Descarga de responsabilidad: Yuri On Ice! con todo y sus momentos homosensuales canon -grita histérica aún no se la cree- no me pertenece, sólo la historia y los oc que aparecen en ella.
Advertencia: Omegaverse. Yaoi. Sexo. Violencia. M-preg. Familia. Saltos temporales. Au con spoilers del canon. Oc. No beteado.
Cronopios del autor: Babús -inserte corazones maricas-, ayer estaba volviendo a ver YOI y Haikyuu! ambas se acabaron, así que me puse a leer doujinshis de LeviXEren, no son mi otp pero las artistas que trabajan en el fandom haciendo precisamente dj son muy buenos, a veces es bueno leer otras cosas es bueno. El punto es que acabé por irme a un libro excelente que se llama "Harem", y ya divagué mucho. Uno de los DJ que más me llegaron es uno que se llama: "Fanservice" y es del omegaverse y bam. Se preguntan ¿qué tiene que ver "Harem" con el LevixEren y el Omegaverse? bueno... la autora de "Harem", que es un libro ubicado en el espacio-tiempo de la época de los sultanes, se llama Dora LEVY Mossanen. Se los recomiendo, no es yaoi ni nada y no tiene que ver con el m-preg pero... es muy bueno (?, divagué carajo.
Advertencia 2: Aquí tengo que advertir que es m-preg habrá tragedia como en todo el omegaverse pero... no habrán escenas de embarazo o alguien dando a luz porque aunque me gusta el m-preg, omegaverse, me siento extraña viendo a un hombre parir, me encanta leerlo pero no podría transmitir la ternura materna, sorry por eso de ante mano.
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Ina Bauer.
por St. Yukiona
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Prólogo: El agape de su eros.
—Padre, ¿con quién fue tu primer beso? —preguntó Victoria que había visto recientemente Enredados y había reflexionado de forma muy detenida sobre Rapunzel y su pareja; la rubia tuvo su primer beso a los 18 años con Flyn Ryder. Ella tenía trece y estaba enamorada de Nathan, su compañero de pista. Así que se había dedicado a ver cada una de las películas de Disney idealizando un romance digno de película.
El expatinador ruso se quedó pensativo mientras masticaba y miraba al frente hacia la bonita ventana que tenían al frente de su comedor, desde ahí se podían apreciar las costas de Hasetsu a las afuera de la ciudad misma. La casa donde vivían era cualquier adjetivo menos humilde pues con el sueldo de las regalías por imagen de un entrenador con legado de ganadores y una leyenda viviente del patinaje la casa se había pagado sola, hasta un lago artificial se había mandado a hacer en la parte trasera, mismo que se mantenía congelado la mayor parte del tiempo.
Cruzaron un par de gaviotas cantando y Viktor Nikiforov siguió masticando, sentía la mirada de su pareja frente a él, trataba de evadirla. .
—Con una chica mayor que se llamaba Yelena Wine —concluyó él.
—¿Wine? ¿Cómo vino? —preguntó Victoria ahora jugando con un pedazo de estofado.
—Wayne —tragó el bocado por el cual había pronunciado mal el nombre—. Como el apellido de Batman.
—¿Y era bonita? —interrogó la pre-adolescente.
Viktor se removió ligeramente ansioso, alzó su mirada ahora directamente a su esposo que lo veía con un gesto sereno y en el otro extremo de la mesa una risita sorda sonó, el patinador veterano, Yuri Plisetski, el tío Yu, sonreía socarronamente.
—Sí, padre… contesta ¿era bonita? —instigó Yurio.
El japonés en la mesa bajó la mirada hacia su plato para volver a comer en silencio, Viktor bufó.
—Sí, ojos oscuros y cabello negro, largo, hasta la cadera, en aquel momento yo tenía como diez años.
—¿Y la volviste a ver? —preguntó animada Victoria, tenía quince años y no había dado su primer beso, es más aquello que sentía por Nat era lo que se llamaba "primer amor", Yurio lo clasificó como indigestión estomacal por al descripción de "cositas en el estomago".
—Sí, hace poco en realidad, cuando viaje a Pekin, me la encontré por mera suerte, hasta compartimos mesa para comer —sonrió el mayor.
—¡Wo! —su hija parecía maravillada, y Plisetski sólo pudo reír entre dientes viendo a Yuuri.
—Cabello negro, largo, ojos castaños —repitió la descripción mientras picaba un pedazo de nabo y lo observaba con cierta petulancia—. ¿Acaso no tenía problemas de alimentación como "tender a engordar"? Porque la descripción me suena familiar —azuzó el Yurio ahora mirando a su homónimo en nombre.
Viktor se quedó pensando y Yuuri le regaló una mirada venenosa.
—No me gusta... —intervino de pronto la albina que machaba ahora el puré de su plato—. No me gusta que el primer beso fuera de esa tal Yelena... te prohíbo que la vuelvas a ver, padre —ordenó señalándolo con el cuchillo para empezar a cortar furiosa la carne.
