PENSAMIENTOS EN LA ARENA

Ok, ni ONCE o sus personajes me pertenece, se toman prestados por diversión sin ánimo de lucro por unos instantes.

Esta historia es un UA, bastante alternativo, donde no hay magia, Regina y Emma son compañeras de trabajo con una relación extraña que va más allá de los límites del compañerismo espero que les guste.

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Pensamientos en la Arena

Capítulo 1

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En alguna cabaña, en alguna playa, a media tarde

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Compañeras, sí, compañeras, esa es la palabra perfecta para definir lo que somos, en ella se encierra la lealtad, la pasión, el compromiso, la amistad, el amor, así es somos compañeras más allá de lo físico y lo real.

Cuando se vive en un mundo donde las riendas de tu vida son llevadas por todos menos por ti, cuando no sabes dónde está la verdad y comienza la mentira, cuando ponen trabas invisibles para impedirte seguir avanzando, mi compañera es todo lo que necesito para ver de nuevo la luz en el camino que se ha oscurecido con la única intención de no dejarte ver. Una compañera, es justo lo que necesito ahora, a mí compañera, la única que existe para mí, la única que no se desde cuando existe para mí.

Dos días atrás

Llego a casa, enciendo la luz que ilumina la estancia solitaria que me espera, como cada día dejo el abrigo en el perchero y paso directamente a la habitación, la luz del contestador está encendida, activo la grabadora y voy a ponerme algo más cómodo mientras escucho los mensajes.

"Hola es Regina, Ahora no estoy en casa, deje su mensaje"

"Regina es tu madre, ¿dónde has estado?, podrías llamarme para saber si estás bien, llevo días tratando de ubicarte"

Salgo de la habitación algo distraída, era viernes y quería hacer muchas cosas el fin de semana, más bien tenía que pensar en muchas cosas. Lo pensé detenidamente por un momento, sentía que debía irme un par de días, alejarme de la ciudad; algo me decía que podría encontrar respuestas a las constantes interrogantes que últimamente estaban más presentes en la mente y que me quitaban el sueño, pero antes tenía que planear muy bien las cosas para que Emma no comenzara una búsqueda al no encontrarme, quería estar sola, y últimamente gracias a Emma y al trabajo ni siquiera había tenido tiempo para mí como ya había ocurrido en repetidas ocasiones. Pero un fin de semana creo sería demasiado poco, un día más, necesito un día o dos más y se exactamente qué debo hacer para conseguirlo; suena a abuso pero mi jefe aunque trate de no demostrarlo siente un gran aprecio por nosotras y es reciproco, no obstante de nuestra parte tampoco lo expresemos muy a menudo. Así que tomo el teléfono y lo llamo, no tarda mucho en contestar.

- Diga – contestó con voz seria.

- Señor, es la Regina Mills, sé que no es una hora adecuada, pero necesito un favor de su parte.

- ¿Está usted bien Regina? ¿Pasó algo?

- No Señor, no pasa nada, debo ausentarme unos días por un asunto familiar y necesito un par de días de licencia.

- Claro, tómese los días que considere necesarios, lo arreglare todo, usted y su compañera, tienen mucho tiempo de vacaciones acumulado, así que no se preocupe.

- Gracias Señor – colgué el teléfono y respiré un poco aliviada.

La parte fácil ha sido superada, sigue la difícil, Emma y mi madre; llamo primero a Emma, preparé una buena serie de excusas para responder a sus preguntas pero todo se vino abajo cuando respondió la contestadora y no tuve otra opción que dejar un mensaje que sonaba más a una completa mentira.

-Hola Emma soy yo, emm, saldré de la ciudad unos días por un asunto familiar, algo que mi madre me pidió hacer, así que nos vemos a mi regreso.

Luego marco a mi madre, con ella el plan de habla, evade y cuelga es el único que puedo utilizar para tratar de salir bien librada.

