"Monochrome Factor: Lingering Shadows"
(Traducción autorizada de un fic de la autora PrimaZelda.)
¿Qué decir?
Primero que nada, nunca pensé que me animaría a hacer una traducción, pero aquí está, ¡al fin! La verdad estaba dudosa en si hacerlo, ya que como seguro se darán cuenta no soy muy buena con otro idioma, pero cuando me tomé con este fic, simplemente no pude evitarlo. Si he de admitirlo, la cosa no fue nada fácil, hubo partes en las que me atasqué un poquito y eso me hizo tardar más de lo que tenía previsto. Me da un poco de pena decir que tardé mas de una semana en traducir el primer capitulo, ya que si bien no es corto, tampoco es tan largo, pero bueh…uno va aprendiendo y es el primero que traduzco, eso es lo que cuenta, ¿no?, así que si se toman un poco de su tiempo para leer este fic no sean demasiado duros conmigo.
También, me alegra decir que aunque no se demasiado de inglés, estoy feliz de haber podido traducir esta historia. Eso si, más de una vez quise mandar todo a la goma y lanzar la pc por la ventana, pero esa es otra historia (Si, no soy muy paciente). Sin embargo estoy contenta de decir que estoy satisfecha con lo que logré. Si ven por ahí algún error, u horror en alguna parte por favor háganmelo saber.
Gracias a Nirvan que estuvo presionándome para que me apurara a terminar, que si no, estoy segura que, y no es por exagerar, apenas iría a la mitad. Así que con el siguiente capitulo intentaré no tardar demasiado.
Les mando un saludo y espero que disfruten tanto de la lectura como yo.
ANOTHER DISCLAIMER
Tanto los personajes como este fic no son de mi autoría, pertenecen a Kairi Sorano y PrimaZelda en ese orden, yo solo tuve la suerte de tener el permiso de la autora para traducir dicha obra. Solo los comentarios fueron hechos por mí.
EL NOMBRE ORIGINAL del fic es: Monochrome Factor: Lingering Shadows
EL FIC ORIGINAL podrán encontrarlo en mi perfil, para quienes quieran conocer a la creadora detrás de la historia.
Summary: "Es por eso que... no importa qué forma decidas tomar, hombre o mujer, joven o viejo, siempre estaremos juntos. Has sido y siempre serás mi contraparte, mi compañero destinado... mi reina."
Monochrome Factor: Lingering Shadows
"Los días de lucha terminaron, y los días aburridos volvieron. Haruka dejó atrás a la familia Kujou y se fue a estudiar a Inglaterra. Por supuesto, el precio de su crimen será el mismo en cualquier lugar que vaya, y solo le queda resolverlo por si mismo."
"Después de los fatídicos eventos en el Monte Fuji no ha habido mas incidentes, y ahora la ciudad está en paz. Yo estoy disfrutando de estos días aburridos, porque sé… que después de la calma, viene la tormenta."
-Akira
Un corto año ha pasado, y desde entonces la vida de Nikaido Akira ha vuelto a su rutina diaria. Ya no es un Shin, el Rey directo de los Rei continua como un estudiante normal, intentando terminar sus años de estudiante con normalidad. Es extraño por decir lo menos — después de todo lo que ocurrió en el pasado, el sol salió, y la vida siguió.
Sin embargo, el adolescente no puede dejar de lado las persistentes sospechas de que algo está por venir.
Homurabi- el actual gobernante del mundo de las sombras había declarado que pronto se apoderaría del mundo de la luz, y que su plan no tendría obstáculos. Durante mucho tiempo, Akira se preguntó que quería decir con eso. Estaba seguro que él y sus amigos le habían puesto fin a la obscuridad que avanzaba y se expandía. Entonces ¿a que se refería? ¿Algo más grande? Todo ese lio no tenía ningún sentido, al menos para él. A pesar de tener un papel clave en mantener el frágil balance entre los mundos, de la luz y la obscuridad, siempre sintió que faltaba una gran pieza en el rompecabezas.
"Akira. Homurabi…me ha exiliado del trono del mundo de las sombras. Y está avanzando al mundo de la luz Te dejo el resto a ti, Akira… No, al descendiente directo de la realeza de los Rei."
Shirogane.
