En un mundo, donde las Pokebolas aun no existen, y la tecnología aún está en sus principios, cuando los reyes y reinas aun existían, los humanos y Pokémon convivían en paz y armonía, viviendo como iguales, sin embargo, los humanos no eran los reyes o reinas.
Eran los Pokémon.
Por siglos, todos los reinos han sido guiados son sabiduría y fuerza por sus respectivos reyes y reinas.
En este momento, nos vamos a un reino con caminos de agua y arquitectura de mármol, donde al principio del reino hay dos estatuas, ambas similares, parecidas a un dragón y con alas que podrían parecer inmovibles, pero lo son.
Nos dirigimos al medio del reino, donde hay un gran palacio con techos de color esmeralda y forma peculiar (Son los palacios de Rusia), y pareces mármol de color crema, tan grande que es posible verlo en todo el reino.
Dentro del palacio, podemos ver cuadros de los mismos dragones de las estatuas, sin embargo, estos son de distintos colores, también pinturas tan finas que cualquiera diría que las hizo un profesional.
Nos dirigimos a la sala del trono, donde, en este momento, hay cuatro de ellos de un reluciente color dorado, y en un costado, en la pared, con un gran marco de color dorado, vemos un cuadro de los reyes y príncipes de esta época.
Podemos ver dos dragones azules, uno mas grande que el otro, donde el mayor se le pueden ver los ojos dorados, y al lado de cada dragón azul, había una dragona roja, solo que la más grande tenía los ojos rojos.
Todos tenían una sonrisa perfecta en la pintura, demostrando la felicidad en una familia.
Ahora nos dirigimos a uno de los tantos pasillos del gran palacio, esta tenía ventanas que mostraban todo el reino, caminando por él, había una criatura de tamaño mediano, de color marrón claro y largas orejas, una de ellas enrollada, ambas orejas tenían pelaje esponjoso de color crema en la punta, el mismo pelaje se mostraba en su parte baja, pero mostrando sus patas.
Esta criatura era conocida como Buneary, y era una de las sirvientas del palacio, sin embargo, tenia un puesto muy importante en el reino, que era mayor que el de una simple sirvienta.
Ella era la guardiana de la Princesa y su mejor amiga.
Podrá parecer pequeña, pero eso le daba ventaja a la hora de luchar contra sus oponentes, usando su agilidad e ingenio para vencerlos. Eso le dio una buena reputación en el reino, y ganarse el puesto de guardiana de la Princesa.
Buneary a la hora de luchar podría parecer dura, pero a la hora de ser social era muy amigable y educada, otra cosa a favor para ganarse el puesto de guardiana y convertirse en su mejor amiga.
Volviendo a lo que hacia, ella se estaba dirigiendo a la habitación de la misma Princesa. Al llegar, toco la puerta y llamo a su mejor amiga para que se despertara.
- ¿Princesa? Ya es hora de despertar -llamo la tipo normal-
Despues de unos minutos de no escuchar respuesta, suspirando abrió la puerta y entro a la habitación.
Al entrar, se pudo ver una gran habitación de paredes color blanco, arriba en el techo había telas colgando de color rojo, junto con algunos adornos de cristal, cerca de gran la ventana tapada por cortinas de color rojo, había un caballete con un lienzo en blanco, alrededor de la habitación había múltiples materiales para pintar y dibujar, dejando en claro cual era la actividad favorita de la Princesa.
Cerca de una pared, paralela a la puerta, había una cama de tamaño matrimonial de forma redonda, con sabanas blancas y rojas, debajo de estas se veía una forma abultada bastante grande. Buneary suspiro al verla.
-Princesa, ya es hora de desayunar -volvió a llamar la conejita Pokémon-
-Cinco minutos más… -murmuro la forma abultada mientras se acomoda mejor-
-suspirando se acerca a la cama- Princesa, tengo que recordarle que hoy tiene que ayudar a su madre con los preparativos del baile para su dieciocho cumpleaños.
-Awww -se queja mientras su cabeza sale de las sabanas para mirar a Buneary- ¿Es tan necesario que yo ayude? ¿No seria mejor que fuera una sorpresa?
-Desgraciadamente todo tiene que estar perfecto, por que también en el baile se le dará la oportunidad de conocer a sus futuros pretendientes.
-Jumm -hincha sus mejillas en un puchero- Ya le dije a mi padre que no quiero casarme con alguien que solo quiere la corona.
-Lo entiendo Princesa, pero en cualquier momento alguien tendrá que tomar el trono, y como su hermano aun esta en el reino Lumiose, no hay otra mejor candidata que usted, pero-
-Pero para tomar el trono una Reina necesita un Rey -interrumpió la dragona con sarcasmo- Ya lo sé, ya perdí la cuenta de las veces en las que me lo dijeron.