- hola mamá, soy yo

- Regina, al fin llamas, trate de localizarte – en tono de regaño, igual al de siempre cuando he tardado mucho en hacerle saber de mí.

- Estoy bien mamá, no te preocupes, necesito que me hagas un favor.

- ¿Un favor?, ¿segura que no tienes nada?, no me mientas Regina – dijo preocupada mi madre, me conoce muy bien.

- Estoy bien mamá ya te lo dije, solo quiero que hagas algo por mí, saldré de la ciudad un par de días y no quiero que Emma se haga ideas que no son, le diré que me iré porque tú me pediste algo; podrías corroborar mi historia?

- ¿Y por qué tienes que mentirle a Emma? ¿Paso algo que no sé? Al menos a mí me dirás la verdad.

- Mamá solo quiero estar sola eso es todo y ya conoces a Emma.

- ¿A dónde irás? Al menos merezco saber eso. – le reprochó su madre.

- Aún no lo sé, pero prometo llamarte tan pronto este allí; así que cuento contigo, adiós mamá.

Y cuelgo la bocina antes de que mi madre pudiera decir algo más. Busco un número en la guía, hago otra llamada para rentar una cabaña junto al mar y luego voy a preparar el equipaje para los dos días que estaré fuera.

Cuando terminé de empacar las cosas necesarias, voy a la cocina y tomo un vaso de leche tibia para tratar de descansar un poco y luego, me dirijo a la cama, partiría un poco antes del amanecer previniendo que Emma tuviera el impulso de venir a buscarme.

El teléfono sonó pasadas las 11 de la noche como era costumbre, de seguro era Emma pero no levantaría la bocina, no quería hablar con ella en este momento, seguramente acababa de escuchar mi mensaje y llamaba para indagar mi destino, después de algunos repiques el teléfono dejo de sonar; seguramente se había imaginado que había partido aquella misma noche al ser la contestadora quien respondía al llamado.

El despertador sonó a las 5 de la mañana, me puse en pie y me aliste para partir, aún era de noche cuando emprendí el viaje hacia un encuentro postergado por mucho tiempo con mi misma.

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Un poco después de las 8 am llego por fin a mi destino, antes me detuve en un pequeño mercado en el camino para comprar alimentos suficientes para mi estancia en el lugar, no quería tener que desplazarme hasta que estuviera de regreso en la ciudad. Pensar, era todo lo que quería, pensar junto al mar que tanto quería, vine aquí con la intención de poner un poco de orden a mi vida, pero en qué sentido?, quería alejarme pero para qué?, por qué?, de qué?. Vine en busca de algo que me ayude a salir de la soledad asfixiante en la que vivo consumida, por mi propia estupidez y cobardía.

Arreglo todo cuanto he traído, ropa y víveres, cada cosa en su lugar; la cabaña constaba de dos habitaciones, una era la alcoba, bastante cómoda con un gran ventanal desde el cual podía verse el mar tan pronto abriera los ojos, la otra era un amplio salón con chimenea, un sofá y un par de sillones, junto a la entrada estaba la pequeña cocina y una mesa rustica, con un par de viejas sillas que hacían juego conformaban el comedor; luego de la pequeña inspección salgo a la playa, está casi desierta, el día está fresco ya que el sol se oculto tras algunas nubes que llenan casi todo el firmamento; descalzo mis pies, y hago contacto con la blanca arena hasta llegar cerca de la orilla y decido sentarme allí mismo; contemplo el mar, simplemente lo observo sin pensar, miro las olas chocar con la arena y el agua llegar casi a mis pies, su ir y venir me hipnotiza, me llena de una extraña paz, vació mi mente y voy olvidándome de todo poco a poco; pero unas risas me sacan de mi estado meditabundo, busco con la mirada de donde provienen los sonidos hasta que lo encuentro, veo dos pequeños niños corriendo por la arena, son como d años, se ven felices, sin ninguna pena en su corazón, simplemente ríen y juegan en la arena; luego una mujer de unos 35 años se une a ellos correteándolos y uniéndose a sus risas, un instante después un hombre sale a su encuentro y el cuadro es perfecto; sin darme cuenta unas lágrimas comienzan a caer por mis mejillas y la sensación de vació con la que llegue horas atrás vuelve a formar parte de mí. Me levanto y voy a mi cabaña para lavarme el rostro y frente al espejo sólo logro ver tristeza y soledad, una profunda soledad reflejada en la imagen del espejo. La escena anterior me recordó algo que nunca tendré, no de la forma en que quisiera.

