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¿Qué es el amor?
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Sentimiento relacionado con el afecto y el apego, resultante y productor de una serie de actitudes, emociones y experiencias.
O eso dice el diccionario, pero el amor ¿Sólo es esto?.
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El amor puede ser esa felicidad al ver algo que te gusta, sentir un inexplicable sentimiento de emoción al comer tu comida favorita o ver tus series preferidas…
El amor puede ser ese cariño de un grupo de amigos que hacen lo que más les apasiona, el amor de una familia al saberse unida..
El amor puede ser ese inexplicable deseo de proteger a una persona sin importar que, o ese pensamiento egoísta de querer estar siempre a su lado.
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O eso es lo que muchos dicen, para mí es ese sentimiento cálido al observar a esa persona especial sonreír, y el querer que sea feliz aún si no es a tu lado.
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Hay muchas personas que tienen el privilegio de experimentar este sentimiento y que sea correspondido de la misma forma…
Por otro lado estamos las personas que amamos en secreto y estamos condenados a quedar atrapados en ser sólo amigos.
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Los rayos del sol se colaban por las blancas cortinas, avanzaban lentamente hasta acariciar ese suave cabello castaño, para luego llegar a esos ojos esmeralda los cuales estaban cerrados, al sentir los rayos del sol acariciar sus ojos los abrió lentamente para volverlos a cerrar, al acostumbrarse a estos logró abrir completamente sus ojos.
Observó detenidamente el blanco techo lleno de diminutas partículas de polvo, observaba como estas descendían y ascendían a antojo propio, para luego desaparecer y aparecer en un diferente lugar, como si se pudieran tele transportar a diferentes sitios, siempre tuvo la infantil sospecha de que esas diminutas partículas tenían inteligencia propia, muy absurdo lo sabía, soltó una leve risa, burlándose de si mismo, pero nada podía hacer, esa era su forma de pensar y no lo cambiaría por nada.
-Makoto, cariño-escuchó la suave voz de su madre atrás de la puerta-Es hora de levantarse o llegarás tarde para ir con Haru-chan.
Es cierto hoy debía pasar por Haru antes de ir al colegio, suspiro cansado, luego de un tiempo de mirar el techo lentamente se levantó de la cama, se dirigió al baño, mientras caminaba se iba quitando la ropa, al llegar al baño entró a la ducha, sentía el agua fría recorrer su cuerpo en una relajante danza, cerró la llave y se concentró en la tarea de secar su cuerpo, camino hacia el espejo del baño y se observó por unos minutos, Makoto tenía pequeñas ojeras marcadas debajo de sus ojos, su rostro estaba un poco pálido y cansado, su mejilla estaba un tanto morada y su labio estaba roto, suspiro, lavo la cara hasta que logró disimular su mala presentación.
Se vistió lentamente, cuando ya estuvo listo con su uniforme puesto, tomó su bolso y salió de su habitación, podía escuchar las felices risas de Ran y Ren, el sonido de las ollas chocar cuando su madre las tomaba, las tranquilas voces de sus padres conversando por sobre el sonido del televisor, sonrió un poco, vaya que eran felices, se fijó en el reloj, mierda se le iba a hacer tarde, bajo corriendo las escaleras mientras rompía con todo ese sonido familiar.
-Makoto buenos días-saludó su papá.
-¡Oni-chan!, juega con nosotros-sus hermanos comenzaron a correr en su dirección, Makoto los esquivo y siguió alistándose.
-Lo siento voy a llegar tarde-habló terminando de ponerse los zapatos, les regaló una sonrisa y acaricio sus cabezas, se despidió de su familia y salió de la casa.
Makoto caminaba tranquilamente, sabía que no tenían mucho tiempo como así sabía que igualmente llegarían tarde, además el día de hoy no tenía ganas de ir al colegio, subió las escaleras con un poco de rapidez, escuchó un tierno maullido y regreso en sus pasos, acaricio al blanco gato y siguió con su camino, luego de caminar un poco más llego a la casa de Haru, tocó el timbre como todos los días, después de unos minutos lo volvió a hacer, suspiro, rodeó la casa y se dirigió a la puerta trasera.
