Hola a todos! Sé que no he estado mucho por aquí y lamento mi ausencia... Sólo que he estado muy ajetreada U.u Sin embargo, la página "Por los que leemos fanfics de dragon ball" ha lanzado un reto para este mes conocido como "7 esferas" y no dude en participar; siempre me es emocionante escribir sobre Goku, a pesar de que a veces lo saco de contexto...

Sin más, les dejo esta primera esfera... "Amor"


A mi lado

El sonido del reloj crispaba sus nervios, tensando los músculos de su espalda, manteniéndolo en posición de defensa; no sabía que sucedía, pero la tensión acumulada en su cuerpo le impedía respirar con tranquilidad… Sus ojos recorrían la habitación, buscando señal alguna que indicara, una pausa en el tiempo, un indicio que le gritara los años en que estuvo ausente, no generaron más cambios de los ya presenciados. Las paredes seguían teñidas de tonalidades cremosas, que sonreían al recibir la luz de la luna; las flores, que Milk día a día recogía, continuaban adornando los muebles, como lo habían hecho cada mañana desde su boda, y sus prendas, esas que en el otro mundo nunca tuvo que usar, aún aguardaban en el closet, esperando ser nuevamente de utilidad.

Quizás, el que todo siguiera igual era lo que provocaba el nudo formado en su estómago, pero sabía, se equivocaba; no era la melancolía por verse rodeado de viejos recuerdos aquello que lo mantenía así, eran los recuerdos nuevos, que no se permitió vivir y que, discretamente, gritaban su ausencia dentro de esas cuatro paredes. La habitación si tenía un gran cambio, ya que, ahí donde él había dejado una repisa con pocas fotos de su familia, descansaban muchos más retratos, en los que él ya no era pieza fundamental para que la fotografía fuera tomada… Ya no era importante estar de pie, frente a la cámara, alguien más tomaba su lugar… Alguien que, en la habitación contigua, aguardaba el amanecer, para descubrir que era un papá.

Pasó una mano sobre su cabello, como solía hacerlo al hallarse nervioso, sin embargo, era un gesto desesperado, un afán por no tratar de imaginarse la historia de esas fotos, el por qué era un momento que debía ser recordado con algo que jamás se pudiera borrar, por no enlazar las fotos que iban desde un embarazo, hasta un entrenamiento para el torneo pasado. En cambio, era lo único que su mente hacía, coloreando sus pensamientos de todo lo que dejó al instante en que prefirió morir, arrastrándolo a conocer el aguijoneo de la culpa y de lo que significaba un verdadero dolor, que se expandió en plenitud cuando un pensamiento que jamás lo había atacado, brotó cual serpiente venenosa a una inocente presa.

Después de siete años, regresó a su hogar, con todos recibiéndolo con los brazos abiertos, esperanzados de que fuera un instante eterno, con la ilusión a flor de piel de retomar el significado de una familia, sabedores de que cada noche, al volver de la rutina, en la mesa se platicarían aquellas anécdotas que vivieron juntos, y de las muchas más en las que él no estuvo presente, sin intención a algún reproche, más bien, con la voluntad de darse a conocer tras no ser los mismo de ayer. Pero, ¿Qué hubiera sido de él de no ser así?, ¿Qué hubiera pasado si tras la batalla de Cell, no sólo hubiera perdido la vida, sino también a su familia?

Nunca lo hubiera pensado, de eso estaba seguro, sin embargo, el ver a Goten ocupando su lugar, lo alertó, le dio una señal que desencadenó un terrible miedo, porque era su hijo quien ocupaba ese sitio, cuando, pudo ser otro hombre… Conocía a Milk, y sabía que cada noche, ella le recordaba su ferviente amor, y que juró morir antes de vivir sin él, más, también conocía a Bulma, quien fue capaz de viajar a través del universo deseando revivir a Yamcha, a quien lloraba con desconsuelo su muerte, para después formar una familia con otro hombre, ese a quien tanto decía odiar… Y por muy poco que comprendiera a las mujeres, creía entender, que su corazón era tan inmenso, que siempre podrían amar a alguien más, y que eso, no significaba estaba mal…

El nudo en su pecho creció desmesuradamente, empujándolo a rememorar, a hacer eso que muchos creían no hacía, pensar, y lo que pensaba, lo arrastraba en el mar inmenso de una desesperación, haciéndolo naufragar en los recuerdos de su boda, sobre todo, en esas palabras, que no entendió y que creyó vacías y sin sentido, pues, en ese tiempo no sabía que era el amor… "Esta es una unión eterna, que sólo la muerte podrá separar"… Eso hizo su garganta se secara en segundos, y su piel perdiera el poco color que logró mantener… Él ya había muerto… Su unión había terminado… Ella pudo haberse unido a alguien más… Y tal vez, en esas fotos, ella sonriera a alguien más… No lo hizo…

