en el hombro e intentó alejarse.

—No, Suigetsu, ya estás demasiado ebrio, de-…

—Yo podría darte un poco.

Karin lo miró con los ojos y la boca abiertos.

Él enarcó las cejas. —¿Qué dices?

La bebida de Karin le empapó el rostro y el vaso le golpeó la cabeza, él miró confundido al frente, al sitio vacío entre sus brazos. Karin caminaba, molesta, hacia el otro lado del salón, en donde se encontraba Ino, mirando entre sorprendida y divertida hacia él. Cuando la pelirroja se reunió con la rubia, se giraron para mirarlo y la primera le hizo un gesto muy poco amigable con una mano, él se señaló a sí mismo, confundido. ¿Qué había hecho mal?


¡Hola, hola!

Lamento que vuelvan a leerlo y se decepcionen, pero estoy subiendo todos mis escritos a esta cuenta, a la que siempre debieron pertenecer. Suigetsu es un reverendo caso…*extreme facepalm*

Domingo, 02 de septiembre de 2018