Hola! he venido con algo nuevo. Sé que debería continuar con mis otros Fic, pero este caso es especial.

Les cuento:

Una chica se comunicó conmigo pidiéndome que le escribiera y publicara su fic porque ella no podía hacerlo. Obviamente le dije que Sí :D

Este es su fic, me manda resúmenes de ellos y yo los escribo. Espero que les guste :3 De todos modos me ha dicho que este fic no es sólo de ella, sino de las dos.

Sin más: ¡READING WAS SAID!

*Soul Eater no me pertenece


*Capítulo 1: 'SIETE AÑOS'


El despertar del sol trajo luz a la ciudad. Era temprano y podía apreciarse el movimiento rutinario en las calles. Jóvenes vestidos de una forma representativa corrían con sus bolsos a rastras en la vereda, una nueva semana había comenzado y los estudiantes del Shibusen se encaminaban hacia él.

-¡Corre, Melanie. Llegaremos tarde!- Se oyó el grito de una de las estudiantes. Atrás de ella venía otra. Arrastraba sus pies contra el suelo. Llevaba una falda de tablas negra y su blusa sobre encima de ésta. En su antebrazo se apreciaba el símbolo de la calavera.

-Espérame...- respondió con cansancio.- No me gustan los lunes.

-Si llegamos tarde el profesor nos diseccionará!-Le dio por seguro a su compañera quien seguía detrás de ella.

Tras esta conversación de las estudiantes, éstas continuaron su camino y se perdieron en la esquina de la calle.

A lo alto de un edificio, una mujer ya madura las miró por la ventana y dejó caer una sonrisa. -Han pasado siete años desde que no siento el miedo de ser diseccionada por Stein.- Se dijo a sus adentros. Juntó las cortinas y escuchó el sonido de la tostadora de la cocina. Caminó por el pasillo y se adentró. De la repisa cogió un plato y en él depositó los panes. Luego le untó mantequilla.

Habían pasado siete años desde que Maka Albarn se graduó de Shibusen junto a sus amigos. Desde entonces se encargó de realizar misiones que Death the Kid, el nuevo Shinigami-sama le designara a ella y a su compañero.

Habían pasado siete años desde que dejó de utilizar faldas y esos ridículos zapatos que -para aquel entonces según ella- eran cómodos y prácticos. Ahora usaba pantalones ajustados o shorts. De vez en cuando usaba vestidos.

Su cabello lo lucía suelto desde hace más o menos seis años. Era una manía usarlo atado. Pero su compañero le había comentado que usar dos coletas a su edad no le sentía bien. Lo peor de todo fue que él tenía razón. Se deshizo de los moños y los guardó en el velador. A la mañana siguiente Soul lo arrojó al basurero.

Su cabello lo lucía a la altura de un poco más abajo de sus senos, liso o a veces ondulado, dependiendo del dinero que disponía frecuentaba la peluquería para ondularse el cabello.

Habían pasado siete años desde que su vida de adolescente alocada había terminado. Ya no era estudiante de Shibusen. Ya no tenía a toda la escuela por amigos. Ya no se sentaba en su pupitre a prestar atención al profesor o a pedirle a su compañero que prestara atención. Ahora era una adulta joven con otros problemas en la cabeza.

La puerta del baño se abrió dejando salir el vapor y el aroma a shampoo y a jabón. De él salió un chico de cabellos chascones y blancos con una toalla en las manos. Se paseó por los pasillos y llegó hasta el living. Depositó la toalla en una silla y se adentró a la cocina.

-¿Ya te vas, Soul?- le preguntó la chica quien se encontraba gustosa masticando el pan tostado.

-Sí. Voy tarde como de costumbre.

La chica tragó lo que masticaba con el ceño fruncido. Acercó su taza de café a sus labios y bebió un poco para no quemarse la lengua.

-Y te preguntas por qué no duras mucho en los trabajos en que te contratan.- Soul era despedido constantemente por su irresponsabilidad, por la conducta y por su apariencia. No importaba cuantas veces su novia le dijese que usara cinturón. A él no le gustaban y prefería usar los pantalones a la rastra.

-Esto es culpa de Kid.- Se defendió mientras corrió una silla para sentarse junto a ella.

