-Huuuuuuuooooolaaaa gente, espero que estén teniendo un buen día. Hoy llego ante ustedes con un nuevo fic que llevaba rondando mi mente por algún tiempo y espero de verdad que esta idea les guste ya que es muy diferente a mi otro cross con Naruto y Fairy Tail.-

-Que bien, por fin te decidiste a subirlo Akuma_kun, llevaba semanas esperando a que te decidieras a subirlo.-Dice cierta chica de cabello negro, ojos azules y gran delantera.

-¿Al fin dejaste de comerte la cabeza sobre si debias de subirlo o no nii_sama?.-Pregunta cierta chica de cabellos rubios y ojos azules al lado de Ryuko.

-Si, bueno es que ya no podía esperar más para hacer a conocer esta idea y si se preguntan por que no lo he subido antes es sencillo, como ya tengo varios fics no quería empezar otro hasta haber avanzado un poco en los demás ya que os podrías enfadar por retrasarme en actualizar el fic que os gusta. Bueno sin más dilación paso al prologo de esta nueva historia que espero que les guste, los leo al final con algunas aclaraciones.-

-Que disfruten del prologo y de la nueva idea de Akuma_kun.-Dice Ryuko

-Esperamos que tengan una lectura agradable.-Dice Harumi

Demonio/invocación hablando-demonio

Demonio/invocación pensando-(demonio)

No soy dueño de Naruto o Fairy Tail, sus dueños son Masashi Kishimoto y Hiro Mashima respectivamente, solo soy dueño de las creaciones y personajes originales que cree en el transcurso de la historia, tampoco soy dueño de armas, técnicas, u personajes de otras series que aparezcan en esta historia.


Prologo.

Un cálido y reluciente sol brillaba en lo alto del cielo mientras el día en la villa oculta entre las hojas era bastante agitado. La fase de combates eliminatorios había concluido hace unos minutos en la torre del bosque de la muerte y actualmente los clasificados buscaban a sus senseis en busca de entrenamiento para el mes de receso hasta la fase final del examen. En las calles de la villa el rumor de que cierto "demonio" había ganado su combate y se había clasificado para la fase final del examen estaba en boca de todos.

En el hospital de Konoha, Naruto Namikaze Uzumaki, buscaba por todos lados a su siempre enmascarado sensei Kakashi Hatake para pedirle que le entrenara para la fase final de los exámenes chunin donde se tendría que enfrentar a Neji Hyuga.

Naruto es un chico de 14 años, con el cabello rubio completamente de punta y con ojos azules. El rubio no era muy bajo ni muy alto y tenia un físico bastante normal para un genin. El Namikaze vestía siempre con un ortera mono naranja que hacía daño a la vista junto con unas sandalias ninja de color azul y el protector de la villa en la frente. Si hubiese que destacar algún rasgo curioso del aspecto del joven a parte de las 3 curiosas marcas en cada mejilla asemejando bigotes seria su cabello. Desde hacía ya unos pocos años un par de sus mechones se habían empezado a alzar asemejando pequeños cuernos a los lados de su rostro.

-¿Donde narices se habrá metido Kakashi_sensei?-Se preguntó en voz alta Naruto mientras avanzaba entre la gente del hospital de los cuales muchos le dirigían miradas de odio que el rubio simplemente ignoraba.

Después de un rato caminando y de buscar en varias plantas del hospital al fin encontró al enmascarado peligris. Kakashi Hatake, también conocido como Sharigan no Kakashi se encontraba recostado contra una pared leyendo su siempre inseparable Icha Icha.

-¡Hey Kakashi_sensei!-Gritó el rubio de ojos azules a lo lejos mientras se acercaba corriendo hasta el peligris.

-Yoo Naruto, ¿que puedo hacer por ti?-Preguntó el jonin separando su vista de su amando libro y ya imaginando lo que el chico quería pedirle.

-Necesito que me entrenes Kakashi_sensei, tengo que hacerme fuerte para vencer a Neji y ganar las finales.-Dijo el ojiazul con entusiasmo, un rasgo que a Kakashi siempre le había gustado ver en el Namikaze.