-Con permiso-dijo al entrar, camino hasta llegar a la puerta del baño, al abrir esta abrió sus ojos sorprendido, se acercó a la bañera para asegurarse y nada, Haru no estaba ahí, salió del baño y lo busco por toda la casa, sin embargo no lo encontró, definitivamente Haru se había ido sin él.
-Por lo menos pudo ir a buscarme-susurro, bajo su rostro deprimido, soltó un suspiro y salió de la casa.
No se molestó en caminar más rápido, sabía que ya no llegaba para las primeras clases, se pasó buscando a Haru por toda la casa por media hora, ningún profesor lo dejaría entrar, en el camino iba pateando piedras, se sentía demasiado aburrido, al llegar al colegio lentamente se dirigió a su salón, cuando iba a tocar la puerta se detuvo, lo mejor sería no hacerlo, no valía la pena, dio media vuelta y comenzó a caminar, debía ir a algún lugar donde no lo encontrarán fácilmente, decidió ir a la azotea ya que fue el único lugar que se le ocurrió, cuando al fin llegó, se acostó en el suelo, observaba el cielo despejado, con alguna que otra esponjosa nube resaltando en el celeste de este.
Makoto escuchó a su estómago gruñir en protesta por no haber sido alimentado en lo que llevaba de día, se sentó y tomo su mochila, la abrió y comenzó a buscar su almuerzo, después de unos minutos de no haberlo encontrado, sacó sus cosas desesperado para darse cuenta que no lo había recogido, su estómago volvió a gruñir, revisó las bolsas de su pantalón, tampoco había traído su billetera ni celular, suspiro fastidiado, de mala gana regresó sus cosas a su mochila, se levantó y se acercó a la baranda, apoyo su barbilla en esta, se quedó observando el paisaje, los árboles de Cerezo se mecían suavemente por la sutil brisa, el agua cristalina de la piscina se le hizo muy tentadora, los pétalos cayendo a la piscina se le hizo una bella imagen, una hermosa sonrisa se coló por su rostro.
Makoto se enderezo rápidamente, dio varios pasos hacia atrás, se dio la vuelta y comenzó a correr, tomó la mochila del suelo, azotando la puerta para cerrarla Makoto salió de la azotea, bajo corriendo las escaleras, corría por los pasillos tratando de que no lo descubrieran, al salir de los edificios Makoto aumentó la velocidad, la sonrisa aún no se borraba de su rostro, conforme más rápido corría más grande era su sonrisa, al vislumbrar la piscina su velocidad aumentó todavía más, entró rápidamente hasta llegar al vestidor, comenzó a quitarse la ropa hasta quedar en traje de baño, ahora entendía porque Haru lo hacía, metió desordenadamente la ropa al casillero, salió corriendo del vestidor y de un clavado entró a la piscina.
Comenzó a nadar lentamente, de espaldas como siempre, observó el mismo cielo de hace unos minutos sólo que este se le hacia más hermoso, sonrió aún más, cuando ya hubo calentado un poco comenzó a nadar más rápido, su corazón se estrellaba emocionado contra sus costillas, podía sentir la emoción y la adrenalina recorrer todo su cuerpo, haciendo que cada brazada y patada sea más potente que la anterior, sentía su cabeza y pensamientos en total paz y tranquilidad, lo cual hace días no conseguía.
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Después de un tiempo de estar nadando Makoto solo se concentró en flotar, todo su ser se encontraba relajado, lo cual agradecía al agua por ese avance, el sentir la fría agua debajo de él se le hacia una emocionante sensación, el poder observar esa hermosa vista le alegraba mucho, hacía un mes que no había paz dentro de su cabeza, las ojeras marcadas debajo de sus ojos eran la prueba suficiente, también su demacrada imagen, sin embargo al parecer nadie se había enterado aún, ni siquiera Haruka, quién fácilmente podía leerlo.