-Eso no es cierto. Yo respeto sus decisiones y estoy de acuerdo con ellas. Corresponde a las nuevas generaciones realizar las misiones, si nosotros las hacemos, ellos no tendrán oportunidad de progresar y mejorarse.

-Maka, por culpa de esa estúpida decisión escasea el dinero en la casa.- Respondió algo molesto.

Era cierto. Después de graduarse, pasaron dos años en que realizaban misiones que Shinigami-sama les ordenaba, tanto a ellos como a sus amigos. Todo iba de maravilla. El único problema era que la cartelera de misiones se vaciaba dejando sin cupos para los nuevos estudiantes en práctica. Cuando Shinigami-sama le entregó su cargo a su hijo Death the Kid, estipuló que las misiones serían realizadas por los estudiantes de Shibusen, no por los egresados, a menos que éste designe las más complicadas a los mejores técnicos graduados.

Gracias a esta normativa, Soul y Maka se volvieron cesantes y el primero tuvo que adaptarse a la vida rutinaria de cualquier persona ''normal'' de levantarse temprano para ir a trabajar en un trabajo absurdo y aburrido. Ya no eran los mismos de antes. Al no hacer misiones, no recibían pago alguno de Shibusen.

-No, Soul. El dinero escasea porque no eres capas de durar más de un mes y medio en un trabajo fijo.- le contraatacó Maka.-A este paso nos embargarán y perderemos el departamento.

Soul fastidiado se levantó de la mesa y dijo:

-Ya lo sé. Me lo repites siempre.- Enderezó la silla y se paseó la mano por el cabello.-Debo irme a la entrevista de trabajo. Cuida bien la casa, nos vemos luego.

Ambos se dirigieron a la puerta. Maka tomó el pomo y lo giró y abrió la puerta. Antes de salir, Soul dio media vuelta y le preguntó:

-¿Iras a entrenar con Tsubaki en la tarde?- Maka negó con la cabeza.

-No. Hoy le tocaba entrenar con Kim Diehl. ¿Te acuerdas de ella, cierto?- Soul rodó sus ojos y suspiró. Sólo habían pasado siete años, aún recordaba por lo menos a la mitad de sus compañeros.

-La recuerdo. Entonces, ¿ con quién entrenas hoy?

-Con nadie. Supongo que mañana con Jacqueline, no lo sé.

En el comienzo del gobierno de Death the Kid, se dedicó en un proyecto para todos los egresados de Shibusen. Quiso adelantarse a futuros problemas que se le pudieran aproximar. Si él le asignara a un equipo de técnico y arma a una misión y alguno de estos dos no se encuentra disponible o a decidido dedicarse a otra cosa, esto a él le complicaría bastante. Decidió entrenarlos a todos para estar capacitados a manipular a cualquier arma. Una tarea bastante difícil, por cierto, pero al pasar algunos años les resultó menos complejo sincronizar las almas con otros que no fueran sus respectivos compañeros.

Soul se despidió de Maka con un beso en la frente.

-Nos vemos luego.- Soul se alejó lentamente como si no tuviese ningún apuro.

-Camina más rápido que vas tarde.- Le recordó su novia. Cerró la puerta y se sentó en el sillón. Rezó por que le fuera bien en la entrevista. Necesitaban dinero. ¿De qué servía que entrenaran con otros egresados si ni siquiera habían misiones graves o serias que hacer?

No tenía nada que hacer. Se levantó y se encaminó al mueble en donde yacían sus libros favoritos. No tenía dinero como para comprarse unos nuevos y leer historias recientes. Cogió cualquiera y volvió a sentarse en el sillón. Ojeó algunas páginas y comenzó a leer desde la página veinte. Cruzó las piernas y se posicionó mejor. Mientras leía, sonó su teléfono celular. Cerró el libro y atendió la llamada. Era Marie Franken. Supo a qué se debía su llamado.

Siempre mantenía comunicación con ella y frecuentaba su casa. Siempre le pedía el favor de que cuidase de su pequeño niño. A ella no le molestaba en absoluto. De hecho le encantaba hacerlo. Aquel niño era demasiado adorable y en el fondo ésto le ayudaría para cuando ella tuviera sus propios hijos. Aunque no quería pensar en eso todavía. Menos en la situación económica en la que se encontraba.

Colgó el teléfono y se levantó. Guardó su libro y se encaminó a su habitación para cambiarse de atuendo. no tenía nada que hacer ese día y prefería estar en compañía de un bebé a estar sola en su departamento.

