Hola! he vuelto con un nuevo fic!

Me inspiré mientras leía un fic por ahí, pensé ¿por qué suelen pintar a Hermione como una chica dulce, suave, frágil y casi débil, entonces pensé en crear una imagen de Hermione más adecuada a la época, las chicas somos valientes y osadas hoy en día y capaces de grandes odios, tanto como de grandes amores...

La Venganza

Hermione Granger se encontraba en su oficina, en el último piso del lujoso edificio ubicado en Wall Street, el corazón de Nueva York; estaba sentada frente a su escritorio, mantenía su vista fija, clavada en un diminuto pergamino que sostenía en su mano. Sus marrones ojos tenían un brillo oscuro que hacía presagiar un desastre. Llevaba su castaño pelo recogido, y su sencillo atuendo jamás hubiese hecho suponer la acaudalada posición que en ese momento esgrimía. "United Corporation" era su empresa, una empresa dedicada a las telecomunicaciones, había logrado construir su imperio en tan solo tres años, a costo de grandes sacrificios, y de una dura carrera en la que había tenido que demostrar ser despiadada y cruel, y su vasto intelecto le había venido a bien en sus propósitos. Pocos conocían la identidad de la dueña de las empresas, ella prefería mantenerse en el anonimato, había planeado cuidadosamente cada detalle de su vida y de lo que sería, su venganza.

Apretó el botón del intercomunicador.

-Melissa, dile a John que le necesito aquí en una hora- le espetó, con una voz que no admitía réplicas.

Era conocido el pésimo humor de la dueña de las empresas y se sabía que no debías cruzarte en su camino si su desayuno no había sido el adecuado. John Marple era su asistente personal, Hermione delegaba en él grandes responsabilidades que le permitían mantener su anonimato, aunque tras todas las negociaciones, estaba ella moviendo los hilos, como si de títeres se trataran, conquistaba una meta y siempre estaba lista para la siguiente.

El joven era ambicioso, tenía un aire latino en sus facciones, extremadamente intuitivo y astuto, cualidades que habían hecho a Hermione elegirle como su mano derecha. Pese a ser exageradamente codicioso, John Marple era leal con su jefa hasta los huesos, la admiraba profundamente y la amaba en secreto, nunca había conocido a una mujer igual, tenaz, soberbia, franca y fría, cuando de negocios se trataba. La verdad es que tenía un genio de rayos, pero hasta eso a él lo enloquecía, sin embargo mantenía una actitud parca y distante frente a ella, éso, era parte de las exigencias del cargo.

Hermione cogió el móvil que tenía a su lado, se había distanciado enormemente del mundo mágico, sólo mantenía algunos contactos que le eran útiles y que había logrado en su época de auror. Marcó un número que conocía a la perfección y esperó a oír la voz al otro lado. Cambió su habitual tono autoritario, a uno que se asemejaba más a la Hermione Granger que su amigo muy bien conocía.

-Harry-respiró para calmarse-le hemos encontrado, ésta vez, no escapará- y una pequeña lágrima agónica, surcó su mejilla.

-Hermione ¿estás segura que quieres continuar con esto?-

Su voz se volvió a endurecer – sé lo que quiero y sé adonde voy¡me arrebató todo!- tomó una bocanada de aire para calmar su genio- Harry, si quieres bajarte, ahora es el momento, después no podrás volver atrás-

-sabes q no lo haré, Hermione- la chica sintió un gran alivio en su alma al oír su sincero apoyo – estaré contigo hasta el final, es lo que prometimos hace 3 años y si ahora es el momento, terminaremos lo que iniciamos…-esperó un minuto para que la chica pudiese asimilar que tendría su soporte, pasase lo que pasase; pero debía sugerirle lo que consideraba correcto – sólo que creo que sería mejor que esto se lo hubieses dejado a las autoridades, el ministerio te hubiese respaldado, yo mismo hubiese liderado las…- y fue cortado abruptamente por la voz sólida de Hermione.

-esto es algo entre él y yo, lo sabes…no volveré a dejar en las ineptas manos del ministerio, algo tan importante- ya no podía controlar su mal talante.

-Hermione-susurró Harry al otro lado, conocía perfectamente los padecimientos de la chica, pese a eso, sentía que la persona que estaba al otro lado del auricular, era una extraña.

