Disclaimer: Todos los personajes de la saga de Crepúsculo son propiedad de Stephanie Mayer. Este es un escrito sin ánimo de lucro, sólo es un escape mental.

Edward tenía todo lo que en la vida podría desear una persona, una familia amorosa, una excelente posición económica, un carro de ensueños, buen físico, amigos leales; una o mejor dicho varias "novias" que aunque no fueran el amor se su vida, representaban una buena compañía. Todo menos lo más preciado para un ser humano… su libertad. Aquella que descubre de las manos de una extraña jovencita dueña de unos hermosos ojos color chocolate; rostro en forma de corazón, cuerpo de Diosa y lo más importante con un corazón de oro.

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Los Cullen Masen, una familia aristocrática que por distintas razones de la vida estaba destinada a ser los líderes de un país y a velar por el bienestar de mucha gente, era ahora el centro de atención de los periodistas de todo el mundo.

Todo comenzó cuando Carlise hijo menor de los reyes de Volterra había tenido que asumir el puesto de rey a una edad muy temprana tras un fatídico accidente en el cual se vieron involucrados sus padres y su hermano mayor Anthony. A pesar de los muchos inconvenientes logró hacerlo superando las expectativas tanto del parlamento como de sus súbditos, tiempo después de ser proclamado rey conoció a Esme Masen, su actual esposa y madre de sus hijos que aunque no pertenecía a ninguna familia con antecedentes reales contaba con una muy buena posición económica y pronto fue acogida por el pueblo de Volterra con mucho cariño a pesar de las opiniones mezquinas del parlamento por su procedencia Estado Unidense.

El matrimonio no espero mucho para encargar los hijos, el primero de éstos, según todos, el vivo retrato del hermano mayor de Carlise de contextura delgada pero no desgualamida, de pelo color cobrizo y con la particularidad de que era imposible peinarlo, pero con los ojos de su esposa Esme de color verde esmeralda; fue llamado Edward Anthony Cullen Masen. Dos años después llegaron los mellizos Jasper Carlise Cullen Masen y Rosalie Esme Cullen Masen los cuales eran idénticos a su padre, ambos altos muy guapos con ojos de color azul como el mar y de pelo color rubio como el sol.

Los años fueron pasando y los reyes pudieron criar con amor a sus tres hijos, eso sí sin olvidarse de inculcarles sus costumbres y responsabilidades reales en especial a su hijo mayor.

Ahora Edward tenia 21 años y vivía en una hermosa casa no muy lejos del palacio, el aún podía recordar la terrible discusión con su madre por quererse mudar del que llamo por tanto tiempo hogar, y a pesar de los muchos esfuerzos de la reina por conseguir lo contrario no pudo retener a su hijo mayor, y aunque éste era consiente de la tristeza de su querida madre quería experimentar un poco de independencia y libertad antes de tomar el puesto que le correspondía como hijo heredero al trono. Cosa que no consiguió de a mucho porque a pesar de que no vivía dentro del palacio aún sentía que los consejeros reales y el parlamento le manejaban como una marioneta.

En cierta forma les tenia un poco de envidia a sus hermanos menores, ya que no tenían que manejar tanta presión. Ellos a diferencia suya podían elegir ciertas cosas en su vida como un ser humano normal, una de éstas el poder elegir su profesión. Jasper estaba dentro de la carrera de psicología y era uno de los mejores estudiantes; mientras que Rose como era llamada por sus seres queridos más cercanos se encontraba cursando diseño de modas, destacándose al igual que su mellizo como una de las mejores.

Sin embargo Edward, había tenido que estudiar relaciones diplomáticas y empresariales; dejando de lado su verdadera pasión la medicina. Esta y muchas cosas más eran las causantes de su actual duro y rígido temperamento, Esme aún podía recordar lo tierno y dulce que antes era su hijo mayor, lo dedicado que era cuando se dedicaba a tocar su hermoso piano de cola negro, o lo sobre protector que era con su hermana Rosalie, por esta razón entró al despacho de su marido con una según ella brillante idea sin ser conciente de las consecuencias que éstas traerían después a su familia.

-Hola amor, ¿te encuentras bien?

-Si cariño es sólo que tengo una idea y quisiera que me dijeras que opinas acerca de ella- dijo con una expresión muy seria en su hermoso rostro de forma de corazón, preocupando así a su esposo.