¡El maldito bastardo siempre saliéndose por la tangente sin dar una explicación completa! Por supuesto, fue cuestión de tempo antes de que supiera que su tiempo estaba por terminar, ¡y todavía! Hasta el final, el mayor tenía la tendencia de guardar las cosas para si mismo. Shirogane tenía secretos como una persona vestía una capa— ocultando su verdadera personalidad, y lo que ser una sombra representaba. Escondia su afilada lengua debajo de una sonrisa amable, y disimulaba su comportamiento agresivo con gestos suaves, y una actitud pasiva. Siempre dejándolo con respuestas a medias, sin responder con sinceridad y honestidad, tratándolo como un niño, y luego tenía el valor para pedir su plena confianza y compromiso. ¡Como si pudiera!
Él no había explicado nada – ¡que baka!
Y sin embargo, había una cosa sobre la que el Rey directo de la Realeza de los Shin siempre fue sincero…
"Me gustas mas de lo que tu crees, Akira-kun."
Akira se sentó solo en la solitaria azotea de su escuela. Lentamente, levantó una mano para dejar que sus dedos rozaran suavemente con sus labios. Fragmentos de esa noche en la montaña pasaron por su mente. Homurabi había amenazado todo aquello que él mas quería. Y como resultado, su determinación en la batalla se fortaleció—finalmente despertando el elemento de luz que poseía para transformarse en su verdadera forma como el Rey de la luz— Ryuuko.
El escalofriante suceso había ocurrido en menos de unos momentos de suspenso, pero el efecto fue un impacto eterno en el adolescente. Recuerdos que no podía controlar inundaron su mente —lo suficiente como para burlarse de él y dejarlo confundido. Era una sensación fugaz que le molestaba.
Sus ojos grises observan cabizbajos, mirando como las sombras bailaban perezosamente a través de la superficie de la azotea. Aún podía sentir los restos que los labios de su contraparte habían dejando en los suyos. Frenéticamente, negó con la cabeza al sentir como un escalofrió se deslizaba por su columna vertebral.
¿Acaso el compartía el mismo sentimiento que la sombra demostraba con tanta facilidad?
¡Por supuesto que no!
Pero, ¿valoraba la amistad que se creó entre ellos?
Suspiró, dejando caer su mamo, y levantando la mirada hacia el cielo. "Por supuesto que si." Habían sido compañeros, luchando codo a codo por la misma causa. Shirogane era su amigo—independientemente de las insinuaciones sexuales que le hizo y el numero de veces que lo hizo enojar. Sin él, Akira podía sobrevivir muy bien, pero tenía que admitir que…las cosas no eran lo mismo.
Al abrirse la puerta abruptamente el sonido lo sacó de sus pensamientos, causando que sus ojos se ampliaran al ver a la figura que estaba de pie en la puerta.
Suzuno Aya estaba jadeando y resoplando. La chica lo miraba fijamente con una mirada amenazante, fuego destellando en sus orbes marrones. Siendo un orgulloso miembro del consejo estudiantil, Aya-chan patrullaba los pasillos para mantener a los vagos en clase. Nunca dejaba de sorprenderse de como un chico perezoso y fácil como Akira podía eludir la disciplina por tanto tiempo, pero eso pronto iba a cambiar una vez arrastrara su trasero felizmente de vuelta al aula. Sosteniendo su espada de madera como un guerrero samurái, ella se dirigió a él con enojo.
"A-ki-ra ¿sabes que hora es?"
El joven tragó saliva y se levantó. Por supuesto que sabía que hora era, casi el final del sexto periodo. Rápidamente se dirigío hacia ella, encogiéndose de hombros.
"Es tiempo ya, ¿eh? Entonces, supongo que no tengo muchas opciones."
Aya parpadeó mientras él caminaba lejos de ella.
"¿L-Lo dices en serio?"
"¡Por supuesto que no!"
Akira inició una loca carrera hacia la puerta, dejando a una Aya furiosa detrás de él.
"¡Akira! ¡Vuelve aquí!"
"¡Mas tarde!"
Hábilmente huyó por las escaleras, era fácil perderla por tantos años de práctica. Aunque su aprecio por la tranquilidad se había ampliado, él no era un gran aficionado de esta en clases. Nunca le interesó involucrarse en el mundo académico. Sus calificaciones nunca fueron malas, así que ¿porque molestarse en hacer un esfuerzo extra?
