LUEGO
Sus besos, sus caricias, todo es completamente diferente de cómo me había imaginado, no voy a decir que jamás había degustado de una buena noche de placer, pero hay una gran diferencia entre esta con alguna de mis conquistas a estar con él.
Con mucho cuidado aparto unos cuantos mechones de cabello dorado, siento como sus hombros se tensan un poco, siempre es igual – Calma… lobito - le susurro mientas dejo escapar un poco de mi aliento para estremecerlo.
Le conozco a la perfección, su instinto lobuno le dice que no debe dejarse dominar, el es un ser dominante por nacimiento y no le gusta sentirse dominado, por el contrario mi bello Moony es tranquilo y pasivo, por ello su cuerpo se tensa, no sabe qué hacer.
Bese lentamente su nuca, dejando salir solo un poco mi lengua para que me sintiera, me encanta sentir como se estremece. Coloque con cuidado ambas manos en su cintura obligándole a acostarse.
Mis experiencias han sido numerosas y eso me peso un poco cuando ambos comenzamos a estar juntos, ya que Remus no creía en mis sentimientos, peleamos un sin número de veces, como hombres y como animales.
-Pad…- susurró pegando su espalda a mi pecho, inclinando su cabeza buscando mis labios y sin hacerlo esperar atrape sus delgados labios en un beso cálido y tierno, amaba estos momentos con Remus, esos instantes en los que dejo de ser el gigoló de Howarts y paso a ser solo Padfoot.
Éramos complicados, lo quería sin importar lo que pudiera pasarnos, lo que dijeran o lo que esto le causara a mi familia, estoy seguro que este amor que siento es de verdad, por él daría la vida sin pensármelo dos veces.
Mis manos con lentitud se metieron por debajo de su camisa, tanteando la suave piel de sus caderas, escucho como su respiración se agita levemente – Moony…- susurre su nombre sin proponérmelo, era increíble la facilidad con la que las palabras salían de mi boca, palabras que jure jamás decir, promesas cursis y ridículas en las que yo no creía y en las que ahora pongo toda mi fe.
Temo por lo que nos pueda suceder, se rumora que el mago obscuro más poderoso se está levantando, preparado para eliminara a todos aquellos a los que él cree impuros, temó por mi pareja. No me importa lo que los demás opinen, yo se que el vale más que cualquier otro que se sienta orgulloso por la pureza de su sangre.
Remus es puro, más puro que cualquiera – Sirius…-. Mi pareja se da la vuelta, mirándome con sospecho - ¿Sucede Algo?- me pregunta acariciando mi mejilla, capturo su mano y me la llevo a los labios, bese sus nudillos y sonriendo negué con la cabeza. No quería arruinar esa noche.
Volví a besarlo y con lentitud le fui recostando, comencé a desabrochar su camisa con cuidado, recuerdo que le molesto una ocasión en la que rompí los botones con desesperación, deje la prenda completamente desabrochada y comencé a bajar, trazando un camino de besos por su torso.
En pocos segundos escucho suspiros y palabras incoherentes, mis ojos seguramente están brillando de una manera espeluznante, nunca me ha gustado la tonalidad que agarran cuando mi cuerpo se llena de deseo por él, repito solo por él.
Siento sus manos acariciando mi cabello, jalándolo un poco para que deje de hace lo que le causa esas reacciones, pero yo simplemente desobedezco, es preferible que se retuerza de placer a que vea mi rostro y confirme que soy un pervertido.
Pueden decir cualquier cosa acerca de mi peor me da un poco de horror que mi querido Lunático confirme que soy un salido completamente. De pronto su cinturón me pareció la prenda más inútil que el ser humano pudo haber creado, es decir, ¿Para qué? Adoro como sus pantalones se escurren por sus caderas delgadas, quien en este mundo podría querer que eso le dejara de suceder a Lunático.
Mis labios se perdieron en su vientre, mordiendo sugerentemente el inicio de su pantalón, subí y metí con devoción mi lengua en su ombligo. – S..Si-rius- murmuro mi pareja agarrando las sabanas.
Su voz hacia que una intensa descarga recorriera mi columna, con un poco de desesperación le desabroche el cinturón y me deshice de su pantalón dejándole con su ropa interior color crema, ya un poco desgastada.
Me quede mirándole un momento, su hermosa figura sobre mi cama, su cabello desparramado en la almohada, sus finas caderas formando una bella curva, piel pálida y caliente – …Te ves hermoso…-le dije y enseguida una traviesa sonrisa se coló en sus labios.
Lo vi morderse los labios; un gesto adorable que me invitaba a acercarme a él y continuar con mi mayor vicio, hacerle el amor.
No podía creerme a mí mismo, desde cuando empecé a sentirme así. Supongo que desde que lo conocí sentí algo especial por él, pero las cosas cambiaron cuando descubrí todo de mi Lunático, sus temores, su lado oscuro, sus locuras, sus sonrisas, sus lagrimas, aprendí lo que era entregarse completamente.
