Personajes: Silver Fullbuster, Gray Fullbuster.

Desclaimer: Ningún personaje me pertenece, todos son de Hiro Mashima.

Aviso: Este fic participa en el Reto Especial de Aniversario: La Arena de los Grandes Juegos Mágicos del foro Grandes Juegos Mágicos.


Las indicaciones a seguir para esta batalla son:

Arco: Saga Tártaros: Gray vs. Silver.

Emoción: Culpa.


Pi roig


Desde el momento que se cruzó con Gray —o más bien, desde que supo vivo a su hijo— Silver sintió una vergüenza desacostumbrada. Un tipo de miedo atroz, que le intentaba hacer agachar la mirada.

Pero, de una forma u otra, al final no pudo caer ante su debilidad. Ya que el lugar donde estaba —y quienes estaban en él— no vacilaría en descartarlo dado el caso. También, en ese momento, al estar frente a frente a su hijo; sabía que el compadecerse de sí mismo, era una falta de respeto para todo lo que llegó a ser Gray.

En ese momento, siquiera se sentía capaz de sacarse la careta y presentarse como un padre. No podía, porque le había fallado. Silver no pudo defender a su familia en su momento. Él no pudo sostener en brazos a su hijo y consolarlo. En cambio, solo se volvió una asesino; hambriento de venganza en poder. Un ser mezquino, que no merecía un abrazo. O las palabras reconfortantes del último ser querido que seguía en pie.

Es más, en el presente, su hijo le demostraba lo inútil que era como padre. Ya que gracias a sus estúpidas provocaciones, estaba dispuesto a dar su vida, de la misma forma que aquella mujer que usurpó su lugar en el pecho de su hijo.

Y entonces quería gritar, llorar, pedir perdón, hacer lo que sea con tal que Gray, no acabe el acto y muera por una absurdez.

A ello intentó provocar otro tanto más, hacer entender que ese sacrificio no era válido, y hasta era insulso. Intentó apartar esa mala idea de la cabeza de Gray. Intentó no volver a perder algo importante en su vida —o esta no vida— y sumarse piedras en la espalda. No darse más culpas por las cuales lamentar.

Pero al parecer el acto sería terminado, y él estaba ahí, impotente, sin hacer nada. Lo peor es que esto no era algo nuevo.

«Perdóname Mika. Perdóname, otra vez fui inútil, es más ahora lo arruiné».

Se resignó para cuando sería el fin de él y su hijo, pero no. Gray había crecido y ahora era un chico magnífico que haría todo lo que él no. Tendría las victorias que él nunca soñó obtener. Y entonces, no hubo sacrificio innecesario, solo recibió el golpe que merecía.

Ante este nuevo acontecimiento, pasó algo aún más fantástico:

—¿Piensas que no lo notaria? —Dijo Gray, intentando mantener la calma— ¿Por qué…? ¡Mierda! Tú no eres Deliora, eres mi padre.

Silver aun recordaba al pequeño niño que dio por muerto. Recordaba sus sonrisas y la vocecilla chillona que tenía. Recordaba todo de ese infante. Y ahí aun con la satisfacción de haber dado la semilla para algo tan fantástico; volvió a culparse por no haber sido parte de la vida de ese chico.


469 palabras.


Esto lo he hecho de corrido en menos de media hora, así que si hay errores u horrores ortográficos, juro que lo siento mucho, el tiempo no me da abasto en este momento, y mi flojera me impidió el hacerlo más rápido.

En lo demás… bueno espero haber cumplido con todos los requisitos y no haber cometido mucho Ooc. Hasta otra.