-Lo lamento Naruto pero no puedo entrenarte, el consejo me ha pedido que me haga cargo del entrenamiento de Sasuke para la finales.-Dijo el peligris con tristeza en su voz por no poder ayudar más al hijo de su sensei.

-Ah...bueno no te preocupes sensei veré si kaa_chan puede entrenarme, matta ne.-Dijo el rubio con una falsa sonrisa antes de salir corriendo del hospital bajo la triste mirada del enmascarado jonin que lo veía alejarse.

-Lo siento Naruto, me gustaría poder serte de más ayuda.-Dijo casi en un susurro Kakashi mientras apretaba con fuerza sus puños al pensar en lo poco que había podido hacer por el rubio.

La vida del joven Namikaze Uzumaki no había sido para nada fácil a pesar de contar con el apoyo emocional que suponían su madre Kushina y su melliza Naruko. Para todos en la villa fue una alegría cuando supieron que la pelirroja Uzumaki había sido encontrada en uno de los bosques cercanos a la villa, malherida y exhausta pero viva y con sus dos hijos en brazos.

Todos en Konoha podían recordar a la perfección aquella fatídica noche en la que el zorro de nueve colas apareció de pronto en la villa y empezó a destruirlo todo a su paso. Ese día hubo muchas bajas tanto en el bando civil como en el bando shinobi pero entre todas ella había una baja muy destacada.

El héroe de la villa, el Yondamie Hokage (Cuarta sombra del fuego) también conocido como el Konoha no Kiiroi Senkō (Relámpago amarillo de Konoha), Minato Namiakaze había dado su vida para sellar el basto poder del Kyubi en sus dos hijos recién nacidos. Minato selló el poder demoníaco del zorro de nueve colas en su hija Naruko dado que las mujeres Uzumaki eran mejores para contener el poder demoníaco mientras que en Naruto selló el alma del zorro.

Las infancias de los dos Namikaze Uzumaki habían sido completamente diferentes. Naruko era considerada la heroína de la villa por contener el basto poder del Kyubi en su interior. Ella siempre recibía toda la atención de su madre ya que esta tenia que ayudarla a controlar el inmenso poder del zorro, relegando al rubio siempre a un segundo plano.

Mientras la infancia de Naruko había estado llena de felicidad y regalos de las gentes de la villa, la infancia de Naruto había sido por completo diferente. Las gentes de la villa lo consideraban la reencarnación del demonio zorro y desde pequeño le miraban con odio y desprecio e incluso recibía palizas de los furioso aldeanos y de algunos ninjas. Ni su madre ni su hermana sabían nada de estas palizas ya que el rubio sabia que si su madre se enteraba de las palizas que recibía la sangre teñiría las calles de Konoha cuando la furia del "habanero sangriento" despertase.

Naruto no sentía odio por las personas que lo golpeaban, el sabia que solo lo hacían para desquitar de alguna forma la frustración y tristeza que sentían por haber perdido a sus seres queridos durante el ataque del Kyubi hacia ya 14 años por eso el rubio se había puesto una meta desde pequeño. El quería hacerse fuerte para convertirse en Hokage y así borrar ese odio irracional hacia el al demostrarles a todos que el no era el zorro de nueve colas y también para poder proteger a todas aquellas personas que eran importantes para el.

Desgraciadamente con el paso de los años había empezado a pensar que que le seria imposible cumplir con su meta dado que no conseguía hacerse fuerte ya que no había nadie que pudiese entrenarlo, o aun peor, que entorpeciese su aprendizaje.

Durante los años de academia el ojiazul tuvo que tragarse los sabotajes que todos los profesores, con la única excepción de Iruka, le hacían en su pruebas. Fácilmente Naruto tiene el mismo CI que Shikamaru sino es que más y probablemente si hubiese recibido un entrenamiento apropiado desde que entró en la academia actualmente debería de tener nivel de un jonin bajo.

