Un amigo es un enemigo que aún no te ha atacado
La grabadora
- El atardecer, ese momento del día en que el sol tiñe con coloridos colores nuestro cielo anunciándonos el próximo final de un día adulto que dará paso a un nuevo glorioso día – Dijo una voz masculina y enérgica a sus compañeros pingüinos mientras despedían a los humanos, era hora de cerrar en el zoológico de Central Park.
- Estoy de acuerdo contigo Skipper, ciertamente es un bonito atardecer – Dijo Kowalski.
- Me gustan los colores que hay en cielo – Comento el pequeño Cabo.
- ¡Ada!
- Ciertamente Rico.
Una vez que los humanos hubieron abandonado el zoológico, Alice cerrase las puertas y el banderín del zoo hubiera sido guardado los cuatro pingüinos se reunieron dentro de su base.
Cabo encendió la televisión, era la hora de los Lunacornios, Kowalski entro al laboratorio y Rico quiso pasar tiempo con su muñeca Perky. Mientras Skipper que tenía otros planes se preparaba para salir, mañana era el cumpleaños del pequeño Cabo y tenía pensado ir a comprarle una caja de chocolates Winkys de mantequilla de maní, así que con una bolsa se dirigió a la salida de la base.
- Skipper. ¿A dónde vas?
El pingüino líder se dio la vuelta, el más pequeño de los pingüinos estaba detrás de él.
- A ningún lado en especial, solo tengo unas cosas de líder que hacer Cabo – Inventó rápidamente
- Oh, esta bien – El joven soldado volvió a ver la televisión y Skipper lo miro mientras una pequeña sonrisa adornaba su rostro, nunca lo admitiría, pero siendo Cabo el miembro más joven le inspiraba un espíritu paternal que a veces no creía tener. Con aquella sonrisa salio de la base, su objetivo: una tienda de caramelos.
Cabo apago la televisión, los Lunacornios ya habían terminado y quería construir una torre de cartas, pero antes de que siquiera tomará sus cartas Kowalski salio de su laboratorio volando por una explosión y se estrelló con un dormido Rico y su muñeca.
- ¡Da!... argh, ¡da blag du! – Rico señalo a Kowalski mientras tomaba protectoramente a su muñeca.
- Lo siento Rico, me equivoque al llevar el dos – Fue la disculpa del científico, mientras se dirigía al laboratorio a verificar los daños seguido por los otros dos pingüinos.
- Kowalski, ¿Qué estabas haciendo? – Preguntó un curioso Cabo, mientras miraba a Kowalski revisar una gran maquina, le recordaba la maquina que este había inventado hace algún tiempo, esa que volvía las cosas invisible. Nunca lograba recordar los nombres complicados que el científico daba a sus inventos.
- Estaba inventando una maquina para que el sabor de cualquier pescado sea irresistiblemente sabroso. ¡Lo llamo el Sabrosesc!
- ¡Yum! – Dijo Rico mientras daba unos saltitos con su muñeca.
- Exacto Rico, aunque por una tonta falla perdí la pieza más importante, en fin, ¿alguien quiere ayudarme a buscarla? Necesito una tarjeta ram lo suficientemente potente para dar marcha a este delicioso bebe – El científico dio un salto emocionado por la idea de finalizar su nueva invención – Necesitare un poco de ayuda, la tarjeta que necesito esta en uno de los edificios al centro de la ciudad y con toda esa seguridad… eh, ¿dónde esta Skipper?
- Skipper salio hace como media hora, dijo que tenía asuntos de líder que atender – Informo Cabo mientras Rico asentía con la cabeza.
- Mmmm, ya veo – No necesitaba saber nada más, para él con su gran inteligencia era obvio cuales eran esos "asuntos de líder", pues él también tenía su regalo pensado para el joven soldado, para ello había estado construyendo el Sabrosesc – Bien, en ese caso supongo que tendremos que salir simplemente – Sonrío Kowalski, mientras empujaba a los dos pingüinos por la puerta. Si Skipper iba a volver con un regalo, era mejor que el cumpleañero no estuviera aquí cuando lo hiciese.
Mientras los tres pingüinos se alejaban del zoológico con dirección al centro una misteriosa sombra los observaba y luego de un rato sigilosamente entro al cuartel de los pingüinos, se les había olvidado cerrar la escotilla.
