¡Hola, queridas lectoras, y nuevas, tal vez! :D Aquí les presento mi nuevo fic, que continuaré ya que estoy acabando con "La Vida En Nueva York". Éste se inclina un poco más al drama y al romance, pero espero poder incluir momentos humorísticos en algún punto. Si deciden leerlo, se los agradecería mucho, ya no podría continuar sin su respuesta. Espero que les agrade y se animen a compartirme su opinión...¡Disfruten!
AVISO: La serie Glee y sus personajes no me pertenecen. Solo los uso para entretenerme escribiendo :)
Una pequeña sonrisa que revelaba alivio y a la vez un poco de felicidad por estar de nuevo en su ciudad natal apareció en el rostro de Rachel cuando finalmente su avión despegó.
Bajó con cuidado, y al poco tiempo se hizo paso entre la multitud de pasajeros que también habían llegado del vuelo proveniente de la ciudad de Nueva York.
Su trabajo era envidiado por muchos de sus conocidos, pues Rachel había partido hacia la Gran Manzana años atrás persiguiendo su sueño que al final pudo cumplir. Era una reconocida actriz de Broadway, y los espectáculos ya eran para ella un estilo de vida.
Sin embargo, aquella temporada ya había terminado.
Rachel decidió, terminando su último show, tomarse un descanso que lamentablemente coincidió con la terrible noticia que su padre Leroy le comunicó: a su padre Hiram se le había diagnosticado cáncer, y la familia supuso que estando ella cerca las cosas ya no serían tan alarmantes.
Otra razón por la que la joven estaba volviendo a su origen se debía precisamente a que su mejor amiga de toda la vida, Quinn Fabray, iba a desposarse muy pronto.
Quinn y Rachel habían sido amigas desde que ambas estaban en el jardín de niños. Siempre hacían todo juntas y ambas siguieron apoyándose mutuamente durante el paso de los años.
Rachel no conocía al prometido de Quinn, pues ni siquiera había presenciado el noviazgo, pero su amiga ya la tenía alerta desde el día que había aceptado casarse.
Rachel desde luego que estaba feliz por ella, solo que deseaba conocer al afortunado y darle su visto bueno. Sabía igualmente, que Quinn necesitaba de su aprobación, pero supuso que de verdad estaba enamorada, pues él era el único tema de conversación en las llamadas nocturnas de larga distancia.
Con suerte, también se encontraría con su otro mejor amigo, Kurt, que últimamente solo se estaba ocupando de ayudar a Quinn con su boda.
Y a pesar de que la visita era algo agridulce, Rachel no pudo evitar reír al encontrarse por fin con su mejor amiga, que agitó su mano entre las personas que esperaban a los demás pasajeros para que la reconociera.
Rachel corrió hasta su encuentro, y ambas se abrazaron con fuerza, pues ya tenían unos meses sin verse.
-¡Estás hermosa!-exclamó Quinn, mirándola admirada-¡Has adelgazado mucho! Tendrás que ponerte a comer aquí, no quiero que mi dama de honor me haga ver como una ballena en mi boda si me pongo a su lado.
Rachel soltó una risita, y la abrazó de nuevo.
Quería mucho a su amiga, pero tenía que admitir que a veces hacía comentarios un poco imprudentes…o tal vez fríos.
Las chicas no eran precisamente iguales. Siempre había un contraste entre ellas. Rachel era la soñadora, justa, y amable. Quinn era un poco más realista, práctica, y algunas veces, autoritaria.
En infinidad de ocasiones, Rachel se sentía como el perrito de su amiga, pues parecía que ella siempre obtenía todo lo que quería sin hacer un mayor esfuerzo, y ella solo era su seguidora. Kurt, en cambio, catalogaba a Rachel como la cenicienta de aquella historia, pues rara vez tenía su momento. Lo irónico es que Rachel ya brillaba en los escenarios, pero aun así Quinn encontraba la manera de opacarla.
-¡No puedo esperar para que lo conozcas!-Quinn sonrió-Seguramente se llevarán muy bien.
-¡Déjame ver tu anillo!-pidió Rachel, emocionada.
Su amiga se lo mostró, y ella no pudo más que admirarlo extasiada. Era verdaderamente espectacular.
-Es…hermoso, Quinn, en verdad…
Quinn soltó una carcajada, y entrelazó su brazo con el de ella, justo como siempre lo hacían desde pequeñas.