Volviendo con nuestro rubio protagonista, Naruto acababa de llegar a su casa con la esperanza de que quizás su madre podría entrenarlo para la fase final del examen. La casa no era muy grande ya que solo era ocupada por 3 personas, tenia dos plantas y un pequeño jardín junto a un pequeño campo de entrenamiento. En la primera planta se encontraba el salón, la cocina, un baño y un pequeño estudio/biblioteca mientras que en el segundo piso estaban las habitaciones y un cuarto de baño.

Naruto entro a la casa y fue directo a la cocina donde estaban su madre y su hermana hablando tranquilamente. Kushina era un bella mujer con una figura envidiable que muchas mujeres desearían, después de todo aun no cumplía siquiera los 30. Su largo cabello rojo caía lacio a su espalda y tenia unos bellos ojos color violeta. Como decía, su figura era la envidia de muchas mujeres, cintura breve, anchas caderas y unos redondos y grandes pechos copa D que ocultaba muy bien bajo su ropa de civil.

A su lado su hermana tampoco se quedaba atrás, Naruko era considerada una de las genin más bellas de toda la aldea y no era para menos. Al igual que Naruto tenia los ojos de color azul y el cabello rubio lo tenia sujeto a su espalda con dos coletas mientras que por el frente era enmarcado por un par de mechones de pelo de los cuales, el derecho, era sujetado por una horquilla.

La chica vestía una chaqueta blanca y verde hasta un poco por debajo de su pecho copa C que era cubierto por un top verde y a su espalda estaba el símbolo del clan Uzumaki. Usaba también una falda corta hasta la mitad del muslo junto con unos pantalones de licra verdes que terminaban un poco antes de las rodillas y en su pierna izquierda tenia el porta-kunais. A su espalda llevaba una bolsa ninja con su protector de la villa cosido en ella y usaba unas sandalias ninja que cubrían hasta un poco antes de las rodillas.

Como ya había dicho antes, la rubia Namikaze Uzumaki era toda una belleza, con un cuerpo en desarrollo que se notaba seria igual al de su madre cuando terminara de crecer. También, a pesar de que tenían la misma edad, Naruko era unos centímetros más alta que Naruto, cosa que solo hacia que los chicos se burlasen más del joven ojiazul.

-Ohayoo, Kaa_chan, Naruko_chan.-Saludó el rubio mientas estaba por la puerta de la cocina.

-Ohayoo Naru_chan, felicidades por ganar tu combate.-Dijo la pelirroja con una sonrisa que Naruto devolvió.

-Si, aun que tu forma de ganar no fue muy convencional Nii_chan jeje.-Dijo la rubia de coletas haciendo que Naruto se apenase, después de todo ganar un combate gracias a una ventosidad era algo que nadie había visto jamas.

-Si, bueno, pero eso no viene al caso, Kaa_chan necesito entrenar para las finales pero Kakashi_sensei va a entrenar a Sasuke_teme y no hay señales de que ero_kyofu valla a venir para antes de las finales por lo que quería pedirte si me podías entrenar.-Dijo el ojiazul y de inmediato vio como los rostros de su hermana y su madre se entristecían.

-Lo lamento mucho Naru_chan pero yo debo encargarme de entrenar a Naruko_chan para las finales, ella hace poco ha sido capaz de empezar a materializar las cadenas de chakra del clan Uzumaki y los del consejo me han pedido que me haga cargo de su entrenamiento.-Dijo la ojivioleta con bastante pena en su voz mientras Naruko miraba con pena y culpa a su querido hermano.

-Ya veo...bueno no os preocupéis ya encontraré la forma de entrenar por mi mismo para las finales, os veo luego, Kaa_chan, Naruko_chan.-Dijo Naruto poniendo una falsa sonrisa que hizo que los corazones de las dos mujeres se encogiesen antes de salir corriendo de la casa.

-(Los siento Naru_chan).-Pensó cabizbaja Kushina por no se capaz de ayudar a su hijo.

