Nota de la autora:
Hola gracias por darse el tiempo de leer mi historia, estará relatada en la mente de Rukia y de Ichigo, al principio de los capítulos dirá de quien se trata. La idea es hacer una historia con referencia de varios libros del genero erótico que he leído. Por favor dejen muchos reviws dándome su opinión para que pueda mejorar.
Respecto a mis otras historias las continuare es solo que por mi rutina muchas veces no me da tiempo de escribir y en alunas ocasiones se me va la inspiración, espero comprendan y me tengan paciencia.
Hasta la próxima :D :D :D
Rukia
Rukia Kuchiki tiene 18 años, es una joven muy hermosa de piel blanca como la nieve y ojos extrañamente violetas, ha tenido algunos novios pero ninguno de ellos despierta deseo suficiente en ella para perder el control, es decir, una relación en donde haya sexo salvaje de esos en los que te vuelves adicta y solo quieres más y más, por lo que ella termina dejándolos. Su mejor amiga es Karin Kurosaki quien también es muy guapo, su cuerpo es atlético, tiene pechos grandes que ningún muchacho despreciaría y tenía un bonito y largo cabello negro; ambas están en el último año de preparatoria. Para las vacaciones navideñas Karin invito a Rukia a casa de su padre Ichigo Kurosaki y ya que Rukia no tiene familia con quien pasar las fiestas decembrinas ella acepto.
-¿Es la ultima maleta? – pregunto Karin
-Eso parece, empaque tus zapatos de nieve y tus patines, ni creas que esta vez escaparas de mi- rio la ojivioleta mientras metía una enorme maleta en el portaequipajes de un audi A3.
-Bien será mejor que nos marchemos si queremos llegar a la hora de la cena- dijo la pelinegra
Ambas jóvenes se montaron en el auto, Karin conducía y Rukia se encargó de la música. El camino desde Karakura a Tokio duraba cerca de dos horas, la ojivioleta miraba por la ventanilla mientras escuchaba Snow de los Red Hot Chilli Pappers.
-¿Avisaste a tu padre a que hora llegaríamos? – pregunto Rukia
-Si, papa dijo que tendría todo preparado para nosotras-
-Hace mucho que no veo a tu padre, apenas lo recuerdo de cuando cumplimos 15 años-
-Realmente no ha cambiado-
-¿También invito a Toshiro?- Rukia sabía que el padre de Karin no estaba de acuerdo con la relación de su amiga con el joven genio y rebelde Toshiro Hitsugaya.
-No lo invito a quedarse en casa, pero dio permiso de que me vaya a visitar- Dijo la pelinegra con una sonrisa media
-Tranquila tarde o temprano lo tendrá que aceptar – Dijo Rukia mientras tomaba la mano de su amiga
El camino continuo tranquilo, en la carretera no había muchos autos a pesar de ser temporada de vacaciones. Finalmente llegaron a la casa del padre de Karin. Rukia lo conoció muy poco cuando tenía 15 años, lo único que podía recordar era a un hombre demasiado duro y estricto con su hija, a ella solo la había saludado de manera formal, no había tenido más contacto con él. La casa era grande con molduras talladas a mano en la madera, la iluminación era tenue y con el ocaso se vea precioso, al fondo se hallaba un lago, Karin le había contado de él y ella se moría de ganas por nadar y relajarse un rato.
-Rukia ¿qué haces ahí parada?, ayúdame con las maletas- grito Karin arrastrando una enorme maleta al interior de la casa.
-Lo siento- Rukia se apresuró a sacar otras maletas del portaequipaje y entro en la casa. El ambiente era acogedor, y olía deliciosamente a pino. –Karin ¿a qué se dedica exactamente te padre? Nunca me lo has dicho-
-Es un empresario en hospitales, cuando hay alguno en quiebra el negocia la compra por parte de un hospital con mayores recursos para salvarlo, no lo sé exactamente, es como Richard Gere en mujer bonita-
-jajajaj, ya veo- ambas jóvenes rieron por la referencia. -¿A qué hora llegara tu padre?- preguntó Rukia mientras ambas llegaban a la plata de arriba de la bonita casa
-Cerca de las 9-
-Bien, eso nos dará tiempo para desempacar-
-Sí, pero la verdad prefiero cenar algo-
En cuanto Rukia escucho la palabra cena su estómago rugió, desde la mañana que salieron del departamento de Karin no había comido nada. -Tienes razón, tengo hambre ¿quieres un sándwich?-
-Eres un ángel Rukia, ¿te importa si me cambio de ropa?-
-Claro que no, ¿en dónde está la cocina?-
-En la planta de abajo, al fondo a la izquierda-
-De acuerdo- Rukia dejo la maleta en la habitación cogió su Ipod y bajo a la cocina. Una vez abajo se puso los audífonos.
Se puso a buscar en las alacenas y el refrigerador lo necesario para preparar los bocadillos, se movía al compás de NIN escuchando los coros "I want to fuck you like a animal", se imaginaba mientras escuchaba la provocativa canción como sería que los fuertes brazos de hombre la abrazaban mientras la penetraba duro.
Afuera un auto se estacionaba, Rukia no lo escucho por la música en sus oídos, ella seguía bailando y moviendo provocativamente las caderas vestida con un entallado short, cuando dio media vuelta se percató de que un hombre recargado en el marco de la puerta la estaba observando, la ojivioleta se paró en seco, era el padre de Karin, Ichigo Kurosaki ,era un hombre maduro y muy guapo, iba vestido con un traje hecho a la medida que lo hacía lucir aún más tentador ya que se podían percibir algunos de sus fuertes músculos. Quien iba a pensar que el padre de su mejor amiga iba a despertar un ardiente deseo en Rukia con apenas haberlo visto unos segundos.