-Esme por favor toma asiento y dime de qué se trata- Ofreció su esposo en el acostumbrado tono amorso que usaba con ella y sus hijos.

-bueno cielo la verdad es que estoy preocupada por mis hijos, en especial por Edward y creo que sé la forma en que podemos ayudarlos- dijo ella mirando fijamente a su esposo una vez se hubo sentado.

Carlise era conciente de lo que ocurría con su hijo mayor y al igual que su esposa deseaba de todo corazón que volviera a ser el mismo ser alegre y tierno de antes, el que fue cuando no conocía ni recaía en el la responsabilidad de la que el mismo Carlise había querido huir muchos años atrás.

Fue por esto que decidió escuchar a su esposa muy atentamente, bueno como siempre lo hacía, para el lo que Esme opinara y pensara era ley; siendo una más de sus preocupaciones, ya que sus hijos los tres por igual no habían logrado encontrar el amor verdadero.

Edward nunca estaba más de dos meses con una misma persona cosa que era muy reprochada por dos del parlamento, Jasper llevaba un año de novio con Maria una de sus compañeras de carrera pero se notaba que su relación era sólo por compromiso y cubrir apariencias. Y su hija Rosalie llevaba seis meses con un tal Roice un tipo que no era para nada de su agrado. Se notaba que estaba más con ella por su apariencia y posición económica que por ella misma; aunque la misma Rose estaba empecinada en seguir con él por al igual que su hermano cubrir las apariencias.

-y bien amor cuéntame de qué forma quieres ayudar a nuestros hijos- dijo Carlise saliendo de sus pensamientos.

-Bueno he estado pensando que les hace falta tomar un buen descanso de todas las presiones del reino, y ocupar sus mentes en un nuevo proyecto. Tanto Jas como Rose terminan su semestre, y a Edward no le vendría nada mal tomarse unos días lejos de todo las cosas del parlamento y los consejeros reales- dijo Esme haciendo mala cara al recordar estos últimos y la presión que ejercían en su hijo.

Y así concentrarse en hacer algo productivo que le beneficie tanto a él como a todos nosotros.

Tras un leve momento de meditación Carlise asintió

-Creo que estás en lo cierto, pero no sé a qué lugar podríamos mandar a nuestros hijos, además sabes que no seria muy bien visto por el pueblo en estos momentos-

Recordándole con esas palabras a su esposa el momento tan critico por el que estaban pasando; unos rebeldes guiados por un primo lejano de Carlise, Aro quien decía que su hijo Demetri, sería mucho mejor Rey que Edward, estaban causando estragos en la pacifica vida que había logrado instalar Carlise dentro de su amado pueblo.

-He pensado ya en eso y creo que podemos enviar a los chicos a Estados Unidos- Le dijo muy segura Esme, viendo que su marido no decía nada, continúo explicando de qué se trataba todo- verás he pensado que podríamos extender nuestros negocios allá, abriendo así un campo de unión entre ambas naciones; Edward podría hacerse cargo de todo lo de la empresa demostrándole a todos sus capacidades y de cierta forma encontraría su tan ansiada libertad, claro con ayuda de Jasper, Rosalie podría ocuparse de las relaciones diplomáticas obligatorias mientras duran sus vacaciones, ambos comprometiéndose más con sus actividades reales. Eso sin contar con que los alejaríamos de todo esto- dijo entristeciéndose con la última parte.

Para ella era muy difícil tener que alejarse de sus hijos, sin embargo era conciente que a veces una madre podía estar lejos pero estar muy presente o podía estar a lado y estar muy ausente como le sucedió a ella.

Esme era una mujer extremadamente maternal; a pesar de que ella misma nunca supo qué era una familia, hasta que no llegó a tener la propia; sus padres aunque estaban casados nunca llegaron amarse; todo desde su noviazgo, matrimonio y hasta ella misma, había sido por compromiso y por cubrir las apariencias, nunca estuvieron cuando ella los necesito, y fue por eso que cuando se caso y tuvo sus propios hijos, se prometió así misma que eso jamás le pasaría a ellos.

-Bien-dijo finalmente Carlise- Veo que has cubierto todos los puntos de mi preocupación y quiero que sepas que te apoyo cien por ciento en tu idea, deja que lo comunique tanto a los del consejo como a los del parlamento y esta noche hablaremos con los chicos.

