Todo lo que aquí aparece pertenece a su respectivo dueño, JK,WB XD


Holaaa, mi primer fic XD, me gustaba la historia pero la redacción nop, así que más largo... 4 enormes hojas más largo que el anterior y eso ya es mucho, lo volveré a escribir XD, no se preocupen la historia ya está solo se le agregaran algunas cositas más y estará mejor escrito, en Hollywood está de moda, así que tmb lo emplearé jajajaja el fic remasterizado digitalmente, jajajajaja ya, ya sí y que?? me la fumé verde ja!! (como si no lo hubieran hecho ustedes al atreverse a leer mis fics) jejejeje, besossssss y lean y... ;D


Una lluviosa mañana de noviembre, una marabunta de pelirrojos corrían por las salas de San Mungo, poco caso hacían a los gritos que los insultaban, y todo por el pequeño acontecimiento, o mejor dicho, por el enorme acontecimiento al que esa familia, según Harry Potter, la mejor familia… se enfrentaba… la más pequeña y única mujer nacida en generaciones, estaba a punto de dar a luz… eso y que… eran hijos de quien había derrotado a Voldemort, por fin la familia Potter continuaría… Ginny Weasley… ahora Potter, estaba por dar a luz a tres bebés…

Tan solo llegar al hospital, Ginny fue metida inmediatamente a la sala de parto, momento en el que los pelirrojos que se quedaron en la sala de espera empezaban a caminar en círculos, se miraban, veían al piso y se volvían a ver, ahí solo dos personas estaban un poco tranquilas o al menos no caminaban en círculos intentando hacer un hoyo en el piso como el resto de los varones, y esas dos personas eran dos mujeres, la señora Weasley y Hermione, ahora esposa de Ron, ella se limitaba a acariciar su enorme barriga de ya seis meses

-- ¡Ya tienen como tres horas ahí adentro! --explotó Ron a punto de arrancarse el cabello

--Recuerda que son tres bebés, Ron, es difícil… mejor siéntate --desde que se había casado con Ron, Hermione se había hecho de una paciencia increíble, Ron hizo una mueca indescifrable y siguió paseando, sus hermanos lo imitaban, ni siquiera Percy o el señor Weasley podían estarse quietos, mientras la señora Weasley los miraba con una cálida sonrisa

-- ¡No es posible! --volvió a gritar Ron quince minutos después, Hermione rodó los ojos, pero su mirada se desvió hacia la derecha, unos pasos que sonaban a pies descalzos corriendo sobre piso recién trapeado, le llamó la atención, se puso de pie al ver correr hacia ellos a un chico de no más de 16 años, se le hizo extrañamente familiar… vestía como roquero, pantalón y chamarra rota (de mezclilla) y una gorra negra con la visera hacia atrás, el cabello negro lo llevaba atado en una coleta baja, y usaba gafas de montura rectangular que mientras frenaba (efectivamente con sus pies descalzos) frente a Bill que lo miró interesado, acomodaba

--Buenos días, busco al señor Potter

--Buenos días¿podrías decirnos la razón? --preguntó Hermione algo suspicaz mirando fijamente esos ojos almendrados y esa sonrisa que el chico mantenía ante el claro ambiente que le gritaba que no era bien recibido

El chico consultó pensativo su reloj pulsera, después miró a Hermione

-- ¿Podría darme la hora por favor?

--Ocho y media

El chico amplió su sonrisa, se dio una curiosa palmada en la frente y exclamó divertido:

-- ¡Ya entiendo, estoy algo adelantado!... si me disculpan, me retiro, volveré dentro de dos horas… --Consultó interesado su reloj, contó algo en él y volvió a ver a Hermione que no apartaba su vista de él --...y quince minutos… --su sonrisa se borró segundos después, y con la mirada de un hombre que ha pasado demasiado, agregó: --tengo que tratar algo muy importante con el señor Potter… --su mirada se ensombreció exageradamente, su mano derecha empezó a temblar tanto, que tuvo que esconderla en uno de los bolsillos agujerados de su pantalón --es sobre sus hijos… de vida o muerte… con su permiso --la luz volvía a esos interesantes ojos, una hermosa y prácticamente perfecta sonrisa cruzó su rostro llenándolo de luz, hizo una leve inclinación de cabeza y corrió por donde había llegado

