Hola :D
Esta es mi primera historia en escribir, en toda mi vida, así que espero les guste ;w; este fic no se si tendrá muchos capítulos, eso dependerá si ustedes quieren que lo continúe. Este fic va para Pancakee quien me animo a subir, una historia. Ella escribe un fic llamado Love is a Laserquest, es Riren y en mi opinión esta interesante la historia. Este fic es Riren (RivallexEren), mi pareja favorita.
PD: este asunto del nombre de Rivalle o Levi me confundió, y resulta que son lo mismo. Así que lo llamare de ambas formas, espero entiendan.
Disclamers: los derechos de autor de Shingejy no Kyojin es de Hajime Isayama.
Advertencias: creo que por ahora ninguna.
Eren Jeager, conocido como la "Esperanza de la humanidad" por su capacidad de transformarse en un titán. Se encuentra recostado en su cama, mirando el techo. Recordando todo lo que había sucedido. Bufaba algunas palabras y se removía intentando conciliar el sueño. Mantenía los ojos cerrados con fuerza, mientras sus manos eran apoyadas sobre su pecho. Al fin, abrió los ojos con resignación. Vencido en su intento de dormir, pero su mente era bombardeada de pensamientos. Pensamientos que no lo dejaban dormir, y hacían que un leve dolor se aproximara en su cabeza. Haciendo que curve los labios en señal de molestia.
Hace dos meses. Ya habían pasado dos meses desde aquel día, el día en donde se declaro ante la persona que amaba, Rivalle, la persona que admiraba desde niño; la persona quien lo salvo en el juicio, a través de golpes, siendo esa la única manera para poder estar bajo su custodia.
Al principio pensó que el nerviosismo que sentía, al estar cerca suyo se debía a la admiración, respeto y confianza que depositaba en el Sargento. Pero un día se dio cuenta; cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia él, sentimientos que al ser descubiertos trato de ocultar, incluso borrar; pero el tenerlo que ver diariamente no ayudaba mucho que digamos y aun mas estar con él durante sus entrenamientos, el desayuno, el almuerzo y la cena o encontrarlo en las caballerizas, viéndolo cepillar a su caballo.
El día. Ese día en el que descubrió sus verdaderos sentimientos, ahhh… empezaba a recordarlo; ese día fue algo inesperado y un tanto confuso por lo rápido que sucedieron los acontecimientos. Cerró los ojos, empezó a recordar aquel día; aquel día, en donde descubrió que estaba enamorado de su Sargento, su querido Rivalle. Suspira pesadamente, recordar es algo cansador para el espíritu de una persona.
-Flashback-
Ese era un día soleado, como de costumbre, se levanto temprano, dirigiéndose hacia el baño para dase una ducha y luego seguir su rutina diaria. No sin antes darle un último vistazo a su "cuarto" que en realidad era una celda, en el sótano, de aquel castillo, ese castillo antiguo, en donde conoció nuevas personas, que lamentablemente, se habían marchado y no volverían. Él se culpaba las muertes de sus compañeros, en aquella misión, en donde sus compañeros habían sacrificado su vida, por mantener la suya. Por la "Esperanza de la Humanidad"; se sentía culpable por sus muertes, porque si tan solo se hubiera transformado en aquel momento, ellos estarían junto a él.
Pero en la vida no hay un tal vez, no puedes regresar hacia atrás y corregir tus acciones. No, lo que hecho esta, hecho esta y no lo podrás cambiar.
Bueno, volviendo al tema principal.
Salió de sus pensamientos y se dispuso a dirigirse hacia el comedor; ya todos se encontrarían allí. Él también estaría allí, la persona a quien más admiraba, el Sargento. Entonces sintió una sensación rara, de ¿alegría por verlo?, escuchar su voz, algo intimidante, bueno muy intimidante, peor al veces con un tono de ¿amabilidad?, ver esos ojos grises, ese rostro fino, esos labios delgados, ese rostro aparentemente inexpresivo, con el seño mayormente fruncido y su cabello negro corto, con un corte militar.
- ¡Diablos! Desde cuando empezaba a tener esa clase de pensamientos, respecto hacia el Sargento. Se estaba volviendo ¿loco? o ¿qué? No, seguro no durmió bien la noche anterior y empezaba pensar cosas incoherentes, ¡SI! seguro era eso, a él no le gustaban los hombres, ¡No! definitivamente ¡No!.- pensaba mientras caminaba a paso rápido y un con un leve sonrojo hacia el comedor. Susurrándose palabras inaudibles para cualquiera que no estuviera lo suficientemente cerca.
