Disclaimer: los personajes de esta historia no me pertenecen, le pertenecen a la talentosa Stephenie Meyer, yo solo juego con sus personajes en mis historias locas (Edward, te adoro, pero no, no me perteneces).

Las 10 pm. O eso marca el reloj de pared.

Y nuevamente me encuentro en este lugar, el lugar donde trabajo. Pero no piensen que no me agrada o algo por el estilo, es solo que aquí viene la razón de mi dolor, ese dolor que no me quiere dejar, aún cuando salgo de aquí para dirigirme a mi departamento o cuando estoy en la universidad.

Se preguntarán ¿Por qué no renuncia?, yo también me lo he preguntado muchas veces, y siempre llego a la misma respuesta, "Él".

Bueno, ni siquiera les he contado quien soy o en que trabajo. Soy Isabella Swan, pero prefiero que me llamen "Bella", solo Charlie y Renne "mis padres" o mis amigos me dicen Isabella, ya sea cuando me regañan o me reprochan algo.

¿Mi trabajo?, soy mesera y cantante en un conocido bar de Chicago, no piensen mal, este es un buen lugar, todos somos como una gran familia y yo por ser la pequeña, por así decirlo, me cuidan mucho. El dueño Emmett McCarty de 28 años ya ha tenido que romper varias caras de clientes y de mas para ayudarme. Él es muy divertido, pareciera que te pudiera matar en cualquier momento, pero en realidad es una de las personas más dulces y cariñosas que he tenido el privilegio de conocer, al igual que su esposa Rosalie Hale, ella es la que me propuso cantar en el bar, después de escucharme en una ocasión, a unos cuantos meses de haber entrado a trabajar aquí, su hermano Jasper Hale a veces me acompaña tocando la guitarra.

Solo canto los viernes y por lo general canciones que me piden, pero hoy cantaré una que he compuesto. El otro día se lo propuse a Rosalie y le ha encantado la idea, al igual que la canción. Ha tratado de sacarme el nombre del chico que la inspiro, pero no lo ha logrado, ya que "Él" es uno de sus mejores amigos, al igual que el de su esposo. Para aclararlo mejor, "Él" y Emmett han ido a la universidad juntos, "Él" le presento a Rosalie, y "Él" es el padrino de su boda. Creo que más claro no lo puedo dejar, sería incomodo que se enterara que era él, mi gran inspiración, aparte de que este ya tiene pareja. Tanya si no mal recuerdo, la chica mas creída de todas, piensa que todos debemos besar el suelo por donde ella pisa, ja ... primero loca.

Él viene cada viernes con su hermana 3 años menor que él, Alice Cullen novia de Jasper. Y la mayoría de las veces también con su novia colgada al cuello. se me revuelve el estomago de solo verlos.

La primera vez que lo vi fue exactamente hace año y medio, justo el día primer día que cante en este lugar. Estaba tan nerviosa que casi me caigo del escenario y eso que el escalón es realmente pequeño, lo bueno que estaba cerca Emmett tomándome de la mano, solo por si acaso. Después de una sonorosa carcajada él mismo me dio el micrófono y se quedo a un lado solo por … ¿acaso tengo que decirlo?.

Estaba a la mitad de la canción cuando lo vi, sentí que mi corazón se paro algunos segundos y seguir latiendo con la mayor fuerza posible, en ese instante decidí que él seria mi inspiración, por él cantaría esa noche. Quien diría que desde ese momento mi corazón no latiría más que por él, por su cabello cobrizo despeinado, por su sonrisa encantadora, por sus ojos verdes oscuros. Hubo un momento durante la canción donde creí que me veía, pero no, a quien veía era a una chica cerca del escenario con el cabello rubio rojizo, la que después seria su novia. Sí, a la que no le quitaba la mirada era a Tanya, ni siquiera había notado mi presencia. En cuanto termine la canción, baje del escenario, tratando de disimular una sonrisa de felicidad, todos aplaudían, bueno… no todos, él estaba muy ocupado hablando con su nueva conquista. En cuanto pude le pedí a Emmett retirarme y él al notar que no me veía tan bien, accedió. Corrí a mi vieja camioneta, regalo de Charlie, dentro de esta aun seguí disimulando estar bien, me fue fácil llegar a mi apartamento porque a esas horas de la madrugada no había tanto trafico. Al entrar al apartamento aventé mi chaqueta al suelo y corrí a mi habitación a llorar, pueden creer que solo estaba exagerando pero era la primera vez que sentía eso por alguien, la primera vez que mi corazón latía de esa forma y no podía detener mi llanto. Por primera vez desde que me mude al departamento agradecía poder estar sola, poderme dejar llevar por mis lágrimas y pensamientos ¿cómo era posible que en la misma noche que me había robado el corazón, también lo hizo pedazos? y lo peor es que ni se dio cuenta.

