Cambio de Dimensiones
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Titulo: Cambio de Dimensiones
Autora: La loca y desquiciada de Karlita Ate n.n
Resumen: Antes Comenzando desde 0, bueno, desde 17. Un cambio de dimensiones... un pasado oculto... una guerra que puede cambiar... un amor prohibido... HPxTR Dejen reviews y grax por leer
Disclaimer: Harry Potter y sus personajes son propiedad de J. K. Rowling. Esta fic está escrito por simple diversión y no me da ni un cuarto de centavo, por más que esto no me importe.
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1. El viaje sin retorno.
En una gran habitación, en frente de un velo bastante raído que parecía a punto de caerse, se encontraban dos jóvenes, uno de 25 y otro de no más de diecisiete años despidiéndose.
- ¿Estas seguro de que es la única manera, Alex? - preguntó el adolescente moreno de grandes ojos verdes, al joven de pelo castaño oscuro y ojos azules.
- Claro que si. - dijo el chico con determinación. - Pero si no quieres volver a ver a Sirius, no lo hagas. - agregó provocándolo.
- Pero no podré volver. - susurró con la voz entrecortada el moreno.
- ¿Para qué demonios quieres volver, Harry? - preguntó Alexander. - Aquí no tienes nada, tus amigos te abandonaron, tu novia y tu ex-novio no son buenos ejemplos de nada y todos los adultos que conociste te odian. - dijo el oji-azul medio enojado.
- ¿Y tu que? - preguntó Harry mirándolo fijamente a los ojos. - Eres mi amigo, no te puedo dejar aquí, solo.
- Harry, ya sabes que los herederos podemos viajar por las diferentes dimensiones sin necesidad de matarnos en el intento. - le explicó como si el moreno fuera un nene de tres años, con una pequeña sonrisa burlona adornando su rostro.
- Entonces¿por qué diablos me dices que no puedo volver? - le preguntó enojado.
- Por que no te hará ningún bien ver a tus amigos de nuevo. - dijo Alex oscureciendo su mirada. - Si es que a eso se le puede llamar amigo. - escupió.
- Ya, tranquilo. Esta bien, te prometo que no volveré, pero tienes que prometerme que vendrás a visitarme, todas las veces que te sea posible. - dijo Harry.
- Claro, hermano, te lo prometo. - dijo abrazándolo fraternalmente. - Bueno, antes de que te vayas te tengo que dejar un punto claro. Ahí solo serás Andrew Carson, no Harry Potter, el niño que vivió, así que te conviene que empieces a hacer lo que tu quieras y no lo que la gente quiera de ti, por que si no, cuando vaya me voy a encargar de que recibas tantos maleficios que no te van a quedar ganas ni para jugar al Quidditch. - le informo fríamente.
- Ya lo sabia, no hace falta que amenaces. - dijo Harry torciendo los labios en una fea mueca. - Te voy a extrañar. - dijo Harry y lo abrazo nuevamente. - Cuidado con los estúpidos mortifagos que queden vivos y… ¡conseguirte una novia de una buena vez! - exclamó un tanto enfadado, aunque tanto él como su amigo sabían que lo decía en broma.
- Como quieras, Harry. - dijo el chico y se alejó un par de pasos mientras Harry avanzaba otros dos hacia el velo. - Nos vemos dentro de medio año. - le informo cuando Harry estuvo a menos de un paso del velo y había comenzado a adentrarse en él.
- ¡Claro que si! - respondió Harry en un grito para que lo escuchara antes de desaparecer completamente.
En la dimensión a la cual se accedía cruzando por el velo era el año 1977 y en esos momentos había un hermoso día soleado, sin una sola nube en el cielo y un calor insoportable.
Un rayo negro interrumpió la tranquilidad de aquella seca tarde de verano y fue a parar a la mitad de uno de los tantos caminos de aquel pueblo, uno de los más alejados.
El rayo solo duró unos pocos segundos pero cuando desapareció allí había un joven de diecisiete años, vestido con un jean negro, zapatillas deportivas negras, una camiseta manga corta roja oscura con una serpiente negra dibujada en su espalda y un buzo negro atado a su cintura.