No me había fijado cuán rápido corre el tiempo cuando quieres que vaya despacio, ya era casi la 1 y no había comido nada así que me prepararía algo ligero para continuar con el día.

La noche llego igual de rápido que la tarde y solo puede sentir lo vacía, que era mi vida, tenía mi carrera la que constantemente se veía amenazada, mi familia con la que sólo pasaba tiempo en las fiestas. ¿Amigos? Creo que no tenía ninguno, mi jefe que con sus actos había demostrado su lealtad y a Emma, quien devengaba todo mi tiempo; pero aún teniéndolos a ellos, sigo sintiendo que hay algo que me falta, algo que provoca esta soledad y aún no descubro por completo que es.

El viento sopla frió pero el fuego y una copa de vino hacen que conserve el calor, el sonido de los leños quemándose en la chimenea van al ritmo de la música y dejo mi mente volar igual que el viento.

Ya pasan de las 2 de la madrugada y hay algo que me impide dormir, he leído un libro, tomado leche tibia, pero nada parece funcionar hasta que miro sobre la mesa de noche y encuentro el por qué de mi insomnio, el teléfono y la habitual llamada a altas horas de la noche, la causa de mi desvelo como siempre es Emma, lo recuerdo y sonrió, y por primera vez desde que llegue siento paz, vuelvo a pensar en ella y poco a poco voy conciliando el sueño.

La mañana llega mucho más clara que la anterior, el sol brillaba en lo alto y el sonido acompasado del mar irradiaba calma, mi sentimiento de soledad seguía latente pero desde la noche anterior algo había cambiado, no sabía que era exactamente pero mi horizonte comenzaba a despejarse.

Vi de nuevo a aquella familia jugando en la playa y no pude evitar sentirme igual que el día anterior, solo que esta vez no llore, tal vez ya acepte definitivamente el hecho; y aunque nunca me veré en una situación como la que estoy observando, ni tendré una familia como esa, estoy segura de algo que ya tengo y siempre tendré. Recordé que no había llamado a mi madre como se lo había prometido, si no lo hacía seguro dejaría de corroborar mi historia, pensando que algo grave me ocurría por la forma en que me fui. Entro de nuevo y marco su número.

- Hola – escucho su voz algo angustiada.

- Mamá es Regina – le respondo

- ¿Donde estas? ¿Cuándo llegaste? - me pregunta con rapidez.

- Llegue ayer temprano, estoy bien no te preocupes, regresaré en un par de días. – contesto esperando calmar su ansiedad.

- Emma me llamo quería saber donde habías ido, le dije que fuiste a resolver un asunto familiar; pero no quedo muy convencida.

- Me lo imagino – era de esperar que ella no se creyera aquella historia tan trillada - Te llamo cuando regrese, adiós mamá – le digo tratando de cortar la comunicación tan rápido como pude.

- Como digas, hasta pronto Regina. – finaliza mi madre sabiendo que no obtendrá mucho más de mí.

Era de esperarse, mi madre dio una razón que nadie medianamente inteligente se creería y menos Emma, de seguro ya ha realizado un sin número de teorías y sólo está esperando un tiempo prudente para bombardear mi teléfono con sus llamadas y saturar el correo con sus mensajes. Tengo el teléfono apagado desde que llegue así que voy a revisarlo, lo saco del fondo del cajón y lo enciendo 18 llamadas perdidas 14 mensajes de voz.

Miro la lista de teléfonos, 16 de Emma y 2 de mi madre, y no tengo que pensar para saber de quién son los mensajes.

