~*~*~ Lemmonada_Express ~*~*~

Nombre del Fic.: RECUERDO DE TI

Autor/res: Gato Cullen

Link al perfil del Contest: .net/~lemmonadaexpress

Pareja Elegida: Edward/Bella

Número de Palabras: 3804

Disclaimer: Los personajes son de nuestra querida stephenie meyer, que creo a estas hermosas personas tan maravillosas pero la historia si es completamente mia.

Advertencias y/o notas de autor: Bueno esta es la primera historia que hago por que no me animaba a escribir nada de ellos... y este OS lo hice especialmente para este concurso.

Summary:~*~*~ Lemmonada_Express ~*~*~''Edward es un simple chico, alguien muy timido lleno de temores hasta que una noche de fiesta conoce a la persona que le roba el corazon y lo deja sin rumbo...''

RECUERDO DE TI

Había pasado una semana sin salir. Una semana en la que enserio estaba estudiando, para poder pasar bien los exámenes en la universidad y no es que fuera un adicto a las fiestas, o que solo me dedicara al reventón y nada de estudio… ¡NO!. Si estudiaba e iba a fiestas, pero yo no era de ese tipo de personas que les apasiona estar día y noche de fiesta en fiesta.

Salía con mis amigos Emmett y Jasper, a tomar algo después de la universidad. Los fines de semana íbamos a alguna fiesta y nos quedábamos hasta casi la 5 am. Emmett y Jasper, -como siempre que salían de los clubs-, salían con una nueva chica y yo… Bueno en ese aspecto era más reservado y no es que no me gustaran las mujeres, ¡Me encantaban!, Pero la cosa era que mis padres, me habían enseñado a respetar, cuidar y darle su lugar a la mujer, fuera como fuera la mujer. Como había dicho Carlisle: Aunque sean mujeres de calle debes de respetarlas por el simple hecho de ser mujer. El que se dediquen a eso, no quiere decir que las trates mal y las hagas menos. Ellas también merecen ser respetadas. Eso era lo que solía decirme mi papá y por eso yo veía a las mujeres como el más grande tesoro que un hombre podría tener. Que la mujer indicada estaba ahí, esperando a ser encontrada, respetada y amada.

Solo que a mi todavía no me llegaba esa mujer. Un día llegué a pensar que la había encontrado cuando conocí a Tanya, creía que ella era la indicada; pero como yo quise darle su lugar y respetarla, nunca llegamos a algo más que besos y unas cuantas caricias. Un día de buenas a primeras me dejó… o más bien la dejé el día que la encontré en un salón de la universidad teniendo sexo con nuestro profesor de Anatomia; Supongo que le estaba "explicando" o dando una "clase privada"- Negué con la cabeza riéndome sin ganas. Que irónico; y yo que pensaba que ella era la indicada… mi complemento.

De ahí no he vuelto a estar en una relación. Ella me dejó herido, yo la quería, pensaba en ella como la madre de mis hijos, pero mi decepción fue mucha. Ella falló.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Esta semana había sido muy atareada, había estado estudiando y viajando de la casa a la universidad, y viceversa, y nada más, estaba demasiado cansado. No había tenido tiempo de salir con con los chicos a tomar algo como siempre y el día de ayer Emmett me interceptó en uno de los pasillos cuando me dirigía a mis clases…

- ¡Hey, nerd... ¿Quién te crees para dejarnos plantados toda esta semana? Me estas obligando a amarrarte con cadenas a mí para que no te nos desaparezcas… Ni siquiera las narices te hemos podido ver- de pronto puso sus ojos como si estuviera sospechando algo - ¿Acaso te escondes de alguien? o…¿Es que ya tienes novia y no quieres que la veamos para que no salga corriendo apenas la conozcamos?

- No, Emmett… no es nada parecido a lo que estas suponiendo. Lo que pasa es que he estado estudiando todos estos días sin descanso, para poder pasar con excelentes calificaciones en los exámenes.