Makoto sacudió fuertemente su cabeza tratando de alejar cualquier pensamiento que no fuera el de nadar, se sumergió rápidamente, volvió a nadar a toda velocidad, sus brazadas las hacia con más fuerza logrando que el impulso fuera mayor, las patadas eran más potentes y veloces, quería ser rápido, quería mejorar, quería ser uno con el agua, quería aceptarla y que está lo aceptará a él, era lo único que cruzaba por su cabeza.
No se iba a rendir, iba a seguir intentando hasta que el agua quisiera aceptarle, para así poder estar con él, sus brazadas y patadas tomaron más fuerza, su corazón latía rápidamente con mucha emoción, trataba de estar en armonía con todo a su alrededor, abrió los ojos con felicidad recorriendo todo su ser, podía observar a su alrededor diferentes tipos de peces de diferentes colores nadando, también delfines y orcas nadando en sincronía, también habían tortugas marinas de distintos tamaños, pero lo que más destacaban eran los bellos delfines, sonrió suavemente, también habían pulpos, arrecifes de coral, era muy parecido al paisaje que vio con Haru cuando eran niños, incluso estaba Haru ahí, cerró sus ojos y agrando su sonrisa.
Un momento, ¿¡Que hacía Haru ahí?, Makoto abrió enormemente los ojos muy sorprendido, abrió la boca atónito, lo que ocasionó que le entrará agua a esta, colocó sus manos cubriéndola en un intento desesperado, como si de un relámpago se tratase todo se fue desvaneciendo como si nunca hubiera existido, rápidamente nado hacia la superficie y se acercó a la orilla, tosía fuertemente tratando de sacar el agua que había tragado y de recuperar el aire, su respiración era muy acelerada y un tanto desesperada, colocó los brazos en la acera y apoyo su cabeza en estos, quizás sólo fue su imaginación.
-La falta de sueño debe estar volviéndome loco-susurro para si mismo.
-¿Estás bien Mako-chan?-escuchó una voz arriba de él, su cuerpo se tenso, levanto la mirada con precaución, se paralizó al observar el rostro de un caballo que donde se supone debían estar los ojos sólo había cuencas vacías y ensangrentadas, todo empeoró al sentir una delgada y fría mano colocarse en su hombro.
-¡AAAHHHHHHHHH!-gritó y retrocedió de inmediato hasta chocar con el otro extremo de la piscina.
-Jajajaja, Mako-chan eres tan gracioso-Nagisa se había quitado la máscara, se revolcaba en el suelo tomándose el estómago, Makoto observaba a su alrededor tratando de unir las piezas, un Nagisa muerto de la risa, (XD), un Haruka cerca de donde él estaba hace unos segundos con la mano extendida mirándolo extrañado, suspiro cansado al comprender lo que sucedió, se acomodó los gogles y se volvió a sumergir.
Esta vez sus brazadas y patadas eran rápidas pero tranquilas nada comparadas a las veloces y potentes de hace un rato, el susto que se llevó le quitó toda tranquilidad y armonía que había conseguido, al sentir a su estómago protestar por la falta de atención de ese día decidió que era hora de tomar un descanso, nado hacia la orilla y salió lentamente de la piscina, sinceramente quería seguir nadando pero su estómago no le permitía concentrarse.
Al ir caminando hacia la banca sintió una mirada penetrante en su persona, busco tranquilamente esa mirada y se encontró con unos hermosos ojos azules zafiro mirándole atento, una sonrisa se posó en su rostro, Haru lo observaba desde las escaleras de la piscina, apresuro el paso hasta llegar al otro extremo, aún con su sonrisa se acercó al azabache
-Buen trabajo, Haru-chan-Makoto extendió su mano, Haru lo miro unos segundos hasta que decidió tomar la mano de Makoto.