-suspira- Layla se que no te gusta, pero esas son las reglas.
-Maldigo a los ancianos por poner esa absurda regla -se quejo la Princesa dragona de nombre Layla-
-nuevamente suspira- Sera mejor que se prepare para el desayuno, la estaré esperando -dijo sabiendo que su amiga necesitaba privacidad-
-Por que tuve que nacer como Princesa -refunfuño en voz baja la dragona y salió de la cama, hacia una puerta que llevaba al baño-
Despues de limpiar sus plumas y escamas, la Princesa se miro en el espejo y suspiro.
-A soportar otro día de perfección Yeii -se dijo con sarcasmo y levito hasta la puerta de su habitación, al abrirla se encontró con Buneary- Lamento que tengas que soportar la queja matutina -se disculpó-
-Está bien Princesa, no es como si fuera algo inusual -comento la conejita riendo un poco-
-Hey -dijo divertida hasta que rio junto a su amiga- De acuerdo, será mejor que vaya con mis padres -dijo y levito por el pasillo seguida de Buneary-
Despues de pasar por el pasillo y bajar por las escaleras, se dirigieron al comedor real, donde la Princesa se despidió de Buneary y entro.
Al entrar se vieron a ambos dragones de la pintura junto a la sala del trono.
-Buenos días Madre, Padre -saludo a su madre con una sonrisa y a su padre con seriedad-
-Buenos días hija -saludo la Latias de ojos rojos-
-Buenos días -saludo el Latios de ojos dorados-
Latias se colocó en su lugar en la mesa, donde el desayuno ya estaba servido.
Despues de agradecer la comida, la familia de dragones real comenzó a comer tranquilamente, hasta que ya no quedo nada mas que sobras en sus platos, antes de que la Princesa pudiera agradecer e irse, su padre la interrumpió.
-Hija ¿Ya es pensado en lo que te dije? -dijo el rey esperando que no fuera la respuesta de siempre-
-Si -dijo y sus padres la miraron fijamente- Y mi respuesta sigue siendo no.
- ¡Layla! -dijo fuertemente sin quitar la mirada de la de su hija- ¡Ya es hora de que comiences a elegir una pareja!
-Yo no voy a casarme con alguien que solo busca la corona -respondió tranquilamente al arrebato de su padre, esto ya era normal para ella-
- ¡Cuando llegue la hora del baile espero ver que elegís a alguien! -dijo nuevamente antes de irse del comedor-
Madre e hija suspiraron ante el arrebato de su esposo y padre, el era un buen Rey, pero cuando se trataba de este tema, se ponía un poco…Sensible.
-Madre, ya no entiendo la urgencia de mi padre para conseguirme pareja -hablo Layla despues de un minuto de silencio-
-Lo se hija, pero, podrías darle una oportunidad a la hora del baile -propuso la reina-
-Esta bien -suspiro profundamente- Intentare ver si encuentro a alguien adecuado.
- ¡Esplendido! ¡Vamos a comenzar con los preparativos! -exclamo alegremente la reina arrastrando a su hija hacia otra puerta-
…
Layla cayo exhausta en su cama, Buneary estaba junto a ella.
-Lo juro, si llego a tener hijos, jamás los voy a presionar tanto por un baile -dijo Layla suspirando recordando todas las elecciones que le dio su madre-
-Lo sé, yo haré lo mismo -concordó recordando como tuvo que ayudar a todos los sirvientes a llevar las cosas a su lugar correcto-
-Al menos ya todo está listo -suspiro tranquilamente-
- ¿Y el vestido Princesa? -pregunto recordando que no habían mencionado el vestido en toda la mañana-
-Ya lo elegí cuando tu fuiste a verificar el jardín.
-Ah, entonces solo faltan los invitados, pero de eso se encargará Gerald -dijo mientras se sentaba en un cojín-
-Genial, entonces podre dormir unas horas antes del baile -dijo cerrando los ojos del cansancio-
-Descanse Princesa.
…
Ahí estaba ella, levitando en frente de todos los invitados que bailaban llenos de piedras preciosas en sus ropas, mientras ella estaba en su propio vestido, adaptado a su forma, mirando fijamente a todos bailar, imaginándose a ella misma con su "Principe" ideal.
-Hija -llamo su padre, ella lo miro- Ya es hora de que elijas a alguien -ella suspiro, prometió esforzarse para elegir a uno y ella siempre cumplía sus promesas-
Despues de bailar con todos los pretendientes que habían venido al baile, ella se había llenado de sonrisas "encantadoras" cumplidos sobre su vestido o su ser maravilloso, todo lo que ella pudo ver se esos hombres, fue codicia por tener el trono.