- ¡Ay, por favor, Edward! como si no fueras un ratón de biblioteca que pasa sus exámenes con excelentes calificaciones sin siquiera estudiar - dijo Jasper a mis espaldas dándome un susto tremendo,al no haberlo visto antes.

- Y vamos a ver si tú avisas cuando llegas, que un día de estos, vas a matar a alguien de un susto.

- Ay no exageres- dijo rodando los ojos.

- Bueno está bien… - bufé - ¿Qué quieren de mí?

- Lo que pasa, mi querido Eddie - dijo Emmett poniéndome un brazo alrededor del hombro a pesar de la mirada asesina que atine a lanzarle debido al incomodo y bochornoso apodo que me había puesto, él sabía que odiaba que me llamaran así y lo seguía haciendo.

- No me digas así, Emmett, ¡sabes que no me gusta!

- Sí, como digas - lo dijo con un movimiento en el aire restándole importancia - Como te iba diciendo, mañana iremos al club Storm, hace poco fue la apertura y queríamos que fueras con nosotros. No te puedes negar, di que si…

- Sí, Edward, tienes que venir con nosotros, por favor, no nos puedes dejar solos - dijo Jasper.

- ¡Por favor! ¿sí?- dijeron al unísono, haciendo ojitos de perro triste.

- Está bien, pero solo por esta vez, necesito distraerme un poco.

- ¡Genial, hermano!, No te vas a arrepentir, ¡Será una noche inolvidable¡- dijo Emmett casi brincando de la emoción.

-Entonces pasaremos por ti a eso de las 9 a tu casa y, como dijo Emmett, será una noche inolvidable.

-De acuerdo, los espero mañana.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Y aquí me tienen, observando cómo mis amigos ligan con las chicas que se les ponían entre ceja y ceja, comiendo pan frente a los pobres…

Me dediqué a observar el lugar y era… interesante. Bueno por así decirlo. Ahora entendía el nombre del club, en el techo y paredes había pantallas simulando que había truenos y nubes que, de vez en cuando, soltaban aire y agua para simular una verdadera tormenta, lo bueno era que yo estaba en un lugar donde no caía agua.

Estaba admirando el lugar, cuando una chica llamo mi atención, era bonita, de tez blanca, con el cabello peinado en una sencilla cola de caballo, tenía unos jeans blancos que se amoldaban a la perfección a sus caderas y una blusa azul que hacía resaltar el hermoso color de su piel, la cual podía asegurar, sin duda alguna, que era suave. Quería tocarla.

No sé que me pasó, pero cuando pensé en la suave piel de la chica un cosquilleo corrió por mi mano. Mi ensueño se fue cuando de pronto cuando ella se paró de su asiento, tomo su vaso y le arrojó el contenido del mismo en la cara de uno de los chavos con los que ella venía acompañada, y cuando estaba a punto de irse algo le dijo él a ella, que se volteó y le soltó un puñetazo al tipo ese y se fue hacia la barra.

Perdí el control sobre mi cuerpo, no me había dado cuenta, solo sé que cuando vi que le pegó me molesté mucho, pero no con ella si no con él porque le debió de haber dicho o hecho algo muy malo para que ella se ofendiera de esa forma y lo golpeara.

Mis piernas cobraron vida propia y caminaron hacia donde ella se encontraba, una vez me encontré al lado de ella me miró de reojo y noté que se sonrojó un poco, algo tan natural que me hizo sonreír.

- Hola ¿puedo hacerte compañía? - volteó hacia mí, mirándome confundida.

- ¿Me dices a mí? - me dijo con la voz más dulce que había escuchado en mi vida.

- Sí, ¿si no a quien más? - le dije un tanto confundido y divertido por su pregunta.

- Ahh - fue lo único que me respondió, sonreí más al quedarme admirando sus grandes ojos color chocolate y su cabello del mismo color. Me acerqué un poco más y noté que tenía un delicioso olor a fresias. Cuando pude desprenderme de su hipnótica mirada, noté que se había sonrojado tanto, que sus mejillas parecían pequeñas manzanas con ese color rojo intenso que las caracterizaban y se había mordido el labio de lo nerviosa que estaba, esas simples acciones me encantaron. Ella era tan hermosa… toda una diosa.