--Pero… --murmuró sin entender una palabra Ron

--Eso fue extraño --interrumpió George

--Demasiado --corroboró Fred

--Parecía muggle

--No cariño --dijo el señor Weasley mirando a su mujer --los muggles no pueden entrar aquí

--Es un chico muy hábil, intenté usar legeremancia --comentó pensativa Hermione

--Hurgando en la mente sin permiso¿eh?, eso no es bueno cuñad… --George cerró la boca ante la fulminante mirada de Hermione

--Pero no pude hacer nada, ese chico es bueno en oclumancia… también algo orgulloso, me mantuvo la mirada

-- ¿No será algún mortífago perdido?

--Quizá Ron, eso no lo sabemos --dijo Percy mirando desconfiado el pasillo por donde el chico había desaparecido

--Por lo menos no lo sabremos hasta que ese chico vuelva… --Hermione miró pensativa, bastante interesada hacia donde Percy lo hacía --será mejor esperar para avisar a alguien, esperemos hasta que los niños nazcan --murmuró, la señora Weasley la miró sorprendida, precisamente estaba por pedir a alguien que avisara

Después de esa extraña declaración de Hermione, los varones volvieron a pasearse en círculos frente a las mujeres que sin más que hacer platicaban sobre los hijos que Hermione tendría, Ron pasaba muy cerca pero o no escuchaba o no quería escuchar.

Las dos horas y quince minutos que el chico había dicho, pasaron rápidamente, sin aparente explicación, los varones dejaron de intentar hacer un hoyo en el piso, unos portones frente a ellos se abrieron

-- ¡Harry! --gritaron todos al unísono

El moreno que salía agotado, más despeinado que de costumbre y con una mano vendada, les sonrió, Hermione arrugó el entrecejo mirándolo… esa sonrisa…

-- ¡Y bien Harry, habla! --apremió Ron desesperado, los demás asintieron

--Están bien, Ginny agotada, a los niños los están cambiando, en un momento los suben con su madre, por cierto, Fred, George… me deben 50 galeones cada uno --agregó pícaramente, la señora Weasley y Hermione lo miraron seriamente, Harry prefirió no mirarlas.

Los gemelos empezaron a brincar entusiasmados y a abrazar al que se les pusiera enfrente

--Familia… les tengo una sorpresa… suban --anunció Harry señalando el techo

Después de abrazarlo, todos empezaron a subir, Hermione y Ron intercambiaron una mirada

-- ¿Qué pasa? --Harry se regresó de las escaleras, conocía muy bien a ese par

--Bueno Harry --empezó Ron, Harry se extrañó al verlo callar y se asustó al ver que Hermione le apretaba el brazo como si le diera fuerza

--Me están asustando chicos

--Hace unas horas, un chico vestido como muggle vino buscándote y nos pidió que te dijéramos que lo esperaras, que tenía que tratar algo referente a tus hijos --explicó Ron lentamente, Harry lo miraba fijamente

--Algo… de vida o muerte --agregó Hermione

--Entiendo… suban, yo lo esperaré, veré si Ginny aún está ahí y le digo que subo en un momento --les sonrió mientras regresaba por los portones

Hermione y Ron se volvieron a ver, sabían que su amigo estaba preocupado y no era para menos, algo ponía en peligro a su familia, a su nueva familia… Ron besó a Hermione y le rogó que subiera con los demás y acompañara a Ginny, la castaña, solo por su avanzado embarazo obedeció, Ron dio gracias al cielo por ese bebé y se recargó en la pared.

-- ¿Remus? --preguntó interesado al ver llegar acalorado a Lupin, a penas si podía respirar

--Nimph está en… la… sala… 20

-- ¡Enhorabuena!, pero creo que esa sala está por allá al iniciar las escaleras… de donde vienes --dijo Ron señalándole tras él --Ginny tuvo a los bebés --aclaró al ver la mirada de Remus

--Los veo después, tengo que encontrar a mi esposa --balbuceó Remus deshaciendo sus pasos lo más rápido que podía, Ron sonrió mirando como el licántropo corría, pero su sonrisa se borró al ver al chico que tuvo que esquivar a Remus, sacó rápidamente su varita.