Mientras seguía cuestionándose así mismo, en el comedor ya se encontraban todos en sus respectivos lugares. Y Mikasa estaba haciendo un escándalo sobre el paradero de su hermano. Poniéndose cada vez más nerviosa. Y a su lado se encontraba Armin, amigo suyo y de Eren de la infancia; este se encontraba nervioso por la situación en la que se encontraba su amiga, con una sonrisa tratando de calmarla un poco. Él sabía que Mikasa era una buena persona y que su prioridad era Eren, pero a veces, bueno mayormente, exageraba las cosas cuando se trataba de Eren; y era muy sobreprotectora con él, tratándolo como un niño indefenso que no sabe cuidarse de sí mismo, esa actitud sofocaba al propio Eren; quien le recordaba que él podía y sabia como cuidarse, y que no se preocupara por él, si no en ella misma. Pero ella no escuchaba eso, no, por más que él lo dijera, ella no dejaría de protegerlo, aún acosta de su propia vida.
-Mikasa, cálmate Eren no tarda en venir- dijo Armin con una sonrisa nerviosa tratando de tranquilizarla.
El aire estaba tenso alrededor de ambos, los demás intentaban no prestar atención a eso. Ya que estaban acostumbrados a esa actitud.
- Pero y si le paso algo y por eso no llega o...- en ese momento Eren entro un tanto distraído en sus propios pensamientos.
-¡Eren!- grito la asiática.
Se abalanzo sobre su hermano, tomándolo sorprendido, este se había dado cuenta de qué al acto de su hermana, Rivalle ponía un rostro de molestia, bueno más de lo normal. La pelinegra empezó a mover su mano sobre la cabeza castaño, en modo de asesorarse que se encontraba bien.
-Mikasa suéltame- decía mientras estiraba los brazos para apartarla.
-Buenos días, Eren- saludo Armin al notar que la pelinegra ya se había calmado, que suerte que Eren había llegado, o si no, el seria el objeto de preguntas absurdas sobre los peligros que pudo haberle sucedido a su amigo.
-Eren, ¿por qué tardaste?- pregunto Mikasa, ya sentada al lado de Eren en la mesa.
-¿Tarde?, pero siempre llego a estas horas- respondió mientras formaba mueca de duda. Estaba un tanto irritado, quería a su hermana, pero no, que lo sobreprotegiera y lo tratara como alguien que no sabía cuidar de sí mismo.
-Estás listo para lo de esta noche- agrego Armin, tratando de cambiar de tema.
- Ahhh… si…- respondió, lo había olvidado, gracias a sus pensamientos sobre el Sargento.
Esa noche habría una fiesta, era el cumpleaños de Sasha, quien estaba feliz porque podría comer todo lo que quisiera, sin recibir regaños.
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Ya estaba anocheciendo, tendría que ir a buscar el regalo, a su celda. Le regalaría algo que compro en el pueblo, era una pulsera con dijes de piedritas de distintos colores con algunas formas de estrellas, lunas y círculos. Esperaba que le gustase. Al menos la fiesta le ayudaría a distraerse un poco.
Entro en el patio que estaba decorado, con mesas y sillas alrededor. Vio en una mesa a Armin y Mikasa sentados, se dirigió allí. Tenía en mano el regalo ya envuelto, con un mono, algo improvisado no era bueno en esas cosas. Se acerco a la mesa en donde se encontraban sus amigos. Se sentó y apoyo su codo a la mesa, en signo de cansancio mientras con la mirada buscaba a alguien en específico.
-Ya estamos casi todos aquí- hablo Armin, mientras tomaba un poco de agua.
- ¿el comandante y él Sargento?- pregunto, tratando de sonar casual. Mientras sus ojos buscaban por cada rincón que alcanzaran a ver. Movía los dedos sincronizada mente de meñique a pulgar, produciendo un sonido algo irritante. Un sonido que se mezclaba con el ambiente del lugar, claro también la música que había empezado a tocar hace unos minutos.
- Hanji-san dijo que tenían unos asuntos que resolver, que luego vendrían- respondió el rubio con una sonrisa.
-¿Porque te importa donde se encuentra ese enano?-interrogo la asiática, emanando un aura oscura. Frunciendo el seño y curvando los labios con enojo. Un puño se formaba, mientras una pequeña vena sobresalía en su frente.
-¡N-no!… es eso, es solo que, pensaba que él, es siempre es puntual y sería el primero en estar aquí, nada más que eso- respondió Eren tratando de ocultar su nerviosismo ante tal pregunta.
Y hablando del Rey de Roma, Rivalle se encontraba en la entraba caminado junto a Erwin hablando, de quien sabe qué; estaban demasiado cerca; demasiado para su gusto. Empezó a mirar dicha escena con rabia, viendo como se adentraban al castillo. Sus cejas se curvaron mientras se mordía el labio inferior. Sus manos formaban puño. Las había puesto debajo de la mesa rápidamente, para que no se dieran cuenta del estado en el que se encontraba.