- Disculpa, que tonto soy ni siquiera me he presentado, que descortés de mi parte - sonreí de lado, como era mi costumbre, y ella suspiró, haciéndome sonreír mas. ¡Genial! ¿Eso debía tomarlo como algo bueno o algo malo?... en fin- me llamo Edward- y le extendí la mano.

- Isabella, bueno, Bella- sonrió.

- Bueno, Bella, como te decía… mira lo que pasa es que… no vayas a pensar que soy un acosador o algo así- solté una risita un poco histérica- Es que vi como le aventaste tu bebida y golpeaste aquel tipo y me pregunté qué te había dicho para que alguien tan hermosa como tú hiciera que su delicada mano tuviera que tomar medidas tan extremas- la sujeté de su mano, se la besé… De nuevo tenía ese hermoso color rojo en sus mejillas. Bajo la cabeza, lo cual se lo impedí sujetándola del mentón para que me siguiera viendo - Es por eso que vine hasta aquí y te pregunté que si te podía hacer compañía para que no estuvieras tan solita- de repente escuché como soltó mucho aire de su pecho, como si estuviera conteniendo la respiración y esperé un poco para que me respondiera, pero no decía nada – Pregunta que no me has contestado.

- Eeee… aaam… este… no, perdón sí… ¡demonios! - dijo susurrando el final- Quiero decir- empezó a reírse un poco en bajito - ¡Sí!, ejem -se aclaró la garganta- Sí, claro, puedes acompañarme - Sonrió y le contesté con una sonrisa - Bien, con respecto a lo que pasó hace un rato, es que solo presenciaste como un patán fue callado - sonrió y alzó su barbilla con orgullo - aunque debo admitir que tiene la cara un tanto dura - la observé como sobaba su mano con la que golpeó a aquel tipo, le sujeté la mano lastimada y se la besé y se sonrojó… otra vez.

- ¿Bailamos?

- Claro.

Acababa de empezar una canción lenta, justo el tipo de canción que estaba pidiendo, rogando por que pusieran una canción romántica, lenta para poder estar un poco más cerca de Bella.

Su cabeza estaba apoyada en mi pecho cuando de pronto ella alzó la cabeza y nos quedamos viendo fijamente, de un momento a otro nos estábamos besando, sus labios eran tan cálidos, dulces y suaves, que creía que nunca iba a poder separarme de ella. Nos separamos por la falta de aire y la vi morderse el labio nerviosa, le empecé a hacer la plática.

- Y entonces ¿Qué te trajo por estos lados? - que tonto… ¿no le podía hacer una pregunta mejor?

-Bueno, lo que pasa es que mis amigos y yo estamos de vacaciones y como hoy es nuestro último día venimos a celebrar.

Cuando terminó de contarme me volvió a poner su penetrante mirada con la mía, no podíamos dejar de vernos.

De repente la empecé a besar con pasión y deseo… Estaba hambriento de ella, no sabía que me pasaba; nunca había sentido algo así, ni siquiera con Tanya, y menos por una desconocida a la cual ya estaba prendado. Algo en mi se había despertado ante el deseo apagado que había tenido todo este tiempo, cuando la volví a mirar a los ojos, en ellos también podía ver el deseo.

Nos entendimos con la mirada y nos volvimos a besar con pasión, deseo, lujuria. Sentía como en mi entrepierna crecía un bulto y esas cosquillas que tanto tiempo estuvieron dormidas, en ese momento empezó a caernos agua, lo cual causo que me excitara aun más. Al ver a Bella así, húmeda, con su blusa pegada al cuerpo, y su exquisito olor a fresias, me hicieron perder el control de mis pensamientos. Mi autocontrol se hizo añicos. Mi mano se puso a recorrer su cuerpo desde sus hombros hasta que se fue a su entrepierna y, aún tocándola por encima de la tela, sentí lo caliente que estaba.