Su corazón palpitaba como lo hacía en medio de una batalla, y el terror estaba tan encarnado en su ser que inundó de lágrimas sus ojos, mientras su imaginación, lo ponía a merced del dolor… Quizá el no estuviera ahí, tal vez Gohan ni siquiera lo hubiera escuchado, era posible que Goten le dijera papá a alguien más… Probablemente Milk le haría cena a alguien, que por las noches entrara con un maletín, platicando todo lo que le sucedió en su trabajo… Con seguridad, ellos serían mucho más felices… La cuestión era el por qué su vida no era así, por qué ellos, ella seguía a su lado, si él nunca fue lo que ella soñó.

Eran tantas las preguntas que habían en su mente y ninguna que pudiera contestar, encontrándose bajo el dilema de si su regreso era mucho mejor decisión que la de seguir muerto, y no lo entendía, porque no concebía su vida sin ella, y aun así, se preguntaba porque ella no eligió a alguien más... Su cabeza era un verdadero conflicto, entre lo que pudo haber sido y lo que era, entre los siete años que estuvo lejos y los pocos días que llevaban juntos… Entre la destrucción del mundo y el fin de su mundo… Porque en ese torneo los encontró ahí, pero, pudo que sus amigos le informaran, Milk se enamoró de alguien más… Y él ya no tenía lugar en su vida…

Tan perdido se encontraba en su sentir, que lo sobre salto oír la puerta abrirse, y más ver a una Milk, que no veía desde su llegada, quizás por las circunstancias de la misma, o tal vez, porque ninguno de los dos confiaba en lo que el tiempo había creado en sus sentimientos... De una manera similar a lo que sucedió la noche de su boda… Pero siendo muy diferente a su vez, porque ese día, lo que sentían eran nuevos y ahora, sus sentimientos resurgían tras siete años cautivos… Su cabello caía cual cascada en primavera, contrastando con el pálido color de su piel, en la cual resbalaban gotas de agua que la toalla no pudo quitar, la misma que dejaba a la vista el esplendor del cuerpo femenino, que tras dos hijos, contaba con unas cuantas estrías, olvidando sus nulas imperfecciones, para volverse el perfecto ejemplo de ser mujer…

Los pómulos de su mujer resguardaban un ligero rubor que el vapor del baño asentó, acrecentándose al sentirse observada fijamente, sin embargo, más allá de la timidez que la corroía, una incertidumbre se dibujaba en los ojos de la chica, pues le regresaba la mirada que él con tanto anhelo le dedicaba, de distinta forma, claro, pues él la veía como si fuera una imagen que desaparecería al cerrar los ojos y eso, más el salto de un ser experto en leer movimientos, hacían ella lo observara con mil interrogantes y dudas… Temerosa de su reacción, e inhibida de que su cuerpo estuviera cubierto sólo desde el inicio de sus pechos hasta el final de su trasero, tomó asiento a su lado, ese del que no se había movido a pesar de los minutos que ella tardó en la ducha.

Él sintió su cuerpo tensarse aún más de lo que estaba… Era su primera noche en casa, era su primera noche en la habitación y era su primer momento a solas con ella, donde su cercanía era completamente diferente a la que tuvieron en el templo de Kaiosama… El nudo de su pecho aumentó al verla así, tan bella, tan frágil… De verla como únicamente se mostraba ante él… Como nadie jamás la vería… Y sus neuronas le gritaban incesantemente que si nadie más la veía así, era porque ella así lo decidió, porque si ella lo hubiera querido… La muerte sería la excusa perfecta para no estar junto a él…

-El baño sigue caliente… Puedes darte una ducha si lo deseas- La voz de Milk inundó por completo sus sentidos, alterando su sistema nervioso, creando una atmósfera que nadie podría tolerar, dejando en desconcierto a la chica, quien brindó un bajo suspiro, el cual el fingió no escuchar... Y no porque hubiera desinterés de su parte, sino porque no sabía cómo actuar, no sabía que decir y menos al no saber cómo sentirse después de todo aquello que pensó, sin darle alguna conclusión… ¡Por Kami que no entendía nada de lo que pensaba!... Si ella seguía a su lado, ¿Por qué se sentía tan miserable?...- Lo lamento…- Sus cejas se levantaron de inmediato, sorprendiéndose de las palabras que ella le brindaba… ¡Kami!... Fue él quien la dejó y fue por él, por quien ella nunca volvió a amar…- Nunca te entendí… No fui capaz de aceptar tu naturaleza… Por eso te perdí… Si hubiera sido más tolerante, si no gritara tanto… Si no fuera tan yo… Tú no hubieras decidido morir…

