Naruto © Masashi Kishimoto

Capitulo 1

El hilo rojo entre la bestia y el dragón

Primera parte

Sobre como la Bestia reencontró su reflejo en las pupilas de un Dragón.


Ese hilo que tal vez no nos une…

Esa nada a la mitad de nuestro hilo… ¿En verdad estará roto? ¿Se habrá soltado de nuestros dedos meñiques?

¿O, será que quizás la unión de nuestras vidas pende tan solo de una hebra?

Una delgada hebra ya ni siquiera rojiza a la mitad de ese, nuestro desafortunado hilo rojo.

Realeza, nobles, terratenientes, cortesanas, eunucos y sirvientes; caminando dignamente con la frente en alto. Todos vestidos con sus mejores ropas para recibir a quienes habían visto muerte y desolación. Todo esto para que ellos pudieran seguir disfrutando de esa comodidad. Aunque francamente le parecía de lo más absurdo, pensó que tal vez todo eso hubiera tenido significado si además de los generales, también los soldados hubieran sido recibidos de la misma manera. Tanto para honrar a los que regresaban con vida y de igual manera a los que esta habían perdido.

Ese reino que lo resguardaba aun no lograba entender que eran los soldados y la gente quienes sostenían con sus hombros los cimientos del reino entero, no solo el emperador. Muy diferente de sus tierras, en este reino ni siquiera los nobles luchaban. De igual manera los generales poco hacían en batalla; dedicándose solamente a observar desde lejos a sus soldados dar la vida por la victoria. Era muy distinto a lo que siempre había visto en su reino donde la vida de cada uno de los soldados era valiosa. Tan valiosa era para él su gente y soldados, que gustosamente había aceptado el exilio para salvar a sus allegados de una muerte segura.

- No quisiera interrumpir sus pensamientos, pero le noto algo extraño Sasuke-sama.

- No es nada Jūgo…

- Sasuke-sama… me atrevo a decir que fácilmente se puede percibir inquietud en su mirada.

- No cabe duda que me conoces mejor de lo que a veces llego a pensar. – Sonrió resignado a contestar – Estoy así por dos razones… La primera es que aun no concibo la poca importancia que le dan a los soldados en este reino y segunda… hoy después de mucho tiempo volví a ver a la persona de la máscara...

- ¿Aquella que desde el último invierno dejó de verse caminar por el palacio?

- La misma.

- ¿Donde le ha visto?

- Esta mañana fui a caminar al mercado… le vi comprando lo que parecían unas frutas de lychee, pero pronto le perdí de vista. Debió darse cuenta que le seguía.

- Nunca pensé que esa persona llegaría a convertirse en un gran misterio para usted… sobre todo porque solamente le vio un par de veces por los jardines del palacio y desde el balcón de su habitación.

- Es su presencia lo que me consterna…de cierto modo me es familiar. Antes de que desapareciera, una mañana le vi a punto de quitarse la máscara, pero de igual manera se percato de mi presencia. Es como si siempre estuviera alerta de lo que pasa a su alrededor, pero finge no darse cuenta.

- Supongo que es lógico que haya regresado. Es muy probable que estuviese en la guerra que sostiene el emperador de estas tierras con la región noroeste del país del viento –ambos dirigieron su mirada al emperador quien estaba sentado junto a una de sus concubinas –.

Sasuke desvió su mirada hacia a la emperatriz a quien parecía no importarle tal atrevimiento. Había escuchado rumores de que la emperatriz llevaba años sin sentarse junto a su esposo y que esto se debía a que sospechaba que este había asesinado a todos los hijos varones que habían nacido de ella. La emperatriz había sido la única hija que el gran emperador había concebido durante todo su reinado. Al no haber tenido un varón había tenido que abdicar al trono y cederlo al esposo de su única hija, convirtiéndolos en los emperadores del país del agua. Aun después de haber abandonado el trono hacia ya casi mas de mil años, el gran emperador seguía siendo respetado y venerado. Para muchos sus palabras eran la ley suprema y su poder alcanzaba cada rincón del reino y países vecinos. Su poder era tal que el nuevo emperador no parecía más que un adorno cuando este ponía pie en el palacio, cosa que parecía causar ciertas tensiones entre los miembros de la corte.

Esa mañana todos en el palacio se habían reunido para recibir a los cuatro generales que habían luchado defendiendo la frontera entre el país del agua y el país del viento. Y él y Jūgo como invitados del gran emperador también habían asistido. Inclinando la cabeza como muestra de respeto; recibieron al gran emperador quien caminaba hasta el trono con su séquito siguiéndolo muy de cerca. Una vez sentado, uno de sus ministros dio la orden para permitir la marcha de los generales y así honrar su supuesto valor. Uno a uno, los generales fueron entrando, sentándose frente al gran emperador que a su vez estaba sentado junto a su sucesor; recibiendo con satisfacción cada una de las reverencias ofrecidas. De nuevo Sasuke volvió su mirada a la emperatriz, quien se veía desilusionada como si a quien esperase no estuviera entre esos valientes guerreros.

