Capítulo 1: La Madre de Todas las Resacas

Santana López no recordaba lo que había pasado la noche anterior. Todo era tan borroso… Y ahí estaba ahora, somnolienta y sintiéndose asquerosamente. Sentía como si de alguna forma millones de mini Rachel Berrys se habían metido en su cabeza y hubieran empezado a cantar su repertorio de canciones entero usando el más potente y sádico micrófono en la Tierra. Estaba adolorida, mareada, confundida… Esta no era una sensación nueva para ella… Bueno, algo así, porque era una chica fiestera y de verdad le gustaba codearse con el conde "Trago Von Halkohol", pero nunca de esa forma. Y aun así, ahí estaba, tan calmada pero al momento de abrir sus ojos, inmediatamente volvió a cerrarlos.

-¡Maldición…!-Tenía la sensación como de que alguien estaba girando la cama. Sabía que tenía que levantarse, pero en lugar de eso, se quedó en la cama, y comenzó a recordar.

Fue invitada a una fiesta cualquiera… ¿Quién la invitó? No podía recordarlo y honestamente no le importaba. Todo lo que sabía era que esa noche estaba en esa casa, con un puñado de adolescentes. Nada inusual. Por supuesto, Santana estaba muy consciente de cómo iba a terminar esto: la mayoría de la gente iba a terminar ebria en unas dos o tres horas, tal vez, incluida ella. Y tal vez terminaría enrollada con alguien, chico o chica, no importaba. Nada importaba ahora que Brittany la había rechazado, incluso aunque no quisiera admitirlo para sí misma.

"¿Y qué hay de Sam?" Pensó. Bueno, no era como si le importara algo… Por supuesto, escribió una canción para él, pero no era realmente para él, sino para ella misma… Quería probar que no le importaba Brittany y que estaba más que feliz de tener un novio atractivo al cual cantarle.

De cualquier forma, fue a esa fiesta, empezó a bailar con un chico cualquiera, tomó un caballito de tequila, empezó a contar historias divertidas a los demás, tomó un caballito de tequila, se peleó con una chica solo por diversión, tomó un caballito de tequila… Y entonces se terminó el tequila y comenzaron a tomar lo que encontraron… La casa estaba tan llena que empezaron a consumir de un trago el contenido de lo primero que alcanzaban. De otra forma, el alcohol eventualmente se agotaría y aquellos que no fueron lo suficientemente rápidos para tomar bebidas terminarían sobrios, y hey, nadie quiere eso estando en una fiesta. ¿Verdad?

Después de eso, no recordaba nada. Sí, algo así como "Absolutamente nada".

La latina suspiró… Tenía que levantarse. No era como si estuviera de humor para quedarse en cama, sintiéndose como una mierda. La cabeza le dolía demasiado y comenzó a frotarse los ojos, cuando de repente se dio cuenta de que estaba usando un anillo. Un sencillo y desgastado anillo de plata. La antigua porrista hizo su reconocido ceño pero ignoró el anillo y estaba determinada a dejar la cama para ocuparse de esa maldita resaca.

Pero al momento que intentó levantarse de la cama, algo la apretó contra sí por el estómago. Santana no estaba realmente sorprendida, lo vio venir… Oh, de verdad, qué mala elección de palabras.

-Eso es lo que dijo-Murmuró la morena. Entonces procedió a examinar el brazo que la tenía abrazada. Una suave mano estaba en sus abdominales. Y entonces lo vio. Un sencillo y desgastado anillo de plata… Estaba en uno de los dedos de aquella mano.

Oh, rayos.

Y entonces se dio cuenta de unos pocos pero importantes detalles de por qué no podía estar casada:

Número uno: era menor de edad. Todavía iba al bachillerato. ¿Quién en su sano juicio le dejaría casarse?

Número dos: estaba, con E mayúscula, Ebria la noche anterior. Quizás casarse borracho era un escenario común en Las Vegas pero en una ciudad como Lima, Ohio no.

Número tres: La mano era, o de una chica… O de un chico muy afeminado (Lo opuesto a Rachel Berry) y el matrimonio homosexual no estaba permitido en Lima.

Santana sacudió la cabeza.

-¡Ay!-Probablemente sacudir la cabeza no era muy buena idea en su estado.

-¿Santana?-Dijo una voz. Era una voz de chico. El timbre sonó y finalmente, Santana se levantó, cuidadosamente colocando la mano que estaba sobre su estómago, en la cama, para no despertar a la chica o al "chico muy afeminado" descansando a su lado. Empezó a recoger las prendas dispersas y comenzó a vestirse, bajó las escaleras y abrió la puerta. Era un día brillante y soleado.

-Te ves terrible-Dijo Puck.

-Definitivamente-Apoyó Lauren, asintiendo.

-Gracias. Por suerte incluso mi "terrible" vendría siendo un "hermoso" para ustedes.-Replicó Santana.-Y bien ¿qué están haciendo tan temprano por aquí?

-¿"Tan tempra…"? Santana, son las 3 de la tarde. Nos preguntábamos donde rayos estabas, considerando que hoy es sábado y usualmente estás en el centro comercial…-

-De hecho Puckerman era el único preguntándoselo, a mi no me podría importar menos.-Respondió Zizes encogiéndose de hombros.

-… Pero nos encontramos con Artie y Brittany…

"Aquí vamos" pensó Santana. De repente la resaca no era nada comparada con el penetrante dolor que sintió en el corazón al escuchar esos nombres ser pronunciados.

-… Y Brittany estaba preocupada porque ustedes dos no han hablado últimamente y después de todo, pasar por el centro comercial es parte de tu rutina de los fines de semana. Ella quería saber si te había sucedido algo.-Continuó Puck.

