Pues ya estoy por aquí otra vez con un fic largo. Mi intención es que alcance los catorce capítulos más prólogo y epílogo, y lo voy a terminar, ey, soy de ideas fijas, si has leído alguna de mis chorradillas te habrás dado cuenta. Siempre digo lo mismo, y no es que sea falso sino que en su momento, (ahora) éste es el fic que más me está costando escribir. Este estuvo a punto de ir directamente a la papelera de reciclaje de mi portátil porque, trata de cuando Dean conoció a Lisa. Eso sí, es mi versión...
Vamos a empezar, aquí viene la ficha técnica:
Título: SOMBRAS DE LO QUE SOMOS
Tema: only bros & the family business, un Teenchester tardío
Calificación: T
Resumen: Mientras Sam y John van a cazar a una Banshee en un viaje que les lleva a recorrer cinco estados en cinco días, Dean pasa un fin de semana con una chica de Cícero.
Estado: Aún tengo mucho que escribir para acabarlo.
Descargo de responsabilidades:Pues lo de siempre, los Winchis no son míos (ya me gustaría, pero no), y hasta las líneas generales de ésta historia pertenecen a los creadores de Supernatural, pero, era un rompecabezas incompleto... No he podido evitar echarle mano.
Tengo una gran beta:Lauranthalasah y si te pasas por el Supernatural_foro en español, también tengo una supercabecera que me ha hecho mi Maiden (gracias mi niña). Y sin más empiezo
SOMBRAS DE LO QUE SOMOS
Prólogo:
El ataque de la Banshee
Jueves, 14 de enero de 1999
Cementerio de Crown View, Sheridan (Indiana)
El cazador de unos cuarenta y tres o cuarenta y cuatro años, robusto y moreno trataba de controlar a la fantasmagórica figura alejándola de los dos muchachos. Su mirada nerviosa iba del mayor al pequeño y otra vez al mayor.
Éste, un joven rubio y atlético, de unos diecinueve años, trataba de levantarse presa de horribles temblores, el cazador de más edad no podía evitar la preocupación, la criatura que trataba de controlar ya había atacado al muchacho y las consecuencias de ese ataque eran evidentes.
El chico menor, alto y desgarbado, de casi quince años, había rodeado a su hermano en un círculo de sal e intentaba que se incorporara. Su flequillo estorbaba la visión de sus ojos irisados fijos en la criatura mientras el otro joven rechazaba su ayuda y conseguía levantarse.
- ¡Sam!, ¡ayuda a tu hermano a llegar al coche y salid de aquí! - restalló la voz del adulto en el silencio de la noche, el ser se sentía atraído por él, por su culpabilidad y sus dudas, ahora que Dean estaba protegido en el círculo de sal, pero en cuanto lo dejase no sabía cómo reaccionaría aquella entidad.
- Puedo sólo, señor – el muchacho aún temblaba por el ataque pero era demasiado orgulloso para admitir que su hermano pequeño lo ayudase a andar
- ¡Es una orden! – a veces resultaba agotador para el adulto controlar a su hijo mayor, aunque una orden directa no la desobedecería.
El joven con el rubio cabello pegado al cráneo, empapado en sudor y una palidez cadavérica que hacía que sus pecas se destacasen en su rostro crispado, apretó los labios y dejó que su hermano lo sostuviese "vamos Dean, hay que correr". Echó el brazo sobre los delgados hombros del pequeño, aunque ya casi era tan alto como él, musitando "estoy listo".
Como había pensado el padre de los chicos, en cuanto pusieron un pie fuera del círculo de sal, la criatura fue directa por el muchacho. Sus hijos corrieron al coche mientras él con la escopeta cargada de cartuchos de sal de roca disparaba a la figura con forma de mujer que se volvía a abalanzar sobre el mayor.
- ¡Mierda! - gritó cuando la Banshee logró alcanzar al pecoso - ¡Sam! ¡La barra!
El adolescente corrió al maletero del coche y sacó una barra de hierro que cayó de sus manos nerviosas y sudadas, rodando hasta debajo del coche, se tiró al suelo y trató de cogerla mientras la criatura hacía revivir a su hermano situaciones que lo hacían encogerse y gemir con desesperación.
Su padre volvió a disparar a la fantasmagórica figura pero al estar tan cerca de su hijo ajustó tanto el disparo que sólo la rozó "¿por qué a él?" no entendía cómo esa Banshee se aferraba al muchacho como una garrapata.