-Ya te dije que no me digas "chan"-habló cansado, mientras salía de la piscina con ayuda de Makoto.
-Si, tienes razón-Haru lo observó, desde la mañana tenía miles de preguntas rondando en su cabeza sobre Makoto, suspiro y se decidió por hablar con él.
-Makot-fue interrumpido por un grito en la lejanía.
-MAKOTO TACHIBANA VENGA EN ESTE MISMO INSTANTE-Haru observó como Makoto se tensaba para luego suspirar, soltó su mano rápidamente y fue corriendo a los vestidores.
Makoto se vestía lo más rápido que le era posible, mientras salía de los vestidores se iba amarrando la corbata, seguía al profesor que le había llamado, sabía que era muy poco probable el que no lo descubrieran así que ya se había hecho la idea, aunque no pensaba que fuera tan pronto, caminaba tranquilamente con las manos envueltas en vendas dentro de sus bolsillos y su uniforme impecable con una que otra arruga, observaba la ancha y regordeta figura de el profesor, era bajito y calvo, siempre andaba con un pañuelo siendo restregado por su sudoroso rostro, el profesor Bahiro no era una persona con la que quisieras tener problemas, suspiro cansado, sabía que su día no podía mejorar, fue un iluso al creer eso.
-Camine más rápido Tachibana, no tengo todo el día-decía el más pequeño mientras se limpiaba el rostro.
-Hai Bahiro-sensei-sin embargo no aumentó de velocidad, de hacerlo dejaría al pobre enano atrás.
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Después de un tiempo de estar caminando entraron a los edificios, tomando rumbo a la sala de profesores, se sentía demasiado tranquilo y eso no le agradaba, aunque era mejor que un ataque de nervios pero no le gustaba no sentirse aunque sea un poco preocupado, era casi como si no le importará, sacudió levemente su cabeza de un lado a otro, debía dejar de pensar estupideces.
-¿Va a quedarse de pie ahí todo el día o quiere una invitación?-Makoto regresó a la realidad al escuchar las palabras del enano sudoroso.
Entró lentamente con su aura de tranquilidad aún rodeándolo, Bahiro que caminaba atrás de él lo observaba con algo parecido a una mueca de enojo, Bahiro se dirigió a su escritorio y tomo asiento mientras se restregaba el pañuelo por el rostro y recuperaba el aire, Makoto simplemente veía alrededor aburrido, queriendo regresar a nadar y a estar con Haru.
-Así que Tachibana-carraspeo un poco-¿Por qué no asistió a clases si había venido al colegio?-Makoto desvío la mirada.
-¿No me piensa decir?-ante el silencio el enano se enfadó más-¿Sabe cuantas normas rompió hoy?-Makoto lo observó curioso y negó con la cabeza ligeramente.
-Estar en los pasillos en horario de clases, correr por los pasillos, estar en instalaciones deportivas sin permiso, entrar al colegio después de la hora permitida, faltar respeto a un profesor, esto es inaceptable Tachibana, en toda la historia del colegio está es la primera vez que alguien rompe tantas normas en un día, ¿Qué tiene que decir en su defensa?-Lo observó ceñudo.
-Tengo dos preguntas bueno son tres más bien-el enano asintió dándole a entender que podía seguir-¿Sí sabían lo que hice porque no me buscaron antes?, ¿Cómo se enteraron?, ¿Cuándo le falte el respeto a un profesor?-Bahiro sonrió de forma maligna.
-Bueno en realidad no nos dimos cuenta de inmediato, fue hace como dos horas y comenzamos su búsqueda, información clasificada y cuando estaba corriendo como un crío descontrolado un profesor salió a ver que pasaba, cuando lo vio a usted y le llamó la atención, usted simplemente le ignoró y siguió corriendo, eh ahí la razón.