-Reservé en el traslador de las 20:00 hrs. –hizo caso omiso del ruego de su amigo-, estaré en Londres esta noche, mañana debemos juntarnos a desayunar-

-Mione- suspiró, él había decidido su camino el día que la encontró perdida y agonizante en un hospital muggle en Francia, había jurado ayudarle en su venganza - será como la vez anterior, en un barrio muggle, no querremos levantar sospechas-

-Ahora ése es tu terreno, Harry, tú debes elegir el lugar, Londres para mi es un gran desconocido, ya no pertenezco ahí.-

-Te llamaré esta noche, para revisar que hayas llegado bien y notificarte los detalles-

-Está bien, yo me encargaré de Neville, está en África buscando una "famosa" planta que se supone la utilizó Flamel en sus experimentos- jamás podría entender la poderosa pasión que esgrimía el auror, en lo que a herbología suponía; sin embargo, ése era un punto fuerte de su labor, nadie conocía las propiedades de las plantas mágicas y no mágicas como Neville Longbottom – tú debes contactar a Ron-

-así lo haré, Hermione – y el Harry adolescente brilló como desde hace mucho no lo hacía a través de sus verdes ojos – lo haremos - concluyó, lejos quedó el precavido adulto en el que se había convertido.

Guardó su móvil en un cajón y luego tomó un pergamino para garabatear una escueta nota. Se la pasó a la lechuza marrón que descansaba en el alféizar de su ventana, esperando la respuesta y le depositó unos knuts en la bolsita que le colgaba en su cuello.

John apareció a la hora convenida, su esbelta figura se ciñó en el umbral de la puerta hasta que ella le hizo una seña para que entrase.

-John, necesito que te hagas cargo de las empresas por un mes, estaré fuera de Nueva York… en este sobre están las instrucciones, sólo si es algo urgente podrás contactarme en este número – y le entregó un pequeño papel con un número de móvil escrito, y un sobre perfectamente doblado – quiero que las negociaciones para absorber esa empresa en México queden concretadas, no necesitamos a todos sus trabajadores, elige sólo a algunos para que sean la cara de la empresa y así evitaremos las murmuraciones; y no olvides las exportaciones a Oriente, el mercado en ese lugar es incipiente.- le dijo, casi sin mirarle, mientras continuaba revisando algunos papeles sobre su escritorio.

- Srta. Granger, se hará como usted ha dicho – guardó un pequeño silencio, antes de continuar – pero hay una junta con los accionistas la próxima semana, deberá decirme qué espera de mí, usted es quien siempre las preside, se extrañarán de no encontrarle-

La chica desvió por un minuto la mirada de sus papeles y clavó sus firmes ojos en la atractiva tez canela de su asistente – no me defraudes, John, tú bien sabes lo que debes hacer y decir, espero que estés a la altura de este nuevo desafío – y por un pequeño segundo, desconfió de su fiel y escrupuloso asistente. Sosteniéndole la mirada le entregó la carpeta negra en la había estado trabajando hasta ese minuto – aquí encontrarás el tema que debes tratar con los accionistas, revisa bien los detalles, quiero que todo salga perfecto – y le hizo una pequeña seña para que supiese que debía retirarse, ella quería estar a solas.

Harry seguramente contactaría a Ron, los 4 se habían separado como estrategia para la venganza que habían concebido en el fondo de su alma, el dolor los unía. Ron tenía un partido importante al día siguiente, lo había leído en "El Profeta", era un partido en Noruega. Sabía que aún así, el chico asistiría a la cita, volverían a verse.

Se dirigió a un armario que se encontraba en su oficina, murmuró un complicado hechizo para abrirle y del último cajón sacó una vasija... necesitaba pensar, necesitaba aclarar las ideas, tanto tiempo esperando ese momento…. se había alejado deliberadamente del mundo mágico, refugiándose en el mundo muggle, simplemente se había esfumado; cada paso que habían dado hasta ese minuto había sido bien planeado, calculado fríamente, concebido para un fin; y ese fin estaba cerca. Aproximó la vasija a la mesa que estaba en el centro de unos hermosos sofás de cuero negro, y se sentó; acercó la varita a su sien y sacó una delgada línea plateada que dejó caer en la vasija, su pensadero. Quería recordar el inicio de su pesadilla, el momento exacto en que su vida había dado un giro y se había puesto a merced de su verdugo…en el borde de la vasija, flotó un papel que llevaba un título que leyó.

-La misión – murmuró Hermione - todo empezó cuando acepté esa misión.- y suspiró, no pudo evitar volver a imaginar la tranquila vida que seguiría llevando en Londres, si nunca hubiese aceptado ese trabajo.

Bueno, hasta aquí les dejo, espero que les guste este capítulo. Espero sus reviews