Yuurio sonrió enorme. Todos siguieron comiendo, y no se hicieron más preguntas o comentarios al respecto. Hasta que llegó el postre y Victoria miró ahora a su papá con detenimiento.
—Papá, ¿con quién fue tu primer beso?
—Conmigo —respondió Viktor confiado antes de cualquier cosa, esa información lo sabía el mayor. Sonrió orgulloso. Su esposo soltó una suave risa afirmando a lo que el otro le decía.
—Con tu padre —agregó comiendo pequeñas y educadas cucharadas de helado.
—¿Y él fue la primera persona que te gustó? —cuestionó la niña ilusionada.
—Sí.
—No.
Viktor frunció el ceño mirando un poco desconcertado a Yuri, cuando recién habían comenzado a practicar como entrenador-protegido el Katsudon aseguró que jamás había tenido pareja, entrecerró la mirada... Yurio dejó a medio camino el bocado de flan que iba a comer.
—¿Quién fue la primera persona que te gustó entonces? —preguntó interesado Nkiforov.
—¿De verdad quieres que responda eso? —azuzó ahora Yuri, con una sonrisa ladina recogiendo el helado que quedaba en el fondo de la copa, Viktor conocía ese estado de petulancia y soberbia, no era actuación, era Yuri, su omega, su pareja destinada, vengando la osadía que se había cometido, chasqueó la lengua. ¿Qué si Yuri era un omega-pasivo y servicial? Puff, ¿en qué planeta? Yuri parecía ser una excepción a la regla, una preciosa excepción al comportamiento regular de entre aquella población.
Viktor había tenido la posibilidad de escoger a cualquiera, sin embargo, había escogido a Yuri, por voluntad propia. No se arrepentía pero a veces... hizo un puchero y se cruzó de brazos.
—Sí —insistió indignado Nikiforov.
—¿Con lujo de detalle como el relato de tu primer beso? —lo miró con intensidad el japones—. Porque el que no haya tenido pareja hasta que te conocí no significa que no tuviera ciertas necesidades que cubriera con pensamientos que muchas veces no eran de lo más "puros" —masculló y Yurio parecía estar en una clases de éxtasis escuchando aquella "discusión" amena. Victoria se había quedado callada fingiendo no existir después de ver como Viktor parecía que en cualquier momento iba reventar, y peor cuando disolvió toda molestia con una sonrisa amble.
Su papá estaba cruzando por un pequeño berrinche. La mesa se tornó silenciosa.
—¿Y querías hacer bebés con esa persona? —preguntó Victoria.
—¡Victoria/hija! —gruñeron Viktor y el tío Yurio al unisono.
El japonés rió asertivo y la niña se enfurruñó.
—Después te cuento sobre ese primer enamoramiento, Vicco —le guiñó un ojo.
A Viktor no le gustó como sonó eso, y no pudo evitar quedar divagando el resto de la tarde, sobre todo tras la declaración de Yurio antes de irse.
—Estuve con Stella —contó acomodándose el abrigo—. ¿Pero no estaba saliendo con Giacomo?
—Cuando un Omega esté en celo aunque tenga la marca de su alfa se puede dar a otros por necesidad... es doloroso para ellos estar en "ese periodo" y no tener quien lo sacie... —dijo serio—. Yo sólo ayudé a Stella... quizás ese "primer amor" ayudó en algún momento al Cerdito —la sonrisa del rubio brilló antes de acomodar su bufanda y salir, un auto lo esperaba estaba hospedado en la casa de Yuko-chan con quien misteriosamente había hecho excelentes migas.
Viktor sabía de antemano que Yuri no era igual al resto de los omega; primero la forma en que se movía, sus pasos, cómo hacía que su cuerpo danzara al ritmo de su propia música, lo atrajo inevitablemente. Inclusive desde antes cuando de casualidad habían topado en algún momento dentro de los torneos él como alfa sabía que tenía un olor peculiar, pese a la actitud tímida que siempre prevalecía había logrado ver destellos insanos de dominación que jamás había visto antes en otros omegas, pero las condiciones no se habían prestado hasta el momento en que estuvieron frente a frente con el vapor de las aguas termales rodeándolos como estela mística al deseo y sorpresa. Jamás había dudado ni un sólo segundos, hasta ese instante: "Cuando un Omega está en celo aunque tenga la marca de un alfa se puede dar a otros". Apretó los labios otra vez, y negó, Yuri podía ser cruel cuando se lo proponía, pero jamás de ese modo. Jamás jugar con algo como eso; habían pasado un montón de cosas, él había cometido un montón de errores, y Yuri también pero... no al grado de... negó con cierta frustración.
Las cavilaciones, frías y duras, terminaron en el instante en que escuchó las risas de su hija adolescente que se despedía con un amoroso "Buenas noches". Hubo silencio y supuso que Yuri besaba la frente de Victoria, aún no entendía como habían creado algo tan perfecto. Una criatura hermosa que era la personificación del amor.
El agape de su eros.
