Recién había amanecido, me vestí con mi uniforme de la escuela y puse todo lo necesario dentro de mi confiable mochila amarilla. Fui hacia mi mueble y agarre el collar que se encontraba ahí.
Luego de unos pequeños toques, mi regalo estaba preparado. Sonreí. Un hermoso colgante con forma de corazón que se abría y mostraba dos fotos: una de Inuyasha y otra mía que nos habíamos sacado en mi época en una cabina de fotos. Era de color dorado. Solo espero que a él le guste.
También agarre mi arco y flechas, Kaede me había dicho lo que lo llevara conmigo a esta época a pesar de haberle dicho que no era necesario. Me despedí de mi mamá, Sota y mi abuelo. Corrí al pozo que conecta a esta época con la de Inuyasha.
Iré antes de lo acordado, supongo que Inuyasha estará contento. Salte dentro del pozo y cuando salí camine hacia la cabaña de la anciana Kaede. Divise a Shippo a lo lejos jugando con Kirara afuera de la cabaña.
-¡AOME!- grito Shippo con entusiasmo cuando me vio, saltando a mis brazos. Tire mi mochila al suelo y lo abrace. La anciana Kaede, Sango y el Monje Miroku salieron de la cabaña al escuchar nuestras voces.
-Señorita Aome, llego antes de lo esperado- dijo el Monje.
-Sí, pude ponerme al día en mis estudios por fin- le respondí sonriendo.
-Eso está bien Aome,te felicito pero de igual manera partiremos mañana a buscar los fragmentos de Shikon- dijo Sango.
-¿Y por qué no hoy?- esto era raro. Se miraron entre ellos como debatiéndose si decirme algo o no.
-¿Es sobre Inuyasha?¿No?¿Él está bien?- pregunte preocupada.
-Si Aome, no te preocupes, solo que él…. – Sango no dijo nada más y agacho la cabeza.
-¡EL TONTO DE INUYASHA SE FUE A ENCONTRAR CON KIKYO!- grito Shippo. Abrí los ojos y apreté el collar en mi mano llevándolo cerca de mi corazón. Se instaló un momento de tensión entre nosotros, trate de decir algo pero no pude y salí corriendo hacia el bosque. Todavía llevaba conmigo mi arco junto con las flechas.
Podía sentir la presencia de los fragmentos que Kikyo llevaba con ella. Corrí hacia allí. ¿Por qué iba? Si ya sabía lo que iba a ver. Supongo que era para recalcarme que Inuyasha no era nada mío.
Él no era nada mío.
Nada mío. Repetía mentalmente.
Llegue al lugar y me escondí detrás de un árbol. Cuando Inuyasha estaba con Kikyo jamás se daba cuenta de mi presencia. Estaban parados enfrente del otro. No podía escucharlos, pero lo que mis ojos vieron no creo que pueda olvidarlo. Kikyo se acercó al rostro de Inuyasha y lo beso, lo peor de todo… él le correspondió. La abrazo con mucha ternura. Él sabía que yo lo amaba, se lo había confesado, solo esperaba un poco de respeto de su parte. Dije que estaría con él, a pesar de que él dijo que estaría con Kikyo
-Inuyasha- susurre pero el igual no me escuchaba, que más daba. Pero Kikyo si me vio y en medio del beso sonrió. Me di la vuelta y me aleje de allí. Camine sin rumbo.
Llore como nunca. ¿No era lo suficientemente buena para él? Siempre dije que no cambiaría mi forma de ser por una persona, pero el cambio todo eso. Llore por amor, sufrí y no fue correspondido. Todo eso en tan poco tiempo. Sé que ellos tuvieron un pasado pero hubiese querido ser su presente y futuro. Trate de seguir a su lado, pretendiendo no ser una chiquilla inmadura, pero es como ahora me estoy comportando. No podía competir por su amor para obtener a Inuyasha, él no era un objeto, y Kikyo solo deseaba lo mismo que yo, el amor de Inuyasha. Pero lo más importante era su felicidad.
En un primer momento él dijo que ya no iría tras Kikyo, que me protegería. Todos rompen promesas. Ni siquiera soportaba la idea de verlos juntos, y justo hoy que yo esperaba que él se llevara un sorpresa termine siendo yo la sorprendida.
Camine por un buen rato más y cuando me di cuenta ya está perdida. Genial. Enfrente de mí había un acantilado pero por donde yo estaba había un hermoso campo repleto de flores.
Me senté en el suelo y mire al cielo. Saque un flecha y puse el colgante alrededor de él. Apunte directo hacia el lugar de donde yo había venido y había visto a Inuyasha y Kikyo por última vez.
-Ya no mas Inuyasha- y dispare. La flecha dio en un árbol y ahí quedo...
Ya no quería sufrir, desde que había llegado a esta época había desarrollado un gran afecto a mis amigos pero a veces sentía a Inuyasha distante, mientras que con Kikyo él se mostraba más apegado. Esto dolía y mucho hasta el punto de sentir una gran opresión en el pecho, más precisamente cerca del corazón.
De repente sentí la presencia de un fragmento de Shikon detrás de mí, había aparecido sin darme cuenta, no tuve tiempo de girarme y disparar una flecha. Sentí como si unas garras se clavaran a lo largo de mi espalda y mi respiración se cortó. Caí hacia adelante, al suelo, sin siquiera haber apoyado las manos. No había soltado mi arco. Me costaba respirar. Pero no podía dejar que es demonio acabara conmigo, gire sobre mi espalda rápidamente a pesar del fuerte dolor, agarre una flecha y dispare. El reflejo del sol no me dejaba ver pero cuando me acostumbre a él, no vi nada. No había nadie, el demonio había escapado. La flecha desapareció entre los árboles. Trate de pararme pero el fuerte dolor me volvió a atacar. Usando mi arco logre pararme y usarlo como un soporte para mí.
