Hacia ya unos días que no sabía que me pasaba. Estaba agobiada, estresada y cansada, necesitaba descansar y dejar de lado todo lo relacionado con la fama y por un tiempo ser una persona normal. Ir por las calles y que no te vallan parando cada dos pasos pidiéndote una foto o un autógrafo.
He luchado mucho para tener esta fama, y estoy orgullosa de haberlo conseguido, pero ahora necesitaba descansar. Tener todos los días a seis o siete periodistas detrás de ti preguntándote por tu vida era agobiante y aunque la mayoría de veces me entrasen ganas de mandarles a la mierda, yo, como educada chica que soy le contesto con un "Gracias" y una sonrisa.
He aguantado mucho, si dijesen la verdad me habría liado con medio mundo, porque cada vez que salía con un amigo o amiga al día siguiente, en todas las portadas, "Lea Michele con nuevo novio". Me han relacionado amorosamente hasta con familiares míos.
El caso es que esto ya me había cansado. Ahora sí que estoy con alguien y no lo oculto, estoy con Cory y aparentemente estoy bien pero creo que por culpa de los representantes, periodistas y algunos fans mi relación con él se está consumiendo. Hay veces que pienso que Ryan y su equipo me drogan todos los días para que este enamorada de Cory y así darle más bombo a Glee. Con esto no quiero decir que Cory no me guste, pero hay veces que sinceramente no sé qué hago con él. Creo haber llegado a la conclusión. Creo que si estoy con él es porque estoy un poco falta de cariño. Mi familia y amigos están en New York y entre el trabajo mío y el de ellos no tengo tiempo para poder pasar a visitarlos. Entonces creo que me agarré a lo primero que se me pasó por delante. Todo hay que decir que cuando empezó Glee y yo era nueva en Los Ángeles esperaba unos días de soledad pero no, nada más conocer al cast de Glee nos hicimos inseparables. Era normal, la mayoría éramos nuevos en Los Ángeles así que era de esperar que fuésemos tan amigos en poco. En unas semanas no había momento que estuviésemos separados, había veces que hasta dormíamos juntos, viajábamos juntos o simplemente vivíamos juntos y ese era nada más ni nada menos que mi caso. Yo me alojaba en un hotel, no me gustaba mucho eso de vivir en un hotel pero era lo que había por ahora. Si había alguien con quien encaje a la perfección esa persona tenía que ser Dianna, Dianna Agron. No había conocido chica semejante en la vida, era realmente hermosa, tanto por dentro que por fuera. Era de esas personas que llevaban la alegría dentro de ellas, que siempre conseguían sacarte una sonrisa estuvieses mal o bien. Dianna se ofreció a dejarme quedar en su casa, yo en un principio me negué, no quería molestar, no sabía si tenía novio o algo pero ella insistió y finalmente me convenció, yo le dije que compartiríamos gastos y ahora fue ella la que se negó pero finalmente también la convencí. Mi convivencia con Dianna fue genial, un día una le preparaba el desayuno a otra, la cena cuando la otra iba a llegar tarde por estar trabajando, etcétera. Nos dedicábamos a cuidar la una de la otra. Después de seis meses cada una se fue por su lado, ya iba siendo hora de independizarse, ahora ella estaba saliendo con un chico, un tal Alex no sé qué más, y aunque ella insistió en que me quedase, que no molestaba para nada, yo no me sentía cómoda, pocas eran las noches que pasaban juntos pero esas noches sin duda eran las peores, oír algún que otro gemido por parte de Dianna me hacía sentir muy incómoda y más todavía si te levantabas y los veías a los dos desayunando en la cocina dándose en desayuno el uno al otro como si de pájaros se tratasen. Al día de hoy sigo sin saber el motivo del cual me fui de esa casa, sí, era la incomodidad, pero, ¿incomodidad por los gemidos prominentes de su habitación o por que fuesen causados por ese tío y no por mí…? Nunca he querido darle más vueltas a eso, pero algunas veces, inconscientemente se me venía a la cabeza.
Después de marcharme de su casa evidentemente, nos veíamos menos, aparte de que al tener ella novio pues nuestras quedadas se reducían a una o como mucho dos a la semana.

Ella más de una vez me decía de quedar pero me sentía mal, sé que lo hacía porque yo estaba sola, amorosamente hablando, y a veces me entraban bajones por ello, pero en seguida de ofrecerse a quedar yo le rechazaba diciéndole o que ya tenía algún plan o que me encontraba mal para que así que ella pudiese estar con su odioso novio.
A los meses, a los muchos meses, Dianna rompía con Alex, que pena… Yo como buena amiga le fui a consolar aunque no era un consuelo como si de una amiga se tratase, no dije ni una vez "ya verás como todo se arregla o él te quiere y tú a él ya verás cómo dentro de poco volvéis a estar juntos otra vez" y si no dije nada de esto fue porque, de primeras no me salía y de segundas, no quería. Al final todo se olvidó y Dianna no volvió a saber nada más de ese y todo volvía a ser como antes, ahora como mínimo quedábamos una vez al día.
Cuando antes hablaba de las invenciones por parte de los periodistas al hablar de mi vida amorosa también me refería a esto. Mi relación con Dianna fue más hablada y cuestionada que la relación de Obama y Michelle. Y es que no había revista que no nos mencionase. Incluso las redes sociales estábamos. Nosotras, mientras tanto lo único que podíamos hacer era reírnos. Aunque en el fondo ambas sabíamos que era normal las especulaciones que salían de nosotras. Nos pasábamos casi todo el día juntas sin contar los numerosos abrazos sin motivos aparentes y demás gestos de cariño. Pero éramos así y no íbamos a cambiar por lo que dijesen.
A los meses Cory me pedía salir, me pilló de imprevistas así que… acepté. Sí, tal vez haya sido la tontería más grande que haya hecho pero estaba sola, Cory me quería y creí que con el tiempo aprendería a quererlo pero creo que me equivoqué, no, creo no, me equivoqué, por salir con Cory quité a Dianna de mi lado, es decir, pasó lo mismo que ella con Alex pero yo no le preguntaba de quedar ni un día, sí, sé que suena muy egoísta pero había una razón y esa razón era que me estaba empezando a enamorar de Dianna. Fueron pasando los días y de los días a los mese… Hasta que pasó casi un año. Ahora éramos dos extrañas. Se me hacía hasta incomodo saludarla, hablar con ella o incluso rodar con ella y es que era normal, la cagué pasando de ella y me sentía culpable pero a pesar de ello, ella jamás me hecho encara nada. Seguía tan agradable como siempre y eso me hacía sentirme peor aún.
Cuando empecé a salir con Cory cogimos más fama y creo que se me subió a la cabeza, cosa que a ella nunca le pasó. Y ahora, al día de hoy estoy hasta las narices de la fama, de tener al lado a una persona que no quiero y de haber dejado pasar el amor de mi vida.