Acabo de salir después de ponerme el uniforme, cuando veo el piano arriba del escenario, en aquí es cuando apenas me di cuenta que no tengo pianista, ¿Por qué había decidido que la melodía sea de piano si ni se tocarlo?, ¿quién lo va a tocar?.

- No te preocupes ya hemos conseguido a alguien, tú solo preocúpate de estar lista – dice Emmett detrás mío poniéndome sus grandes manos en los hombros y adivinando mis pensamientos.

- ¿Pero quien?

- Es una sorpresa peque – asegura revolviéndome un poco mi cabello.

- ¿Sorpresa? - Si, la curiosidad me mata.

- Si, y no hagas más preguntas, que no voy a responder - dice tratando de que parecer serio.

- ¿Como se me pudo haber olvidado? al rato va a venir Alice para arreglarte – se lleva la mano a la frente disimulando sorpresa. Pero no le doy importancia, ahora me importa otra cosa.

- ¿Va a venir Edward? - Genial, ahora era yo quien no pudo disimular entusiasmo.

- Claro que va a venir, o si no ¿Cómo podría venir ese duendecillo diabólico, eh?, acuérdate de que le castigaron su auto por volverse loca con su ultimo viaje de compras – dice con una gran sonrisa.

Siempre he pensado que él sabe mis sentimientos por Edward Cullen, desde la primera noche en que lo vi, cada vez que los veo a él con su novia, Emmett está a mi lado dándome un apretón en el hombro.

- Tienes razón, cuando está así, mejor ni acercarse - Alice y yo nos hemos vuelto grandes amigas al poco tiempo de conocernos, lo raro del asunto es que Edward y yo nunca nos hemos presentado. Yo simplemente lo veo y él ni sabe de mi existencia, podría pasar con un sombrero de frutas bailando "la macarena" y él ni en cuenta.

- Bueno, me voy a atender las mesas – digo alejándome y despidiéndome con la mano, él solo responde sonriendo aunque se le nota preocupado.

Son las 11:30 y se ve entrar corriendo a la pequeña Alice, aunque teníamos la misma edad era mas baja que yo, y ni que decir que Emmett que es un grandulón.

Sin decir nada y menos preguntar, corre hacia mi y me jala a la parte de atrás, gracias al cielo que no tengo nada en la bandeja. Ni clientes que atender en este momento, ya que hay más meseros que atenderán y aunque está todo lleno, no importa, ya que tengo el permiso de Emmett y Rosalie para no trabajar mientras me arreglan y después de cantar. Eso es extraño ya que nunca me he ido después de cantar, yo simplemente bajo y sigo trabajando, aunque ellos me piden que por lo menos tome un descanso.

- Vamos Bella que no tenemos mucho tiempo- afirma Alice apurada cuando ya ha cerrado la puerta.

- Tenemos media hora Alice.

- Ves, ¡solo media hora! – replica Alice como si fuera lo peor del mundo, yo solo pongo los ojos en blanco, lo mejor es no ponerme a discutir con ella.

- Si esa zorra de Tanya no hubiera molestado a Edward por teléfono, hubiéramos llegado mucho antes. Aparte de resbalosa, rogona. aún no puede aceptar que la terminara.

- ¿Dijiste que terminaron?

- No, no dije que terminaron, él la dejo – responde dándole énfasis a lo ultimo. No logro salir de mi asombro.

- Pero, ¿Por qué? Si ella es perfecta para él, no debió dejarla – Si, aunque no lo crean, esa presumida se lo merece más que yo. Aunque lo ame tanto, tengo que aceptar las cosas como son y una de esas cosas era, que ella le convenía más y yo la estaba apoyando.

- ¿Perfecta esa cualquiera? Para nada, y si debió dejarla. La muy idiota lo engaño con su portero, Felix - Si que esta estúpida ¿cómo se atreve a engañar a Edward? si ya se, yo también soy tonta al tratar de apoyarla.

- Que fresca me salió.

- Cual fresca ni que nada, a esas se les llaman zorras, llámala como es.

- Pobre, lo siento por él – soy sincera al decirlo, él no se merece tal cosa.

- Pues no deberías, ahora está soltero y libre para ti – dice con una sonrisa picara.

- ¿¡Que!? No, no ¿cómo crees?, que cosas dices Alice – Estoy segura de que mi cara está mas rojo que un tomate en este momento, ¿Por qué dice eso? ¿acaso lo notó?