Salieron del aeropuerto, y ambas echaron el equipaje de Rachel en la parte trasera del coche de Quinn.
Rachel se subió al lado del copiloto, y pronto Quinn encendió el motor. Camino a casa, Rachel no pudo despegar su vista de la enorme y hermosa piedra que Quinn tenía en el dedo.
Finalmente, apartó la vista y admiró el paisaje por la ventanilla.
Rayos…su mejor amiga iba a casarse y ella ni siquiera tenía tiempo para conseguirse un novio. ¿Y si acababa siendo una solterona? Bueno, al menos tenía a Kurt…
Llegaron finalmente a la casa de los Berrys, y nuevamente, Quinn ayudó a Rachel con sus cosas.
Tocaron a la puerta, y un sonriente Leroy Berry les abrió inmediatamente.
-¡Mi pequeña!-exclamó, envolviéndola en un abrazo.
-¡Me da mucho gusto verte, Papi!-dijo ella, dándole un beso en la mejilla-¿Dónde está Papá?
El rostro de Leroy se tensó un poco, pero aun así respondió a la pregunta de su hija.
-Tu padre se encuentra en la habitación, el doctor lo visitó esta mañana.
-Voy a verlo…-decidió Rachel.
-Sí, ¿y yo meteré tu equipaje por ti?-preguntó Quinn, divertida.
-¡Ahora vuelvo!-gritó Rachel, mientras entraba a su casa.
-Yo te ayudaré, Quinn-se ofreció Leroy.
Rachel caminó cautelosamente hasta la habitación de su padre, y tocó la puerta con delicadeza.
La débil voz de su progenitor le indicó que entrara, y cuando Rachel lo vio postrado en su cama, se le rompió indudablemente el corazón.
-Papá…-murmuró, acercándose a él-¿Cómo te sientes?
-Oh, de maravilla-respondió, a pesar de que su aspecto demostraba lo contrario-No siento nada, no entiendo por qué me hacen tantos estudios…
-Los necesitas…
-Yo me siento perfectamente, hija-insistió él-Siento mucho no haber podido recogerte en el aeropuerto. El doctor estuvo aquí pero…
-Está bien-lo tranquilizó Rachel-Necesitas descansar…y yo también lo haré.
-¿Nos veremos después?
Rachel sonrió.
-Tómate tu siesta-respondió ella-Ya nos encontraremos en la cena.
-De acuerdo…
Hiram cerró los ojos, y poco a poco, dejó ir la mano de Rachel, que ella misma utilizó para secarse una lágrima que cayó sobre su mejilla.
Su padre no estaba bien, tenía que aceptarlo, y era bueno haber decidido llegar justo en ese momento, pues en cualquier minuto todo podía cambiar.
Después de haberse instalado en su antigua habitación, Rachel optó por ponerse los pantalones de su pijama, sus viejos tenis Converse azul marino, una de sus sudaderas rosas favoritas, y se recogió el cabello con una simple coleta Tal vez podría aprovechar para salir a correr por el vecindario, pues apenas iban a ser las siete de la tarde, sin embargo, cuando se dirigió a la cocina para picar algo antes de salir, se encontró con Leroy…y Quinn, que estaba completamente distinta a como la había visto dos horas atrás.
Su amiga llevaba puesto un vestido rosa fucsia sin hombros, y usaba unos tacones altísimos, los mismos de los que Rachel siempre tuvo miedo de usar. Estaba fabulosa, como naturalmente era, y Rachel temió que estuviera planeando una salida nocturna, pues aunque ya había descansado un poco del viaje, no estaba de humor para salir a divertirse.
-De acuerdo… ¿qué es esto?-preguntó, perpleja.
-¡Te he organizado una reunión de bienvenida!-le explicó Quinn.
-¿A mí?-se extrañó Rachel-¿Ahora?
-Claro que a ti, tontita-respondió Quinn-¿A quién más? Y si, ahora. ¡Vamos, será divertido! Te rencontrarás con muchos amigos, y además… ¡conocerás a mi prometido!
-Oh, que maravilla-comentó Rachel con sarcasmo.
-Por favor, Rachel-pidió Quinn-Por una vez en tu vida, no seas aburrida…
-Mira quién lo dice…
Leroy tosió un poco para aligerar el momento.
Aun así, Quinn no se dio por vencida.
-Será algo muy pequeño, lo prometo-dijo-No irán muchas personas, solo amigos cercanos.