-(Nii_chan, lo siento, otra vez por mi culpa Kaa_chan no puede ayudarte a entrenar, lo siente mucho).-Pensó Naruko al recordar todas las veces que por su culpa su madre no había podido ayudar al ojiazul a entrenar.

Naruto caminaba cabizbajo por la aldea recibiendo como siempre miradas de odio y desprecio sobretodo de los civiles. El quería hacerse fuerte de verdad para poder cumplir su sueño y proteger a todos a aquellos que eran importantes para el pero si seguía a este ritmo nunca lo conseguiría.

-No te preocupes Naruto_kun, de seguro encuentras alguna forma de fortalecerte y vencer tus próximos combates, recuerda que yo tengo plena confianza en ti.-Dijo la voz de cierto inquilino o mejor dicho inquilina en la mente del rubio haciéndole sonreír ligeramente.

Era algo que nadie en la aldea sabia, ni siquiera su madre o su hermana, desde hacia ya varios años Naruto conocía al ser que habitaba dentro de el y no solo eso sino que con el tiempo se habían echo grandes amigos. También hay que decir que en un principio no se soportaban pero Kyubi al ver la férrea voluntad de Naruto en cumplir sus sueños se fue haciendo más amistosa con el ojiazul e incluso le dijo su verdadero nombre.

-(Ojalá y tengas razón Kurumi_chan).-Dijo Naruto poco convencido de esto ya que eso era muy poco improbable que ocurriese.

-Por supuesto que si ademas, ¿cuando no he tenido yo razón Naruto_kun? Arriba ese animo maldita sea, tu no puedes ser un melancólico pesimista como ese Uchiha.-Dijo la conocida como Kurumi subiendo el animo al rubio que solo sonrió.

-(Si, tienes razón, no debo de deprimirme, eso no me servirá de nada, gracias por levantarme el animo Kurumi_chan).-Agradeció Naruto a la demonio que en su prisión solo pudo sonreír.

Mientras el ojiazul tenia esta conversación, por la entrada principal de la villa entraba un hombre que cambiaría para siempre la vida del joven Namikaze Uzumaki. El hombre era un anciano, con los cabellos alborotados y de color blanco pero con un ligero tiente rosa. Tenia un rostro afilado con bastantes arrugas, una barba blanca que ocupaba toda su mandíbula y unos ojos afilados y de color negro. El anciano vestía con una raída y vieja túnica de color negro junto a unos pantalones grises y unas sandalias mientras que en su cuello había una bufanda blanca y a su espalda se encontraba una mochila bastante grande.

-(Vaaaalla, cuanto ha cambiado este sitio desde los tiempos del bueno de Hashirama).-Pensó el anciano con una sonrisa nostálgica.-(Y también por lo que veo ya ha tenido 3 sucesores, espero poder hablar con el actual pero antes, a llenar la panza).-

Mientras este misterioso hombre empezaba a caminar por las calles de la aldea en busca de algún lugar donde comer, Naruto se dirigía al ramen Ichiraku para pedir consejo al viejo Teuchi. El rubio siempre solía pedirle consejo al viejo cocinero de ramen cuando se encontraba en una situación como esta y muchas veces sus consejos le ayudaban bastante por lo que esperaba que esta vez no fuese a ser la excepción.

Mientras caminaba por las calles de la aldea trataba de pensar en alguna forma de conseguir un sensei para este mes de receso pero simplemente no había nadie que pudiera ayudarlo. Kakashi iba a entrenar a Sasuke, su madre a su hermana, de Jiraya no sabia nada desde su cumpleaños y no podía ir a pedirle ayuda al Sandaime ya que el de seguro estaba muy ocupado con los preparativos de las finales. Tan concentrado estaba en sus pensamientos que acabó por chocar con alguien, cayendo al suelo de culo.

-Ittai.-Dijo el rubio mientras se reincorporaba y miraba con quien había chocado que resultaba ser un anciano con el cabello blanco y barba.