-¡Pero yo no lo había escuchado, además de que no es razón suficiente!-Makoto alzó la voz alterado.
-Si leyera el reglamento lo encontraría ahí escrito-volvió a secarse el rostro-Romper cinco normas en un día no es algo que se debe dejar pasar ni mucho menos ignorar-lo observó fijamente.
-Estará castigado por un mes limpiando el gimnasio, deberá ayudar a cualquier profesor en lo que se le pida y limpiar dos veces por semana todos los salones de tercero-El calvito sonrió triunfante.
-Pe-pero eso es imposible no puedo hacer eso todos los días.
-Bueno tuvo que haberlo pensado antes de hacer esto.
-Pero ni siquiera ha pasado la hora de almuerzo, no me he escapado para las lecciones de la tarde-Bahiro lo observó incrédulo.
-¿Me quiere ver la cara de estúpido Tachibana?-Makoto lo observó confundido-Faltan quince minutos para las cinco.
Makoto abrió enormemente los ojos incrédulo, ¿Había pasado todo el día en la piscina?
-Debería agradecer que no contactamos con sus padres y que por sus buenas calificaciones su castigo es más suave-suspiro-En fin a partir de mañana empieza el castigo, después de las cinco.
Makoto suspiro cansado y asintió débilmente con la cabeza, dio media vuelta y salió lentamente de la sala de profesores, sería un muy largo mes, suponía que se lo merecía, giro levemente su cabeza hacia la izquierda observando el atardecer a través de la ventana, sonrió suavemente, siguió caminando hasta salir de los edificios, al alejarse un poco comenzó a correr, su corazón latía presuroso y una sonrisa se colaba por su rostro, quería nadar, debía hacerlo, conforme más pensaba en eso su velocidad aumentaba, llegó a los vestidores y se detuvo de repente.
Se apoyo en sus rodillas para retomar el aire, ¿Qué estaba haciendo?, por el momento no debía meterse en más problemas, suspiro frustrado, cuando ya se había recuperado, observó a su alrededor, no había nada en los vestidores ni siquiera su mochila, seguro Haru se la había llevado, salió de los vestidores y cerró la puerta, caminaba deprimido, sus pasos eran lentos y cansados, lo mejor sería que se apurara a buscar a Haru.
Cuando iba llegando a la entrada observó a Haru recostado en un muro con su mochila en mano, su rostro se iluminó y una bella sonrisa apareció, corrió rápidamente hasta donde Haru y lo abrazó fuertemente, Haru se asustó al sentir el abrazo de oso de Makoto, luego se preocupó en mantener el equilibrio para que los dos no terminarán en el suelo.
-Oí, Makoto-habló con dificultad-Nos vamos a caer-Makoto se separó rápidamente avergonzado y con su mano en la nuca.
-Tienes razón, lo siento Haru-chan-la sonrisa de Makoto aún seguía pintada en su rostro.
-Ya te dije que no me digas "chan"-Haru suspiro, Makoto sonrió aún más en respuesta.
Makoto levanto la mochila del suelo y comenzó a caminar con Haru a su lado, ninguno habló mientras caminaba, un silencio cómodo se instaló entre ellos, Haru observaba de reojo a Makoto preguntándose si debía hablar o no, se mordía el labio nervioso, no sabía cómo hacerlo, sacudió levemente la cabeza, no entendía porque se comportaba así, por Dios era Makoto, no es como si se fuera a enojar por la pregunta o algo por el estilo, Makoto observó a Haru luego sonrió suavemente.
-Haru-el nombrado lo observó-Tienes curiosidad de lo que sucedió hoy ¿Verdad?-Haru simplemente desvío la mirada al mar-No debes de preocuparte, hoy me levanté muy tarde así que no pude llegar a tiempo a tu casa, aún así te fui a buscar pero no te encontré, dure demasiado tiempo-suspiro, Haru lo observaba atentamente-Cuando llegue al colegio ya era demasiado tarde así que decidí no ir a clases, luego de un tiempo fui a la piscina a nadar, la idea era estar ahí hasta que empezará la jornada de la tarde pero como vez el tiempo se me fue volando-colocó una mano tras su cabeza y sonrió avergonzado.