- Como que, que cosas digo, si se nota a leguas lo que sientes por él – dice sonriéndome aún más. Si lo noto, no me queda duda, ¿contentos?

- Pero él ni sabe de mi existencia.

- De una forma es cierto, le he hablado mucho de ti, pero aun así ese cabeza hueca nunca te ha notado - Eso aunque ya lo se, me duele más escucharlo, ustedes también estarían así si les recalcaran que el ser que aman solo sabe que eres la persona a la que tortura su hermana con compras y demás.

- Lo siento – dice dándose cuenta de mi reacción - Créeme cuando digo que se lo que te ha dolido al verlo con esa... ¿no crees que es tiempo de dejar de sufrir?- pregunta tomando mi cara entre sus manos, ¿tendré una oportunidad?

- Y es mejor que te des prisa, él es tan idiota que esta pensando en perdonarla - no digo nada, mi mente se quedo completamente en blanco.

Ella me suelta y toma entre sus manos una bolsa que trajo y me la da. No, no tengo ni una sola oportunidad, aun así tengo que salir al escenario, a estas alturas no me puedo echar para atrás.

Dentro de la bolsa enconuentro un lindo vestido strapples negro, con una gruesa línea color plateado debajo del pecho. Sin decir nada, me lo pongo. Pero Alice no me deja verme en el espejo de cuerpo completo que hay aquí adentro, dice que arruinaría la emoción o algo por el estilo. En eso entra Rosalie con unos rizadores para el cabello y se ponen en marcha, lo bueno es que no duran mucho, afirman que es por mi tipo de cabello. Mientras Alice me maquilla, Rosalie vuelve con unos zapatos plateados con un tacón peligrosamente puntiagudo, un collar y unos aretes a juego. Me los pongo y por fin dejan verme al espejo. Casi quedo en estado de transe, no puedo creer lo que veo, la mujer que está frente a mi es hermosa, su larga cabellera café cae perfectamente en sus hombros, los rizos se ven completamente naturales, el vestido está a su medida, le llega a la mitad del muslo, los zapatos alargan un poco mas sus piernas, dándole una forma más estética. Siento como las lagrimas quieren salir, pelo las retengo. Han de creer que lloro por cualquier cosa, pero no, al contrario, antes de conocerlo tenía años sin haber llorado así.

- Ni se te ocurra llorar Isabella – me regaña Alice ¿Por qué Isabella?.

- Pero...

- Nada de peros – Ahora es Rosalie.

- Esta es la primera vez que canto una composición mía, gracias por haberme ayudado a arreglarme- agradesco apenada.

- Como note íbamos a ayudar, si es una gran ocasión – dijo Alice alegremente con mucha emoción, más de la que debería diría yo.

- ¿Que estas tramando Alice? - No puedo evitar preguntar a la vez que el pánico me invade.

- Nada, como crees, es solo que esta loca que aveces se entusiasma demasiado – contesta Rosalie dándole una mirada reprobatoria.

Aunque Emmett es como un hermano mayor para mi, Rosalie a sus 25 años al igual que Edward y su hermano gemelo Jasper, es como una segunda madre, no deja relucir mucho sus sentimientos, más bien diría que casi nada, excepto para sus seres queridos, y me alegra ser uno de ellos.

- Vamos, anda que falta poco para la media noche – dice Rosalie. Ella y Alice pensaron que seria de lo más romántico que cantara a esta hora.

Llegamos a un lado del escenario, Rosalie me da un abrazo de apoyo y Alice literalmente se me lanza a los brazos. Lo bueno que no pesa tanto, pero si que tiene fuerza.

- Todo va a salir bien, te lo prometo – susurra al lado de mi oído, me suelta y da una gran sonrisa.

Lo busco con la mirada, pero nada, no está. Hasta me fijo en la barra donde casi siempre se encuentra, pero solo esta Emmett y Jasper a un lado de este, Emmett agita las manos encima de él, como si no me diera cuenta de su presencia. ¿Acaso piensa que estoy ciega o que? puedo asegurar que en casi todo el bar logran verlo y ahora más que agita las manos, en eso levanta un gran pintarron, donde fueron remarcadas las palabras.

"¡Te vez hermosa! y ¡tú puedes peque!".

Emmett no deja de gritar de emoción. Si, a veces puede quitar esa imagen de matón en el bar. A pesar de la distancia logro ver como el sonrojo del pobre de Jass, al cual no le gusta para nada ser el centro de atención. después de que Emmett baja el pintarron, los dos me dan una gran y amable sonrisa.