-¿Te encuentras bien jovencito?-Dijo el aciano mirando directamente a los ojos azules de Naruto y sorprendiéndose por algo.-(Este chico...su aura es igual que la suya).-

-¿No se preocupe oji_san me encuentro perfectamente.-Dijo el rubio con una sonrisa que hizo sonreír al anciano pero que también notó bastante tristeza en sus ojos.

-Eso me alegra pero, ¿por que esos ojos tan tristes?-Preguntó el anciano sorprendiendo al Namikaze.

-Sin ofender pero no es algo que le importe, ademas aun que le contase mis problemas no podría hacer nada por ayudarme.-Dijo Naruto con desconfianza, después de todo no guardaba buenos recuerdos de gente que como este anciano se le habían acercado con aparentes buenas intenciones y luego habían sido todo lo contrario.

-(Este chico sin duda ha debido sufrir mucho, puedo sentir que su vida no ha sido nada fácil pero aun así tiene un espíritu fuerte y no solo eso sino que su aura es muy parecida a la suya).-Pensó el anciano con una mirada triste y con una vago recuerdo de cierto hombre de ojos anillados.-Bueno en eso tienes razón joven...-

-Naruto, Naruto Namikaze Uzumaki.-Dijo el rubio con orgullo por sus apellidos.

-Encantado de conocerte Naruto, mi nombre es Natsu, Natsu Dragneel.-Dijo el ahora conocido como Nastu tendiendo su mano al ojiazul que dudo un momento antes de estrecharla y sin que el lo supiese mostrando su vida al anciano que arrugó su frente con molestia por como había sido tratado Naruto por algo que el no tenia culpa por lo que de inmediato tomó una decisión, pero tenia que disimular que no sabia nada sobre el.-Por cierto Naruto, estaba buscando un buen sitio para comer, si me llevas algún buen sitio te invito a comer.-

-¿Lo dice en serio?-Preguntó Naruto con desconfianza mientras Natsu asentía y el rubio no podía percibir malas intenciones del anciano por lo que decidió aceptar su generosa oferta.

Naruto llevó a Natsu a comer al Ichiraku y el anciano quedó maravillado con el sabor del delicioso alimento. Mientras comían ambos empezaron a hablar, el rubio se sorprendió al encontrarse hablando tan tranquilamente y de forma tan amigable con Natsu pero por alguna razón no podía evitarlo, era como estar hablando con un viejo amigo.

-Valla, ¿así que no tienes a nadie que te entrene para ese torneo?-Preguntó Natsu antes de sorber el caldo de su cuenco de ramen y pedir otro a Teuchi.

-Así es, todos están ocupados y no tienes tiempo para entrenarme, yo quiero ser fuerte, me da igual lo duro que sea el entrenamiento con tal de volver fuerte.-Dijo el rubio con decisión en sus palabras haciendo sonreír al anciano ya que en parte se veía relajado en Naruto, era como cuando el era joven y quería volverse fuerte para ganarle a Erza, Gildarts y Laxus.

-Y dime Naruto, ¿por que quieres hacerte fuerte?-Preguntó el peliblanco ya sabiendo al respuesta pero quería oírla de boca del Namikaze.

-Para convertirme en Hokage y demostrar a todos en la villa que no soy un perdedor y también para proteger a las personas que son importante para mi, esa es mi mayor razón para querer hacerme fuerte, no quiero tener que ver morir a alguien que me importa.-Fue la respuesta del rubio que hizo que la sonrisa de Natsu creciese.

-Entonces que te parece si yo te entreno, tu no lo sabes pero he estado viajando por mucho tiempo y conozco muchas técnicas que estaría encantado de enseñarte si tu quieres.-Propuso Natsu sorprendiendo enormemente a Naruto.

-¿Lo...lo dices en serio?-Preguntó el rubio después de todo el podía sentir un poco del poder de Natsu y estaba seguro que esta a la par que el del Sandamie, y eso que Naruto no sabia que el lo estaba suprimiendo.