- Regina donde estas, llámame.

- Regina, soy yo, llámame estoy en casa, El jefe me dio días libres.

- ...

- ...

- Regina hable con tú madre, es tú madre pero no le creí una palabra ¿dónde estás?

- ¿Regina estás bien?, Sólo llama para saberlo.

- ...

- ...

- ...

- Soy yo. De nuevo, si no me respondes iniciaré una búsqueda intensiva.

- Regina, son las 2 AM y no puedo dormir, sé que eso no es una novedad. ¿Dónde estás, sólo hazme saber que en verdad estas bien?

Todos similares hasta llegar al final.

- Regina es definitivo, iniciaré una búsqueda, llame de nuevo a tú madre y me convencí más que algo te pasa.

En que estaba pensando cuando di una excusa tan estúpida, ya lo había hecho una vez cuando me fui con nuestro peor enemigo por nuestra investigación y el resultado no fue nada bueno. Debía llamarlo, en el fondo deseaba hacerlo, sólo marco su número en la memoria y ni siquiera repica una vez.

- Regina!

- Si Emma soy yo.

- ¿Dónde estás?, ¿estás bien?

- Sí, no te preocupes sólo quería pasar unos días alejada de la ciudad y de todo, nada más. – le dije.

- Por qué no me lo dijiste y punto. – me respondió entre aliviada y enojada.

- Ya te lo dije Emma, necesitaba unos días sola, es todo – respondo un poco exasperada.

- ¿Puedo llamarte en la noche?

- Emma aunque te diga que no, sé que encontraras una excusa para hacerlo. – le respondo dándole mi aprobación.

Ninguna de los das habla y digo lo primero que se me ocurre para romper el silencio.

- Así que el jefe te dio días libres eh, me sorprende que los hayas tomado sin titubeos. – le habló tratando de cambiar el tema.

- No los tomé como una niña buena Regina, me obligo a tomarlos, además la oficina sin ti no es la misma, el trabajo resulta aburrido sin ver tu ceja levantada al escuchar mis tonterías. – me dice y sé que está sonriendo.

- Vaya no me esperaba tanto – le dije haciéndome la sorprendida

- Realmente me asustaste Regina, creí que pasaría por lo mismo de nuevo.

Sé a qué se refiere, recuerdo su expresión, el enojo y el miedo en su mirada cuando regrese de aquel viaje al que arriesgué a ir sólo por terquedad, lo recuerdo perfectamente.

- Regina, Regina me escuchas – me llama y me devuelve a la realidad.

- Si Emma, sigo aquí, te escucho – le respondo indicándole que sigo con ella.

- Puedo saber cuándo volverás, si no te has enterado nuestra ausencia de la oficina se extiende a dos semanas y no me gustaría esperar 21.600 minutos para verte.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro, realmente puede ser encantadora cuando quiere sin proponérselo.

- Tengo que arreglar algunas cosas y ponerle orden a otras tantas en mi vida, así que no tengo una fecha definida para volver.

- Si yo hago parte de esas cosas quizás pueda ayudarte. Soy buena escuchando, he estado en terapia, así que puedo darte terapia.

Eres Tú, siempre Tú, lo eres todo Emma puedo pasar una noche contigo pero no me permito estar junto a ti cuando despiertas, siempre huyo; hasta puede parecer que te uso y luego te dejo de lado hasta que quiera usarte de nuevo y tú me lo permites, no sé porque lo haces, sólo me sigues el juego esperando que un día deje de huir de mis demonios y miedos y me encuentres a tú lado cuando abras los ojos.

- Si te necesito te lo haré saber, no te preocupes, estoy bien - Y ahí voy de nuevo, encerrándome en la urna de cristal inalcanzable a tus manos.

- Estaré atenta. – me responde.

- Hablamos luego Emma – le digo.

- Regina! – dijo apresurado antes que colgara el teléfono

- Si Emma - contesto

- Esperaré todo el tiempo que sea necesario, hasta que mi vida se extinga.