Por fin su otro hijo se hizo con la barra y golpeó a la Banshee con ella haciéndola desaparecer. "Vamos Dean, esta vez te he salvado yo el culo" trató de picarlo, pues no estaba nada acostumbrado a ver que el miedo hacía temblar así a su hermano, prefería que se mosqueara o que se metiera con él.
John levantó al muchacho que los miraba sin verlos y sin parar de estremecerse. "Vamos hijo" sujetándolo por la cintura lo introdujo en el asiento trasero del coche "Quédate con él Sam" dijo sentándose al volante.
- Ahora me toca hacerte de niñera hermanito, primero te salvo el culo y ahora tengo que arroparte y todo – pero el cariño con el que trató de abrigarlo con su chaqueta desmentía el despego de sus palabras
- De salvarme el culo nada – susurró el otro reaccionando por fin – la habéis dejado escapar, ¿para eso la estaba sujetando?
- Eres un capullo
- y tú una nenita – sonrió el rubio dándole un débil golpe en un brazo.
- Ya vale chicos, ¿estás bien Dean? - el adulto estaba intranquilo, la palidez del muchacho y el que no hubiese retirado la chaqueta con que lo había arropado su hermano le preocupaba
- Sí señor, sólo un poco cansado - "tengo que enseñarle a no poner esa sonrisa culpable cuando miente" pensó su padre.
Llegaron a la pensión dónde se alojaban, el encargado los miró de mala manera al ver cómo entre él y el pequeño prácticamente arrastraban al pecoso a la habitación.
Sacó el whisky y sirvió un vaso para Dean. No era la primera vez, pero su hijo mayor apenas lo probó. "Todo Dean, tienes que entrar en calor", el chico comprendió que no iba a conseguir nada diciendo que estaba bien así que se lo bebió.
Mientras uno descansaba en el sopor del whisky y el otro se daba una ducha llamó a Robert Singer y a Jim Murphy, ninguno estaba en casa, ambos habían salido de cacería, localizó al primero en su móvil. Éste le dijo que si iba a seguir persiguiendo a la Banshee lo mejor era no llevar a Dean "le ha atacado dos veces John, la tercera puede ser mortal. Además ahora mismo seguro que no está muy fuerte"
- Huyó Bobby, no sabría ni por dónde empezar a buscar.
- usa el péndulo de cuarzo blanco, una gota de sangre de una víctima de sus ataques basta para poder localizarla
- Gracias amigo
- No te lleves a Dean, si lo ve tratará de acabar lo que ha empezado
- Mierda Bobby, ¿porqué el? - miró a su hijo encogido en la cama, parecía tener pesadillas – creí que vendría directa por mi, al ver que pasaba olímpicamente y lo atacaba...
- Te dije que tu chico asume demasiadas responsabilidades John, las Banshees desarraigadas no persiguen las culpas, sino la culpabilidad.
- Gracias de nuevo Bobby – colgó, Sam había salido del baño – voy a seguir a esa criatura, quédate aquí y cuida de tu hermano.
Tomó una gota de la sangre del rubio, y con el péndulo y un mapa localizó la nueva ubicación de la criatura. Metió un par de cientos de dólares en la cartera de su hijo mayor y se dispuso a marchar. Sam cogió un papel que acababa de escribir y lo metió en la cartera junto al dinero.
- Voy contigo papá – dijo decidido cogiendo sus cosas
- Dean te necesita Sam
- No – el rubio se incorporó en la cama – vamos allá
- No vienes Dean, no quiero que esa criatura vuelva a atacarte – Si Bobby tenía razón no iba a arriesgar la vida del chico en una cacería.
- ¿y si os ataca a vosotros? Me necesitáis – insistió el muchacho calzándose las botas y con una mueca desabridamente terca en sus labios.
- Sam se queda contigo, a cuidarte – enfrentó a su hijo mayor preocupado por cómo se tambaleó al levantarse – no estás en condiciones Dean, el que necesita ayuda eres tú.
- No – El rubio se sentó agotado en la cama, quizás su padre tenía razón – que vaya contigo, Sam ha aprendido mucho últimamente, si vais los dos tendréis más posibilidades de acabar con ella, cuando descanse un poco os alcanzaré
- Tranquilo Dean – dijo su hermano poniendo una mano sobre su hombro – acabaré con ella
El rubio esbozó una sonrisa cansada mientras su familia marchaba a cazar a la Banshee.