-Y eso que es el dueño – Rosalie sacude la cabeza avergonzada.

- Es el mejor de todos - me enocojo de hombros sin poder hacer nada por mi amiga

- Es hora – dice Alice detrás de mí.

Rosalie camina en dirección del escenario y toma el micrófono.

- ¡Buenas noches a todos!, como todos los viernes, nuestra talentosa cantante y una parte importante de lo que es esta familia, Bella- al ir con ella y tomar el micrófono me desea suerte.

Sonrío viéndola irse con Alice hacia donde están los demás.

En eso siento a alguien a mi lado, volteo a ver y es él. Se le ve con una increíble sonrisa, pero después se ve preocupado.

- ¿Estás bien? – yo solo pude asentir

- ¿Estás lista para empezar? – ¿empezar que?, al parecer noto mi mirada confundida

- Lo siento, soy Edward Cullen, y yo seré el que te acompañe con el piano – obvio que se quien es, pero… ¿Por qué iba a ser él? ¿Esto es un sueño?, díganme que no lo es.

Giro mi vista a donde están los otros, Alice da brinquitos de felicidad, Emmett abraza a Rosalie, mientras los dos me sonríen y Jasper a un lado de Alice se encoge de hombros, articula con la boca un "suerte peque" y me da una agradable sonrisa.

Los voy a matar.. oh, si. Pero para eso ya habrá tiempo después.

- Será mejor que empecemos, la gente va a inquietarse – susurra en mi oído y siento un escalofrió por toda la espalda.

No pronuncio ni media palabra, me acerco al piano y me reclino en el. Observo como Edward se sienta en el banco y se acomoda.

- Esta noche es distinta, esta noche voy a cantar una composición propia. Espero que sea de su agrado y que pueda llegar a su corazón el sentimiento que refleja en ella – digo al micrófono, no tengo idea de donde salieron esas palabras pero al ver a mis amigos, noto que ellos si y que además saben a quien en realidad van.

Y yo que pensaba que era cuidadosa al estar cerca de ellos para que no lo notaran, si que tenía una idea errónea.

Empiezo a escuchar esa melodía, aquella que solo he escuchado en la mente, me giro para tenerlo frente a mí. Él me mira con tanta atención, me alegro al notar que se ha aprendido las notas, me pierdo en su mirada y suspiro una vez más ya que es momento de comenzar.

Quiero saber

de donde vienes

algo me dice

que a mi pasado perteneces

dime porque

te siento mío

si en esta vida

solo somos desconocidos

Por eso cuando tú la ves

me corre fuego por las venas

me falta el aire, me acelero

se me hace un nudo en la cabeza

Dime porque

si estoy o no te da lo mismo

no te das cuenta de que existo

y eso me duele

Dime porque (dime porque)

dime porque te necesito

me falta el aire, no respiro

y eso me duele

dime porque

Siento en la piel

tanta nostalgia

como quisiera

que en mi futuro aparecieras

Dime porque

te siento mío

si en esta vida

solo somos desconocidos

Por eso cuando tú la besas

me corre fuego por las venas

me falta el aire, me acelera

se me hace un nudo en la cabeza

No se en que momento empiezo a llorar, pero no puedo detenerme, como tampoco logro dejar de verlo mientras canto. Él me mira confundido, por alguna razón su respiración se ha vuelto tan agitada o más que la mía

Dime porque

si estoy o no te la lo mismo

no te das cuenta de que existo

y eso me duele

Dime porque (dime porque)

dime porque te necesito

me falta el aire, no respiro

y eso me duele

Dos almas separadas

que siempre volverán

Dime porque

si estoy o no te la lo mismo

no te das cuenta de que existo

y eso me duele

Dime porque (dime porque)

dime porque te necesito

me falta el aire, no respiro

y eso me duele

Dime por quee

uuuuhh

uuuuhh

porque

A pesar de estar apoyada en el piano, al final de la canción mis rodillas flaquean haciéndome caer sobre ellas sin dejar de llorar, durante un largo minuto no consigo escuchar ni un murmullo.

- Vamos, todos a bailar – se escucha el grito de Alice antes de que una estruendosa música inicie. Al parecer el plan de Alice para distraerlos funciona, ya que se al poco tiempo se escuchan estruendosas carcajadas y gente bailando, después se escuchan pasos acelerados que vienen en dirección a mi dirección.

- ¡Bella! – gritan mis amigos, trato de responder pero lo único que sale de mi son lagrimas y sollozos.

Unos grandes brazos toman mis hombros y me levantan con cuidado, sin tener que ver se que se trata de Emmett.