-Con que es así-Makoto sólo asintió-Pensé que aún seguías enfermo como la semana pasada así que me fui antes, lo siento-Makoto negó con la cabeza.
-No te preocupes Haru-chan.
-Te he dicho que no me digas "chan"-suspiro-Últimamente te has estado metiendo en muchos problemas Makoto-el nombrado desvío la mirada-¿Cuántas normas rompiste hoy?.
-Cinco-susurro por lo bajo, Haru abrió los ojos sorprendido.
-¿Tantas?-Makoto asintió deprimido-¿Cuál es tu castigo?.
- Estaré castigado por un mes limpiando el gimnasio, debo ayudar a cualquier profesor en lo que sea y limpiar dos veces por semana todos los salones de tercero-habló cansado.
-¿Vas a estar bien?-Makoto le observó.
-Sí, tranquilo Haru-chan-sonrió-Aunque a partir de mañana empiezo así que tendrás que regresar sin mí, lo siento.
-Está bien-apretó la correa de su mochila-Makoto, ya es la tercera vez que te castigan en un mes-Makoto desvío la mirada y apretó los puños-¿Qué sucede?
-No es nada Haru, simplemente he estado en el lugar y momento equivocado, sabes como es mi sentido de la justicia-Haruka lo analizaba con la mirada.
-Si, usted lo dice-se encogió de hombros-¿Aún no sanan tus heridas?.
-No-Makoto colocó su mano en su mejilla y desvío la mirada.
-¿Qué le sucedió a tus manos?.
-Estaba ayudando a mamá a cocinar me distraje y termine quemándome-Haruka lo observó.
-Con que es así.
Makoto soltó un suspiro largo, el resto del camino Makoto se la paso hablando con uno que otro comentario de parte de Haruka.
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Al entrar a su casa Makoto se extraño al ver todas las luces apagadas, camino a ciegas por toda la casa pegando su dedo pequeño en uno o dos muebles ocasionando que diera pequeños gritos de dolor, encendió la luz al llegar a la cocina, donde reparó en una hoja pegada en el refrigerador, se acercó a este y la tomó.
Makoto cariño salimos a visitar a tu abuela, como Ran y Ren tienen la semana libre llegaremos hasta el Domingo, espero que no te moleste, tu almuerzo está en el refrigerador.
Con cariño: Mamá.
Makoto dejo la nota en el desayunador, apagó la luz y se dirigió a las escaleras, subía lentamente, sus pies los sentía pesados como si fueran de plomo, se sentía demasiado cansado tanto física como mentalmente, al llegar al segundo piso se dirigió a su habitación, al entrar en esta tiro su mochila al suelo, tomo su celular y colocó la alarma, aún con uniforme Makoto se lanzó a la cama quedando boca abajo.
Se dio la vuelta, quedo mirando el techo, soltó un largo suspiro, hoy no había logrado ningún avance, cuando creía que lo estaba logrando se desconcentro, subió su brazo tratando de alcanzar algo, pero ¿Que era lo que quería en verdad?, cerró su mano fuertemente, soltó un gruñido, bajo su brazo y miró fijamente al techo durante varios minutos, ¿Qué era lo que le sucedía?.
Después de un tiempo se decidió por levantarse y salir a correr, rápidamente se cambio de ropa y salió de la casa, hizo varios estiramientos y comenzó con su recorrido, le encantaba correr por la playa, aunque le tenía un poco de miedo al mar le gustaba el sonido de este, por lo mismo la mayoría de sus rutas eran por la playa. La intención de salir a correr era dejar de pensar, en ese momento se le hizo inevitable.