Al llegar la hora de tomar la decisión, su padre la miro esperando que eligiera a alguien, mientras su madre suspiraba sabiendo que, con su mirada, no había elegido a ninguno, dándole una rápida sonrisa de disculpa a su madre se dirigió a la gente, ignorando completamente a su padre.
-Agradezco a todos ustedes por venir a celebrar mi cumpleaños -comenzó- Todo esto es muy halagador para mi y realmente les agradezco desde el fondo de mi corazón que se hicieran el tiempo para venir a celebrar -todos tenían sonrisas al escuchar lo que su princesa decía, ella miro a los pretendientes- Se que también es hora de que elija a alguien para que gobierne al trono junto a mi -todos tenían puesta su mirada en ella, sobre todo su padre- Lo siento mucho, pero en estos momentos no me siento lista para llegar a ese momento de mi vida -todos notaron la mirada de furia del rey, ella ignorándolo, continuo- Sin mas me retiro -se hizo invisible y nadie noto por donde se fue-
-Despues hablare con esa niña -susurro sin que nadie lo escuchara el rey, el miro a la gente- Lamento el alboroto de mi hija, sin embargo, pueden seguir disfrutando del baile -todos asintieron y volvieron a bailar, el pensaba irse, pero una garra en su ala lo impidió- ¿Qué quieres Anaida?
-Creo que debes pensar mas en tu hija, Eros, ella ya no es una niña, pero aun es joven, aun no esta lista para tener pareja, mucho menos contraer matrimonio -le dijo seriamente a su esposo quien no levantaba la mirada- Además, ella mantuvo la compostura en todo su discurso, así que, no tienes razón para regañarla -recordó y el suspiro-
-Lo sé, pero sabes lo que se acerca, solo quiero que este a salvo -dijo el rey con sus ojos brillando-
-Yo también quiero eso -abrazándolo- Pero forzándola a la que seria la mejor etapa de su vida no lograras más que su decepción.
-Lo sé -recordó la razón de todo esto y puso un semblante serio- Aunque ella me odie, yo la voy a mantener a salvo -su esposa suspiro al ver que no entendió su punto-
-A veces te parecer demasiado a nuestra hija -suspiro profundamente la reina-
…
Layla estaba volando fuera del jardín hacia el bosque cerca del reino, en su frustración, se quitó el vestido rasgándolo en mil pedazos.
-El nunca me entiende -recordó la mirada que le dio antes de que se fuera- La vida de una Princesa es una -se vio interrumpida al oír el ruido de algo rompiéndose- ¿Qué es eso?
Invadida por su curiosidad, voló lenta y cautelosamente hacia la fuente del ruido, al llegar, vio un pequeño claro y a alguien usando cola de hierro para destruir rocas de por ahí.
Como estaba oscuro no pudo reconocer que Pokémon era el que lo hacía, hasta que las nubes se corrieron dejando pasar la luz de la luna, al tiempo en que permitía la visión del Pokémon quien destruía las rocas con maestría, pero en sus movimientos se veía la frustración.
Pelaje, cola larga, y ojos azules brillando.
-Un Mew… -susurro en estado de shock-
Tal Pokémon no era muy conocido, sin embargo, todos los que sabían de su existencia, sabían del gran poder que poseían y su habilidad, mas raro aun era ver uno en su verdadera forma.
Ella al ver que el Mew se veía muy frustrado decidió irse lentamente, pero accidentalmente unas de sus alas choco contra el árbol causando que unas hojas cayeran. Ella tenía la esperanza de que el Mew solo lo tomara como el vient…
- ¿Quién esta ahí? -hablo fuerte volteando en su dirección su cola brillando metálicamente en alerta-
Oh bueno, valió la pena la esperanza, ella salió levantando sus garras en señal de paz.
-Tranquilo, no vengo a hacerte daño, solo venía a desahogarme -hablo tranquilizadoramente o lo mas que pudo por la intensa mirada del Mew-
Despues de unos minutos, la cola del Mew dejo de brillar y volvió a estar en su color blanco puro.
-Te creo -dijo el Mew- ¿Quieres hablar de eso? Yo también estoy frustrado.
-Claro, pero ¿No seria mejor presentarnos? Mi nombre es…-pensó en algún nombre falso, pues ella era muy conocida por ser la Princesa- Ruby.
-la miro fijamente, pensando en si decir su nombre, hasta que finalmente hablo- Mi nombre es Ash.