El chico se levantó tambaleante y sin ser conciente de la mirada que un hombre de unos 25 años le estaba dando.
- Oh, no se le podía ocurrir a ese idiota decirme como iba a caer¿no?… Claro que no, eso sería pedir demasiado, tal vez por el esfuerzo se le caía la lengua. - el chico levantó la vista hacia el cielo. - ¡Maldito infeliz!¡Cuando vengas te mato! - gritó al cielo, como si a través de él su amigo lo pudiera escuchar.
Una vez liberada parte de su furia, ya bastante más tranquilo que antes, bajó la cabeza y le dio un vistazo a su ropa sucia.
Sin molestarse en mirar si había alguien tomó su varita del bolsillo trasero del pantalón y, con un simple movimiento de ella, quedo como nuevo.
Recién entonces levantó la vista y miró hacia los costados, con la esperanza de ver a alguien que lo pudiera ayudar. Lo que no esperaba era encontrarse con un hombre de cabello negro y ojos azules que se le había extrañamente conocido y que lo miraba con una expresión entre desconcertada e incrédula.
"Oh, demonios¡me vio un muggle!" pensó con algo de histeria, entre su amigo que lo hacía aparecer de esa manera y cruzarse con un muggle comenzaba a tener ganas de golpearse la cabeza contra el piso.
- Disculpa¿me podrías decir en donde me encuentro? - le preguntó Harry acercándose al joven.
- En Little Hangleton. - informó el hombre de manera cortante y se dio vuelta dispuesto a irse.
Al oír el nombre del lugar en el que se encontraba y observar nuevamente al hombre comprendió por que se le hacía conocido.
- ¿Voldemort? - preguntó tirando el nombre al aire como quien dice el clima y reaccionando exactamente como Voldemort reaccionaría el hombre se giró rápidamente con la varita en su mano, dispuesto a tirarle un hechizo.
- ¿Cómo rayos me reconociste? - preguntó con su voz cargada de odio, en un siseo que le helaría la sangre a cualquiera.
- Eh… no me creerías si te lo dijera¿podrías ayudarme? - preguntó cambiando de tema de un momento para otro, sorprendiendo a Tom.
- ¿Disculpa?¿qué no sabes quién soy? - le preguntó Tom irónicamente.
- Claro que lo sé, un hombre que quiere ser el Lord Oscuro más poderoso de todos los tiempos, acabar con los muggles y varias cosas más, y como eres poderoso necesito que me ayudes.
- ¿Qué te hace pensar que lo haré? - preguntó el mayor torciendo sus labios en una fea mueca, como si el solo hecho de pensarlo le diera repulsión.
- ¡Oh, vamos! Solo necesito que hagas un traslador, no se me dan bien y necesito que alguien me ayude si quiero ir a ver hoy al anciano senil de Dumbledore. - dijo Harry sonriendo mentalmente por saber como despertar la curiosidad del hombre frente a el.
Tom algo intrigado bajó la varita y se acercó un par de pasos al chico.
- ¿Qué has dicho?
- ¿Qué he dicho¿Qué quieres decir? - preguntó Harry con un tono falsamente inocente.
- ¿Qué has dicho acerca de Dumbledore?
- Ah¡te refieres a eso! - se rió divertido. - Me llevo algo mal con ese viejo manipulador, así que no puedes esperar que lo halague como lo hacen todos, lu odio. - dijo con voz un tanto resentida y una idea paso por su cabeza haciéndolo sonreír. - Que te parece si yo te cuento de donde vengo y tu me ayudas a crear un traslador. - le propuso astutamente a Voldemort, el cual se tomó unos segundos para sospesar la idea.
- De acuerdo, pero primero me cuentas todo y luego yo crearé el traslador. - dijo Voldemort.
- Me parece bien. - asintió Harry esbozando una pequeña sonrisa. - Pero no te contaré mi vida en una calle de Little Hangleton. - dijo con voz burlona.
- Sígueme. - fue lo único que dijo Voldemort como respuesta y volvió a girar, emprendiendo nuevamente el camino hacia su mansión.