De esta forma Esme se paro de su elegante asiento y comenzó a retirarse- Por favor encárgate de todo lo que necesitaran durante su estadía allá, y recuerda que te amo- dijo antes de que su esposa saliera del todo de su despacho a lo que ella respondió lanzándole un beso y modulando con sus labios un yo también silencioso.

Mientras tanto Edward se encontraba terminando unos documentos que le habían sido entregados esa misma mañana por su secretaria Ángela, su familia además de ser la familia real, eran los fundadores de empresas Cullen-Masen S.A logrando así que finalmente una familia aristocrática fuera incluida en los negocios a parte de los que venían con el titulo. Cosa que tenia muy orgulloso a Edward y sus hermanos ya que de ésta forma se sentían realmente útiles, dando trabajo a muchas personas; esa idea había sido empezada por su fallecido tío Anthony y fue puesta en marcha por su padre tiempo después de ser rey, ahora Edward era el encargado de dirigir la empresa mientras su padre solucionaba unos problemas con los rebeldes. Claro sus compromisos con la empresa no lo mantenían del todo alejado de los que tenia a nivel real, es más podría decirse que el parlamento estaba metiendo más las narices de lo que al mismo le gustaba. Intentando fusionar una cosa con la otra.

-señor cullen, tiene una llamada de su hermana Rosalie por la línea 1- dijo Ángela desde su teléfono, Edward realmente le agradecía que no se dirigiera a el por su majestad, lo hacía sentirse más normal.

-De acuerdo Ángela, ah casi lo olvido, dentro de unos diez minutos puedes recoger los documentos del señor Daywer y después puedes macharte a almorzar.- le dijo a su secretaria antes de tomar la llamada de su hermana.

Edward realmente amaba a sus hermanos, era extremadamente sobre protector con su hermana Rosalie, y no quería que jugaran con ella y con sus sentimientos, como de cierta forma el hacia con sus tantas amigas. Rose además de ser hermosísima tenía un carácter demasiado fuerte y decidido pero tanto sus padres como sus hermanos sabían que en el fondo era una mujer dulce y comprensiva igual que su madre y que temía al verdadero amor.

-Rosalie ¿qué ocurre?- fue su saludo.

-Hola Edward, que tal, cómo has estado, yo bien y tu.-dijo cínicamente la princesa al otro lado de la línea.

Viendo que su hermano no hablaba ella suspiro y decidió decirle el por qué de su llamada

-Mamá llamó esta mañana temprano y dijo que tanto ella como papá querían vernos a los tres hoy a las 7, que debíamos estar allí puntuales y que no quería saber ninguna excusa por parte de ninguno.

-sabes para qué es-

-No la verdad no tengo idea, pero la note muy seria; crees que suceda algo por lo que debamos alertarnos.- dijo en un serio tono de preocupación.

-No, que yo sepa las cosas en el reino siguen iguales con los rebeldes, y puedo decirte que en la empresa todo funciona sobre ruedas.- dijo secamente Edward.

Después de su respuesta hubo un silencio incomodo, como cada vez que hablaba Edward con sus hermanos; desde que éste era conciente de sus responsabilidades se fue alejando de ellos, llevándolos a discutir cada vez que se veían.

Edward no podía estar cerca de ellos siendo conciente de que una vez tomara su cargo tendría que alejarse por sus innumerables compromisos y no quería que más adelante fuera más doloroso, y sus hermanos no hallaban la forma hacerlo entrar en razón y que entendiera que por ningún motivo lo dejarían sólo.

-De acuerdo, nos veremos esta noche-dijo la princesa y aunque dudándolo agregó-te quiero mucho hermano.

-Adiós Rosalie- Dijo Edward antes de cortar y odiarse a sí mismo por hacer sufrir a los seres que más amaba.

Después de la llamada el día continúo normal para Edward reuniones tanto de la empresa como con el parlamento, firmas aquí y allá y salidas con alguna de sus innumerables "amiguitas". Se le paso tanto el tiempo en casa de la última de sus conquistas Tanya Denali una de las modelos más cotizadas del momento quien era muy hermosa pero era una mujer sin ningún tipo de escrúpulo y con ansias de poder, Edward estaba al tanto de esto; de lo que no era conciente era de lo que más adelante ella haría para conseguir lo que quisiera, ocasionándole muchos problemas a su vida.

