El Beso de Plata

Cáp.1 Sakura

Cuando entro a la casa se dio cuenta de que estaba vacía, solo podía escuchar el monótono sonido del reloj… "tic-tac, tic-tac", a pesar de todo Sakura ya se lo suponía.

El temor se apodero de ella, pensó en su madre como si fuera una niña de nuevo… ¿estaría de nuevo en el hospital? O ¿sería aun peor?, tenía miedo de enterarse, dejo su maleta escolar en el sofá y se dirigió a la cocina, justo como lo esperaba halló una nota…

"estoy en el hospital… volveré en cuanto pueda.

Prepárate la comida y no me esperes despierta.

Te quiere tu Papá…"

Tomo la nota la miro fijamente, luego la arrojo al basurero, últimamente no hablaba con su padre sino por medio de esas notas ridículas… de todas formas no tenía hambre.

Se dirigió con paso lento a la sala aunque era pequeña su madre se había esforzado mucho para que pareciera hogareña y reconfortarte… Paso frente al espejo y noto su figura delgada, demasiado realmente ella se veía peor que su madre que estaba en el hospital, aunque ella siempre había tenido el vicio de compararse con su madre…

Se sentó en amplio mueble y cerro los ojos, recordó cuando tenía cinco años y su mamá estaba bien de salud, y todo el tiempo que pasaban juntas, lo felices que eran en esos tan añorados años, años que nunca mas volverían por mas que Sakura lo deseara.

Abrió los ojos en cuando escucho el sonido del teléfono, corrió hasta el esperaba que no fuera del hospital, espera sobre todo que su madre siguiera viva, era lo único que esperaba… levanto la bocina y escucho una voz familiar, pero no era la de su padre…

-Saku es terrible!!- Tomoyo, su mejor amiga gritaba del otro lado, típico en ella, pero en estos momentos lo agradecía.

-¿Qué es terrible?-Pregunto Sakura.

-Me mudare, parece que las cosas se complicaron en la fabrica de Yokohama y mamá debe ir a solucionar esa situación-

-¿Qué? Yokohama, pero es muy lejos-

-Ya se, pero ¿Qué podremos hacer?-

-Y ¿Cuándo?-

-En una semana-

-Es muy pronto- Se sentó en el mueble, aunque no era del hospital, estaba preocupaba, Tomoyo era su mejor amiga, que haría sin ella, se sentiría muy sola, no tenia amigos en el colegio ya que todo el mundo se burlaba de ella, y después de la enfermedad de su madre se había vuelto una chica muy distraída y aislada, la única persona a la cual ella dejaba entrar a su burbuja era su amiga y a hora le decía ella que tenia que marcharse.

-La verdad si, mamá dice que apenas lleguemos allá buscaremos casa, pero es urgente estar presente ahí.

-Así que Yokohama-suspiró

-¿Y que tal si me quedo contigo?-

-Preguntare-

-o puedes venir a visitarme-

-No creo que sea buena idea-

-¿esta de nuevo en el hospital?-

-Así es-

-Ay, Maldición-

Siempre era lo mismo Tomoyo no soportaba el tema, cada vez que tocaban el tema sobre su madre ella se aislaba completamente, no entendía si era su mejor amiga por que nunca le decía nada respecto a eso.

-Creo que llame en mal momento imagino que no deseas hablar sobre eso, cuando te sientas mejor llámame¿ok?-

"La que no quiere hablar sobre esto eres tu" pensó Sakura, -Esta bien, hablamos luego-

-Espero que las cosas mejoren, ya sabes que te aprecio mucho, y llámame cuando quieras-

-Claro, adiós-

-Adiós, se fuerte Saku-susurro Tomoyo antes de colgar.

Le molesto un poco la actitud de Tomoyo, antes podían hablar de cualquier cosa, era su amiga la que ponía el tema, ahora era la misma Tomoyo la que huía de las conversaciones, no entendía porque las cosas tenían que ser tan difíciles, ya estaba cansada de todo, toda su vida era un desorden, estaba harta.