-Claro, mira Naruto yo nunca pude tener hijos, nunca he tenido un heredero propiamente dicho al que pasa mi legado, he tenido varios alumnos pero a ninguno le he enseñado siquiera un 5% de todo lo que se. Naruto cuando te miro a ti me puedo ver a mi cuando era más joven, por eso quiero entrenarte y pasarte mi legado.-Contestó Natsu haciendo que los ojos del Namikaze se humedeciesen un poco mientras una enorme sonrisa cruzaba su cara.

-Acepto, acepto, maldita sea por supuesto que acepto.-Dijo Naruto con una gran sonrisa y con mucho entusiasmo.

-Vale, vale, ven a buscarme dentro de una hora en el campo de entrenamiento número 1, lleva bastante ropa y cosas que creas necesarias ya que vamos a estar fuera de la aldea hasta que sea el día de las finales.-Dijo Natsu mientras se levantaba y pagaba todo lo que el y Naruto se habían comido a Teuchi al que le brillaban los ojos al ver tanto dinero, después de todo entre esos dos se habían comido más de 50 platos de ramen.

-Hai Natsu_sensei, le veo en una hora.-Dijo el rubio antes de salir corriendo a su casa a por las cosas que le había dicho Natsu que no podía evitar sonreír ante ese sufijo que llevaba tanto tiempo sin oír en su nombre

-(Este chico sin duda será alguien grande en el futuro, yo mismo me encargaré de que así sea, después de todo no solo va a heredar mi legado, sino el de Fairy Tail entero).-Pensó Natsu con una sonrisa antes de acordarse de cierta cosa.-(Ahora que recuerdo, Hashirama me contó que iba a escribir en un pergamino varias de sus técnicas para que lo heredasen sus sucesores y que estos también tendrían que escribir sus técnicas, creo que voy a coger prestado ese pergamino, aun que conozco muchos jutsus nunca esta de más tener unos cuanto de reserva).-

Mientras Natsu caminaba hacia la torre Hokage para encontrar el rollo de las técnicas Hokage, Naruto corría muy emocionado en dirección a su casa para coger las cosas que necesitaría mientras estuviese fuera pero en su interior, Kurumi estaba callada y tratando de recordar algo sin éxito.

-Maldita sea, piensa Kurumi, piensa, ¿de que te suena ese tipo?-Se decía a si misma la biju tratando de recordar de que le sonaba el hombre que había conocido hoy Naruto.

Al llegar a casa vio que su madre y su hermana ya no estaban, probablemente ya habían salido para entrenar y no volverían hasta la noche por lo que decidió escribirles una carta contándoles lo sucedido y que iba a estar fuera de la aldea hasta el inició de las finales.

Como un relámpago Naruto subió a su habitación y en contra de las creencias que tenían sus compañeros de generación de el, su habitación estaba completamente ordenada. La habitación de Naruto era bastante sobria, un par de estanterías con libros de muchos tipos, un escritorio, unos cuantos trastos que le había traído Jiraya de sus viajes, un armario, una cama y unas cuantas fotografías enmarcadas en la pared.

Rápidamente llenó una mochila con ropa y algunos libros que había empezado a leer hace unos días, también una fotografía enmarcada de el junto a su madre y hermana. Después de hacer la mochila salió corriendo de su cuarto al estudio/biblioteca del primer piso donde escribió una carta explicando lo sucedido y el motivo por el cual se iba, antes de salir de la habitación, el rubio fijó su vista en un viejo rollo, según recordaba en el se explicaba una gran cantidad de los sellos del clan Uzumaki ademas del kenjutsu del clan por lo que decidió llevárselo prestado ya que era probable que se sirviese para su entrenamiento.

Naruto corrió por la villa con una gran sonrisa en su cara hasta el campo de entrenamiento número 1 el cual estaba en una de las zonas más lejanas del centro de la aldea dado que era el primer campo de entrenamiento que se hizo en la villa. Al llegar vio que Natsu ya le estaba esperando sentado en una roca.

-Natsu_sensei ya estoy aquí.-Dijo Naruto entrando en el campo de entrenamiento con el rollo del clan Uzumaki y su mochila en la espalda.