La quería para mí. Necesitaba tenerla. Mi cuerpo lo pedía a gritos y el suyo también. Puse una mano en su pecho y lo apreté haciendo que ella gimiera, cosa que hizo excitarme aún más. Nos alejamos de la pista y nos fuimos a la parte de arriba en donde encontramos que había unos "privados" y entonces bendije mi buena suerte, nos metimos en uno y vimos que en él había un diván y un sillón en forma de escuadra.

Nos empezamos a quitar la ropa lo más rápido que pudimos y, una vez desnudos, me dediqué a observarla durante unos minutos. Al notar cómo se sonrojaba por cómo la admiraba bajó la cabeza, pero no la dejé seguir, la sujeté del mentón y la obligue a verme.

- Mírame… No tienes nada de qué avergonzarte, eres toda una diosa y te deseo- abrió sus ojos sorprendida.

- ¿De verdad me deseas?... Digo ¿Alguien tan hermoso como tú podría desear a alguien tan simple como yo? - me dijo casi con lágrimas en los ojos, no podía creer que de verdad me pudiera estar preguntando eso, la abracé muy fuerte para hacerla sentir segura.

- Claro que sí, cualquier hombre desearía tenerte. Yo soy muy afortunado al tenerte aquí conmigo

- Hazme el amor Edward, hazme tuya, quiero estar a tu lado, sentirte dentro de mi - me lo dijo con una voz tan jodidamente seductora que me hizo excitarme más, sonreí al escucharla así y mi corazón no cabía en mi pecho de lo feliz que estaba.

- Como tú desees, yo por ti hago hasta lo imposible y voy hasta el fin del mundo - le empecé a besar, primero fueron unos besos lentos llenos de dulzura, pero poco a poco fueron llenándose de pasión y deseo, le acaricié todo su fino, hermoso y sedoso cuerpo.

Bajé mi mano poco a poco a su entrada y estaba tan húmeda y caliente que me puse más duro de un momento a otro, metí mis dedos en sus pliegues y le empecé a masajear su clítoris. Ella gemía y agarraba mi cabello con fuerza mientras que mi boca saboreaba uno de sus senos y con la otra mano masajeaba el otro, saqué mis dedos de su centro que cada vez estaba más húmedo y la recosté poco a poco en el diván que se encontraba en aquella "habitación".

Cuando estaba bien acostada volví a besarla y poco a poco fui bajando hasta su centro.

-¿Q-que ha-haces? - me dijo nerviosa y con su respiración entrecortada.

- Tranquila, tu solo disfruta cariño.

- Pero te quiero dentro de mí.

- Si lo haré, pero primero quiero probarte y que disfrutes.

Volví a ponerme en su centro que estaba más que listo para mi, estaba caliente y muy, pero muy húmedo, cuando le di la primera lamida Bella emitió un gemido que me excitó de sobremanera. Eestaba impaciente por estar dentro de ella, pero primero tenía que hacerla sentir, hacerla gozar, que tocara el cielo y las estrellas.

Seguía lamiendo y succionando sus líquidos, que eran tan exquisitos y dulces, lo mejor que me había pasado, la penetré varias veces con mi lengua, cada vez que lo hacía causaba que Bella gimiera y me agarrara del cabello, acercando mi cara cada vez más a su centro, estaba a punto de llegar al orgasmo cuando me jaló y me besó.

- Ya no aguato mas, te quiero dentro de mí… te necesito - me dijo entre gemidos y su respiración agitada por lo excitada que estaba.

- Como tú quieras, hermosa, tus deseos son ordenes - le guiñé un ojo y me acomodé en su entrada, fui entrando poco a poco, para finalmente terminar en una sola estocada completamente dentro de ella. Repentinamente me quedé en shock al escuchar el grito ahogado de Bella y sentir como se rompió su himen… no podía creerlo, Bella era virgen.

- Be-Bella… ¿E-eres-eras… virgen?