Decidió que lo mejor sería ir a dormir, eso era el irse a dormir estaba reemplazando últimamente todas las comidas. Se recostó en la cama y se dejo ir junto con sus problemas.

Se despertó de un salto cuando escucho la puerta de la casa cerrarse de un golpe. Se levanto aun casada y bajo las escaleras, escucho ruidos provenientes de la cocina y cuando entro, vio a su papá comiendo un plato con cereal.

-Hola papá¿como estás?-al ver a su papá comiendo cereal se le abrió el apetito-¿Cómo esta mamá? Le pregunto mientras abría el refrigerador por algo de leche.

-No muy bien amor, ella pone todo de sí para mantenerse fuerte, pero en este momento le es difícil-

-¿Va a permanecer mucho tiempo en el hospital?-"dime que no, por favor dime que no" pensó.

-Si cariño, dos semanas, tal vez un poco mas-le respondió su padre mientras lavaba el plato donde había acabado de comer.

Mientras que su madre moría en el hospital su padre que olvidaba que ella moría lentamente en casa, sola… ella sabia que el sufría, pero el echo de que siempre la dejara de lado a ella se volvía muy doloroso para ella. Siempre había tratado de hablar con el sobre eso pero siempre terminaba con sus propias palabras atrancadas en la garganta.

-¿Papá?-logro decir con esfuerzo.

-¿Hmm?-contesto distante.

-es sobre Tomoyo-

-¿Qué paso¿Se pelearon?-

-se muda-

De repente sintió que podía sentarse a llorar, lo único que quería era que alguien la abrasara y le dijera que todo iba a estar bien.

-ya veo, eso esta muy bien- contesto sin entender muy bien lo que ella necesitaba.

Logro contener las lagrimas, su padre nunca había como su madre que siempre la comprendía, pero al menos se esforzaba, pero demás que en este momento el tenia muchos problemas como para que ella le añadiera otro mas.

"Mamá si sabría que decirme", pensó "sí tan solo me dejaran visitarla mas tiempo, parecía que cuando su mamá tuviera las palabras exactas para decirle, la estuvieran sacando de nuevo por su tiempo de visita se hubo acabado y nadie la escuchara".

-Voy a caminar una rato-si no salía rápido de esa casa iba a comenzar a gritar-¡hasta luego!-

-No te demores-grito su padre antes de escuchar la puerta cerrarse.

"Acaso no sabia que horas eran", ella sentía que estaba apunto de enloquecer como se le ocurría salir eran casi las diez de la noche¿era que no leía los periódicos?

La noche estaba limpia y dulce. Había una luna gorda y brillante que colgaba del cielo. Así que decidió dirigirse a un parque que estaba cerca. Allí los árboles rodeaban el lugar, había columpios, balancines, animales sobre resortes.

A Sakura le encantaba ir y recorrerlo, y sentarse en una de las tres bancas que rodeaban el sitio, se sentó en la que quedaba frente al kiosco que estaba en el centro del parque, el kisoko era como un pequeño y blanco palacio de una historia de la india.

La luz de la luna alumbro el kiosco, y ella descubro una sombra que no hacia parte de las sombras naturales del parque. Se asusto. Se agarro de la banca y con los ojos intento identificar que era la sombra, descubrió que era alguien, alguien estaba dentro del kiosco. Camino hacia la figura para poderla ver mejor, por un momento pensó en correr, pero le vio la cara en ese instante:

Era joven, más niño que hombre de tez clara y ojos profundos. La observo y se congelo como si le apuntaran con una pistola. Sus miradas estaban atrapadas en el otro. El poseía unos hermosos ojos ámbar, su piel clara que contrastaba con su cabello marrón un poco largo y despeinado.

Se dio cuenta casi con desesperación, que era hermoso. Las lágrimas aparecieron en sus ojos rompiendo así el hechizo, y él se fue corriendo, mientras ella se sentaba a llorar por todas las cosas perdidas.

Naoko Sakuma.