Se retocó el maquillaje de sus ojos y se puso una polera blanca apretada al cuerpo. Hacía que se notara su figura. En el centro de ésta estaba estampada el símbolo de la calavera en color gris. Corrió un cajón y sacó unos short de color negro y se los puso. Finalmente unas sandalias con un pequeño taco, recogió su bolso y salió de su departamento. Telefoneó a Marie-san para informarle que iba en camino. Antes de irse le dejó una nota a Soul en la mesa de centro.

Tomó el transporte público y en cuestión de minutos llegó a casa de Franken Stein.

Pasaron dos horas aproximadamente y se escuchó el sonido de las llaves abriendo una puerta. Soul la corrió y se escuchó rechinar un poco. Se sacó el abrigo y lo tiró por ahí. Se dejó caer en el sillón y cerró los ojos. -Que cansancio.- Se dijo a sí mismo. Al notar el profundo silencio que yacía en el departamento, gritó el nombre de Maka. Creyó que posiblemente estaba encerrada en la habitación. Pero ésta no se asomó. Abrió sus ojos y se enderezó. Vio el papel en la mesita y lo leyó.

Soul:

Fui a casa de Marie-san a cuidar a Stephen. Llegaré más tarde. Espero te haya ido bien en la entrevista.

Maka...

Arrugó el papel y lo botó al basurero. Se dirigió a la cocina a beber un poco de jugo. Estaba sediento. Eran las cinco y media de la tarde y Maka llegaría a eso de las ocho de la noche. ¿Qué haría en esas tres horas? Estaría solo en casa. Debiera aprovecharlo. Sacó su celular y marcó a sus amigos.

Habían pasado unos cuarenta minutos y sus dos amigos se encontraban en su departamento, sentados en el sillón comiendo y bebiendo.

-Y dime, Soul ¿cómo van las cosas de trabajo?- le preguntó su amigo peliceleste.

-Pues va en mal en peor. Hoy tuve una entrevista de trabajo. Tengo la impresión de que no me fue bien.- Dijo algo desganado el albino.

-Deberías esforzarte más, Soul.- Le dijo en modo de regaño Death the Kid.

-¡Esto es por tu culpa! nosotros estaríamos bien económicamente si no hubieras estipulado esa regla.- Se defendió algo enfadado.

-Era lo mejor para las nuevas generaciones. Debes acatar mis reglas y órdenes, Soul. Después de todo yo soy Shinigami-sama.

-En todo caso, rayitas ¿cómo pudiste venir? cono Shinigami-sama debes estar ocupado. Shinigami-sama se la pasaba en la Death Room todo el día y de ahí no salía.

-Eso es porque el tenía su alma sellada con la ciudad, Black Star, ¿qué acaso no te acuerdas? ¡Sólo han pasado siete años!- Le respondió su amigo Soul.

-Desde la muerte del kishin las cosas han mejorado bastante. Además tengo el apoyo de todos los profesores de Shibusen. Podría decirse que tengo más tiempo libre que el que tuvo mi padre.

Siguieron conversando durante un largo tiempo hasta que el nombre de Maka salió en la conversación.

-Cambiando de tema, Soul ¿cómo van las cosas entre tú y Maka? -Le preguntó Kid.

Soul suspiró antes de responder.

-Me gustaría darle una mejor vida. Ella no se queja ni nada por el estilo. Pareciera que se adaptó a nuestra condición económica. Pero sé que de ves en cuando le gustaría salir, ir de compras, comprarse ropas nuevas e ir a la peluquería como solía frecuentar antes.

-Soul, te daré un buen consejo para tu relación...¡Termina con ella! -Soul y Kid abrieron sus ojos de impresión. Se esperaban otro tipo de consejo, de esos que te alentaban. En esos siete años, Black Star había madurado lo suficiente como para ser soportado. Sin embargo aún tenía sus momentos de poco uso de neuronas.

-¡Black Star, eso no! -Le reprochó Kid.

-¿Por qué?, Soul quiere que tenga una mejor vida y él es un bago que no hace nada. Es mejor que se busque a otro, ¿no?- cuanta sinceridad- pensó Kid.

-No voy a dejarla. Menos ahora...- Ambos chicos dirigieron su mirada hacia él.

-¿A qué te refieres, Soul?