Cuando llego a casa de sus padres no pudo evitar la reprimenda de éstos por su tardanza recordándole Carlise a su hijo que un rey jamás podía permitirse ese tipo de comportamientos, lo que había sido un golpe bajo para Edward.

-Bien- Comenzó a hablar Esme para aligerar un poco el ambiente tan tenso que se había creado- Me alegro que estén todos aquí.

-Hay algo que tanto su madre como yo queríamos compartirles-

-¿Ocurre algo malo?- Preguntó con su característica tranquilidad Jasper.

-Bueno realmente no es malo- Contesto su madre.

-Tanto su madre como yo, hemos pensado que es necesario aumentar nuestras relaciones diplomáticas en Estados Unidos-

-Que de eso no se ocupa Félix- Dijo Edward claramente molesto siempre queriendo eludir ese campo que también tenía que ver con su carrera.

-Así es hijo, pero la idea no sólo es mejorar nuestras relaciones en ese continente, sino expandir nuestra empresa, dando así mayor oportunidad de trabajo tanto aquí como allá- Termino de decir su padre.

-Pero padre- Habló esta vez Rosalie- De eso se podría encargar claramente Edward junto con Félix, no veo por qué razón estamos Jasper y yo acá-

- verás Rose, Félix en este momento esta totalmente concentrado en los problemas del reino y no podría hacerse cargo de este nuevo proyecto y es justo ahí en donde tu entras, en tanto a ti Jas-

Continúo la reina ahora dirigiéndose a su otro hijo.

-Aunque en este momento no estas muy involucrado con la empresa sabes bien cómo funciona y serias de gran ayuda para tu hermano aligerando un poco el trabajo que tendría que hacer allá-

A lo que Jasper solamente asintió, los reyes sabían que con él nunca tendrían problemas, de sus tres hijos era el más sensato y comprensivo.

-¿Quién se hará cargo de la empresa acá?- Preguntó esta vez Edward un poco más convencido ahora que veía en este viaje la oportunidad de alejarse un poco de todo lo que involucrara la corona.

-Bueno he pensado que Sam es una buena opción y Ángela podría colaborarle en todo lo que necesite.-

Edward asintió estando de acuerdo con la idea de su padre, lo único malo es que lo obligaba a buscar una nueva secretaria en Estados Unidos, pero en fin es algo que estaba dispuesto hacer si con eso se alejaba del reino.

-En tanto a ustedes, una vez comiencen las clases deben regresar por lo que sería importante que se propusieran metas para alcanzar sus propósitos durante su estadía allá-

Tanto Rosalie como Jasper observaron a su padre asintiendo al igual como había hecho su hermano segundos antes.

-Dónde nos quedaremos- Cuestiono la princesa

-Vivirán en mi antigua casa, esta ubicada a las afueras de un pueblo llamado Forks es un lugar muy tranquilo y les dará la privacidad que necesitan. La empresa será fundada en Seatle que no es muy lejos de Forks, podrían ir hasta en carro si así desean-

Dijo alegremente Esme sabiendo de los aficionados que eran sus hijos por sus autos y allí en Volterra y por como estaban las cosas no podían darse el lujo de conducir.

Una vez aclarada todas sus dudas, Edward se marchó a su casa, dejando así a sus padres y hermanos. Tenía muchas cosas que hacer antes del viaje, que sería en dos semanas.

Durante ese tiempo, dejó a Sam y Ángela a cargo de todo. Cuadro reuniones con los del parlamento en fechas que no afectaran en nada sus proyectos en Estados Unidos, rompió un par de corazones y quedo de encontrarse con Tanya cuando ésta fuera a hacer una campaña allá.

Finalmente había llegado el día del viaje. Tanto él como sus hermanos viajarían en el Jet privado de la familia, los medios aún no se habían enterado de nada por lo que contaron con la suerte de no encontrarse a ningún paparazzi en ninguno de los aeropuertos. Una vez llegaron a Seatle tomaron sus autos que estaban allí desde hace una semana y se dirigieron al que sería su hogar durante un buen tiempo. Y el cual cambiaria sus vidas completamente.

Hola, bueno les cuento que esta es mi primera historia, la verdad hace mucho tiempo tenias ganas de escribir algo; pero por diferentes razones no me atrevía. Espero sea de su agrado y me comenten qué opinan.

WILLOWBM