No pude evitar escribir esto T-T no acepto la idea de que Gray se fuera así como así, por lo que aquí quiero expresar lo que me hubiera gustado que pensará.

Aclaraciones y/o Advertencias:

• OoC en algunos personajes

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La observo atentamente como lo había estado haciendo desde hace días, verla ahí dormida, tranquila y en paz hacía que sus deseos franquearan... no había querido reconocerlo, incluso lo negaba cada que podía pero desde que habían empezado a vivir juntos, todo había cambiado; no, las cosas seguían igual... su corazón seguía igual. La única diferencia es que en el silencio de la noche podía ser sincero consigo mismo y aceptar su derrota.

Porque había perdido la batalla, había perdido contra de Juvia y sus sentimientos. A pesar de sus esfuerzos de alejarla de él, la maga de agua había podido colarse en su corazón, en su alma y más allá; no podía vivir pensando en lo que ella significaba tampoco podía vivir su compañía.

En noches como esa — en las cuales sus pensamientos más profundos afloraban— no podía evitar desear quedarse así para siempre; viviendo con ella como si no hubiera más preocupaciones, comiendo y riendo ante sus reacciones y pensamientos expresados involuntariamente... teniendo su sonrisa solo para él.

Pero era imposible, porque otra parte de él sabía que tenía un objetivo que debía cumplir, no solo por él mismo, sino por su padre y su familia, Fairy Tail. Por ello no podía dejarse llevar por su corazón, por eso seguía apartándola, aun cuando se moría de ganas de dormir aferrado a su cálido ser.

No podía hacerle aquello, no podía tomarla como su cuerpo y alma pedían porque ya lo sentía; lo sentía en cada poro de su piel ennegrecida por la marca del Devil Slayer. Estaba perdiéndose, en una oscura niebla que solo crecía cada día, ahora ni siquiera Juvia podía sacarlo.

Se levantó de la silla donde había estado reposando y se acerco dubitativo, quería protegerla y no podía... no cuando su convicción era tan fuerte como la suya, no cuando ella podía sacrificar su vida por la suya. No soportaba la idea de verla morir, prefería verla odiándolo que haciendo aquella estupidez que él mismo había hecho.

Tomó un mechón de cabello azulado entre sus dedos, la vio removerse pero supo que no despertaría, no luego del exhaustivo entrenamiento que la había obligado a hacer ese día... y daba gracias a ello porque si abría los ojos no estaba seguro de poder seguir con lo su decisión.

Juvia se dio la media vuelta y quedo boca arriba, su respiración suave y su boca entre cerrada le parecieron encantadores. Verla dormir se había convertido en uno de sus mayores pasatiempos, además de que le traía paz —una momentánea pero profunda y dulce paz—, claro que no se lo diría porque entonces ella dejaría de dormir solo para verlo contemplarla y eso solo arruinaría su actividad favorita.

Frunció el ceño al darse cuenta el curso de sus pensamientos, no debía de estar ahí haciendo lo que hacía... debía irse y no voltear atrás, debía alejarse de ella para poder mantenerla a salvo. ¿Qué tanto profundo se había metido Juvia en su corazón? ¿Por qué le costaba cada día más tomar sus cosas y partir a lo que se decidía cada mañana?

La odiaba, la odiaba tanto por amarlo y por haber sabido ganarse un lugar tan indispensable en su vida. ¿Por qué no se había enamorado de alguien más? ¿Por qué había tenido ser él quien le mostrará su tan deseado cielo despejado?

¿Por qué tenía que ser solo suya?

Juvia...— susurró su nombre con una mezcla de sentimientos que no podía ni distinguir, paso una de sus manos por su cabello azabache, despeinándolo en el proceso — lo siento. —Besó su frente en un suave roce.

Mentiría si dijese que no deseaba besarla en los labios, ¡carajo! Era lo que más había querido hacer desde hacía meses... pero no podía. Lo mismo pasaba con la idea de dormir junto a ella, por más que Juvia lo pedía y su corazón gritaba que aceptase, siempre se negaba...

No quería tenerla de esa forma, no quería llevarse un recuerdo tan preciado si iba a partir a lo más oscuro.

«Por favor... se fuerte, Juvia» Deseó con fuerza, no podía dejar que fuera con él esta vez, y tampoco podía decirle lo que haría porque terminaría persiguiéndolo.

La quería demasiado como para arrastrarla a un destino que ni el mismo podía predecir. Juvia era fuerte, podía llevársela con él y luchar juntos pero la sola idea de verla con los ojos fríos y sin vida que había tenido en Phantom lo restringían; lo que menos quería era volver a verla así, tan sola y rota por dentro.

Retiró su mirada y se dispuso a tomar sus cosas, eran realmente pocas, solo lo necesario. Ese era un viaje que tenía que hacer solo, no había otra manera de que pudiera mantenerse cuerdo.

Se dirigió a la puerta y tomó el pomo.

«Es lo correcto Gray» se dijo a sí mismo mientras abría la puerta.

Ella debía mantenerse clara y cálida, alejada de cualquier cosa que pudiera dañarla, sobre todo si venía de él.

Salió y con cuidado cerró la puerta, no hizo ruido alguno y si lo había hecho, este había quedado sepultado bajo el sonido de la lluvia.

«Lo siento»

Dar el primer paso fue lo más difícil pero una vez que comenzó no paró, debía ser firme y sabía que si giraba —aunque fuera solo la mirada— sus pies retornarían a su hogar... su dulce hogar con la mujer de la lluvia.

«Regresaré por ti, Juvia, solo espera... cuando termine con E.N.D sabré que he podido protegerte y que nadie te separara de mí, mientras tanto... cuídate, yo confió en tu fuerza»

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Notas de autor:

Creo que no pude evitar ser cursi al final pero bueno, haré un segundo capitulo pero esta vez de Juvia. Ojala y esto les haya gustado sino bueno... me iré a llorar por ahí (?)

¿Me regalan un review?