Por Atta-san
Cambio de Perspectiva
Prólogo
Andaba a paso tranquilo por la calle adoquinada del pequeño pueblo. De la bolsa que llevaba en el brazo emanaba un olorcillo tentador, que al final le fue imposible resistirse. Extrajo de ella una enorme empana a la que pegó un enorme mordisco. Estaba tan caliente que a su paso, le abrasó la boca aunque eso no impidió que, soplando, le diera otro mordisco y un tercero hasta acabar con el bocadillo. Le quedó gusto a poco y miró de nuevo la inocua bolsa de papel como si esta fuera a darle respuestas. Se encogió de hombros, después de todo el daño ya estaba hecho y extrajo una segunda empanada.
¡KYAAAAAAAAAA!
La sangre se le heló en las venas y se detuvo en seco, aún con la empanada en la boca. La estentórea e indiscutible llamada de auxilio rasgó el límpido aire como un cuchillo, interponiéndose aún ante los murmullos y la gente en el mercado. Todo quedó en silencio unos segundos, la gente mirándose unos a otros pero sin intenciones de ofrecer algún tipo de ayuda. Sin embargo, la falta de reacción de los aldeanos le tenía sin cuidado. Conocía demasiado bien esa voz. Guiándose por el sonido, emprendió la carrera.
En cualquier otra circunstancia, no se preocuparía demasiado. La conocía mejor que nadie y estaba consciente de que bien podía defenderse sola. Sin ir muy lejos, esa mañana había armado un buen alboroto en el hostal donde se albergaban… causando la subsecuente expulsión del mismo. A pesar de todo, el hecho de que no se hubiera producido ningún tipo de explosión era ya de por sí tan preocupante como el que se hubiera visto obligada a gritar. ¿Podría ser que estuviera indefensa por esos días? Pues… a decir verdad, la cantidad de golpes se había mantenido en un rango normal, por lo que no podía ser eso. Además, aún llevaba el cabello algo chamuscado por la Fire Ball en el hotel.
A paso ligero, cruzó la siguiente esquina y dio de lleno con el grupo. La pequeña pelirroja era alzada en viandas, sujeta por la camisa, por un enorme sujeto. El tipo vestía pantalones bombachos y un chaleco sobre el sudoroso torso desnudo, dejando también al descubierto una prominente barriga. Todo un cliché de villano, si me lo preguntan. Le acompañaban otros cuatro tipos, riéndose desagradablemente, felicitando a su jefe.
Perplejo y en contra de todos sus instintos de macho, Gourry observó como la chica no hacía demasiado por mejorar su situación, más que agarrarse precariamente de la mano del gigante.
"¡Jo! ¡Estas son las 500 monedas más fáciles que he conseguido en mi vida!" se jactaba el grandote, a lo que su séquito vitoreaba. "¿Qué rayos le costó tanto al zoquete de Aldo? No es más que una niña."
Curioso. Hubiera sido en otras circunstancias, ya estaría completamente calcinados.
"Etto… ¿Podrías bajarme, por favor?" interrumpió la chica. "Creo que podemos solucionar esto de otra forma y… ¡Argh!"
El tipo apretó más fuerte, lo que causó que la perplejidad de Gourry se disipara como por arte de magia. Sin siquiera el intercambio de amenazas reglamentario, el espadachín desenvainó rápidamente su arma y se cargó a los tipos sin darle tiempo para mucho. En su huída, el grandote soltó a la chica, que se habría dado con el suelo de no ser porque el espadachín consiguió atajarla a tiempo. Una vez que los abusadores se hubieron perdido de vista, se dirigió a la chica con una sonrisa plasmada en su rostro. Dos grandes y redondos ojos le devolvieron la mirada y Gourry fue incapaz de articular cualquier tipo de palabra coherente.
Era ella, de eso no cabía duda, pero al mismo tiempo estaba seguro de que no lo era. En ese sentido, sus instintos nunca le habían fallado anteriormente. Además, había que agregar a eso la forma como se había comportado ante los bandidos, que no correspondía en lo absoluto con ella. ¿Cómo dos personas (porque estaba seguro de que esta es una chica completamente diferente) podían ser tan similares y a la vez tan diferentes? Haciendo un extraordinario esfuerzo con su memoria, no consiguió más que la mención de una hermana, pero ni siquiera esa idea satisfacía completamente la pregunta. Creía recordar claramente que la hermana era mayor y no una gemela.
"Etto…" consiguió articular la chica, con el rostro ganando cada vez más color al verse sometida a la intensa mirada del guerrero.