-Tal vez sería conveniente que fueras, Rachel-la animó Leroy-Yo cuidaré de tu padre…
-Pero…
-¡Por favor!-insistió Quinn-Es solo por esta noche…
Rachel se mordió el labio, indecisa.
Finalmente, dio un suspiro, y miró a su padre.
-Llámame si necesitas algo-le pidió-Espero no tardarme mucho…
Leroy asintió, y Quinn se acercó alegremente a ella para entrelazar su brazo y finalmente salir.
-Espera…-la detuvo Rachel-¿Piensas llevarme así? Me veo muy informal…
-Descuida, a nadie le importará…
-¿Estás segura?-Rachel la miró mortificada-No quiero desentonar…
-Tranquila, no hay ningún problema con tu atuendo-le dijo Quinn, y acto seguido, la jaló hasta la puerta.
-¡Por el amor de todo lo que es santo!-exclamó Kurt, al ver a Rachel y a su… ¿atuendo?
-¡Hola, Kurt!-sonrió ella-Me da gusto verte… ¿qué pasa?
Y ahí…se dio cuenta de que estaba mal vestida. Se sintió humillada. Usaba ropa deportiva como si nada mientras Kurt llevaba uno de sus carísimos trajes y traía puesta una de sus elegantes colonias.
Rachel quiso esconderse, pero Kurt la tomó del brazo.
-Tenemos que encontrarte algo…
-Pero… ¡estamos en la casa de Quinn!
-Es tu mejor amiga-le recordó Kurt-Seguramente te prestará algo…
Sin dejar que alguien más la viera así, Kurt llevó a Rachel hasta la habitación de Quinn, donde ambos encontraron a ésta haciendo una llamada muy discreta.
-¿Qué sucede, chicos?-preguntó, despegándose el teléfono de la oreja por un momento.
-Necesitamos ropa… ¡Rachel no puede salir así!
Quinn asintió.
-Un segundo, por favor…
Terminó su llamada brevemente, y entonces se puso de pie para abrirles su armario.
-Lo siento, Rachel-se disculpó-No esperaba que la reunión fuera tan formal, pero tal vez todos se vinieron así de elegantes porque ya saben como soy yo…
Kurt puso los ojos en blanco, y Rachel miró a ambos un poco intimidada.
-Bueno, me voy-anunció Quinn-¡Nos vemos abajo!
Unos minutos después, Kurt y Rachel salieron de la habitación de Quinn y se dirigieron a la terraza, donde ya los esperaba el grupo.
Todos estaban ansiosos por ver a su amiga, pues la última vez que habían entablado conversación con ella, no era más que una chica con grandes sueños, y en ese momento estarían por ver a una estrella.
Rachel no dejó de acomodarse el vestido turquesa en el que Kurt la había metido, pues siendo de Quinn, le quedaba un poco grande en la parte del busto, y algo corto en la parte de abajo, aunque eso ya se debía al gusto de Quinn por las prendas provocativas.
Kurt ya sabía que aquel vestido era algo importante para ella, pues lo había usado en la primera celebración de su compromiso, pero de vez en cuando disfrutaba molestándola, y al final de cuentas, era el que mejor le iba a Rachel.
Al acercarse a todos, Rachel saludó a Mike, Tina, Mercedes, Sugar, Sam, Artie, Puck, Santana, Brittany…entonces Quinn volvió a entrelazar su brazo con el de ella, y la llevó a conocer a su prometido.
Las rodillas de Rachel comenzaron a temblar cuando se dio cuenta de que ese rostro le era lamentablemente conocido.
Quinn sonrió, y sin soltar la mano de Rachel, descansó la otra sobre el pecho de su futuro esposo.
-Bueno, Rachel, quiero presentarte a mi prometido, Finn Hudson.
-Rachel…
-¿Finn?
¿Y? ¿Qué les pareció? ¿Debería continuar? Se me olvidó mencionar que este fic será un poco AU, y está en el futuro, pero igual y ya lo pudieron notar :) Lo he dejado un poco en cliffhanger porque bueno, desde este punto comenzará a desarrollarse la historia.
¿Creen que Finn y Rachel ya se conocerán? ¿Qué sucederá a partir de esto? ¡Por favor, dejen reviews! Solo así sabré si continuar o no, y desde luego, conoceré su opinión, lo cual me gustaría mucho :)
¡Gracias por leer!