- ¿Por qué no comenzamos con lo normal? Soy Andrew Carson. - se presentó Harry usando el nombre que se había creado. - Demonios. - masculló dejando de caminar de golpe pocos minutos después de haberse presentado.
- ¿Ahora qué? - preguntó Voldemort perdiendo la poca paciencia que poseía.
- Hay un inútil auror y miembro de la orden del fénix doblando esa esquina. - dijo Harry y cerro los ojos, concentrándose en cambiar su apariencia. De un segundo a otro su pelo cambió a ser negro azulado largo y no tan despeinado, sus ojos cambiaron a ser azules violáceos, aunque aun tenían un aire de sabiduría que el chico no sabía que poseía, y los rasgos de su rostro cambiaron levemente, dándole un aire más maduro y, por que no decirlo, sensual.
Al abrir los ojos de nuevo lo primero que hizo fue atarse el pelo en una coleta baja, dejando un único mechón suelto que le cubría el ojo izquierdo y, por lo tanto, su cicatriz.
- ¿Y tu como sabes eso? - le preguntó Voldemort enarcando una ceja en cuanto se recuperó de haber visto aquel rápido cambio en los rasgos del chico.
"Es un metamorfago jodidamente bueno" pensó Tom y sin saber por que le dio una rápida mirada a los cambios que se hizo en el rostro. "Estaba mejor antes… ¿¡Pero que rayos me sucede!? Soy Lord Voldemort, no tengo tiempo para pensar en estas cosas" se regañó mentalmente.
- Tengo la bella capacidad de sentir la presencia de todo lo que me rodea, si son conocidas puedo hacerlo más rápido, además aprendí hace algún tiempo a identificar el aura de las personas, la tuya es negra con partes rojas y alguno que otro puntito blanco. - le explicó Harry rápidamente - ¿Continuamos caminando? - preguntó y sin esperar la respuesta comenzó a caminar nuevamente, siendo alcanzado de forma rápida por Voldemort.
Estuvieron caminando en silencio hasta que llegaron a la dichosa esquina, en donde, tal y como había dicho Harry, había un auror sentado en el piso, fingiendo descansar.
Sin mirarlo siquiera ambos siguieron caminando sin decirse ni una sola palabra. Caminaron otras dos calles más, aunque esta vez por unas un tanto más deshabitadas y, justo cuando Harry estaba por abrir la boca para hablar, se escuchó un pequeño 'plop' detrás, que el chico reconoció inmediatamente por lo que se giró con una amplia sonrisa impresa en sus labios, sorprendiendo a Voldemort por el sorpresivo cambio.
Un fénix completamente negro, con una pequeña mancha blanca en la frente con forma de diamante estaba posado en el piso, con una carta entre sus patas. Era un fénix realmente imponente, con porte serio, aunque también ligeramente despreocupado, aunque predominaba lo primero en el animal.
- Ven, Devil. - lo llamó Harry y el ave aleteó un par de veces hasta posarse en su hombro, tendiéndole la nota la cual el adolescente tomó rápidamente. - Ve y registra la zona. si hay algún otro miembro de la asquerosa orden del pájaro que no debería estar aquí me avisas, no me quiero enterar que el anciano senil no haya cumplido con su palabra. - casi siseó al decir la ultima parte y el ave, después de darle un picotazo cariñoso en la oreja se fue.
Recién entonces Harry pudo abrir tranquilo la carta, sabiendo de quien era aunque no tuviera nombre.
"¡Hey, Harry¡Tanto tiempo!
¿Cómo va todo por allí? Espero que te encuentres bien y que no tengas problemas. Mandé a Devil por que será nuestro único medio de comunicación hasta que yo vaya. Sé que solo pasó media hora pero ya te extraño y tenía que ponerme en contacto contigo para saber si llegaste bien.
¿Te gustó el aterrizaje? Antes de que te fueras tiré un hechizo para que fuera así, espero que no te haya traído grandes problemas.
Contéstame en cuanto encuentres un lugar para quedarte el resto de las vacaciones¿de acuerdo? Bien, en ese caso, ya nos veremos.
¡Suerte!"