- ¿Dónde está el general de la legión del Ryuunmei? ¿Acaso se atreve a rechazar con desdén la invitación del gran emperador? –interrogó el ministro con voz severa al notar la ausencia. Al no obtener respuesta alguna, el ministro se aclaro la garganta y sentenció –Esta desobediencia en contra del gran emperador y los emperadores del agua será sujeta a…

- ¡Estoy aquí! –resonó una voz al final de todo el gentío. Caminando con paso digno la figura se dirigió hasta el gran emperador e hizo una reverencia. Todos murmuraban pues se había presentado llevando una máscara con el símbolo de los soldados dibujado en la frente sobre una de las cejas.

- ¿Así se presenta ante nuestro gran emperador? –cuestionó el ministro –.

- Me presento ante mi gran emperador como lo poco que soy. Un humilde soldado.

- ¡Pero que insolencia con sus majestades!

- ¡Es suficiente! –bramó el gran emperador poniéndose de pie para caminar hasta la persona enmascarada. –En un principio al escuchar los rumores me rehusaba a creer, pero después de tu desaparición, comprendí que estos eran verdad. ¡No eres un humilde soldado! – resonó la voz del gran emperador al mismo tiempo que de una bofetada le ladeaba la máscara –.

- Entonces me presento ante usted como lo que fui en la guerra... el simple general de la legión del Ryuunmei.

- A mí, también llegaron otras noticias. Que de entre los cuatro generales, uno de ellos se negaba rotundamente a observar desde lo lejos el combate y que este luchaba al frente, junto a sus hombres. ¡Tampoco eres un simple general! –de nuevo una fuerte bofetada resonó en el aire. Los murmullos crecieron al darse cuenta todos los presentes de que la persona detrás de la máscara era una mujer. Quien llevaba recogido el cabello como los soldados. El cuerpo de Sasuke se tenso al reconocer perfectamente cada una de las facciones en ese rostro y su respiración se torno inconstante –.

- No permitiré esta insolencia. Ve y cámbiate, regresa y preséntate ante mí y ante todos con las ropas de tu familia.

- Gran emperador si tengo su promesa de que visitara y agradecerá a todos los soldados por su servicio en la guerra, regresare ante usted y me presentare tal y como se espera de mi. –suplicó al dejarse caer al suelo en una agraciada reverencia –.

- Nunca más vuelvas a presentarte de esta forma ante mí. –ordenó el gran emperador mientras regresaba a sentarse junto al actual emperador. La mujer hizo de nuevo una reverencia para después encaminarse a la salida del trono con varias sirvientas detrás de ella. La gente aun murmuraba, pues habían concluido que por el color del cabello se trataba de la princesa, la única hija que quedaba con vida de la emperatriz. Su mirada y la de Sasuke se cruzaron y él pudo darse cuenta perfectamente de lo que esos ojos le decían. Detrás de ellos había una sonrisa oculta, casi como una burla por que había tardado mucho tiempo en descubrir que era ella. O mejor dicho, no lo había hecho. Ella sola se le había revelado; acabando así con el misterio.

- Al menos ahora dejara de causarle inquietud ¿No es así Sasuke-sama? Por fin conoció el rostro ya sin mascara… ¿Sasuke-sama? ¿Sucede algo?- preguntó al verlo estático y sin habla pero su amo no contesto – ¡Sasuke-sama!

- Ella… Jūgo… – con lentitud reaccionó volviendo su consternada mirada hacia su acompañante –.

- Está actuando como si ya le hubiese visto antes ¿Usted la conoce o, me equivoco amo?–.

- Si, le conozco. Esa mujer…Esa mujer Jūgo… esa mujer fue mi esposa... –contestó con dificultad, aun con la sorpresa evidente en su rostro –.

- ¿Esposa? –las cejas de Jūgo se arquearon incrédulas –Se que no tengo muchos años a su servicio, pero se bien que usted jamás volvió a casarse después de su segundo matrimonio –al ver la expresión en el rostro consternado de su amo lo comprendió todo. –Ya entiendo amo... Ella es esa mujer ¿cierto?

- Así es…

- Amo, y todo esto… ¿Hace cuanto paso?

- Hace doscientos años tú llegaste a mi servicio. Ella desapareció cien inviernos antes de tu llegada… Desaparecida hasta hoy.

- ¿Sabía usted que pertenecía a este reino?

- Nunca lo supe y eso es lo más extraño. Conocía otro origen aunque no del todo. Tan solo que era hija del emperador del reino de la tierra. Mi hermano insistió en nuestra unión a petición de nuestro primo Madara. Mi matrimonio nos permitiría formar una alianza ventajosa y vaya que lo fue. Solo por eso, un día como cualquier otro me vi casado con ella y algunos años después desapareció sin dejar rastro. Fue durante un ataque por parte del país del hierro que la creí perdida. Francamente aun no logro entender cómo fue que esa alianza continuo al ella desaparecer y como es que hasta la fecha sigue siendo fructífera. Y claro que ahora mucho menos tiene sentido. Me case con ella creyendo que venía del país de la tierra y es hasta ahora que descubro que la verdad es otra.

