Disclaimer: Todos los lugares y personajes conocidos pertenecen a J.K. Rowling.

Dedicado a: Laura, que se preguntaba por la foto de los merodeadores en la habitación de Sirius.

././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././.

Escuchar la radio era el extraño método de Ron para mantenerse en contacto con lo que ocurría en el mundo mágico, o como Hermione decía, quizá sólo era que necesitaba saber que ninguno de los suyos se contaba entre los caídos. A veces Ron olvidaba que Harry los consideraba suyos también, pero no creía poder soportar el día a día reteniendo el aliento cada que un nombre iba a ser pronunciado.

No estaba seguro de cuál era el escape de Hermione, y no deseaba preguntar. Suponía que cuando se perdía en el bosque, y regresaba con los ojos llorosos, era porque había estado pensando en sus padres, dándole vueltas a todos esos recuerdos que ahora eran sólo habitaban en su memoria. Hablar con ella hubiera sido demasiado, tal vez sólo consiguiera que se derrumbara esa muralla que parecía haber construido con tanto esfuerzo para mantenerse firme; no podían darse el lujo de hacerla caer, la necesitaban demasiado.

¿Qué hacía él?

Pensaba, todo el tiempo, sin descanso. En parte para entretenerse, y también porque a lo mejor y repasando una y otra vez cada cosa que rondaba por su mente, podrían encontrar las respuestas que le hacían tanta falta.

Pero cuando sentía que su cabeza iba a explotar, que la frustración iba a ganar la batalla, recurría a cualquier recuerdo precioso que le inspirara un poco de esa paz que tanto necesitaba. Y gracias a los días pasados en Grimmauld Place, tenía varios que llevaba como si fueran un tesoro; entre las ropas y en el corazón.

Si le tocaba guardia fuera de la tienda, a solas, sacaba la carta de su madre dirigida a Sirius que encontró en el que fuera su dormitorio, y la fotografía mutilada en la que sólo se podía ver a un niño pequeño y su padre. Olía la tinta reseca, imaginando a Lily sentada mientras redactaba esas líneas, y se le aguaban los ojos al ver la sonrisa de James.

Y estaba la otra foto, esa que no pudo arrancar de la pared por más que se esforzó, la que no mostró a Ron, ni a Hermione como hubiera deseado, porque no creía que pudieran comprender todo lo que le inspiraba, y no deseaba cargarlos más con sus ideas. Era algo muy suyo, sentía que en cierta medida fue un guiño más de Sirius para él.

Encontrar ese retrato de los merodeadores en un lugar de honor de la habitación de su padrino, le paralizó por un momento el corazón, echándolo a bombear de nueva a mil por hora.

Le bastaba cerrar los ojos un segundo para rememorar la imagen al detalle; cada gesto se le quedó grabado en la memoria tan vivamente, que casi parecía como si no hubiera hecho más cosa que verla, hora tras hora.

La sonrisa inmensa de su padre, con el pelo alborotado; esa estampa tan soberbia de Sirius, que parecía listo para salir a comerse el mundo; Remus, tan joven y frágil, con ese aire cálido que emanaba al sentirse querido y aceptado; hasta Peter, ese que alguna vez fue sólo un muchacho temeroso que admiró tanto a sus amigos, tal vez demasiado, porque de haber forjado su propio carácter, sus decisiones habrían sido muy distintas.

Y así, en los momentos más tristes, en la soledad, sostenía esos recuerdos que había obtenido de forma milagrosa, pensaba en esa foto, la que no tenía, la que continuaba en la Casa Black, y se prometía una y otra vez que de salir vivo de esa aventura, iría por ella, para verla nuevamente, compartirla con sus amigos; debía mostrarles a los merodeadores, cuando aún eran felices, y apenas empezaba el mito.

././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././././.

N.A. Me da tanta pena cuando pienso en los merodeadores, y también eché en falta esta foto, así como la de Harry con James, y la carta de Lily. Espero que les gustara.