− Es un bello niño, señora.- decía el doctor mientras sostenía al bebe, esperando que su madre lo agarrara.

Pero a Misa no le daban ganas de tenerlo en sus brazos. ¿Cómo cuidar a un bebe en medio de un mundo donde la maldad había vuelvo con mas fuerza que antes? ¿Cómo le respondería a su hijo si pregunta donde estaba su padre? La vida se le estaba yendo de las manos y aunque creyó que su embarazo la salvaría, en realidad solo la amargo más y más.

"Si estuvieras aquí, Light. Daria mi vida porque estuvieras aquí" pensaba ella mientras veía a su bebe dormirse en su pecho.

− Tendríamos que pensar en el regreso, Misa-Misa.- decía Matsuda, que seguía siendo su representante, ya que se dedico completamente a ello después de la investigación policial. − Imagínate, "La joven actriz Misa Amane regresa a los escenarios luego de tener a su primer hijo". Sería perfecto, ¿no?

Mas se dio cuenta que Misa no escuchaba. Solo se mecía con su niño en brazos, mientras cantaba una triste canción de cuna.

− Y dime,- dijo él tratando de cambiar de tema,- ¿Cómo le pusiste al bebe?

− Se llama Light, como su padre.- contesto ella clavándole la mirada vacía, algo que le dio pánico a Matsuda.

Luego de haberse ido, Misa dejo a su hijo en la cuna y decidió ordenar las cosas de Light solo para matar el tiempo. Entre tantos papeles, encontró un sobre con hojas vacías. "¿Para que demonios guardaba esto?" se pregunto ella.

Pero con solo tocarlas se auto contesto. Los recuerdos de todo lo vivido le cayeron encima como un balde de agua fría, logrando que empezara a llorar.

− Mi Light, mi dios, ¿Cómo seguiré sin ti?- murmuro entre sollozos.

− Espero que recuerdes lo que hiciste por él.- dijo una voz oscura detrás suyo.

− Lo recuerdo, Ryuk. Sé que viene mi hora.- le contesto mirándolo fijamente. De pronto, un halo de esperanza broto en sus ojos y le dijo con temor:

− Ryuk, por el tiempo que pasamos Light, tu y yo, ¿podrías hacer algo por mi?

− Podría ser. Dime que es.- respondió con inquietud.

Entonces ella se paro de su lugar, se acerco hacia él con calma y ya cuando estaba frente a esa figura grande y gótica, le propuso algo simple:

− Quiero que protejas a mi hijo de todos los males de este mundo podrido. Y cuando tenga 17, quiero que le des la Death Note, le cuentes sobre su padre y su madre e instrúyelo para que siga nuestros pasos. Para que él logre lo que nosotros no pudimos.

Ryuk lo pensó un momento y contesto:

− Esta bien, acepto. Pero con una condición.

− ¿Cuál? Te daré lo que tú quieras.

− Quiero una manzana. Hace mucho que no como una de esas.

Misa sonrío y fue hacia a la cocina a buscar una.


Dos semanas después…

"A quien este leyendo esto:

Mi vida ha perdido su rumbo hace mucho tiempo, aunque intente cambiar. ¡Dios, como intente cambiar por todos! Especialmente, por el pequeño Light.

Pero ya no puedo ser egoísta conmigo misma y con ustedes. Ya no puedo seguir retrasando este calvario eterno, seguir negando que este mundo no es el que yo soñé.

Así que he tomado la decisión de terminar con mi vida. Sé que les costara trabajo asimilar esto y hasta me odiaran por ello. Mas, si estuvieran en mi lugar, creo que elegirían la misma opción.

A Matsuda, le dejo todas mis ganancias para que las cuide hasta que Light crezca y le dejo su custodia.

Y a mi pequeño niño, espero que sepas que papi y mami te quieren y te van a estar cuidando, y tendrás a alguien que te defenderá de todos los males de este mundo y te dirá de algo que tienes que hacer, pero que lo sabrás cuando seas mas grande.

Perdónenme, pero ya mi alma murió hace rato con Light. Y él me espera.

Con Amor, Misa Amane de Yagami"

Horas después, su cuerpo se encontró en el asfalto de una avenida. Se había suicidado tirandose al vacío.