*¡WACK!*
"¡¿En qué estabas pensando Cabeza de Medusa?! ¡¿Cómo se te ocurre desperdiciar comida de esa forma?!"
De alguna retorcida extraña manera, eso estaba mucho mejor.
"¡Oi, Lina! ¡No hay razón para eso!" se defendió el espadachín, sobándose la parte de atrás de la cabeza. "La bolsa está allí." Añadió señalando un punto en concreto.
Ciertamente, el envoltorio con las empanadas estaba a un lado, en perfectas condiciones. Previendo críticas por el estilo, Gourry había tenido la precaución de apartarlas, pero Lina Inverse no iba a admitir fácilmente el haber cometido tal error. Tenía toda la intención de retrucar con algo a su favor cuando una cabecita se asomó por entre los brazos de su compañero.
La reacción fue instantánea.
Su expresión se tornó a una de terror (o de asco) absoluto, mientras que todos los colores, salvo el azul abandonaron su rostro de súbito. Un visible escalofrío le recorrió el cuerpo y dio un instintivo paso atrás. Gourry siguió con atención los cambios que asociaba normalmente a la mención de Luna pero no tenía ni la más remota idea de lo que estaba ocurriendo.
"¿Q… qui…?" logró emitir, abriendo y cerrando la boca como un pez fuera del agua. "¿Qué es esto?"
Dirigiendo una mirada alternativa entre Gourry y Lina, la chica se zafó por completo del agarre del primero. Luego de retirarse un poco el polvo de sus ropas, encaró decididamente a Lina. Suspiró con pesadez, como si fuera algo para lo que estaba preparada de antemano.
"Dos palabras." Dijo por fin. "Shadow Mirror."
Lina… o en todo caso, la Lina que él conocía, pareció comprender perfectamente a lo que se refería, si bien eso no implicaba una mejora considerable en la situación. Las piernas se le volvieron gelatina hasta que finalmente no fueron capaces de soportarla, cayendo al suelo, temblando.
"Tienes que estar bromeando." Dijo en un murmullo apenas audible.
****
"Así que terminaste asentándote en este lugar." Concluyó Lina, colocando su taza sobre la mesa. Su interlocutora asintió.
"Si," Dijo simplemente. "si bien nunca descartamos la posibilidad de un encuentro, mi compañera y yo nunca pensamos realmente que algo así ocurriría. Simplemente las probabilidades eran mínimas."
Se encontraban los tres tomando el té en la trastienda de un pequeño negocio de magia, donde habitaba el clon de Lina. Una vez pasado la desagradable impresión, se dieron la mayor parte de las explicaciones, de modo que la hechicera estaba terminando de aclarar sus dudas.
Hasta donde Gourry había podido entender, en sus aventuras previas a conocerlo, Lina se había enfrentado a un hechicero que contaba con un objeto mágico valioso, conocido como el Shadow Mirror. Este espejo tenía la propiedad de crear clones de la persona que se viera reflejado en su superficie, con la salvedad de que este era leal al poseedor del espejo. Y que además tenían una personalidad opuesta a la del original, lo que en cierto modo explicaba la diferencia que él podía sentir en la Lina-clon. A pesar de que el espejo había sido destruido, no fue antes de crear varias copias de Lina, una de las cuales tenían ante sí en estos momentos.
El espadachín lucía un bonito chichón en la cabeza debido a un comentario previo, de modo que se mantenía en silencio, observando a ambas Linas. Ciertamente, la energía que transmitían ambas era diferente, pero también había otras evidencias que corroboraban la parte de la leyenda sobre la personalidad de clon. Siendo una de las más obvias el hecho de que no hubiera hecho nada contra los bandidos y Gourry tuviera que salvarla o que de plano prefiriera asentarse en lugar de viajar por el mundo como lo hacía su contraparte. Sin embargo, las similitudes eran igual de evidentes. Aparte de su aspecto físico, compartían una afición por la magia y, dado a que la Copia compartía los recuerdos y experiencias previas de la Original, también había aprendido a ser una comerciante. Incluso, muchos de sus gestos eran idénticos, lo que provocaba un curioso efecto, haciendo parecer en ocasiones, como si Lina estuviera frente a un espejo.
"¿Qué hay de tu compañera?" preguntó la Lina original, dando otra vez muestras de que un escalofrío le recorría la espalda. La Copia dejó escapar una risa que recordaba más a Sylphiel que a la propia Lina.