-¿Cómo estas querida Aome? Tanto tiempo sin vernos- Naraku
-¡MALDITO! ¡¿Tú fuiste quien me hizo esto?!- el dolor era cada vez más fuerte, lleve una mano hacia la herida y cuando la aleje, la sangre cubría la mayor parte de mi mano. -¡NARAKU TE DESTRUIRE!- trate de utilizar mi poder para tratar de descifrar donde se encontraba y cuando lo conseguí, a pesar de dolor me prepare y lance una flecha, esta rompió el campo de energía de Naraku y lo vi. Estaba sonriendo.
-¿Qué pasa Aome? ¿Dónde está Inuyasha?-
-A ti no te importa- y lance otra flecha, la luz salió leve, Naraku logro frenarla con una mano.
Mis poderes… ya no están pensé preocupada.
-¿Inuyasha te abandono y decidió irse con Kikyo? ¿La prefirió a ella antes que a ti?- eso era… verdad aunque me doliera aceptarlo pero el ¿Cómo sabia eso?
-El veneno está comenzando a hacer efecto- ¿Veneno? ¿Era por eso que me costaba hablar y los parpados me pesaban?
-MALDITO ¿QUE HICISTE CONMIGO?- y luego desapareció.
-¿Aome?- Inuyasha. Gire despacio hacia la persona que se encontraba detrás mío aunque ya sabía quién era. Abrí los ojos y lo mire sorprendida. No esperaba que viniera por mí.
Cuando me vio empezó a caminar rápidamente hacia mí.
-¿Por qué dejas que te lastime así? ¿Por qué dejas que juegue con tus sentimientos?- una voz desconocida resonaba en mi cabeza. Pero tenía razón… supongo.
-¡NO TE ACERQUES INUYASHA!- tras decir eso apunte directo con mi arco hacia él y empecé a caminar hacia atrás, de alguna manera buscando alejarme de él. Mi visión se tornaba borrosa. No sabía si era por la lagrimas o el veneno, quizás eran ambas. Inuyasha dejo de avanzar hacia mí.
-A..Aome ¿Qué te sucede?- pregunto preocupado. Falso. Las lágrimas caían por mi rostro y mí herida cada vez dolía más y más. Mire detrás de el a pesar de ver borroso pero la pude distinguir, con su chihaya difícil de confundir. Rojo y blanco. Kikyo.
-El vino con ella, seguramente estaban caminando juntos…tomados de la mano- dijo la voz y ante esa idea cerré los ojos fuertemente.
-No te acerque Inuyasha o si no voy a disparar- seguí caminando más atrás.
Mi vista se giró de nuevo a ella y detrás de ella vi a Naraku preparándose para atacarla. Lo primero que se me ocurrió fue desviar el arco que apuntaba a Inuyasha y apuntar al lado de Kikyo. Dispare pero la flecha en vez de dar en Naraku… sorprendentemente dio en Kikyo, más precisamente en su hombro izquierdo. Ella cayó hacia atrás por la fuerza del impacto con una expresión de dolor. La flecha no era para ella, estaba segura que daría en Naraku.
-Yo…Yo… Yo lo s-siento. No quise hacerlo- Inuyasha de inmediato corrió a socorrer a Kikyo.
Estaba segura de que la flecha no daría en ella pero entonces ¿Qué paso?
Con la mano que tenía libre cubrí mi boca para aguantar el llanto. Pero era imposible. Cuando una lagrima caía, otras le seguían. Inuyasha logro quitar la flecha y puso sobre sus piernas a Kikyo, él empezó a… llorar. La abrazo y la beso en los labios... Me dolía. Ella tenía los ojos cerrados y la sangre fluía de herida. No quise hacerlo, perdóname Inuyasha. Todo esto es mi culpa.
Él levanto su vista y en su mirada vi odio, jamás me había mirado así. Parecía irreal que alguien como él me mirara de esa forma, siempre fue bueno conmigo. Nunca lo hubiera imaginado.
-Prometí que protegería a Kikyo pero nunca imagine que fuera tú la que la iba lastimar, ¡¿POR QUÉ LO HICISTE AOME?! ¡¿POR QUÉ DISPARASTE HACIA KIKYO?¡ ¡RESPONDEME MALDITA SEAS!-
Di un paso hacia atrás pero no sentí nada y me di cuenta que estaba cayendo hacia atrás. Logre agarrarme del borde con una sola mano ya que en la otra tenía el arco. Las heridas se abrían cada vez más.
-INUYASHA-grite. Vino con Kikyo en brazos.
-¡¿POR QUÉ LO HICISTE?!-me grito. Pero yo ya no tenía voz. El veneno había recorrido la mayor parte de mi cuerpo. Estaba débil. Inuyasha debe de haber pensado que no quería responderle y pensé que me iba a ayudar pero sin embargo lo que hizo fue todo lo contrario. Piso mi mano y de inmediato caí. Todavía me acuerdo de su rostro, con lágrimas en él. Mirándome mientras caía hacia el rio. Él se dio vuelta y se alejó. Desde ese día, mi vida cambio.
Bueno, este es una historia que tenia pensada hace mucho, no saben cuanto me costo jajaja... espero que les haya gustado, esto es solo la primera parte del capitulo, es como una introducción. Comenten si les gusto, me alegraria mucho. Besos:)