Hace un mes había comenzado su extraño comportamiento, todo iba bien hasta que tuvo su primer castigo, no fue la gran cosa, se había saltado la jornada de la tarde por ir a nadar en la piscina, tuvo que quedarse toda la semana en un aula con el profesor Bahiro vigilándolo, no se había sentido preocupado en ningún momento, lo único que cruzaba por su cabeza era «nadar».
El segundo castigo fue peor, se había saltado otra vez la jornada de la tarde, al ir camino a la piscina vio a varios estudiantes golpeando a uno de primero, sin pensarlo mucho salió corriendo y defendió al pobre muchacho, dejando a los cuatro estudiantes medio consientes, el en cambio tenia una mejilla morada y el labio roto, antes de poder decir algo el de primero había salido huyendo, en ese momento un profesor iba caminando y lo observó, le pidió que lo ayudará a llevar a los cuatro estudiantes y después lo envío a dirección.
Esta vez no le tocó con mucha suerte, pues el profesor solo vio la parte donde el golpeaba a los cuatro de segundo, los cuales inventaron una historia y lo dejaron a el como el malo, aún así no intento corregir la historia se le hizo una pérdida de tiempo si lo intentaba, entonces nada más espero el castigo, pensó que no iba a ser tan malo pero vaya que se equivocó, lo suspendieron tres días y le prohibieron participar en el club por una semana, por más que pidió que cambiarán el castigo no lo logró.
El último día de castigo los cuatro de segundo lo esperaban en la entrada, querían venganza por la paliza que les había dado la última vez, los cuatro se lanzaron contra él al mismo tiempo tomándolo por sorpresa, trató de esquivarlo pero lograron golpearle el rostro y el estómago, al siguiente golpe logró defenderse bien, al tomar el ritmo comenzó a golpear a la ofensiva, terminaron la pelea cuando varios guardias de seguridad los obligaron a separarse, a comparación con los de segundo él había quedado mejor.
Tenía la mejilla y el ojo derecho con pequeños hematomas morados que formaban uno grande, el labio le sangraba y la frente también, el torso le dolía horrores, los nudillos tenían una coloración morada y rojiza, de estos emanaba sangre, los brazos tenían rasguños y algunos hematomas.
Después de separarlos los llevaron a la dirección, esta vez castigaron a los cinco por igual, los expulsaron por una semana entera, inevitablemente llamaron a sus padres, cuando llegaron su mamá casi se desmaya, después de salir de la dirección inmediatamente fueron al hospital, odiaba preocupar así a sus padres, como favor egoísta le pidió a su mamá que le dijera a Haruka que tenía un resfriado muy contagioso.
Lo único que cruzaba por su cabeza era nadar, no había otro pensamiento, su meta era mejorar y ser más rápido, en otras palabras quería ser uno con el agua, su tiempo en el agua iba en aumento, hasta el punto de no querer salir de esta, algo similar a lo que le sucedía a Haruka, sólo que él no se conformaba con sólo tocar el agua, lo que él quería era nadar.
Makoto despertó de sus pensamientos al hacer contacto con la suave y fría arena, se sentó en está y observó el inmenso mar azul, hacia varias horas que había anochecido, dando paso a las brillantes y luminosas estrellas, el mar estaba tranquilo, el suave vaivén de las olas producía un relajante ambiente.
Hacia un mes y medio que habían competido en relevos con Rin pero fueron descalificados aunque ganaron, al principio se sintió muy feliz de que al fin se hubieran reunido y vuelto a ser amigos y un gran equipo, pero al pasar las horas ese fuerte sentimiento se fue apagando conforme Rin y Haruka pasaban más tiempo juntos.
No era la primera vez que sentía eso, que todo su ser dulce y alegre se desvanecía dejando un frío vacío, no entendía la razón de este comportamiento en él, pero desde que era niño lo experimentaba, se sentía la peor persona del mundo, como una escoria y culpable siempre que le sucedía eso, porque eran sus amigos y merecían tener tiempo juntos pero aún así él no podía evitar sentirse de esa forma.
