Sam terminó de hojear el libro y lo dejó a un lado, con la vista cansada. Llevaba una semana en aquel pueblo y no lograba encontrar la forma de hacer regresar a Dean, desde que se había cumplido la fecha del pacto y había sido enviado al infierno; de hecho, ya él y Bobby habían cremado el cuerpo de Dean y ahora Sam comenzaba a preguntarse si lograría rescatar a su hermano, si no existía cuerpo donde depositar su alma. Tomó otro libro, deseando con toda el alma encontrar alguna respuesta y se dispuso a leerlo, pero una joven cargada de libros chocó accidentalmente con su silla y lo hizo distraerse.

-Lo siento… no me di cuenta- se disculpó la joven y Sam le ayudó a recoger los libros que habían caído al suelo, pero se quedó mirando la cubierta de uno de ellos: "Folklore y leyendas urbanas"

-Es un libro interesante- musitó Sam, sin mirarla

-No contiene nada útil, sólo creencias estúpidas- sonrió ella, tomando el libro y depositándolo junto con el resto de libros que llevaba en los brazos- Eres nuevo en el pueblo?

-Eh, sí, pero sólo estoy de paso- contestó Sam- Mi nombre es Sam Winchester

-Mucho gusto, Sam, soy Maiden Fox…- estrechó la mano de Sam y se quedó mirándolo fijamente

-Como el bar?- preguntó Sam, ceñudo y Maiden asintió

-Es de mi padre… no encontró un nombre más original- bromeó y se acomodó los libros- Bueno, nos vemos

-Nos vemos- asintió Sam, mientras Maiden se alejaba, depositando los libros que llevaba, en distintos estantes de la biblioteca. De pronto, sintió una sensación extraña, algo así como un extraño vacío, como si faltara algo, pero no le prestó mayor atención y comenzó a guardar los libros que estaba leyendo. Después de todo, aquello había sido una completa pérdida de tiempo, pues no encontraría respuestas a su problema, aunque le habían asegurado que aquel pueblo tenía la mejor colección de libros que hablaban del tema. Tomó su bolso y se encaminó hacia la salida de la biblioteca. Afuera, se encontró con Maiden nuevamente, que estaba guardando su teléfono móvil en ese momento

-Nada interesante, eh?- sonrió Maiden

-Nada- asintió Sam- Vas al bar?- la joven asintió, acomodándose el bolso al hombro- Te molesta si caminamos juntos?, voy para allá también

-En lo absoluto- Maiden sonrió y se encaminaron juntos hacia el bar del pueblo- Y qué te trajo a este tranquilo y calmado pueblo?

-Sólo me estoy tomando un pequeño sabático- mintió Sam- Y quise viajar por el país, ya sabes, recorrer pueblos que casi no aparecen en el mapa

-Pueblos embrujados- bromeó Maiden y Sam la miró interrogativo- Vamos, no lo sabías?- Sam negó con la cabeza- Existe la extraña creencia de que este pueblo está embrujado, o algo por el estilo… mientras estudiaba en New York, escuché a alguien decir que incluso había hombres lobo viviendo aquí- explicó la joven, sin darle mayor importancia- Mi familia siempre ha vivido aquí y jamás ha pasado nada extraño

-Leí algo acerca de eso en uno de los libros, pero no pensé que fuera tan en serio- repuso Sam, sorprendido

-Si lo que dicen esos estúpidos libros, cada uno de nosotros tendría algún tipo de poder, sólo por el hecho de haber nacido aquí- dijo Maiden, un poco seria

-Pareces saber de estas cosas, tengo una pregunta hipotética- dijo entonces Sam y Maiden lo observó, interrogativa- Supongamos que los demonios existen… y, uno de ellos, se encarga de hacer "pactos" con mortales, para obtener su alma…

-Algo así como venderle el alma al diablo?- preguntó Maiden y Sam asintió

-Algo parecido… y, bueno, alguien hace un pacto con el demonio, pasa el tiempo y se cumple el plazo estipulado… esa persona, o su alma, se va al infierno… crees que existe alguna forma de sacarlo de allí?- Sam miró a Maiden, intentando parecer que hacía la pregunta al azar

-Supongo que… Miguel podría- repuso Maiden y Sam la miró interrogativo- El arcángel Miguel… supuestamente es el único capaz de enfrentarse al demonio, el único capaz de bajar al inframundo y regresar sin ningún rasguño…