Salió de la escuela, y dejó que sus pies lo llevaran donde quisieran. El sol comenzaba a caer sobre la cuidad, cubriéndola con un cálido manto color naranja. Akira paseaba por la acera con su larga sombra extendida delante de él. Con las manos dentro de los bolsillos, su cuerpo funcionando en piloto automático, era evidente que el aburrimiento lo había atrapado una vez más.
Sus oídos captaron un sonido distinto.
Curioso ─Sin nada mejor que hacer─ tomó el rumbo que marcaba el sonido de una ambulancia. A medida que se aproximaba al sonido, su pulso aumentó. Reconocía ese barrio muy bien, él y sus amigos continuaban visitando esa zona de forma regular, reuniéndose, y utilizándolo como su acostumbrado punto para pasar el tiempo. Se convirtió en un lugar especial ─un pequeño fragmento de lo que solía ser su aventura, compañerismo, y propósito. Temor es lo que le llenó al instante, y varios escenarios se filtraron a través de su mente.
Akira tomó rápidamente la última curva…y se congeló. Su corazón saltó hasta su garganta ante la escena que pronto encontraron sus ojos.
"Bar-Still" estaba en ruinas.
El shock se apoderó de su cuerpo, manteniéndolo efectivamente clavado en el suelo. Lo que una vez fueron recuerdos queridos y entrañables, ahora se reducían a escombros. El humo y los escombros se esparcían por la calle, dejando el edificio completamente destruido e irreconocible. Una pequeña multitud comenzaba a acercarse a la escena, y las autoridades locales se ocupaban en completar sus tareas.
Akira solo podía mirarlo todo, boquiabierto, atrapado en la incredulidad. Algo no estaba bien. ¡De ninguna manera podía ser eso un accidente! ¿Ese fue el resultado de que fuera tan descuidado? ¿Bajó la guardia demasiado pronto? Esto no podía estar pasando. Entonces lo recordó.
"¡Master!"
La idea de que el Bartender hubiera resultado herido, provocó a sus piernas ponerse en acción.
Como pudo pasó junto a la multitud hasta llegar a toda prisa a la cinta amarilla que indicaba peligro. Agarrando el plástico amarillo, con los puños apretados, él observó solo un momento para inspeccionar la escena antes de entrar a la misma.
Instantáneamente su sangre se le heló.
La mandíbula de Akira se abrió lentamente, observando como los dos paramédicos se ocupaban del cuerpo inconsciente de Master depositándolo en una camilla. Sangre espesa y carmesí se filtraba en la limpia y blanca camisa a través del chaleco obscuro del bartender.
"¡Master!"
Intentó abalanzarse hacia adelante cuando de repente un policía lo sujetó por detrás.
"Esta área está fuera del alcance de los civiles, chico."
Akira gruñó, la ira ahora alimentaba la adrenalina a través de su cuerpo.
"¡Quítame las manos de encima! ¡Es Master! Tengo que ver si─"
"Nadie está permitido en esta zona, solo el personal autorizado. Así que voy a tener que pedirle que se calme y desocupe, o tendré que escoltarle fuera de aquí."
¿Qué era lo que pensaba este oficial idiota? La persona inconsciente en la camilla, el cuerpo que se preparaban para cargar y llevar era su amigo.
"¡En el infierno lo harás!"
Con eso, Akira utilizó toda su fuerza para apuntalar sus brazos cautivos, sostenidos detrás de él y pateó las piernas del hombre logrando liberarse. El movimiento abrupto, repentino, sorprendió al oficial, dando lugar a que los dos cayeran al suelo lleno de escombros.
Akira hábilmente se alejó del oficial, sin embargo, fue tomado por sorpresa cuando una fornida mano agarró la parte posterior de su cuello.
"Eres tan delicado─"
El adolescente cerró los ojos preparado para el inminente golpe, con un sutil atisbo de miedo en su mirada.
El golpe nunca llegó.
Confundido, Akira abrió ligeramente los ojos. Otra mano sostenía el puño sujetándolo a escasos centímetros de su rostro.
"Vaya, vaya, esto es bastante desagradable, los policías son los guardianes de la paz, no los golpeadores de los niños. Debes aprender a jugar mejor."
Akira fijó sus ojos grises en el nuevo extraño.
El hombre de cabello obscuro sonreía tímidamente─ efectivamente dirigiendo ahora su atención hacia él, cerrándole el paso al hombre. El chico reconoció al instante al hombre enfrente de él.
