OMG! Qué es esto? Yo? he vuelto? sii! después de más de año y medio(o yo que sé cuánto tiempo) He vuelto a la carga! La verdad que ahora me he pasado a dibujar doujinshis, pero ésta historia no podía dibujarla (me daba mucho palo, muy larga para mi xd)... Me inspiré en un ADV (qué chungo xddd) y empecé a pesnar... y no me pude resistir, el sufin es mi perdicion (es amor filial, me gusta ver a mis papis queriéndose desu yo) bueno, sobre el fic... es AU gakuen (eos intento), suecia x finlandia, uso sus nombres de persona y esas cosas, si tengo oportunidad (depende de lo largo que me salga) me gustaría sacar más parejas =w=
Era un día entre semana, por la tarde. Dos chicos habían decidido dar una vuelta por el centro después de clases, ya que uno de ellos necesitaba comprar una batería nueva para su portatil. En su camino, se cruzaron con una tienda de animales.
-Ay, pero qué perrito más mono!- dijo Tino, un finlandés de ojos violetas cabello rubio, con el flequillo un poco largo, mientras miraba un cachorrito blanco jugar con una pelota. No obtuvo respuesta, y por ello tiró de la manga del chico que tenía al lado. - Mira éste perrito, no es mono?
-...Sí – dijo una voz grave y profunda.
Tino se sorprendió, pues su amigo Eduard no tenía esa voz. Entonces se giró, y vió que en vez de us amigo estonio, había un chico de metro ochenta, rubio de pelo corto, y con unos ojos azules que lo miraban fijamente a través de unas gafas. Ése no era su amigo, era un desconocido, que por cierto daba un poco de miedo. El finlandés se había quedado de piedra, sentía una mecla de vergüenza y miedo.
- L-lo siento! Creía que eras un amigo y... - rió nerviosamente, desviando la mirada, pues le incomodaba cómo el otro lo miraba.
- N' p'sa n'da... - contestó el otro, sin dejar de mirarlo con aquella cara que daba miedo.
Acto seguido, alzó una mano. Tino creía que lo iba a pegar, o vete a saber qué, y cerró los ojos preparándose para lo peor. En vez de un golpe, recibió una caricia en el pelo. Abrió los ojos poco a poco. El chico que daba miedo seguía allí, pero con una expresión... menos terrorífica, con una casi imperceptible sonrisa esbozada en su rostro. A pesar de tener ésa cara de pocos amigos no parecía malo.
- 'res muy m'no.
El ojivioleta se sonrojó un poco ante el halago. Iba a decirle "gracias" cuando una mano tocó su hombro. Se giró sobresaltado, descubriendo a un igual de aterrorizado estonio al ver la cara del alto por primera vez.
- Tino! Te estaba buscando! De repente no te he visto y... -susurrando- quién es éste tipo que da tanto miedo?
- Oh! Pues éste es...- la verdad no sabía qué contestar, no conocía al otro en absoluto...
- B'rwald Ox'stern'a – dijo el tercero, con un extraño acento y la misma voz profunda.
- Encantado – dijo el estonio, para luego mirar a su amigo – Tino, si no nos apresuramos van a cerrar la tienda.
El pequeño ojivioleta asintió, luego miró a Berwald un poco nervioso y se despidió de él levantando la mano a modo de saludo y se marchó junto a Eduard a la tienda de ordenadores. Después de todo, el chico había resultado ser una buena persona, o ésa había sido la impresión que había dejado en Tino.
Lo que el finlandés nunca habría imaginado era volverse a encontrar con Berwald en tan poco tiempo.