El chico llegó hasta Ron y se recargó en la pared, puso las manos sobre sus rodillas e intentó alcanzar el oxígeno que necesitaba, miraba de reojo a Ron que lo observaba de forma amenazante con la varita bien apretada

--Amigos hasta la muerte¿no? --comentó divertido, el rostro de Ron se crispó más si eso era posible --vaya… --murmuró intentando borrar la sonrisa socarrona que siempre le acarreaba problemas --bueno… no… no… está… ¿se fue? --logró preguntar entre cada bocanada de aire que tomaba -- me dormí --respiró hondo y se resbaló hasta quedar sentado

-- ¡Que hermana tienes Ron!, mira que no se quiere ir… me costó lograr que se quedara dentro… de no haber sido por… --Harry se interrumpió al ver a su amigo, siguió su mirada hasta un adolescente descalzo que lo miraba como si no hubiera visto algo mejor en el mundo, como si mirara a un héroe, aunque contando con su historia realmente no le sorprendía mucho

--Buenos días… ¿fue duro el apretón? --preguntó señalando la mano de Harry, el chico se alzó de hombros ante el silencio del hombre y se puso de pie --felicidades, una gran noticia --siguió como si no hubiera notado el mutismo de Harry

-- ¿Qué quieres y quién eres?

--Un hombre de pocas palabras --murmuró el chico sonriente, Harry sintió estar en un deja vú, ese chico se le hacía conocido y estaba seguro de que esa sonrisa la había visto antes -- ¿siempre es tan desconfiado señor Potter? --preguntó mirándolo fijamente aún con esa sonrisa que lograba descolocar a Harry

--Cuando la vida de mi familia está en peligro más

--Vaaya… ¿pero quién le ha dicho a usted que su familia corre peligro?, si yo he venido a ayudar…

--Déjate de juegos y di quien eres

--Bien, bien… que impaciencia señor por favor --miró su reloj, su expresión segura y socarrona se borró siendo reemplazada inmediatamente por la serena y sombría que Ron ya le había visto anteriormente --contestaré a sus preguntas¿Qué quiero?, ya le dije, ayudarlo¿Quién soy?, un viajero del tiempo… no me interrumpa por favor --se adelantó al intuir que Ron se burlaría --... he viajado exactamente 16 años, fui enviado para evitar una catástrofe, para evitar que mi época se destruya… verán… dos de sus hijos mueren por una terrible enfermedad de la sangre señor Potter, no la puedo explicar exactamente porque no sé de lo que trata, pero sé la forma de evitar que la contraigan y que en su cuarto cumpleaños enfermen y finalmente… --su expresión se ensombreció aún más, incluso un par de solitarias lágrimas resbalaron por sus mejillas hasta perderse en el cuello de su chamarra --...mueran --intentó normalizar su voz, pero no podía, sentía un terrible nudo en la garganta, apretó con furia los ojos, no quería llorar, no más… su mano volvía a temblar y así sacó un pequeño tubo de cristal que con gran trabajo pudo abrir, Harry arrugó el entrecejo al ver que lo que el chico comía con ansias, eran caramelos de colores, lloraba, ahora lloraba de forma terrible, su rostro se contraía entre el dolor que seguramente sentía.

Entonces, lo pudo ver claro… demasiado claro… esa mirada, esa sonrisa, el brillo que había notado cuando lo había visto, la forma en la que lo miraba, negó asustado, no podía ser lo que pensaba, con paso titubeante se acercó al muchacho que masticaba los dulces, tragaba y volvía a llenarse la boca con ellos, sintió un choque eléctrico recorrerle la mano con la que levantaba la barbilla del muchacho, ambos se vieron directamente a los ojos, el chico desvió la mirada rápidamente, Harry sintió un piquetazo en el corazón

--Con la diferencia de dos minutos… --no había podido controlar su voz, seguía quebrada y algo horrible se había instalado en su garganta, pero debía decirlo, debía contar todo para poder solucionarlo --...mueren… primero Remus… y después Sirius… --pasó el dorso de su mano por su rostro, una sonrisa se formó, Harry se extrañó al verlo, pasaba rápidamente de la felicidad más radiante a la tristeza absoluta¿Cómo era eso posible? --la esperanza de que no pase --contestó el chico --no, no soy adivino y tampoco uso legeremancia… por favor, sé que tiene más dudas y le prometo responderlas, solo haga una transfusión de su sangre a los bebés, la necesitan antes de que pase una hora… por favor, si no me creen no importa, solo háganla, nada perderán --guardó el tubito ya sin dulces, el temblor en su mano aumentó, parecía que necesitara algo, parecía desesperado, les sonrió intentando tranquilizarlos y sacó otro tubito igual lleno de caramelos de colores

-- ¿Y bien, que pasó Harry?