- Tengo entendido que era muy querida por la gente. ¿Amo, alguna vez supo o sospecho por que desapareció?

- Hasta el día de hoy siempre creí que había muerto después del ataque. Aun cuando derrotamos al país del hierro y la busque en esas tierras nunca la encontré. Por más que busque no la encontré. Es por eso que desde hace mucho la di por muerta. Pero ahora entiendo muchas cosas… y una de ellas es que ella decidió dejarme. El día que ella decidió marcharse, el palacio fue atacado por el país del hierro. Yo no sabía que pensaba hacerlo, pero mientras ella escapaba del palacio fue tomada prisionera por uno de los generales enemigos. Al pasar esto no le quedo mas remedio a su dama de compañía que confesar lo que sucedía mientras éramos atacados. Cuando les di alcance, estos ya habían sido derrotados mas de ella no había rastro. Solo encontré el adorno que solía llevar en el pelo… el cual le regale el día que nos casamos. Hoy finalmente se que no murió y que su plan de dejarme le salió a la perfección.

- Amo no deseo ser impertinente. Pero no logro entender ¿Por qué motivo habría querido alejarse de su lado?

- Su porque… es lo que preguntas.

- No es necesario que me responda amo, perdone mi impertinencia y atrevimiento.

- Se marcho por que no era feliz –contestó con nostalgia evidente – Al igual que mi primera esposa fue muy infeliz. Infeliz porque nunca le mire ni reconocí su existencia. Aunque sin duda su motivo principal fue que descubrió que yo amaba a alguien más. Que yo amaba a la emperatriz… a la esposa de mi hermano. Me dejo sabiendo que yo no podía amarla –Jūgo le miro compasivamente. Alguien de la realeza jamás le confesaría tales cosas a un simple sirviente, pero sabía bien que lo hacía porque quería vivir en vergüenza. La culpabilidad aun era cargada por su espalda y también sobre sus hombros. Siempre había sido temido por muchos, odiado también, pero en esos momentos ya no quedaba mucho de la temible figura que una vez fue. Sonrió levemente al ver a su amo en ese estado y pensando cuidadosamente en sus próximas palabras le dijo –.

- Más sin embargo usted la busco cuando esta desapareció. Por muchos años usted busco a la princesa de cabellos rosados. Muy a pesar de que como usted ha dicho, no podía amarla. Nunca volvió a tomar otra esposa. Ninguna en todo este tiempo. Y hoy finalmente la encontró. Y el encontrarla me ha permitido ver en su rostro un semblante con cierta serenidad que jamás había visto yo en sus ojos. Serenidad al saber que no murió, pero junto a esa serenidad también veo mucha incertidumbre tratando de ahogar sus pupilas. Aunque quisiera poder decirle que esta es quizás una nueva oportunidad, no puedo hacerlo. Y no puedo porque a mi parecer y dadas las circunstancias, me da la impresión de que aunque usted quisiera tenerla de nuevo a su lado, no podrá hacerlo. Ya no en esta vida amo. Discúlpeme por decírselo.

- Lo sé Jūgo… Lo sé muy bien…lo supe desde el momento en que sus ojos se posaron en los míos minutos atrás.

Encontrarte en un pasado que no es del todo mío.

Y descubrir que en un principio, fue allí donde te perdí.

Esa nada a la mitad de nuestro hilo…


Esta historia no será tan larga a lo mucho tendrá de 10 a 12 capítulos máximo 15 haha pero cada uno estará dividido en dos partes. Pero ya les hablare más de eso en el siguiente capítulo.

Bueno hablando un poco del cómo nació el fic... empezó como dos historias separadas, pero al final decidí juntarles. Hubo varias cosas que me inspiraron a escribirla. Una fue que siempre quede inconforme con el final de la peli "La maldición de la flor dorada" y quise escribir un poco sobre ello. Otra cosa es que soy adicta a un juego llamado yoworld antes conocido como yoville y ahí salió un tema oriental y de china así que me arme todo un palacio y se me ocurrió gran parte de la historia. Y finalmente hace medio año vi el anime de hakuoki y de ahí se me ocurrió otro aspecto de la historia... lo cual podrán apreciar en el capítulo que sigue.

De antemano me disculpo por la revoltura de fantasía china y japonesa que haré

En fin dejare las demás explicaciones para el siguiente capi.

ryuunmei ryuu- dragon unmei -destino

Como nunca me había animado a escribir algo fantasioso al menos no fanfiction me siento un poco insegura así que sus comentarios me animarían bastante. Espero que les guste... y como ya saben mis personajes a fuerzas tenían que ser de naruto hahaha