"´^*^`"
Skipper entro a la base, había logrado conseguir dos cajas de Winkys de mantequilla de maní al precio de una y ahora las tenía envueltas en papel de regalo listas para mañana. Al entrar noto que no estaban sus muchachos y un pensamientos paranoicos ya habituales para él lo invadieron, al menos hasta que encontró una nota pegada en la puerta del laboratorio de Kowalski.
"Skipper, mi ultimo invento se descompuso y como no estabas fui con Rico y Cabo a buscar la pieza para repararlo.
Kowalski"
¡Ah! Así que eso era, el regalo de Kowalski había tenido sus problemas. Le parecía un buen invento el que su mano derecha había creado, después de todo eran pocas la cosas más importantes que un buen pescado, sobre todo si ese pescado es súper delicioso.
El líder del equipo fue a su oficina y junto a los expedientes ultra secretos a los cuales solo él tenían acceso guardo las cajas de dulces. Al cabo de un rato llegaron sus muchachos con la pieza faltante, felices de haber realizado una exitosa misión. Después de todo las cosas siempre les resultaban más difíciles sin su líder, mas no imposibles.
Al otro día los animales del zoológico estaban celebrando el cumpleaños del joven Cabo en el habitad de los lémures, ya que estos no consideraban adecuado celebrarlo en el habitad de concreto tan "aburrido" y "sin color" de los pingüinos, eso era más del estilo de Skipper según Julien.
Mientras todos se divertían y Skipper se peleaba con Julien por querer quedarse los regalos y todos los bocadillos, el joven soldado se dirigió a la base. Quería tomar unas fotografía como recuerdo, sin embargo no lograba encontrar el objeto supuestamente guardado en el armario de suministros y se puso a buscarlo por toda la habitación. En eso entraron Kowalski, Rico, Marlene y Julien.
- Hey Cabo. ¿Qué estas haciendo? Vamos, volvamos a tu fiesta – Dijo Marlene mientras se acercaba al joven pingüino, seguido de Julien que había sido traído por Marlene para que dejara de pelearse con Skipper, este se quedo en la fiesta por orden de Marlene. Después de todo Marlene también podía llegar a ser convincente cuando estaba enojada, mientras Skipper le dijo a Rico que mantuviera un ojo sobre Julien por si acaso. Kowalski venía a preparar su regalo para Cabo, sin saber que el pequeño pingüino se encontraba en la base.
Cabo que estaba buscando la cámara detrás de la tele se dio vuelta – En seguida voy Marlene, solo déjame encontrar la cámara fotográfica, quiero tomar una foto de todos los que están en la fiesta.
- Ah que lindo de tu parte Ca…
- ¡Sí! ¿Una foto? Con gusto te ayudare saliendo en tu foto pingüino gordito, después de todo ¿quién no quiere que yo aparezca en una foto con mi hermoso perfil romano? – Dijo el rey lémur, mientras se acercaba y se apoyaba en Cabo, que algo molesto se alejo un poco de Julien, pasando a llevar algo con su pata. Una grabadora algo vieja y casi estropeada fue puesta al descubierto de los presentes.
- ¿Una grabadora? – Pregunto Cabo.
- Nunca la había visto, es demasiado vieja para ser de Skipper. ¿De quién será? – Dijo Kowalski mientras tomaba la grabadora de las manos de Cabo.
- Puf, eso es fácil de saber tontito pingüino, solo tienes que escuchar lo que esta allí.
- Julien, eso es de mala educación. No debes tocar cosas de otros sin su permiso – Dijo Marlene, olvidando al parecer que hablaba con Julien.
- Claro que no Marlene, solo mira y te mostraré lo útil que es – Julien se acerco a Kowalski para quitarle la grabadora, pero el científico no le dejo.
- Marlene esta en lo cierto Julien, es de mala educación intrusear en las pertenencias ajenas.
- Claro que no Kowalski, tú estas mal y yo no.
- ¿Y si solo llevamos la grabadora a la fiesta y preguntamos de quién es? Todos están allí después de todo.
- ¡Buena idea Cabo! – felicito animadamente Marlene.
- Sí, solo dejen me encontrar la cámara. Estoy seguro que la vi por aquí… en algún lado.
- ¡Ah! – Rico se acerco a cabo y le dio la cámara.
- Oh, gracias Rico – Dijo Cabo con una sonrisa.
Todos se pusieron en marcha para ir a la fiesta, sin que ninguno se diera cuenta que la sombra que había estado ayer en el zoológico dejo caer una pequeña bolita, haciéndolos tropezar, caer y que la grabadora comenzará a reproducirse.