-¿Por qué sigues aquí?- Sus manos temblaban exactamente igual que lo hicieron la primera vez que la tocó, de manera tan íntima, como sentía lo estaba haciendo, al limpiar las lágrimas de esos ojos, que al verlos supo lo seguían cautivando… Las palabras de la chica resonaban en su cavidad craneal, alejándolo de la tristeza y amargura que lo estaban embriagando, haciéndolo aterrizar en la frustración de haber preguntado eso, en vez de decirle todo lo que pensaba de ella… De negar lo dicho por ella y expresarle, que si murió fue para brindarle un mundo mejor… Para que viviera, aunque fuera con alguien más, con tal de verla feliz…

-¿A qué viene eso? O sea, ¿A qué te refieres?... ¿Qué sucede?...- Verla, tan confundida, temerosa, hizo sus impulsos reaccionaran como solían hacerlo solamente dentro de esas cuatro paredes; sus brazos rodearon el frágil cuerpo de la chica, abrigándose en el calor que aún emanaba el baño dado, acariciando la bella espalda de la mujer, quien sorprendida del actuar de su marido, correspondió dicha caricia, como si se aferrara a los sueños que a su muerte vio perdidos… Y eso, hizo que él, comprendiera que no hubiera regresado a la vida, si ella no estuviera junto a él… Porque ella, era la única vida que necesitaría, aunque ese sentimiento, quedara exclusivamente dentro de él…

-No estuve durante siete años y aun así estás aquí… Es como si tu vida hubiera escapado y tú no hicieras nada por detenerla…- Calló al sentir las manos de la chica en su rostro, logrando sus labios se cerraran y sus ojos hicieran esa conexión que sólo la luna podía contemplar… Sin entender, su mente le dibujo la misma escena, sólo que alguien estaba en el lugar, donde se suponía él se encontraba y hacía algo que a él aún lo sonrojaba, descolocándolo y creando un escalofrío, que logró pusiera distancia de ella; Milk, percatándose de una parte de la situación, reaccionó como lo había hecho siempre, con rapidez, impidiendo él se alejara de su lado, reteniendo su rostro en sus cálidas manos…

-Cuando Gohan me informó tu muerte, fue cuando mi vida escapó… Estaba perdida e hice muchas cosas para odiarte… Quería odiarte, pero, ¿Cómo puedo odiar a quien he amado toda la vida?... Era ir contra mi propia naturaleza… Y luego… Descubrí que estaba embarazada…Así que, sin considerarlo, tú me mataste y me regresaste a la vida… Me ofreciste el cielo, poco después de habérmelo arrebatado… Estoy aquí gracias a ti… Y es el único sitio donde quiero estar…- Tal vez esa respuesta no era la que quería escuchar, pero, no podía esperar nada, si no explicaba que era lo que realmente quería oír, sin embargo, esa respuesta silenció una gran pregunta que mantenía en su corazón…

-Después de mi muerte, debió ser realmente difícil criar dos niños, mantener un hogar… Hacer todo lo que nunca hice en mi rol de esposo… Y eras joven, hermosa; cualquiera hubiera sido dichoso estando a tu lado… Pudiste formar una familia con alguien más… Seguramente cualquiera aceptaría a los niños con tal de tenerte… Y no es así… Me esperaste siete años y ni siquiera sabíamos que podría revivir… ¿Por qué?...- Los brazos de Milk se apartaron de su cuerpo, cruzándose sobre el pecho su pecho, gesto que él interpretó como enfado, sin sospechar, que mover su cuerpo, la mantenía distraída del llanto que amenazaba por salir… Ella no podía entender que él preguntara eso, cuando lo único que ella hacía era proclamarle su amor… Mas, al verlo, supo él necesitaba oírlo de nuevo, porque sí lo sabía… Era algo que no pudo haber olvidado, porque, él no dudaba de ella… Dudaba de sí mismo…

-Quizás, porque te amo… O porque soy muy tonta… Cualquier opción es correcta, tómalo a consideración…- Él sonrió como niño pequeño en dulcería, guardando en su pecho el sentimiento que brotó al oírla decir que lo amaba, y entendió todo… Sí, él la había abandonado… Y cuando estuvieron juntos, no todo era color rosa… Pero, ella lo amaba y era por eso que seguía a su lado… Era por eso que no importaba él no estuviera en las fotos de la repisa, ya tendría tiempo para tapizar la pared de sus momentos familiares; era por el amor que ella sentía hacía él, que la vida era como debía ser… Que su vida valía la pena… Y era por amor que él estaba ahí y que nadie ocupaba el sitio, que con muchos tropiezos, construyó…