El joven dibujó una sonrisa mirando tras Harry, se cubrió la boca con una mano ocultando la sonrisa al ver la reacción de ambos hombres frente a él

-- ¡PERO QUÉ HACES AQUÍ, DEBERÍAS ESTAR ACOSTADA! --gritó Ron rojo y un poco alterado

--Cálmate, estoy bien, solo quiero saber qué ocurrió

El chico bastante divertido observaba discutir a los hermanos, el temblor en su mano ya había pasado y sonriente se llenaba la boca con dulces, entonces, la mirada de Ginny se posó en él, algo que lo hizo atragantarse y toser escandalosamente, Harry preocupado le dio algunas palmaditas en la espalda, ya recuperados y más que nada para huir de la mirada de la pelirroja, intentó seguir comiendo dulces, poco más que aterrado miró todos los dulces por el piso, tragó saliva y miró el tubito…

--Nada… --miró a Ginny, ella no dejaba de mirarlos --yo… yo… te…tengo… dulces… no hay… piso --tartamudeó señalándose él, el tubo y los dulces regados, tragó saliva con dificultad, sonrojado hasta las orejas miró a Ginny, volvió a tragar saliva, sintió que se le atoraba a la mitad de la garganta, cerró los ojos y con gran esfuerzo se giró hacia Harry --debo comprar más dulces, los tiré por error, puedes explicarle todo pero… --miró su reloj --...tiene media hora… ahora, si me disculpan --inclinó la cabeza con respeto e ignorando los gritos de Harry salió corriendo

-- ¿Harry, quién era ese chico?

Harry miró a su esposa, suspiró y abrazándola regresaron a la sala de parto donde el sanador estaba que trepaba por las paredes al no poder hacer acostar a esa mujer. Harry se quedó junto a ella hasta que la subieron a su habitación, después arrastró al medimago a un rincón donde le expuso su pequeño gran problema, aunque le costó cinco largos minutos, lo convenció.

Arriba, los Weasley tenían esperando ya una hora, no les decían nada y Ginny lloraba encerrada en la habitación, y ellos en la pequeña sala de espera de la misma, sin embargo, Ron por petición de su hermanita se había quedado con ella y lo hacía salir cada cinco minutos en busca del misterioso muchacho, mismo que llegó algo preocupado, justo al cumplirse una hora del nacimiento de los bebés Potter. Cuando el chico entró a la sala, se hizo un incómodo silencio, pero lo rompía con el sonido de sus dulces, miró divertido a su alrededor, estaba por decir algo gracioso cuando la puerta abriéndose violentamente y mostrando a un Harry Potter bastante desesperado…

-- ¡JAMES!

-- ¡Juro por todo lo santo que existe que yo no fui, yo lo miré fue…! --exclamó rápidamente el chico señalando a Ron, segundos después, cuando se había dado cuenta quien lo llamaba, sonrió abiertamente --lo siento, la costumbre --se alzó de hombros y miró a Harry con atención -- ¿qué?, digo, mande, digo ¿Qué ocurre?, digo¿sí?, digo… --cerró los ojos y también la boca, aunque con la misma sonrisa extendió los brazos hacia Harry pidiéndole que continuara

--Ginny quiere verte

-- ¿Todo salió bien?, tenía muy poco tiempo

--Sí, todo perfecto no te preocupes

--Que bien --suspiró el chico mirando a los Weasley

--Ginny te quiere ver --insistió Harry, el chico lo ignoró --Ginny…quiere…verte

-- ¡Aaah! --dio un brinco retrocediendo al sentir el susurro en su oído, girar la cabeza y toparse con Harry

--Pero yo…

--Tú nada --lo interrumpió Harry jalándolo de un brazo, abrió la puerta, lo metió en la habitación y de un empujón sacó a Ron --Ginny, aquí está James, como verás muy bien y…

--Harry… no lo veo

-- ¿Qué?... ¿Qué haces ahí?, anda --Harry miró a su derecha en busca de James, rodó los ojos y lo sacó detrás de un biombo cerca de la ventana

--Hola

--Hola James --sonrió Ginny mirando al muchacho que parecía muy nervioso

--Jimmy

-- ¿Qué?