Soul se avergonzó un poco y les explicó la situación a sus amigos.

-Verán, planeo pedirle a Maka se que case conmigo.

-¿De verdad? creí que nunca lo harías.

-Lo tengo pensado desde hace tiempo, pero no sé cómo pedírselo. Es algo muy complicado.

-¿Has comprado la sortija por lo menos?- Le pregunto Black Star.

-Por supuesto.- Soul se puso en pie y metió su mano entremedio de los cojines del sillón. De ahí sacó una pequeña cajita negra y la abrió para enseñarles a sus amigos la sortija. Ésta era de plata y llevaba una piedra verde en el medio.

-Vaya, tienes buen gusto. Esa piedra le combinará con sus ojos. Seguro le gustará.- le alentó Kid.

-Lo sé. El punto es que no sé cómo pedirle matrimonio. Estoy tan nervioso por ello que comienzo a dudar de su respuesta. Pienso que dirá que no.

-Soul no pienses eso. Sabes que Maka te ama.- Le dijo seriamente su amigo Black Star.- Si no fuera así ella ya te hubiera abandonado por pobre. -En cuestión de segundos este empezó a reír.

-Olvídalo, Soul. No le hagas caso. Maka te ama. Han pasado muchas cosas juntos. Sé que estará encantada de ser tu esposa y señora Evans. No la hagas esperar.- Su sonrisa le parecía que todo lo que decía era lo correcto y convincente.

Finalmente, él también sonrió.

-Gracias, Kid.

Kid suspiró y se puso de pie.

-Bueno, ya es un poco tarde. Maka debe estar por llegar y no debemos estar aquí para cuando le pidas matrimonio. Se lo dirás esta noche, ¿cierto?

-Sí.- Respondió algo dudoso.

-Perfecto. Black Star, debemos irnos.

-¿Qué? ¿por qué? yo quiero ver como Maka le dice que no a Soul por ser pobre.

-Te aseguro que Maka no le dirá que no. Vamonos.

Los dos chicos se acercaron a la puerta y salieron.

-Espero que te vaya bien, Soul. Luego nos avisas.

-Por supuesto. Muchas gracias por venir.

-No hay de qué.

Una hora más tarde Soul escuchó el sonido de la puerta abrirse. Maka entró al departamento con los cabellos revueltos.

-Has llegado.- Soul estaba echado en el sillón viendo la televisión.- ¿Por qué estás tan chascona?

-Stephen le gusta jugar mucho con mi cabello. Pero él no sabe que duele.

-Él solo tiene dos años, Maka.

-Un años con nueve meses.- Le corrigió Maka.

-Da igual.

-¿Como te fue en la entrevista?- Le preguntó animada Maka mientras se sentaba al lado de su novio.

-Espero que bien.

Soul volvió a mirar la televisión y tomó el control. Estaba muy nervioso.

Apagó el televisor y Maka se sorprendió.

-Oye, ¿por qué la has apagado? ¡La estaba viendo contigo!

-No quiero ver televisión. -Intentaba verse calmado. Pero era algo muy difícil para él.

-Soul, ¿ocurre algo? te ves raro.

-Maka...

-mm?

-Ha-hay algo qu-que debo decirte.

-¿Qué es? -El tartamudeo en Soul no era algo habitual. Por ellos supo que lo que iba a decirle era algo realmente malo, o por lo menos importante.

Soul se puso en pie mientras que Maka seguía sentada en el sillón. Por un momento, Maka se empezó a imaginar cosas terribles que pudieran ser el motivo del nerviosismo de Soul. En un segundo se puso en pie frente a él.

-¡¿Qué hiciste?!

-¿Ah?

-¿Quemaste el microondas nuevamente?, ¿nos embargarán el departamento? ¿me has sido infiel? ¡¿Qué has hecho?!

Soul se puso más nervioso aún. De por si era difícil pedirle matrimonio, y ella le ponía las cosas más complicadas.

-Maka, tranquilízate. No he hecho nada malo.- Puso sus manos en sus hombros para calmarla. Su ceño fruncido desapareció.

-Entonces ¿qué pasa?

-Maka...


¿Qué tal?

Espero les haya gustado este capítulo. No olviden dejar sus review *-* jejejeje

Cuidense y nos vemos en el siguiente capítulooo

LyTha Shinigami...