En ese momento cuelgo el teléfono, y salgo de nuevo a la playa ¿porque tengo que hacerlo todo tan difícil?, Es como Mary Margareth lo dijo, daría mi vida por Emma cuantas veces fuera necesario, pero no me permito amarla no como ella lo merece y yo lo necesito. Pero acabo de darme cuenta de algo, vine aquí no para poner en orden mis sentimientos hacia Emma esos ya los tengo muy claros, vine para buscar una definición de lo que somos en los convencionalismos sociales, pero nosotras no somos convencionales para la sociedad, somos compañeras en nuestra propia definición de esta palabra, una compañera, es justo lo que necesito ahora, a mí compañera, a la única que existe para mí desde una noche lluviosa en un hotel fuera de la ciudad hace muchos años. Pero ahora lo sé, aunque tenga miedo y huya escondiéndome en mi misma, ella estará ahí, esperando a que salga de nuevo, sin reprochar nada ni pedir más explicaciones que las que quiera dar, estará ahí para poner su mano atrás de mi espalada invitándome a seguir, siempre siendo un "caballero en brillante armadura"; aunque mi vida nunca llegue a ser como aquella familia que vi estos días en la playa, tendría todo cuanto pudiera desear. Era tiempo de dejar un poco al miedo de lado, de dejar de huir en la madrugada y hacer más alcanzable la urna y tenía una idea de por donde comenzar uno, dos, tres repiques.

- Diga – contestó de inmediato.

- Playa Coral cabaña No 13 – fue lo único que dije antes de colgar.

Ahora sólo tengo que esperar, ¿cuánto tiempo? Eso depende del tráfico.

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Estas semanas han sido realmente agotadoras y si eso lo digo yo que no suelo dormir más que unas cuantas horas, puedo imaginarme como se sentirá Regina. Estos últimos días ha estado más distante de lo normal, estoy seguro que ansia un baño de 8 horas seguidas y dormir hasta la primavera, es viernes y después de 4 semanas consecutivas de arduo trabajo tenemos un descanso, ella lo necesita en verdad, no ha dormido como es debido, en las mañanas puedo ver una pequeña sombra bajo sus ojos, la que trata de ocultar con algo de maquillaje; si le pregunto qué le pasa sólo recibo el eterno "Estoy bien" lo cual significa todo lo contrario.

Me encantaría poder entrar aunque sea por un momento, a esa parte suya que se empeña en ocultarme en una urna bajo 100 llaves, puesta en un pedestal, donde sólo se puede tener acceso, durante la milésima de segundo que deja su guardia baja, pero ese tiempo nunca es suficiente para alcanzarla.

Es viernes pero no quiero ir a casa temprano, está vacía y fría como siempre, prefiero dar vueltas en el auto que ella tanto detesta hasta que sea lo suficientemente tarde para que el mañana llegue pronto, sin darme cuenta como muchas otras veces estoy frente a tu casa; paso horas sentada mirando tu ventana sin atreverme a subir y hoy menos que nunca intentaría hacerlo, no quieres verme, lo sé por la forma en que te despediste esta tarde "Hasta el lunes Emma" ya sé que eso lo has dicho cientos de veces pero el tono de hoy era diferente, sonó a un muro de concreto, sonó a "No me molestes Emma, quiero estar sola" pero no puedo dejarte sola, no estás bien, no lo has estado en todos estos días, sé lo que perturba tú alma pero no puedo hacer nada para ayudarte si tú no me lo permites; sólo puedo esperar pacientemente.

Ya es tarde, aunque no mucho, regreso a casa y la luz parpadeante del contestador llama mi atención, dos mensajes, primer mensaje

" Emma tienes que ver lo que Leroy encontró, no puedo decírtelo por teléfono la línea puede no ser segura"

Quizás mañana me pase por allí para ver el motivo de tanto misterio. Segundo mensaje.