Por eso últimamente trataba de no pasar tiempo con nadie y sólo concentrarse en nadar, sabía que estaba escapando del dolor y la confusión que sentía pero aún no estaba preparado para descubrir y aceptar lo que le sucedía, prefería no lastimar a nadie con sus estúpidos sentimientos, por el momento sólo quería concentrarse en nadar y nada más.
Lentamente se levantó de la fría arena, tibias lágrimas se deslizan libremente por su rostro, observó el oscuro océano una vez más y nuevamente comenzó a correr, más y más lágrimas se deslizaban, llenas de impotencia y confusión, no sabía lo que sucedía con él.
Tenia miedo, porque se estaba convirtiendo en alguien que no conocía, en alguien egoísta, que no le importaba nada a su alrededor sólo el mismo, no quería ser así no quería, simplemente quería que todo fuera como antes donde Haru sólo le gustaba nadar y estar con él, donde los dos se tenían al otro, cuando no necesitaban de nadie más que solo la compañía del contrario, donde Haru sólo lo observaba a él.
Freno repentinamente ocasionando que cayera de cara al suelo, su rostro empapado de lágrimas observa sin observar el horizonte, con dolor punzante en su frente y rodillas se sentó, su mirada estaba fija en sus manos que descansaban tranquilamente en sus regazos, las lágrimas caían en estás y las humedecían, su respiración era intranquila y sus lágrimas abundantes, llenas de dolor, confusión y vacío, cerró sus manos con fuerza, levanto la mirada hacia el oscuro cielo lleno de estrellas.
Lo único que quiero es que Haru me mire.
Abrió los ojos como platos, se tomo la cabeza desesperado, más lágrimas se deslizaban por su rostro hasta perderse en su cuello, no, no, no, eso no es verdad, no necesita que Haruka lo mire, no necesita estar siempre con Haru, Haru podía estar con quien quisiera no sólo con él, si Haru quería podía estar también con Rin, estar con Rin.
¡NO!, golpeó el suelo con fuerza, lleno de frustración e impotencia, si estaba con Rin él no existía, porque Haru sólo tenía atención para Rin y nadie más, porque si Haru no lo miraba él no existía, las lágrimas iban en aumento a cada segundo, llenas de dolor, odio y frustración.
No quería ser así, no quería odiar a Rin por argumentos sin sentido, no quería alejarse de Haru ni de nadie, quería regresar a la normalidad, quería ser el de antes, quería que todos estuvieran unidos y felices como en los viejos tiempos, simplemente quería que todo volviera a ser normal.
Aún con lágrimas rodando por sus mejillas, Makoto se levantó con mucho esfuerzo del suelo, se limpió el rostro con su camiseta, se golpeó las mejillas y corrió hacia su casa con toda la velocidad que logró conseguir, al llegar a esta entró rápidamente y se dirigió hacia su habitación, se lanzó a la cama y se envolvió entre las sábanas.
No quería pensar en nada, no quería hacer nada, ya no quería sentir nada, simplemente quería estar en paz, para lograrlo lo único que se le ocurría en ese momento era dormir y así lo iba a hacer.
Cerró sus ojos fuertemente para así conciliar el sueño, se envolvió más entre el montón de sábanas, las lágrimas seguían y no se detenían, poco a poco se dejó caer en el vacío de la inconsciencia, con un último pensamiento.
SOLO MIRAME
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Hola, ¿Qué tal?, primero que nada me disculpo si a algunos les molesta que haya cambiado un poco la tranquila personalidad de Makoto. También espero que les haya gustado la historia.
En realidad no sabía si publicarla o no, porque no se si les gusta el yaoi pero tenía mucho tiempo de haberla pensado así que un día pensé ¿Por qué no?, bueno aquí la tienen.
Espero que si lo apoyen.
Los personajes de Free! no me pertenecen, son de Kōji Ōji.