-Me alegra que no te hayas echado atrás en esto Naruto pero una pregunta, ¿por que llevas ese rollo a tu espalda?-Preguntó Nastu señalando el rollo a espaldas del rubio.

-Es el rollo del clan Uzumaki, en el hay una gran cantidad de sellos de mi clan y en el también se encuentra el kenjutsu del clan Uzumaki, lo traje por que pensé que probablemente nos vendría bien para el entrenamiento.-Contestó el rubio haciendo asentir al anciano que solo se levantó de la roca antes de recoger su mochila la cual se encontraba apoyada contra la roca.

-Esa es una buena idea Naruto, cuantas más cosas tengas para aprender más fuerte te volverás.-Dijo Natsu haciendo sonreír a Naruto.-Bueno, si ya tienes todo, nos vamos.-

-¿Y a donde iremos a entrenar sensei?-Preguntó el rubio con mucha curiosidad ya que en ningún momento Natsu le había dicho a donde irían a entrenar.

-Lo veras en un momento, agárrate a mi brazo.-Dijo el anciano dejando al Namikaze algo dudoso, alzo los hombros y le hizo caso.

Naruto vio como como Natsu se mordía las muñecas dejando que bastante de su sangre cayese al suelo y lo que ocurrió a continuación hizo que los ojos del rubio se abriesen como platos. La sangre en el suelo empezó a moverse sola mientras dibujaba un extraño símbolo en el suelo el cual parecía ser una estrella de 8 puntas junto a dos relojes de arena en el interior de un circulo que le rodeaba tanto a el como al anciano.

La sangre en el suelo brilló con fuerza y en un estallido de luz los dos habían desaparecido por completo del campo de entrenamiento y nadie en todas las naciones elementales supo nada más de Naruto hasta el día de su combate.


-Bueno y hasta aquí el prologo de esta nueva idea mía que espero que les guste.-

-Sin lugar a dudas un inicio muy interesante nii_sama.-Dice Harumi

-Si, si, yo ya quiero saber que va a pasar en el próximo cap.-Dice Ryuko

-Pues si estáis como Ryuko no tendréis que esperar mucho ya que probablemente suba pronto el siguiente cap, sino en unas horas mañana, pero antes tengo un par de cosas que aclarar.-

-Primero, como estoy seguro que algunos me lo van a preguntar lo digo desde ya, si, será un harem y Kushina y Naruko estarán en el.-

-Segundo, Naruto si podrá usar magia de distintos elementos con su poder de dragons salayer (por algo el titulo del fic).-

-Tercero, no creo que sea necesario decirlo pero por si algunos se lo preguntan, Naruto podrá usar tanto magia como Chakra.-

-Cuarto, ni Ino ni Sakura estarán en el harem ya que en esta historia siempre han tenido una mala actitud con Naruto por lo que cuando regrese de su entrenamiento y ellas se fijen en el, el no las ara ni caso.-

-Y quinto y ultimo, en el siguiente cap empezarán las finales y durante los combates iré contando como fue el entrenamiento de Naruto con Natsu y a donde se fueron a entrenar.

-Bueno solo me queda deciros dos cosas, la primera que en mi perfil podréis encontrar un link par ver el aspecto de Naruko y ya sin nada más que explicar doy paso a mis ayudantes con la adivinanza de hoy.-

-Esta es la adivinanza de hoy, nee_sama.-Dice Harumi.

-¿cuántos huevos pone una murcielaga cada 5 años? La respuesta les sorprenderá, matta neeee.-se despide Ryuko con una linda sonrisa.

-Hasta la próxima.-Se despide Harumi con una reverencia.

-Bueno solo me queda decir lo de siempre, si os ha gustado el cap, tenéis alguna duda o queréis hacerme alguna recomendación para mejorar el fic, espero vuestros reviews con ilusión. Sin más que decir se despide un día más Akuma no Ryu, cuídense mucho, no se olviden de pasarse por mis otros fics y hasta el próximo cap, ja ne.-