"Hola Emma soy yo, emm, saldré de la ciudad unos días por un asunto familiar, algo que mi madre me pidió hacer, así que nos vemos a mi regreso."

Se escuchaba algo nerviosa, marco su número pero es el contestador quien responde, pudo haber salido luego que me fui de su casa, intento al celular pero está apagado, miro el reloj y está bastante tarde para llamar a su madre. Tal vez es solo la paranoia habitual pero contaré las horas hasta que llegue el amanecer y poder hablar con su madre; esta noche dormiré menos de lo habitual.

No pude dormir formándome ideas de a dónde fue Regina. Recuerdo la última vez que dejo un mensaje de ese tipo en mi máquina. Marco el número y espero a que atienda Cora.

Hola - contesta

Sra Mills es Emma – le digo básicamente sin saludar

Hola Emma ¿cómo has estado? – pregunta efusiva

Bien Sra Mills. Quería preguntarle a dónde fue su Hija, me dejo un mensaje en el contestador pero no fue muy claro. – le digo sin rodeos

Ehh, le pedí un pequeño favor, ya sabes, fue a San Diego a solucionar algo con Zelena, lamento no poder seguir hablando contigo querida pero llaman a la puerta hasta pronto Emma.

Sólo escucho el beeeeeeep de la línea y ahora estoy completamente seguro que algo ocurre, Cora no sabe dónde esta Regina.

Voy a la oficina lo más rápido que puedo el jefe puede saber algo. Es sábado y los pasillos están prácticamente vacíos llego al 4 piso y voy directo a la oficina de el jefe, espero encontrarlo, no me cercioré si estaba antes de venir, pero en este momento no puedo pensar claramente, Regina podría estar en problemas mientras yo pierdo el tiempo haciendo llamadas en lugar de actuar. Toco la puerta dos veces y escucho un "adelante"

Buenos días señor

Buenos días Emma – dijo con su seriedad característica.

¿Sabe algo de Regina? – a él puedo hablarle con total confianza.

Me llamo anoche para solicitar un permiso, asuntos familiares creo. –respondió de forma directa

¿No le dijo nada más? – pregunté un tanto preocupado

No eso fue todo. ¿Pasa algo?.

No lo sé, no lo sé – respondo con la verdad, y es cierto, no tengo ninguna prueba de que algo malo pueda estar pasando con mi compañera en este momento.

Ya que esta aquí me ahorro tener que llamarlo, tiene dos semanas de vacaciones a partir de ahora al igual que su compañera; y no voy a aceptar ninguna excusa de su parte para no tomarlas.

Como diga señor, nos vemos en dos semanas. – respondí saliendo tan pronto como pude de la oficina.

Y lo último que veo antes de salir es la cara de asombro de El jefe por mi inmediata aceptación de alejarme dos semanas de la oficina; pero lo único que tengo en la cabeza es a Regina y ahora dispongo de tiempo suficiente para encontrarla, sólo espero no tener que necesitarlo todo.

He tratado de ubicarla de todas las maneras posibles pero como la vez anterior, que se fue de igual manera, no uso tarjetas de crédito ni dejo rastro alguno que seguir para encontrarla, puede que este exagerando pero no puedo evitar sentir que algo le pasa, aunque su vida no esté corriendo peligro alguno, ella no está bien.

Un día entero buscándote y no te encontré, una vez más no permites que llegue a ti. ¿Por qué haces todo tan difícil Regina? ¿Porqué simplemente no te permites que tus sentimientos hablen por ti?, ¿a qué le tienes miedo?. ¿Cómo puedes entregarte a mí una noche, permitirme llegar un poco más a tú alma, y al siguiente día cuando entras a la oficina, después de haber desaparecido en la madrugada, pretender que la noche anterior fue inexistente, como una noche de verano en el país de las Hadas; pero eso sólo lo pretendes, porque sé que por dentro tus fantasmas te acosan y no te dejan tranquila, tú mente racional choca con tú ardiente corazón y te debates en un dilema de sentimientos, yo te ayudo apoyando tú versión con mi silencio, al no hacer ningún comentario referente a tantas noches que te he tenido o a las mañanas que has desaparecido, porque tengo miedo que si digo algo tus demonios hagan que me alejes de esos instantes únicos, en los que creo alcanzarte en las interminables noches sin mañanas.