--Me… me… --respiró hondo y miró a la pelirroja que seguía atenta cada uno de sus movimientos --...me dicen Jimmy, con James me siento en problemas --intentó sonreír pero solo le salió una mueca de nervios, una mueca que poco agradó a Ginny

--Quítate la gorra

-- ¿Eh?

--La gorra Jimmy, quisiera verte bien --indicó Ginny señalándole la cabeza, el chico tocó su gorra y miró a la pelirroja

--Yo… pues… me miro bien así para que despeinarme

--Quiero ver el color de tus ojos

--Son verdes, no tan brillantes como los de mi padre, pero son verdes, mi cabello negro y largo --aseguró girándose rápidamente y señalando su cabello, Harry enarcó una ceja --y… --sacó de nuevo los dulces, se llenó la boca y evitando mirar a Ginny fue hasta su padre --debo… debo… irme… la misión, sí debo continuar con mi misión, no me mandaron a hacer visitas de cortesía --Harry arrugó el entrecejo, no le había gustado ese tono --mire --miró a Harry mientras sacaba un disco escarlata de su pantalón, presionó un botón de su reloj pulsera, al instante un foquito verde empezó a parpadear sobre el disco que le tendía a Harry --si mañana a mediodía en punto, no regreso a su casa, por favor presionen el botón --indicó señalando un botón justo en medio del disco --debo irme, con permiso --murmuró nervioso, volvió a llenarse la boca con dulces y salió corriendo de la habitación

Ginny miró a Harry que miraba la puerta, la pelirroja dejó escapar un sollozo, al escucharlo Harry se giró hacia ella y la abrazó con cariño, pero no podía dejar de mirar la puerta, algo además de lo que había dicho ese muchacho le preocupaba, no actuaba como un chico de su edad, él sabía como era no actuar como alguien de su edad y efectivamente, el chico ocultaba algo importante…

--Tranquila Ginny, todo está bien

--Pero… yo… siento que no quiere hablar conmigo, como que me evita¿me tendrá alguna especie de rencor?

--No te preocupes, todo va bien, el chico está nervioso, no pasa nada --se obligó a mentir, no lo creía, pero tampoco podía alterar a su esposa con sus absurdas elucubraciones…

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James caminaba ensimismado por las calles de Londres, no sabía donde estaba y no era que le interesara mucho, llevaba las manos hundidas en los bolsillos rotos de su pantalón, respiraba hondo cada que podía, algunas lágrimas bajaban sin reparo alguno hasta caer en su chamarra, ni siquiera intentaba limpiarlas o evitar que salieran, algo en su corazón le obligaba a seguir llorando, miró el cielo cubrirse de gruesas y oscuras nubes, sonrió de forma irónica, ahora lo que necesitaba… llovería… como si no pudiera ser completamente feliz, tenía que llover, como si el haber salvado a sus hermanos de nada hubiera servido, como si… respiro hondo, se detuvo y con furia golpeó la pared, sintió que la estremecía, pero solo era el dolor en sus manos, esa sensación tan conocida por él, se recargó contra la pared, sacó el tubo con dulces y lo miró fijamente casi con asco, lo abrió y se lo llevó a la boca, lo dejó casi vacío y lo volvía a ver… en un arrebato de inconsciencia entremezclada con dolor y furia, arrojó el tubo lo más lejos que pudo, miró como el cielo se teñía ilusoriamente de colores, los caramelos volaban formando un arco-iris, el tubito rodó hasta el medio de la calle justo para que un automóvil le pasara por arriba.

Negó con la cabeza antes de seguir su camino, tenía que terminar esa misión para dejar de hacerse ilusiones y volver a su época, ya no quería estar ahí, no podía soportarlo, cada segundo que pasaba ahí, cada segundo que veía a esos pelirrojos mirarlo como a un bicho raro, ya se había cansado de que lo miraran así solo por ser hijo de Harry Potter, retrocedía 16 años y no obtenía más que esa mirada, ya estaba cansado y terminaría con eso de una vez por todas…


SION

P.D.Espero señales de vida...