Goku jamás le diría que la amaba, ese no era él, lo sentía, claro que lo sentía… La amaba con todo su ser, con todo lo que era, por eso mismo, no era capaz de decirlo, porque sabía que dos simples palabras, jamás abarcarían lo que en realidad sentía… Sin embargo, no podía dejar que ella se fuera a dormir sin demostrarle que en esos siete años de ausencia, cada mañana despertaba esperando encontrarla recargada en su pecho… Y así lo hizo, porque rodeo su cuerpo, ya frío, recargando su barbilla en el hombro de la chica, aspirando su aroma, haciéndola suspirar, logrando ella se aferrara a su cuerpo e intensificara su contacto…

Lentamente, con miedo, como si en sus manos descansara la más valiosa pieza de porcelana, tomó el rostro de la chica, acercándolo al suyo, causando sensaciones que sólo ella le podía provocar, mezclando su aliento; ambos, cerraron sus ojos, perdiéndose en las descargas eléctricas que generaba el sentirse tan cerca… Con anhelo, junto sus labios con los de su mujer, proporcionándole un beso que sabía a infinito… Que guardaba siete años de espera, de tristeza, de sufrimiento y sobre todo, de amor… Un beso que al avanzar los segundos, dejó de ser calmado, para convertirse en una pasión desbordante, una pasión que los envía a las estrellas…

Con movimientos que dibujaban la línea entre la desesperación por tanto tiempo sin estar juntos y el placer por estarlo en ese momento, él fue recostando a la chica sobre el colchón, sin dejar de esparcir besos por ese cuello que lo enloquecía… Sus manos acariciaban el cuerpo bajo él, con la delicadeza que ella merecía, propia de una reina, mientras su excitación crecía al sentir una pequeñas manos recorriendo su espalda, con el amor que profesaban las palabras que sólo sus oídos escuchaban… Sin embargo, las caricias se detuvieron antes de comenzar a amarse por completo…

Esa noche no era la indicada para hacer el amor, lo era para sentirlo, para dejar de callarlo, para descargar sus frustraciones, sus miedos… Para reconocerse. Y lo sabían, sabían que tenían todo el tiempo del mundo para unirse en el sexo, pero que ese momento, era sólo para ellos, para que ambos comprendieran que en su vida nunca podría haber alguien más, porque sus corazones pertenecían el uno al otro, a través del tiempo; que nadie ocuparía ese lugar, porque nunca estaría disponible… No mientras el amor fuera más fuerte que la soledad… Esa noche no tuvieron relaciones, pero se amaron más de lo que la unión de sus cuerpos pudo haber demostrado…

Él no dejó ella se levantara de la cama, no importó que la toalla no fuera tan suave al tacto, y mucho menos que el contacto no pasara de ser un tierno abrazo; así se quedaron, él rodeando ese cuerpo que le daba la espalda, para dejar su mano siguiera acariciándola, mientras ella, recargaba su cabeza en el musculoso brazo, que le hacía soporte, su cabeza descansando en el hombro de la chica, formando aquella figura que escuchó decir alguna vez de Bulma; sus piernas se entrelazaban con gracia, como si tuvieran vida propia y también se quisieran abrazar… Así se quedaron, pues el sueño de una larga ausencia, de una larga espera, los encerró en el comienzo de un nuevo amanecer…

-Milk, ¿Siempre te quedaras a mi lado?- Esas palabras se le escaparon en un suspiro, que reflejaba su mente aún esperaba esa respuesta… Ella sonrió sin que él se diera cuenta, no esperaba que sus horas de sueño fueran interrumpidas con esa pregunta, pero no le molestaba… No después de todo lo sucedido esa noche, de tantas cosas de las que no charlaron y que ya estaban resueltas… No después de sentir esos brazos que tanto extrañaba sobre su cintura, y menos, después de saberse tan amada como lo hacía cada vez que él estaba junto a ella…

-Siempre… Incluso más allá de la muerte- Goku sonrió ante la respuesta, enterrando su rostro en el cabello de la chica… Dejándose arrastrar al mundo de los sueños… Ese que juraba todo estaba bien… Si ella estaba ahí…


Ya que han llegado hasta aquí, les agradezco fervientemente el que lo hayan hecho... Quizá sea un simple cliche, o quizás esperaban un lemon XD pero, realmente me sentía en la necesidad de hacer esto, de plasmar lo que creó sucedió ante su regresó... No sé si terminare en julio este reto, pero tengo la voluntad de terminarlo así tarde años...Sin más...

Gracias por leer

Gracias por serme paciente

Gracias por acompañarme en mis escritos

Sobre todo, gracias por los lindos comentarios que dejaran