No recuerdo cuantas veces te he llamado o cuantos mensajes te he dejado pero tengo que sumar uno más a la lista.

- Regina, son las 2 AM y no puedo dormir, sé que eso no es una novedad. ¿Donde estas, sólo hazme saber que en verdad estas bien?

El sol entra por la ventana y lástima mis ojos, dormí menos que ayer, no pude dejar de pensar que algo te pudiera estar pasando en este momento, y no saber a dónde correr para rescatarte.

Hablo de nuevo con tú madre pero no me dice más que la última vez que hablamos, me convenzo que me está diciendo mentiras. Dejo un último mensaje en tu celular advirtiéndote que levantaré cada piedra hasta encontrarte, y antes que desate la tercera guerra mundial en tú búsqueda, llamas y creo que puedo empezar a respirar nuevamente.

Y escucho su "Estoy Bien", que quería estar sola unos días, le digo cuanto la extraño, no sólo estos dos días sino todos los días que no me deja tenerla y me saca de su vida, le digo el miedo que tuve por no saber su paradero y las paranoicas conclusiones a las que había llegado, le digo que la amo y que no puedo estar tanto tiempo sin verla y sin tenerla a mi lado, le digo todo esto a mi manera, esperando que me entienda como siempre lo ha hecho, esperando que derribe el pedestal y me permita entrar definitivamente y no a pedazos pequeñitos cada noche en que me muestra el cielo y luego me envía en la madrugada al infierno.

Pero una vez más me dejas de lado, no me necesitas, "Estas bien". Demonios Regina! Cuando dejarás de darme trocitos de tu vida, cuando permitirás que yo te de todo lo que puedo darte, lo que has recuperado de mi ser todos estos años.

Me despides, vas a cortar la comunicación pero no puedo permitir que te alejes nuevamente, no sin antes decirte que te pertenezco Regina, que yo continuo viva porque tú haces que así sea.

- Regina!

- Si Emma

- Esperaré todo el tiempo que sea necesario, hasta que mi vida se extinga.

Eso es todo colgaste el teléfono y me dejas de lado nuevamente sola esperando lo que tú quieras brindarme; sé que soy egoísta que te he dejado incontables veces de lado con la excusa de protegerte de mi loca vida, pero ya no quiero eso Regina, quiero que sepas cuando tengo miedo y no pueda dormir en la noche aunque no te lo diga con esas palabras, quiero que aunque me digas "Estoy Bien" yo pueda brindarte mi hombro y tú lo aceptes para sostenerte, quiero despertar y no temer abrir los ojos para confirmar que te has ido. Quiero que me digas "Te Amo" aunque no lo escuche con palabras, Quiero todo de ti y voy a tenerlo aunque tenga que esperar a llenar un saco con las migajas que dejas en el camino.

El sonido del teléfono me saca de mis pensamientos.

- Diga - contesto

- Playa Coral cabaña No 13 – dice su melodiosa voz

Y sonrió, me paro de la cama y me apuro a preparar un improvisado equipaje; ha dado un gran paso y tengo la certeza de que mañana cuando despierte, por lo menos estaremos en el mismo lugar así tenga que tapiar todas las salidas de aquella cabaña.

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CONTINUARÁ…

Bien esto es todo por ahora, espero sus reviews, es una historia corta así que tendrá otro capítulo más. Me excuso por los errores gramaticales y sé que es un UA MUY Alternativo y que pueden estás un poco OOC, pero bueno en los fanfiction se vale todo incluso escribir un SQ fic pensando en tu pareja favorita de agentes de FBI :) si llegaron hasta aquí, gracias por leer.