-Pero los ángeles no existen- suspiró Sam

-Los demonios tampoco- dijo Maiden, extrañada

-Claro… claro- Sam intentó sonreír, pero el recuerdo de Dean no se lo permitió del todo. Supuso que aquello era el fin, jamás lograría encontrar la forma de traer a su hermano de regreso desde el infierno. Llegaron al bar y Maiden se detuvo antes de entrar

-Pero, si los ángeles no existen, y no existe la posibilidad de que Miguel sacara a esa persona del infierno… yo simplemente mantendría viva la esperanza- le dijo a Sam, con voz calma- Como dice el refrán: "la esperanza es lo último que se pierde"- Sam iba a hablar, pero Maiden entró al bar y se dirigió hacia la barra, donde comenzó a hablar con la bartender en tono bastante cordial. Sam se dirigió a la mesa más alejada y unos minutos después llegó Maiden, con dos cervezas, una de las cuales le entregó a Sam- Porqué tan interesado en el tema?

-Por nada en especial- mintió Sam, bebiendo un sorbo de cerveza. Si bien Maiden era hermosa, y de cierta forma, muy extraña por cierto, le inspiraba confianza, no quería quedar como un loco ante ella- Hace cuánto que vives aquí?- preguntó, para cambiar de tema

-Nací aquí y crecí… hasta los 16 años- respondió Maiden- Luego, me fui de viaje con mi padre biológico…

-Biológico?

-Andy es mi padre adoptivo, llevo su apellido y todo, pero cuando tenía 10 años supe que era adoptada y conocí a mi padre biológico- repuso Maiden, restándole importancia al asunto- No llegué a conocer a mi madre, pues ella murió durante el parto, pero sí me llevé muy bien con mi padre, y cuando cumplí 16 años, me fui de viaje con él… y hasta ahora sigo viajando

-Sola- intervino Sam y Maiden asintió

-Mi padre murió… y yo decidí seguir viajando, después de todo, es entretenido- la joven sonrió y bebió un sorbo de cerveza- Somos sólo yo y el Cadillac

-Y ahora estás de visita?

-Sí… vengo al menos una vez al año- Maiden sonrió- Antes venía todos los meses, pero últimamente… he venido poco- finalizó la frase como si no fuera aquello lo que iba a decir- Y tú también viajas solo?

-Hace una semana… antes viajaba con mi hermano, pero él… él murió- repuso Sam, bajando la mirada

-Y cómo murió? Supongo que si era tu hermano era joven, no murió de muerte natural, verdad?- volvió a preguntar Maiden, mostrándose interesada

-No… fue… fue un accidente- titubeó Sam- Intenté evitarlo, pero…- se calló automáticamente cuando alguien entró al bar. Ese alguien parecía extrañamente perdido, parecía buscar a otra persona y miró alrededor, hasta encontrarse con la mirada de Sam- Dean?- balbuceó Sam, atónito

-Sam!- los dos hermanos se abrazaron, como si hace mucho tiempo no se vieran- Qué hiciste?- le preguntó Dean, casi en forma de reproche, pensando que Sam había hecho alguna especie de pacto para sacarlo del infierno

-No hice nada… es decir… he estado intentándolo, pero…- Maiden carraspeó y se levantó de la silla- Dean, ella es Maiden. Maiden, él es…

-Dean, supongo- rió Maiden, saludando a Dean

-No desperdicias el tiempo- bromeó Dean, mirando a Sam

-Los dejo solos, supongo que quieren hablar en privado- Maiden sonrió levemente y regresó a la barra, dejando a los dos hermanos solos

-No está nada mal- susurró Dean, pero luego miró serio a Sam- Cómo lo hiciste para sacarme de ese lugar?

-No hice nada- repitió Sam- Llevo una semana averiguando cómo podía sacarte, pero no he hecho nada… no te convertiste en demonio, no?

-No, eso lleva mucho más tiempo… supongo- repuso Dean, sentándose- Simplemente estaba allí, y te aseguro que es el último lugar donde querrás estar, y luego… de la nada… aparecí en un cuarto del hotel… te he estado buscando, desde que vi el Impala en el estacionamiento

-Es extraño- suspiró Sam

-Ya lo creo- asintió Dean y miró hacia la barra- Y ella quién es?