-"¿Cómo es que estaban tan cerca?, no es que le molestara, No, solo se sentía algo enfadado, nada más que eso… Espera enfadado ¿de qué? No eran nada, y no es como si sintiera algo por él"…- Pensaba tratando de auto-convencerse así mismo sobre lo que acababa de formular su mente.
El resto de la fiesta siguió, alegre, primero comieron. Le entregaron a Sasha sus regalos no sin antes felicitarla, algunos se animaban a bailar. Mikasa intentaba convencer a Eren de que bailara con ella. Pero él rotundamente se negaba. Durante la fiesta se mantuvo sentado.
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Ya era muy tarde y la mayoría de sus compañeros estaban, ebrios debido al alcohol. Se dirigía a su "habitación" para dormir, él no había bebido como sus compañeros, por el temor de perder el control y transformarse en titán y matar a todos. Eso era una posibilidad que lo atormentaba. Se dirigió a la cocina por un poco de agua; entro y se encontró con Rivalle sentado en una silla, con vaso en una mano y la otra apoyada en la mesa, junto a una botella. Se acerco por un vaso, se sirvió agua. Estaba a punto de retirarse del lugar hasta que una voz lo llamo.
-Eren… ven aquí- dijo Rivalle, con la voz en tono firme. Mientras lo miraba.
-Eh?- respondió tratando, de comprender la orden, que le acababan de dar.
-Dije que ¡vengas!- ordeno con más seriedad.
-¡Ahora!- se dirigió rápido hacia el lugar indicado. Se movía un tanto torpe.
-Siéntate- dijo señalando con su mano sus piernas. Su rostro seguía igual de serio.
-¿Q-que?- las acciones del mayor en edad; no en altura: cada vez lo confundían aun más, pero obedeció, porque no quería ganarse una golpiza de su parte a causa de su "desobediencia". Tomo aire profundamente, suspiro. Se acerco más y se sentó.
Esa situación era muy vergonzosa, se encontraba sentado en las piernas del Sargento, quien lo miraba, analizando todo su rostro, como si estuviese buscando algo. Intentaba desviar, hacia otra parte del comedor pero. Cada vez que lo intentaba era regañado. Se podía sentir el olor a alcohol en aquel lugar, mientras el sonido de la música se oía aun.
-Mmm... Sargento ¿Qué suce...-fue interrumpido, antes que pudiera preguntar el porqué de sus acciones, ya se encontraba, siendo besado por el pelinegro, quien exigía más contacto.
No lo podía creer, estaba siendo besado por él, no solo eso él lo estaba ¿disfrutando? Pero detuvo sus pensamientos cuando sintió, que él mayor exigía más contacto, buscando su lengua y empezaba a desabotonar su camisa. Aunque el alcohol se sentía en los labios contrarios, volviendo un tanto amargo ese contacto.
Escucho unos pasos acercándose y muy difícilmente se deshizo de los brazos del mayor que se aferraba a su cintura; por suerte el alcohol lo había dejado un poco mareado; si no habría sido por aquello nunca habría logrado separase de él. Ya que la fuerza del mayor era considerablemente, mayor que la de él. Salió corriendo a su celda se encerró en ella, y estando ya sentado en la cama, empezó a pensar lo sucedido. Seguramente fue un error, y los efectos del alcohol causaron ese comportamiento en él Sargento, seguro habría sido aquello ya que evidentemente Rivalle estaba ebrio. Pero porque se sentía triste respecto a lo último, acaso hubiera querido que lo hubiese hecho ¿sobrio?
-¡Nooo!- gritaba, definitivamente estaba demasiado confundido respecto a lo sucedido, acaso quería que él ¿lo besara? no ahora con esto y lo sucedido en la mañana estaba aún más confundido, aunque debía admitir que disfruto aquello.
De seguro no dormiría esa noche, de tanto pensar, y si lo que sentía era algo más que simple admiración. Y si lo que sentía era ¿amor? bueno no era bueno en ese tipo de cosas, y nunca se había enamorado así que no sabía nada respecto al asunto.
¿Cuáles eran sus verdaderos sentimientos? Era lo que se preguntaba tratando de hallar la respuesta.
-fin de flashback-
~Continuara~
:D espero y les haya gustado y si tienes alguna duda no duden en mandarme un review respecto a sus dudas, díganme si que les pareció hasta el momento la historia y si quieren que la continúe. Recuerden es la primera vez que escribo y perdón si no entendieron, no tengo mucha experiencia en este tipo de cosas. Bueno nos vemos en el siguiente capítulo.
Hasta la próxima :D
