-¡Venga Kate que se nos escapa el autobus! - Dijeron mis amigas a las vez.
- ¡Ya voy mandonas! - Que caracter tienen, pensé.
Hoy hemos tenido una mañana maravillosa. Fuimos a la piscina pública a darnos el primer baño del año y he de decir que el agua estaba estupenda. Ahora estamos de vuelta en el bus cuando de repente un chico se acerca a mi.
- Oye, ¿me das pipas? - Me preguntó un chico de unos 19 años.
- Ehhh... si claro, toma - Le dije mientras le ofrecía mi bolsa de pipas.
Y ahora como si lo hubiese invocado se empezaron a acercar todos sus amiguitos a pedirme pipas y yo evidentemente no voy a decirles que no, así que empiezo a repartir pipas cuando de pronto veo a un chico de ojos azules, los ojos más bonitos que he visto en mi vida. El chico no deja de mirarme y yo estoy igual que él.
- Kate, ¿estás bien? - Me pregunta Lanie con una sonrisa en la cara.
- ¿Yo? Si, es.. estoy bien. - Contesto un poco nerviosa.
De repente el chico se acerca a mi y me pregunta si le puedo dar pipas.
- No - Le digo con una sonrisa en la cara.
- ¡Toma esa Rick! - y todos sus amigos se empezaron a reir, mientras él me mira riéndose también.
- Buenos chicos ha sido un placer conoceros - Dice Lanie dirigiéndose a un joven de piel morena - Pero nos bajamos aquí.
- Hasta Luego - me despido de todos los chicos a los que he conocido pero antes de bajarme me doy la vuelta mirando por última vez al chico de ojos azules y él con una preciosa sonrisa se despide de mi levantado la mano.
Una vez que nos hemos bajados del bus vamos de camino a nuestras respectivas casas pero no dejo de pensar en él, es perfecto - me dije a mi misma.
- Creo que deberíamos ir al cine de verano esta noche, ¿te apetece? - me pregunta Lanie.
- Perdona, ¿qué? - Contesto un poco nerviosa porque en mi cabeza sólo aparecía la cara de Rick, creo que se llamaba así, Rick... que nombre más bonito, pensé.
- Kate, ¿qué te pasa? Llevas todo el camino distraída - Dice Lanie con una sonrisa pícara en la cara - No será por ese tal Rick, ¿verdad? - Contesta sin poder quitar esa sonrisa porque ve que me he puesto roja como un tomate.
- ¿Qué? No, no.. yo pensaba en que... si, en que deberíamos ir al cine esta noche - Dije casi atragantándome por la rapidez en que había soltado la frase.
- Ya, seguro, oye ¡que si te mola el chaval no pasa nada!
- Lanie no seas pesada - contesté a punto de enfadarme.
- Vale, vale, pero no te pongas así que era broma - Tus bromas ya me las conozco yo, pensé - Bueno a las 20:00 te veo en la plaza y así nos vamos juntas al cine - Contesté a punto de llegar a casa.
- ¡Perfecto! - Me gritó dándose la vuelta de camino a su casa.
Cuando entré en casa lo primero que hice fue ducharme con agua fría, lo necesitaba y como no, la imagen de Rick no se iba de mi cabeza. Maldije en voz baja porque Lanie sabía que me había gustado y empecé a reírme. Ella es como mi hermana, la quiero muchísimo pero hay momentos en los que me gustaría estrangularla por darse cuenta de cosas como estas.
- Kate, a comer - Me gritó mi madre desde la cocina.
- Ya voy - Contesté saliendo de la ducha y vistiéndome para ir a comer.
Estando todos en la mesa nos empezamos a contar cómo nos había ido la mañana y otra vez esa sonrisa apareció en mi cara y la borré rapidamente para que no se dieran cuenta mis padres y miré a mi hermano, no dejaba de mirarme con una sonrisilla y me asintió con la cabeza como diciéndome que no diría nada y le agradecí y seguimos comiendo.