- Sí, Edward - Se avergonzó y bajó la cabeza, ¡NO! no podía ser cierto, era un completo estúpido. No había pensado en preguntarle antes, si a leguas se notaba que era muy inocente, frágil, tierna: era todavía como una niña en cuerpo de mujer o por lo menos a mis ojos si lo es, la agarré del mentón y la obligué a verme.

- ¿Por qué no me lo dijiste?

- Si te lo decía no ibas a querer tener nada conmigo y desde que te vi, sentí algo en mi corazón que me decía que tú eras alguien especial, el indicado, te deseo, me gustas mucho y la verdad… - soltó una pequeña carcajada - Sería una tonta si te dejaba ir, cualquier mujer estaría encantada de que te fijaras en ella y cuando te fijaste en mí, me sorprendí demasiado, es que simplemente no lo podía creer.

- Oh, Bella, me encantas, te deseo tanto, ¿Cómo crees que no me iba a fijar en ti?... eres tan hermosa, tan linda, tan suave, tierna, dulce, frágil… y tu olor me embriaga, me enloquece hasta la última terminal nerviosa de mi cuerpo.

- Oh, Edward…

Nos comenzamos a besar con pasión, deseo, lujuria con necesidad del uno por el otro, necesitaba su cuerpo, su calor.

Una vez que su cuerpo se acostumbró a tenerme dentro, la comencé a penetrar lentamente para que no le resultara tan doloroso.

- Más… más… - gemía con cada estocada.

- Rápido… Edward… rápido y más fuerte- decía cada vez más excitada.

- ¿Estás segura, Bella? No quiero lastimarte.- Pregunte jadeante.

- ¡Oh! …¡si!... Más… Más…

-Como tú quieras nena.

Comencé a penetrarla cada vez más rápido y fuerte. Puse una de sus piernas sobre mi hombro para que las penetraciones fueran más profundas, mientras que con una de mis manos acariciaba uno de sus senos y con la otra le agarraba una de sus nalgas para alzarla, haciendo que sus caderas siguieran el movimiento de mis penetraciones.

Esto era la gloria, ella cada vez estaba más mojada y estábamos a punto de llegar al clímax, sentía como sus paredes se estrechaban en mi miembro, era tan excitante y sobre todo era la mejor sensación que nunca antes había sentido, que nunca antes había sentido, bien dicen que el sexo es lo mejor del mundo.

- Ed- Edward… Edward… es-estoy … aaaaah.- gritaba y gemía mi nombre.

- Aguanta... Un… Poco… Más - Nuestras respiraciones estaban muy agitadas.

- No… no puedo más…. Edward.

Se vino y unos segundos después yo también me vine con ella.

Gritamos al unísono y me dejé caer en ella acomodando mi cabeza en su agitado pecho, mientras que los dos intentábamos recuperar nuestras respiraciones. Nos quedamos en silencio, pero de esos que no son incómodos, mientras que ella acariciaba mi cabello y yo recorría mi mano por sus hombros y su abdomen. Un momento después nos quedamos mirándonos a los ojos.

Sus ojos eran tan hermosos con ese penetrante color chocolate y su cabello esparcido por el diván, su piel con su hermoso color crema y con lo suave que estaba, la hacía ver hermosísima. No sé que me estaba pasando, sentía algo en el pecho, era… era como si fuera…

¡Demonios! No sabía cómo explicar lo que sentía, se sentía… se sentía como un tipo de calor o algo así… creo que me estaba enamorando de esta chica porque ni cuando estuve con Tanya había sentido algo parecido.

Le acaricié la mejilla y ella cerro sus ojos, suspiro. Su hálito me embriagó por completo junto con su exquisito olor a fresias.

Era definitivo, la quería, la quería para mí y no la dejaría escapar, la necesitaba ya no podría estar sin ella.

- Eres tan hermosa, tan perfecta, me encantas Bella - se puso roja y mordió su labio, me encantaba verla sonrojada, desde el principio me gustó mucho verla con ese hermoso color carmín, se veía tan dulce y sexy cuando empezaba a morderse el labio cuando se ponía nerviosa.