Tome sus brazos y lo jale hacia mí, enseguida sentí sus piernas alrededor de mi cintura, le cargue y entre risas lo senté en el tocador de nuestro cuarto, todas las cosas se desplomaron en el suelo y varios cosas se rompieron – Ahh…Sirius, acabo de comprar eso- me dijo fingiendo un poco su enojo.
-Tranquilo, yo lo comprare otro día- conteste, volviendo a atrapar sus labios – Te amo- nos dijimos al unisonó haciendo que el otro se sonrojara aun mas. Estallamos en risas de nuevo, pero eso no duro mucho ya que al mirarnos, volvimos a perdernos en los ojos del otro, tome su rostro y continuamos nuestro beso interrumpido.
Con una rapidez sorprendente, me quite mi camisa y tome de la cintura a Remus – mmm…- los sonidos de mi pareja me hacían sonreír, sentí como sus varazo se perdían por mi espalda, acariciándola.
No me percate en que momento me desprendí del resto de mis prendas, hasta quedar al igual que Remus, con ropa interior – Te vez bien... Padfoot- me dijo mordiéndose sus labios, sonriendo le susurre – Tu te ves hermoso, Moony-
Mis manos se perdieron en su piel, recorrí so espalda, su pecho, hasta que tome el elástico de su ropa interior tirando un poco hacia abajo, dejándome ver una línea de fino vello, me acerque a su pecho y atrape entre mis labios uno de sus pezones obscuros –mmm.. Pad- suspiro mi pareja acariciando mi cabello.
Mis labios bajaron lentamente, dejando un camino de besos y un trazo de saliva hasta llegar a su vientre, mis labios succionaron un poco de su piel, me gustaba dejarle marcas, parece que después de todo si tengo algo de animal.
Sentí ese cosquilleo conocido recorrerme, termine por bajar la ropa interior de mi pareja y el enseguida coloco sus manos en mis caderas, retirándome la mía, estando iguales, solo él y yo, el perro y el lobo.
-Te amo- nos volvimos a decir, mirándonos fijamente, mis ojos recorriendo la belleza frente a mi – Te amo- repetí esta vez abrazándolo y guiándolo hacia nuestro lecho – Te amo- me dijo el besando mi clavícula.
De nuevo le acuesto y nuestros cuerpos se alinean perfectamente, pecho contra pecho, cadera contra cadera, muslo contra muslo. Besándole comienzo a frotarme contra ese delicado cuerpo. Estaba acostumbrado a estar así con muchas personas, hermosas mujeres pero jamás había sentido este delirio de placer por alguien mas, Remus es único y por eso me siento orgulloso de que sea yo el que este entre sus sabanas.
Nuestros cuerpos tan conocidos se recibieron con pasión, con un enérgico movimiento haciendo que nuestra excitación creciera a pasos agigantados, la boca de Moony se encargo de hacer estragos en mi oreja derecha haciéndome perder un poco el ritmo, mientras sus manos recorrían lentamente mi espalda, mi punto flaco, odiaba que el supiera todas mis debilidades y a la vez eso lo hacía tan especial.
Yo mismo le había enseñado todas esas cosas sin decírselo, así él sabía que en mi espalda yo tenía un punto débil, así como yo sabía que mi lobito enloquecía cuando acariciaba la parte interna de sus muslos y la de sus orejas.
-Si-irius… por..por favor..- me susurro en el oído levantando sugerentemente su cadera, mi cuerpo reacciono solo y dándole media vuelta a mi pareja y coloque mis dedos en su pequeña entrada.
Nos conocíamos tan bien, yo sabía que el cuerpo de Moony estaba perfectamente acostumbrado al mío y por ello la preparación no demoraría mucho tiempo, pero me gustaba hacer sufrir a Moony.
Soy vanidoso y adoro que Lunático me diga cuanto me desea, comienzo a meter mis dedos, primero uno que encaja fácilmente y enseguida un segundo digito haciendo que mi castaño suelte un largo suspiro- mmm… ¡ah!.._
Mis dedos se comienzan a mover dentro de él, intento estimularle un poco más, necesito escucharle decir cuánto me desea – Rem...-susurro su nombre mientras reparto besos por su espalda. Moony se arquea completamente, alzando sus caderas para dejarme mano brear mejor.
En poco tiempo sus caderas se empujan hacia a tras, queriendo sentir mucho mas , no falta mucho para que mi lobito hable-...¡ah!...- sí, falta muy poco - ¡Ya! Pa-aadfoot, hazlo… ¡Hazlo!- me grita.
Por supuesto que cumplo sus ordenes, le tomo de la cadera y con lentitud me voy hundiendo en su cuerpo - ¡Ahhh!.. ¡Pad!... ¡ahhh!- gime, sintiendo como entro en al – shhh... Calma lobito... Ya esta- le digo sonriendo.
Beso con amor su cuello y me entretengo en la curva de su hombro, mordiéndolo mientras mis caderas comienzan a marcar un ritmo – Rem... ¡Aaah!... ¡Mi Lunático!- grito intentando controlarme, nunca me a gustado acabar antes que mi pareja y con Remus me cuesta bastante hacerlo.