- ¿Estás bien?- pregunta una dulce voz, aunque apenas la he escuchado por primera vez dirigida hacia mi el día de hoy, la podría identificar donde sea. Levanto la mirada, él está frente a mi completamente confundido y preocupado.

- ¿Tú que crees genio?- esa es Rosalie.

- Creo que me estoy volviendo loco, pero creí…, creí que – empieza a decir pero se detiene.

- Olvídalo, es una locura.

- ¿Que creíste?- exigió saber Rosalie. Yo no se que hacer, por fin se calman mis sollozos pero aún no logro parar el llanto.

- Creí que me la cantabas a mí. Bueno, más bien que me la dedicabas a mi, pero olvídalo, es solo una estupidez – me dice y da la vuelta para irse irse.

Siento como todo dentro de mi se hace añicos a cada paso que da, si no fuera porque me sujeta Emmett, no hay duda de que ya hubiera caído otra vez, ¿acaso cree que mis sentimientos son estupideces?

- Sí, tienes razón – dice Alice, todos voltean a verla menos yo que estoy petrificada, hasta Edward se detiene y voltea a verla más confundido de lo que estaba antes.

- Es una estupidez, que después de por un momento logres pensar con el corazón, tú simplemente lo tires por el caño.

En eso comienza a escucharse mi canción, no me sorprendo ya que ahí tenemos acostumbrado grabar las canciones que se cantan, dice Rosalie que es por si algún día llega un caza talentos tendríamos material que enseñarle. Giramos a ver quien la ha puesto y es Ángela, una amiga y también mesera del bar.

Edward se acerca a mí lentamente mientras Emmett me suelta, se acerca cada vez mas, limpia con su pulgar la última lágrima que ha caído sobre mi mejilla.

- ¿He sido un idiota, cierto?- es más una afirmación que pregunta en si.

- ¿Apenas te has dado cuenta de ello? vaya que si has tardado, eso yo lo supe en menos de 5 minutos de haberte conocido- contesta Rosalie antes de que yo pueda decir algo.

- Vaya, ni yo puedo salir en tu defensa amigo, ahora si Rosalie tiene toda la razón – dice Emmett serio, pero aun así con un poco de burla.

- Bueno, es mejor que hablen en otro lugar, no creo que quieran seguir siendo el espectáculo chicos – dijo tranquilamente Jasper.

- Aún no, hay algo que quiero hacer- responde Edward. Antes de que cualquiera de nosotros reaccione a sus palabras, él choca sus labios contra los míos, cuando por fin reacciono le respondo el beso que se va alargando cada vez mas, hasta que tenemos que detenernos por falta de oxigeno.

- Wow – No me reprochen, es lo único que puedo articular.

Él me dedica esa sonrisa torcida que tanto me gusta, la que todas las noches desde que lo conocí he soñado, y lo mejor es, que solo es para mi.

- ¿Donde has estado todo este tiempo?

- Aquí mismo cantando para ti, solo que no te dabas cuenta- digo sonrojándome.

- Que ciego he estado, pero nunca más - es lo último que escucho antes de sentir de nuevo sus labios sobre los míos.

De eso ya 3 años, aún lo recuerdo, ya que es algo que nunca podré olvidar. Da la casualidad que esa noche si fue un caza talentos, y no solo le interese yo sino también Edward, estaba maravillado, y más cuando se entero que Edward también cantaba.

Primero pensamos en declinar sus ofertas pero Alice dijo que seria un completo error.

- ¿Con quien hablas amor? - pregunta Edward a mi oído. Todavia no puedo dejar de estremecerme cuando me habla así.

- Con los bebes – digo acomodándome en la cama con dificultad

- Pero aún faltan 3 meses para que salgan ¿segura que te sientes bien?- pregunta con su famosa sonrisa torcida.

- Si, estoy bien, solo quería que ellos supieran nuestra historia de amor.

- No le crean todo lo que diga, ella en realidad estaba enamorada de Jasper- dice susurrándole a mi ya enorme barriga.

- Eso no es verdad, del único que me he enamorado es de ti, y fue en cuanto te vi – ¿como se atreve a mentirles a nuestros bebes? Yo enamorada de Jass, ja... está loco.

- ya lo sabia, solo que me gusta escucharlo.

- Edward, eres un tonto, no se como puedo amarte.

- Yo si se como yo puedo amarte a ti Bella. Y es con una completa y eterna locura.

Espero que les agrade esta nueva historia que se me ah ocurrido

La canción es: "dime por que" de G6 y como los personajes, solo la utilizo para darles a conocer una más de mis historias.

Cuídense mucho