Después de leer la carta Harry la guardó rápidamente en uno de los bolsillos traseros del pantalón y recién entonces desvió su mirada para posarla en Tom, que lo estaba mirando interrogante. Por un momento se había olvidado que el hombre era un slytherin y que estos a penas y mostraban sus emociones, excepto cuando estaban en confianza… aunque…si lo pensaba detenidamente, ese hombre no le debía tener confianza ni a su propia sombra.
Sin poder evitarlo Harry sonrió, extrañando al hombre que estaba a su lado.
- ¿Y ahora por qué rayos sonríes? - preguntó el hombre algo contrariado, no hay que olvidarse que en su presencia nadie sonreía.
- ¿Hace falta una razón¿No puedo sonreír solo por que lo desee? - preguntó con ganas de molestar a Tom.
- No, cuando se supone que te encuentras frente a alguien que puede matarte, nadie acostumbra sonreír. - ironizó el mayor, causando que Harry se riera limpia y sinceramente, como hacía bastante que no lo hacia.
- Eso, eso fue verdaderamente genial. Contando chistes te harías millonario. - dijo burlonamente, causando la ira del hombre.
- Avada Kedavra - susurró Tom y de su varita salió un rayo verde que se dirigió hacia Harry, pero él no se movió, por lo que el rayo le dio de en el lleno. Pero, para sorpresa de Voldemort, Harry no se cayó, ni siquiera se tambaleó, simplemente parpadeó un par de veces confundido antes de que el entendimiento pasara por sus ojos y se formara una suave sonrisa en sus labios.
- Ningún Avada Kedavra puede matarme, por más que me den de frente y sin escudo. Soy total y completamente inmune. - dijo Harry mostrándole a Tom una sonrisa al mejor estilo slytherin.
- ¿Cómo es eso? - pregunto Tom con repentino interés al tiempo que guardaba su varita.
- ¿No íbamos a ir a hablar a otro lado? - preguntó Harry enarcando una ceja.
- Si. - recordó Voldemort y continuaron caminando sin volver a decir ninguna otra palabra si no hasta que llegaron a una mansión bastante grande, sucia y destruida. Harry le iba a preguntar a Tom que demonios iban a hacer allí pero prefirió callarse, sorprendiéndose al ver en cuanto se acercaron que la primera vista de la mansión era un simple hechizo de ocultamiento y la verdadera era completamente diferente, era una mansión gigantesca y… bastante macabra si se lo ponía a pensar.
Con un movimiento de varita Tom abrió la puerta y ambos entraron todavía sin romper aquel aburrido y ligeramente tenso silencio.
La sala a la que ingresaron estaba decorada al más puro estilo slytherin, tenía dos sofás tapizados en color verde oscuro con bordes plateados, la chimenea que estaba frente a los sofás estaba hecha con mármol negro, el piso estaba alfombrado en verde tan oscuro que caso parecía negro y, sobre la chimenea, había un grandísimo escudo con el símbolo de los Sly.
Voldemort atravesó la sala a paso rápido rumbo a uno de los dos sofás, seguido de cerca de Harry y ambos tomaron asiento, aun en silencio, uno frente al otro, mirándose fijamente, preguntándose quien debería comenzar primero.
- Bueno, - dijo Harry rompiendo por fin aquel tenso silencio. - comencemos por que no tengo todo el día. Pregunta y que sea rápido.
- ¿De donde vienes?
Harry se mordió el labio inferior pensativo, sin saber si contarle la verdad o no, llegando a la conclusión de que después de haber visto como aterrizo, tarde o temprano lo averiguaría.
- Vengo de una dimensión, algo diferente de esta, buscando una paz que no pude obtener en la otra. - dijo encogiéndose de hombros con gesto indiferente.
Tom lo miró unos cuantos segundos a los ojos tratando de descifrar si eso sería verdad, finalmente determinando que si lo era, pero si el chico en realidad venía de otra dimensión, eso significaba que nada de lo que le dijera el chico importaba realmente, bueno, nada excepto ese detalle de que podía evitar el Avada Kedavra sin un solo rasguño.
- ¿Cómo es que tienes una inmunidad hacia el Avada Kedavra? - preguntó Tom, luego de unos minutos de silencio.