-La conocí en la biblioteca, como venía para acá, nos vinimos juntos y estábamos conversando- repuso Sam- Sabías que dicen que este pueblo está embrujado?- Dean negó con la cabeza, encogiéndose de hombros- Eso me contó Maiden al menos… pero jamás había escuchado algo semejante

-Ni siquiera había escuchado de este pueblo- dijo Dean, tomando de la cerveza que había dejado Maiden- Tal vez sí esté embrujado de alguna forma y por eso… no lo sé… sigo pensando que es extraño el haber salido de allí como si nada… no es normal

-Crees que pueda ser una especie de trampa?- preguntó Sam

-No lo sé… no me siento diferente, no me siento poseído…- Dean suspiró y miró a Sam, notoriamente preocupado- Y qué pasó luego de que los Hellhounds me llevaran? Porqué no mataste a Lilith?

-Cómo lo sabes?- preguntó Sam

-Allá abajo se encargaron de dejarme muy claro que tengo un hermano tan inútil que ni siquiera es capaz de matar a su peor enemiga- repuso Dean- Insisto… jamás querrás ir a ese lugar… y bien, qué pasó?

-Ella hizo algo- explicó Sam- No sabría decirte qué fue exactamente, pero todo se iluminó… pensé que iba a morir, pero cuando la luz se esfumó, allí estaba aún, completamente vivo, y Lilith me miraba con una cara de susto que ni te imaginas; entonces me levanté, cogí el cuchillo, ella dijo "retrocede, retrocede", yo simplemente dije "no", levanté el cuchillo para matarla, pero salió del cuerpo de Ruby, y no pude seguirla para acabar con ella.- Sam finalizó con un suspiro y miró a Dean

-Está bien- asintió Dean- Quizá y sea mejor… salgo del infierno y nos vamos de cacería inmediatamente… me pregunto si sabrá que salí de allí? Estará furiosa?

-Si no fue ella la que te dejó salir, seguro estará furiosa- asintió Sam y Dean sonrió, satisfecho- Nos vamos entonces?

-Sí, vamos- Dean se levantó, bebió el último sorbo de cerveza y se dirigió a la barra a pagar (supuestamente)- Creo que te debemos dos cervezas- sonrió, mirando a Maiden

-No te preocupes, son por cuenta de la casa

-Pues… muchas gracias entonces… hasta luego

-Adiós- Maiden suspiró y miró a Sam- Supongo que sigues tu viaje- Sam asintió- Espero que te vaya bien

-Igualmente- sonrió Sam- Fue un gusto conocerte- Maiden sonrió y Sam salió del bar junto a Dean. Se dirigieron al hotel, pagaron la cuenta, y subieron al Impala, rumbo a un nuevo destino. Tomaron la calle que llevaba directo a la autopista, pasando frente al bar, pensando en qué nuevas criaturas enfrentarían ahora, pensando cómo Dean había salido del infierno, pensando en qué lugar podría estar escondida Lilith. Iban tan ensimismados pensando, que no vieron que desde el bar, Maiden siguió con la mirada al Impala, hasta que doblaron en una esquino y los perdió de vista.

-Maddy- su hermana salió del bar y la miró- Ese chico… Winchester

-Sam… o Dean?

-El menor- repuso su hermana y Maiden la miró, interesada- Sabes lo que dicen de él

-No se convertirá en demonio, Amy… no mientras su hermano esté con él- repuso Maiden dirigiéndose hacia el interior del bar

-No me refería a lo que dicen los cazadores de él… me refería a lo que dicen…

-No tiene importancia- Maiden la miró fijamente- Las personas en este pueblo están locos, Amy, pensé que ya lo sabrías- su hermana la miró, seria- Voy a arreglar mis cosas y me iré de viaje nuevamente- la joven entró al bar y su hermana se quedó allí de pié, mirando hacia el último lugar donde se había visto el Impala y luego miró al cielo, donde tililaba una solitaria estrella… a plena luz del día. Amy miró hacia el bar, pensando en su hermana y volvió a mirar la estrella, pero ya no estaba. Sacó su teléfono móvil, marcó un número y aguardó.

-Soy yo… ella partirá de viaje nuevamente… sí, lo sé, pero acabo de ver la estrella diurna brillando solitaria, además, los Winchester estuvieron aquí, los dos… intentaré detenerla… nos vemos- cortó la llamada y se guardó el teléfono, para luego entrar al bar, con una pistola calibre .45 escondida en su espalda.