"¿K-Kou-nii? ¿Qué estás haciendo aquí?"
Kou lo miró y revolvió el cabello suave, marrón de Akira. Movió un brazo alrededor de sus hombros, al momento en que envió al oficial una sonrisa despreocupada.
"Nada, solo cuidando de ti."
"Si ese es el caso, ¿ese chico será suyo, señor?"
"¿Claro que no, oficial" Kou sonrió, tirando de Akira dándole un suave coscorrón en la parte superior de la cabeza. "Este de aquí es como mi hermano pequeño. Podría decirse que este chico es de un viejo amigo de la familia. Es obvio que está molesto, aunque tiende a ser sensible a veces, ¿Ne, Aki?"
"K-Ko-nii... ¡No puedo respirar...!"
El policía se mofó, cruzándose de brazos mientras miraba a la pareja.
"Keh, si él está a su cargo, entonces le sugiero que lo agarres y se vayan. Tenemos trabajo que hacer aquí, No tenemos tiempo lidiar con mocosos vándalos que no tienen nada mejor que hacer que meterse en cosas de las autoridades."
"Estoy de acuerdo" Kou mantuvo la sonrisa, para ser franco, era divertido bromear con los humanos. "Gracias por cuidar de él."
"¡E-Espera! Kou-nii, ¡¿Qué pasa con…?!"
A pesar de que para Akira era inútil luchar, Kou lo mantuvo bien sujeto con su brazo alrededor de él. No tenía ni idea de lo que estaba pasando, y su frustración iba en aumento.
"Así que tomaremos nuestro camino entonces."
Teniendo pocas opciones, Akira se encontró siendo arrastrado y llevado fuera de la escena. El hubiera continuado su lucha─ pataleado y gritado, pero confiaba en kou.
Después de todo, el hombre de cabello obscuro era su guardián protector.
Akira no pronuncio una palabra una vez Kou finalmente lo soltó. La pareja decidió caminar uno al lado del otro en un incómodo silencio.
Kou encendió un cigarrillo, en un intento de aligerar la tensión.
"No era seguro que tu estuvieras ahí."
"¿Por qué? ¿Sabes algo? ¿Qué está pasando? Master, él…" El joven apretó los dientes, metiendo las manos en los bolsillos, y con indignación miro a lo lejos. Era la primera vez que había visto a uno de sus amigos tan malherido. No tenía la más mínima idea de si iba a salir adelante, y eso le molestaba demasiado.
Una mano suave se posó sobre su hombro.
"Mi rey, aunque admito que tengo una teoría, no sería prudente hablar en un lugar como este. Sé que estás preocupado por Shisui, pero está en buenas manos. De hecho, su mejor oportunidad es donde el está ahora. Nuestra mejor apuesta es reunirnos... esta situación está convirtiéndose rápidamente en algo realmente peligroso. Y además, hay alguien con quien necesitas hablar."
Eso llamó la atención de Akira.
"¿En serio? ¿Quién?"
Kou simplemente le ofreció una mirada antes de abrir la puerta del que era su hogar. El barrio pobre que había elegido para vivir no reflejaba para nada el estilo de vida de gánster a la que estaba tan acostumbrado. El interior era un lugar cálido con su propio encanto simple.
Akira se dio cuenta de la presencia de sus dos compañeros de escuela sentados en uno de los sofás más cercanos. Tanto Aya como Kengo se veían angustiados─ y con razón, de alguna manera Kou se las había arreglado para avisarles de lo sucedido. No todos los días un amigo cercano era llevado de urgencia al hospital. Fue a reunirse con ellos, cuando un movimiento le hizo desviar la mirada.
Por un breve segundo o dos, siente que sus ojos se ensanchan por la sorpresa, su cuerpo quedó congelado en su lugar, una figura misteriosa que comenzaba a tomar forma se acercó más y más. El característico sombrero de copa, y la gabardina de color negro encajaron cómodamente alrededor del individuo. El largo cabello plateado caía libremente en una trenza que llegaba elegantemente hasta sus tobillos. Dos azules, penetrantes ojos azules miraban hacía enfrente, viendo intensamente al adolescente.
Shirogane sonrió suavemente a Akira, descansando sus manos cubiertas por sus guantes blancos en la parte superior de su bastón.
"Konbanwa, Akira-kun~ Es bueno verte de nuevo."