- Oh, eso es bastante sencillo, debido a unos… extraños poderes que poseo puedo evitar ese tipo de muertes, no todas, pero si las muertes causadas por una maldición o cosas similares. Por ejemplo, si alguien me clavara un cuchillo, no moriría si se me atendiera en un plazo de dos días, si me lanzan maldiciones mortales, no importa cual, no me sucederá nada, pero si… no se, me quiebro el cuello o algo así puedo morir. Es algo así como medía inmortalidad. - explicó Harry sin pensarlo demasiado.
- Y esos poderes… ¿cómo rayos los conseguiste? - preguntó Voldemort extrañado aunque sin dejar que esto se notara.
- Soy el heredero de Merlín, creo. - informó un tanto dudoso, esa información todavía no estaba probada y solo era una teoría.
- ¿Qué quieres decir con que crees que eres el heredero de Merlín?¿No se te ocurrió probarlo? - preguntó Tom exasperado, ganándose una mirada fulminante de Harry.
- Claro que probé, intenté todo, desde rituales de magia negra hasta un tonto hechizo de árbol genealógico y nada me lo confirma. - le espetó el chico enojado, olvidando con quien estaba hablando por unos instantes.
Tom estaba a punto de contestarle con un bonito crucio justo cuando una gran serpiente negra apareció por el pasillo que llevaba a su despacho.
- ¡Tom!No había notado que regresaste. - exclamó la serpiente, acercándose con mayor velocidad hacia su dueño. - ¿Y ese chico?¿Quién es? - preguntó curiosa.
- Supuestamente un tal Andrew Carson, aunque dudo que se llame así. - le informó Tom, más por costumbre que por que en realidad quisiera hacerlo.
- Y tienen razón, no me llamo así. - dijo Harry con una pequeña sonrisa, atrayendo hacía si las miradas de Tom y Nagini.
- ¡Vaya!¡Otro humano hablante de parsel! - exclamó la serpiente emocionada. - Entonces… ¿tu nombre sería…?
- Uno que no van a conocer en un futuro cercano… ni lejano, no se los pienso decir, no por nada vine a otra dimensión. - dijo Harry con una sonrisa divertida.
Nagini siseó algo que ninguno de los dos hombres comprendió y le mandó a Harry una mirada que bien podría haber sido mortal antes de desaparecer, yendo hacia el exterior de la mansión.
- Así que entre esos poderes esta el de hablar parsel. - dijo Voldemort, afirmando mas que preguntando.
- Si. ¿Y mi traslador? - preguntó cambiando de tema con rapidez, algo impaciente por salir de allí, entre lo que decía la carta y el físico para nada despreciable de Tom Riddle en ese tiempo, se le iban a dificultar un poco las cosas.
Voldemort lo miró enarcando una ceja, casi como preguntándose el por que de la impaciencia de su acompañante, pero en vez de preguntar movió la varita y una taza que estaba sobre la mesa se vio rodeada por un resplandor azulado.
- Eso te llevará a las Tres Escobas, desde allí te las arreglaras solo. Por cierto, no me agrada dar explicaciones y dentro de dos horas hay un ataque a Hosmeade, así que procura no estar allí, no quiero que me hagan preguntas que no podré contestar. - dijo con algo de mal humor, que ni el mismo Tom sabía de donde había salido.
- De todos modos, no creo que exista alguien que pueda llegar a sacarme la varita. - le contestó Harry con una sonrisa en extremo burlona antes de tomar el traslador e irse lo más rápido posible para que el otro mago no pudiera hacerle nada.
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Y? Es mi primer Slash, sean sinceros en los RR, si me tienen que decir que es horrible no duden en decírmelo y comentarme en que pueden cambiar, ya que por una de esas casualidades de la vida, además de ser mi primer slash es el primer fict que subo en esta pagina.
Bueno, en caso de que les parezca ESPANTOSO mi primer cáp, también pueden decírmelo, lo peor que puede llegar a pasar es que mi ego llegue al piso y tal vez al subsuelo :P.
CAP REEDITADO, si ven algo raro es por que fue reeditado para corregir errores varios en la ortografía y demás.