Remus es cálido, en toda la expresión, su interior es de fuego y tan estrecho que me hace delirar, es fácil dejarse llevar cundo estas con él. Es sencillo acabar dentro de un remolino de placer, por eso intento hacerle desesperar, dejo correr mis manos por sus muslos, lentamente, excitándolo aun mas - ¡aaahhh!... ¡Noo!... no ha-gas eso... ¡Perro ma...malo!- me grita intentando girarse.
Sonrió ante sus palabras, - Es… tu culpa, por ser tan jodidamente sexy- le murmuro y en cierta forma es cierto, encuentro a lunático bellísimo y más cuando esta contra las almohadas de mi cama.
Las estocadas junto con mis caricias en sus muslos hacen que Moony comience a balbucear, me encanta cuando hace eso, es mi manera personal de saber que mi lobito es cautivado por mí, y solo por mí.
Le conozco tan bien que se donde exactamente debe estar su punto de placer, pero me resisto a tocarlo, debo hacerlo justo cuando mi Moony piense que ya no puede sentir más placer- Padd…¡ Padfoot!- murmura, tal vez a dicho mas peor para mi ese idioma que sale de sus labios a dejado de ser ingles británico.
No falta mucho, lo sé porque me conozco, así que mis manos dejan sus muslos en paz y toman sus caderas, el ángulo preciso y justo en ese momento doy una embestida - ¡Ahhh…noo..ahhhh… pad…¡c-canuto!!- sí, justo donde quería, sigo embistiendo esa zona haciendo que sus gemidas se eleven en volumen – Paddd NOO… ¡AHHH!... ¡POR- PORFAVOR!... Si sigues… ahhh. No..pod..- sé lo que va a decirme, y la verdad es que tampoco puedo controlarme.
De nuevo dejo que mis manos acaricien sus muslos, y mi lengua lame sus orejas, las cuales están rojas la igual que su rostro – Si-Sirius… ahhhh..No…más…- me dice entrecortadamente. – Moon-ny… ahhh…te amo... Lobito... te amo- le dije cuando siento que el cuerpo debajo de mi se tensa alcanzando su punto cumbre de placer- ¡Ahhhhhhh!- grito siguiendo a mi pareja, es imposible aguantar mas cuando sientes a tu pareja de esa manera, tan intima.
Con lentitud salgo de su cuerpo y me dejo caer a su lado, aun con la respiración entrecortada, me acerco a él, con mucho cuidado besos sus cabellos húmedos – ahhh.. Padfoot...te amo- me dice girando su rostro para mirarme, sonriendo le acaricio levemente la cabeza – Yo también te amo, Lunático- le digo acercándome y compartiendo un beso tierno y húmedo.
Me dispongo a dormir, así que tomo entre mis brazos a mi pareja y él se acurruca tiernamente sobre mi pecho, es tan cálida esta sensación que desearía quedarme así para siempre.
Un golpeteo en la ventana hace que ambos despertamos de la ensoñación en la que habíamos caído, en nuestra ventana una lechuza de color marrón pelea contra el vidrio, me levanto con lentitud al igual que mi pareja, pero al estar mas cerca de la ventana llego antes y dejo entrar a la lechuza.
Esta agitada me extiende su pata para que quite la pequeña carta que cuelga de esta. Rápidamente abro el sobre y saco la nota - ¿Qué pasa Canuto?- me pregunta Remus acercándose a mí, leo varias veces le pedazo de papel intentando ver si estoy captado bien el mensaje de Dumbledore:
Canuto
No hay tiempo que perder, hoy es la noche, el traidor ha hablado.
Están en peligro. Te necesitan.
Tú ya sabes quién es.
A.D
-¿Sirius?- la voz de Remus me regresa a la realidad, no puede ser, James, Lily y Harry. Tengo que apurarme, tengo que ir a ayudarlos – Debo irme- le digo apresurándome a tomar mis cosas y vestirme – ¿Irte? ¿A dónde?- me pregunta intentando detenerme.
-Sirius... ¡Sirius!..¡Espera por favor!... ¡espera!.. ¿Qué está sucediendo?- me grita sosteniendo mi brazo con fuerza, pero no tengo tiempo para esto así que de forma brusca y ruda me suelto y le doy un empujón que lleva a Remus al suelo.
No me detengo a verlo, debo ir y ayudar a mi hermano y a su familia, eso es lo principal en este instante, luego le diré a mi lobito todo, luego le explicare lo que sucede, después tendremos tiempo para hablar…
Hola, bueno un fic de mi OTP, espero que le haya gustado, aun no sé si habrá continuación, esto salió de mi mente a la 1:53 de la madrugada así que, son delirios nocturnos.
Ya saben, está basado en los personajes e historia de J.K, gracias por leer y espero con ansias sus reviews para ver que les pareció.
Bueno, nos leeremos pronto, CYA.