-Y bien, si estaba tan preocupada, ¿Por qué no vino ella misma a preguntar?- Preguntó Santana, tratando de sonar indiferente. A decir verdad, sí estaba preguntándose el por qué.

-Estaban en una cita y por supuesto Brittany no quería quedarle mal a Artie. Le debo un favor, ya sabes, me ha estado ayudando con la escuela y esas cosas… No le gusta que su novia esté triste así que me pidió que pasara por aquí y viera qué tal van las cosas…-Puck la miraba fijamente, frunciendo el ceño un poco, como si pudiera decir si había pasado algo con tan solo ver su cara.

-Bueno, estoy perfectamente bien así que puedes decirles que se metan en sus propios asuntos.-Replicó la latina con un tono desagradable. Frunció la cara al sentir cómo aumentaba su dolor de cabeza.

-Nop, no lo estás. Puedo adivinar lo que pasó: estuviste en esa fiesta salvaje de ayer y tomaste hasta caerte."- El chico con el corte mohicano podía asegurarlo porque… Bueno, es Santana de quien estamos hablando.-Como sea, ¿Dónde están tus padres?

-Mmm… Fueron a visitar a mi tía… No tenía ganas de ir así que me quedé.- Murmuró Santana.

-Bueno, extraoficialmente… No tienes una resaca promedio, hay algo más. Le diré a Brittany que estás bien, pero de verdad tengo curiosidad… ¿Qué sucedió?-

-Más bien '¿Con quién?'-Dijo Lauren burlonamente.

Qué rayos. Estaba tan aliviada al darse cuenta de que no podía estar casada y al mismo tiempo, tan enfadada gracias a "Mc Pantalisiado" y Brittany que comenzó a hablar.

-Bueno, me desperté. Y estaba usando ESTO.-Dijo la morena, mostrando el anillo en su dedo, muy a lo "Single Ladies".

Puck quedó boquiabierto.

-No te…-

-Por supuesto que no.- Respondió ella rápidamente.-Pero es gracioso, ¿No lo creen? Quiero decir, ¿Quién rayos te da un anillo justo antes… o después de tener sexo en estado de ebriedad?-Dijo riendo.

-¿Estuvo bien?-Preguntó el muchacho, con una sonrisa maliciosa.

-No recuerdo

-¿Es guapo?- Preguntó Lauren. Ahora ella también sentía curiosidad.

-No lo sé. No pude verle la cara.

-Tal vez te tiraste a Jacob Ben Israel.-Sugirió Puck. Eso sería explosivo.

-¡Aghh, cállate! No es él.-Santana sacudió la mano, descartándolo.-Es una chica, de hecho.

-Apuesto que es horrible y luce como un caballo, pero estabas taaaan borracha que ni siquiera lo notaste y pensaste que estabas teniendo sexo con la sensualidad encarnada, alguien como Megan Fox.-Puck sabía que no debía estarse burlando de Santana, ya que su mal temperamento estaba disponible las 24 horas, 7 días a la semana pero no podía evitarlo.

La latina lo miró amenazadoramente y estaba a punto de responder cuando en eso sintió una mano deslizarse por debajo de su blusa.

-Holaaaaaa.-Dijo una melodiosa voz.-Oh, Sany, niña mala, no vuelvas a dejarme sola en la cama ¡Nunca!

Se voltearon para ver a la dueña de aquella voz. Y en ese momento, Puck, Santana e incluso Lauren se quedaron boquiabiertos como idiotas.

Porque la chica que tenía a Santana en un estrecho abrazo y estaba ahora manoseándola, ignorando totalmente a la otra pareja presente en frente de ellos, estaba más que lejos de ser horrible y verse como un caballo. Era alta, tenía un cuerpo espectacular por decir lo menos, y su cara era hermosa. Cabello rubio, piel delicada y ligeramente bronceada, una cintura exquisita, largas y torneadas piernas, y por supuesto, un trasero perfecto. Sus ojos color avellana estaban parcialmente cubiertos por su fleco, tenía una nariz perfecta y su boca era sensual, con dientes perlados. Sus labios eran de un color rosa intenso y Santana notó que estaban hinchados… Vaya, vaya, la latina debió haber sido todo un torbellino la noche anterior.

Ah, y por cierto, estaba casi desnuda, usando solamente un sexy conjunto de lencería roja. Aunque parecía no importarle.

De pronto la rubia notó a Puck y Lauren, y los saludó.-¡Hola! ¿Son amigos de Santy?

Esto sacó a los chicos de su confusión. Recobraron la compostura.

-Sí, somos compañeros de clase y estamos en el mismo club. Soy Puck.-Respondió el chico.

-Yo soy Lauren Zizes.

-¡¿De verdad?-Preguntó la otra chica, emocionada.- ¿Y cuál es ese club del que hablan?-

-El coro.-Susurró Santana.

-¡Pero por supuesto! Tu voz es, o sea, totalmente ardiente y hermosa… ¡Además eres tan gritona! Apuesto a que ni siquiera necesitas un micrófono si cantas tal y como gritaste anoche…-Santana se sonrojó. Esperen, ¿qué? Eso era imposible. Santana López no se sonrojaba. Nunca. Pero de verdad ¿gritó tanto?

-Oh, ¡Pero qué descortés he sido! Olvidé presentarme. Soy Ashley.-Abrazó a Santana.-Soy la prometida de Santana.

Y de nuevo… Oh, rayos. No estaba casada, pero estaba comprometida. Genial

"Hola dolor de cabeza, te extrañé" Pensó la latina al sentir de nuevo ese dolor que le taladraba la cabeza.