"Está de viaje en estos momentos." Contestó, a lo que la hechicera suspiró con alivio evidente. "Salió a buscar nuevas mercancías y no regresará hasta dentro de un par de días."
"¡Qué bueno! Una Segunda Lina ya es bastante, no creo que soportaría conocer a una Tercera"
"¡Oh! Para nada. Disto mucho de ser la Segunda Lina. Soy más bien la Quinta, por lo que, si te que presta a confusiones, puedes llamarme simplemente Go. Por otro lado, mi compañera no es otra Lina, así que no hay problema por ese lado." El tono de la Copia (o Go) era jocoso, pero era obvio que eso no había causado mucha gracia a su interlocutora.
¡La Quinta! Las piernas de Lina se volvieron de mantequilla, por lo que si hubiera estado de pie, habría caído al suelo. No hizo más que despatarrarse en la silla, de nuevo con un color azulado.
"¿Cu… cuantas hay?" preguntó con un hilo de voz. Go se encogió de hombros e hizo un gesto para restarle importancia.
"No estuvimos juntas demasiado tiempo, así que no sabría decirte."
Lina asintió quedamente, imaginando más encuentros de este tipo como si se tratara de una pesadilla. De pronto, cayó en cuanta de la otra afirmación que había hecho la chica frente a ella.
"¿Quieres decir que tu compañera es…. es….?" No pudo continuar, pero obviamente Go captó el mensaje por lo que asintió con la cabeza.
Fue demasiado. Pensando que a caer desmayada de un momento a otro, Gourry se puso de pie rápidamente para sostener a Lina. Sin embargo, esta recuperó el aplomo antes de que ocurriera.
"¡Suficiente!" anunció con decisión, golpeando la mesa. "¡Nosotros nos vamos ya!"
"Supongo que comprendo." Concedió Go. "¿Pero no crees que ya es algo tarde para eso? Tengo dos cuartos libres, por lo que no me molesta que se queden aquí."
Otro escalofrío. Lina negó enérgicamente con la cabeza.
"¡Ni de chiste! ¡Yo me largo!"
"Oi, Lina…" interrumpió Gourry, si bien fue ignorado olímpicamente por su compañera.
"¡Gourry!" gritó de pronto, demandando que se apurara.
"Oi, Lina." Volvió a probar Gourry, lo que lo hizo blanco de una mirada asesina.
"¿¡Qué quieres?!"
"¿Qué pasa con la carta que estabas esperando?"
¡Maldita sea! Pensó Lina. Gourry tenía razón. El motivo por el que se habían detenido en ese pueblo era para recibir la respuesta a una carta que había mandado a su casa, seguramente enviada por Luna. Debían pasar la noche en el pueblo, eso seguro.
"¡Me importa un comino! Nos vamos a…"
¿A dónde? Se lo pensó mejor, ya los habían expulsado del albergue esa mañana y a estas alturas seguramente habían cerrado las puertas, suponiendo que no hubiera mandado a remendar su manta y le apeteciera dormir fuera. No tenía demasiadas opciones, por lo que regresó a su asiento a regañadientes.
"Vale, nos quedamos." Dijo por fin, recogiendo la silla que había volcado anteriormente. "Pero a primera hora mañana, ¡Nos largamos!"
XXXXX
¡No puedo creer que realmente esté haciendo esto!
Vamos por el principio. Recuerdo que cuando pasaron por primera vez Slayers por televisión Nacional… debió ser Tleven, que era el único que pasaba 'dibujitos chinos' en esa época (¡Ugh! Creo que me boté la cédula por ahí…), mi personaje favorito, luego de Lina era Zel. Después me lo vi por cable, en Magic Kids, pero lo cortaron y me fastidió mucho. Recientemente me entró nostalgia y me compré la serie completa, junto con las dos nuevas temporadas que a estas alturas no conocía.
El punto es que de pronto descubrí que me gustaba mucho más Gourry de lo que recordaba, más aún cuando logré poner mis codiciosas manos en las primeras dos novelas. Como ya de pronto me obsesioné con él, empecé a buscar información y descubrí lo poco que había sobre él en comparación con el resto de los personajes. Para colmo, es información que es muy difícil (al menos para mí) con la forma de ser que muestra en la serie.
Con eso surgió esta idea que, no sólo tenía que escribir sino que encima tenía que publicarla. Así fue cómo surgió esto, cosa que siento mucho . Si con todo esto aún tienen ánimos para leerlo, no más no se lo tomen demasiado en serio, ¿Vale?
¡Nos leemos en otra!
Atta-san