Sus cuerpos se encontraron en la cama matrimonial. Yuri usaba el bálsamo de frambuesa para los labios resecos, había estado practicando toda la tarde con Yurio; Viktor fue capaz de probar aquel bálsamo cuando la boca nipona se posó sobre las suyas en un beso seductor. Las manos del mayor resbalaron por la piel pálida del abdomen trabajado de su pareja, aún a su edad seguía siendo sumamente cuidadoso con su figura, por ego y gusto propio, a Viktor le iba seguir pareciendo el ser más atractivo sobre la tierra aún aumentara su peso diez veces. Cuando el aire faltó se abrazaron y Katsuki se giró para pegar su espalda contra el pecho del ruso, acomodándose lo mejor que podía entre los brazos ajenos. Nikiforov permitía que el otro tomara su lugar y después lo hacía él, no obstante, en ese momento no podía pensar en la tibia y reconfortante humanidad del patinador, en realidad no lograba sacarse de la cabeza sobre ese primer amor. Porque una cosa era tener amantes, ligues, pretendientes y otra muy diferente era "un primer amor". El primer amor implicaba el primer afecto no paternal de una persona algo incluso más invaluable que el primer beso; los amantes sólo era sexo, al menos eso es lo que Yuri alguna vez le gritara dentro de una de sus peleas más fuertes cuando ambos eran jóvenes y cruzaban por una época de caos e incertidumbre.
Estaba celoso, y se preguntaba si en algún momento Yuri se había sentido igual.
Besó la nuca de forma suave y después dejó su frente contra la cabeza, cerrando los ojos, estaba empezando a enojarse de verdad. Volvió a besar la nuca justamente donde la mordida que lo denotaba como el omega de un alfa se encontraba. Las manos frías de Katsuki recorrieron los brazos que lo rodeaban.
—¿Quién fue tu primer amor?
—¿Por qué habría de decirlo?
—Es justo… estás casado conmigo, debo de saber esa información…
—¿Y te molesta? —cuestionó fríamente el menor dejando caer sus manos, Viktor sentía como la espalda de Katsuki se tensaba.
—Me molesta que exista alguien más en tu corazón.
—Viktor Nikiforov… ¿estás celoso de un recuerdo de hace más de veinte años? —preguntó sorprendido incorporándose y girándose para observarle.
—¿Qué tiene de malo? —lo miró desafiante a los ojos—. Si fue tu primer amor, la quisiste, no me gusta, la odio.
El japonés soltó una carcajada.
—¿Crees que fue una chica? —enarcó la ceja Yuri, y Viktor sintió una puñalada en el pecho. ¿Era un chico?
—...
—¿De verdad quieres saber, Viktor?
—Sí.
—Hablaba de ti, idiota… —señaló tirándose ahora sobre él, tomando el labio inferior para sorberlo y jugar con él un rato, Viktor todavía no se lo tragaba del todo.
—Ahora lo proteges —Le sostuvo posesivo por el trasero, atraiéndolo nuevamente a él. Debajo del pantalón de pijama no usaba nada el japones. El agarre sólo le había sacado un suspiro entrecortado.
—No —evitó reír sin éxito, de manera jadeante, dejó sus manos sobre el pecho del mayor—, sólo que si les decía que eras tú iban a preguntar Victoria y Yurio: ¿desde cuándo? ¿se besaron mucho? ¿qué tanto? ¿cómo te propuso ser su novio? ¿En qué momento te mordió? ¿cómo fue todo? Y no quería rememorar todo eso… —confesó sincero ahora con cierta desgana dejándose caer sobre el pecho. Sus manos aún se sostenían de donde podían del cuerpo del mayor—. Esa época no fue sana ni para ti, ni para mí... no creo que sea apta para Victoria —comentó volviendo a besarlo. El rostro del ruso se debatió entre desdicha y satisfacción, terminó por sonreír, para luego atraer al menor hacia él nuevamente, lo besó, a pesar de los años habían cicatrices que no cesaban, y quizás nunca lo haría. Viktor mordió el mentón del menor y Yuri soltó una carcajada—. Además que te quería hacer sufrir por lo de esa tal "Yelena" —agregó con tono fingido como molesto.
—Pues fue muy cruel —argumentó el hombre mirándolo a los ojos.
—Hmp… ¿Crees que fui cruel? —Yuri entrecerró la mirada de forma retadora antes de hundir de una su lengua entre los labios del ruso, el beso se volvió salvaje—. ¿De verdad? Después de todo lo que hemos vivido... ¿Crees que fui cruel?
—A veces me preguntó quién marcó a quién.
—¿Todavía lo dudas?
Los dedos de Viktor recorrieron la mordida en la nuca del menor.
Este sólo atinó a reír petulante.
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Nota: Esta belleza la estaré actualizando cada dos semanas porque tengo en función cuatro long fics, uno de este fandom y los otros tres de HQ!, así que lamento si la espera es molesta c:
Gracias por leer.
St. Yukionna.
Quien los ama de corazón, costilla y pulmón.