- Tu también en encantas Edward, me gustas mucho.

Le di un suave beso en los labios y me salí de ella y cuando estuve fuera de ella sentía que algo me hacía falta, como si una parte mi se quedara en ella.

-¿Quieres algo de tomar? - le dije cuando recordé que estábamos en el club y no en un lugar tranquilo.

- S-sí claro…- le di una sonrisa torcida me levante, me vestí y le di un beso antes de salir del cubículo donde estábamos, fui lo más rápido que pude a la barra y pedí un par de bebidas y cuando me di la vuelta para regresar me topé con Emmett y Jasper. Me había olvidado por completo de ellos.

- ¡Ey, hermano! Te hemos perseguido por casi toda la pista, ¿con que estuviste travieso, ehh? - me pellizcó las mejillas y le puse cara de pocos amigos cuando me volvió a llamar dijo Eddie, ¿Por qué diablos no dejaba de decirme así?, pero claro, que pregunta más tonta, hablando de Emmett ¿Qué otra cosa se podía esperar?

- Si Emmett, al parecer ya no va a ser nuestro pequeño aguafiestas de siempre, ahora por fin ha crecido y se ha convertido en hombre.- decía Jasper siguiéndole el juego.

- ¿A que se refieren? ¿De qué están hablando ustedes dos?

- Ay, por favor, Eddie, te vimos cuando saliste de uno de los cubículos, pensamos que te fuiste a encerrar ahí; pero unos minutos después, cuando nos íbamos acercando, vimos salir de ahí a una hermosa chica tratando de arreglarse el cabello y fue cuando corrimos a alcanzarte para que nos contaras lo que pasó.

-¿Nos vas a decir que solo estaban charlando Edward? - dijo Jasper por lo bajo.

-¡¿Qué? - me eché a correr al cubículo. No podía ser cierto, Bella no se pudo haber ido, no podía dejarme, ¡No podía!, la necesitaba ya era parte de mi y no la quería lejos.

Cuando por fin llegué al cubículo y entré: no había nadie. Repasé el lugar, perdiendo mi mirada en cada detalle, esperando encontrar algo de ella, pero… no había nada. Volteé al diván donde hacía poco nos habíamos entregado el uno al otro, cuando algo en el piso llamó mi atención, me agaché para recoger lo que había visto… era una cartera. Lo tomé, era su cartera, se le había olvidado.

- ¿Por qué? - dije en un susurro y casi con lágrimas en los ojos, sentía un hueco enorme en el pecho, una opresión en el corazón que me hacía sentirme muy triste y vacío.

- ¿Por qué… qué Edward? ¿Qué paso, amigo? - decía Jasper desde la puerta ni siquiera me había percatado de su presencia. Volteé a verlo y lo único que pude decir fue…

- Me dejo… se… se ha ido y… lo único que tendre de ellas es…. Su cartera… Un recuerdo de ella.

"Un recuerdo de ti"– pensé -… ¿Por qué se había ido? ¿Por qué me dejo? La necesito… "La vida es… muy injusta".

- Solo me dejaste un recuerdo de ti- susurré poniendo la cartera en mi pecho impidiendo que algunas lágrimas salieran.

FIN.


¿Y?... ¿q les parecio?

Bueno esta historia la hice apartir de un pedacito de una novela q he querido hacer desde hace como 2 años por que tengo la loca idea de hacer un libro (claro q no se trata de los personajes de twilight)pero ... pues nada q me sale ya no hay inspiración para esa historia y bueno la que acabo de hacer la hice especialmente para el concunrso.

Como les dije esta es mi primera historia y espero sea de su agrado y q me comenten q les gusta y q no o en q estoy mal para mejorar ¿oki?

Quiero agradecer a Nachita Cullen y a Oriana por haberme ayudado y orientado en todo esto, sin ellas no hubiera sido posible q mi historia llegara aqui ... las amo GRACIAS POR SU AYUDA.

P.D: El Summary lo hizo Nachita asi q si no les gusta se las arreglan con ella ;D