Hola gente! aquí les traigo un nuevo fic con esperanzas de que les agrade y saber sus opiniones.
Con este nuevo proyecto he tratando de enriquecer mas el lado descriptivo y también el lenguaje, espero.
Sin mas que decir, adelante.
Solución mutua
...
Necesitaba encontrar otro trabajo, si deseaba estudiar debía conseguir los medios y como había sido a lo largo de su vida estaba sola en esto, no podía decir que no tenía amigos que la apoyaran, pero un apoyo paterno era lo que realmente necesitaba en ese momento.
Llevaba toda la mañana hojeando el periódico y nada, no lograba encontrar ningún trabajo que superara el sueldo mínimo y es que ya tenía un trabajo de barista de medio tiempo y con ese sueldo solo alcanzaba para pasar el mes con gastos mínimos y ahora que deseaba entrar a estudiar medicina necesitaba con urgencia de otros ingresos.
Su nombre era Sakura Haruno, una pelirosa de 18 años que a la corta edad de 8 años quedo huérfana. Pasó gran parte de su vida en un orfanato, pero nunca fue adoptada. Una vez cumplida su mayoría de edad tomo sus cosas y se fue a vivir a un pequeño, muy pequeño apartamento que logro costear con un trabajo de barista al cual acudía por las noches. Era una chica inteligente y con grandes metas por lo que se negaba rotundamente a dejar escapar su vida viviendo con un mísero sueldo.
Cerro el periódico ya cansada de siempre leer los mismos anuncios, estaba comenzando a desesperase ya que las matriculas para la universidad ya habían comenzado y no tenía ni la mínima parte de lo que necesitaba para pagarla.
Se levantó de su asiento y se propuso a limpiar el apartamento, el cual constaba de una habitación y un baño por lo cual no le costaba nada mantenerlo limpio y en orden. Ya transcurrida la hora tomo sus llaves y dinero para hacer las compras, así que dejando todo cerrado salió y bajo las escaleras del edificio.
-Sakura-chan – la llamo una voz pausada y amable.
-Hola señora Chiyo – saludo devuelta la joven sonriéndole con cariño a la anciana que tenía en frente.
Aquella era su vecina, una anciana que vivía completamente sola, de fuerte carácter e independiente a pesar de su avanzada edad. Era una mujer muy solitaria la cual nunca recibía visitas y tampoco le agradaba sociabilizar con sus vecinos, pero la pelirosa la conocía muy bien, por dentro el corazón de la mujer estaba totalmente destrozado extrañando y anhelando día a día el regreso de su nieto Sasori. La anciana Chiyo se volvió una de las personas más apreciadas por la pelirosa luego de que esta insistentemente intentara acercarse a la mujer, logrando así una fuerte amistad.
- ¿Cómo estas querida? – preguntó la anciana.
- Bien, dentro de lo que se puede – contesto la chica con un suspiro de derrota.
- Con que aun no consigues trabajo ¿eh?
- Ya llegara algo – respondió Sakura con una sonrisa.
La mujer la miro con cariño por un segundo admirando la perseverancia de la joven pelirosa, luego le guiño un ojo con complicidad.
-Pues veras querida tienes razón – dijo al instante de que sacaba un papel de su bolsillo extendiéndoselo a la chica, ella la miro con una expresión interrogativa – luego de hablar con gente que hace mucho no prestaba atención conseguí algo para ti.
Sakura apresuradamente desdoblo el papel y leyó la dirección que en este estaba anotado, pero su atención se fue directamente al apellido que estaba escrito más abajo.
-Familia Uchiha – susurro la pelirosa mirando fijamente el papel.
-Veras es una familia adinerada que está pasando por algunos problemas por lo que supe, no estoy muy segura en qué consiste el trabajo es algo con respecto a su hijo menor, pero sea lo que sea estoy segura que te lo pagaran muy bien – comento la mujer sonriéndole con complicidad.
-¡Señora Chiyo, muchas gracias! – Exclamo emocionada la pelirosa abrazando con cariño a la anciana – gracias por todo en serio.
-ya niña no te emociones tanto primero quiero que vayas a esa dirección y te quedes con el empleo como sea – la mujer la acaricio un mechón de cabello a la pelirosa – te amaran.
-Iré hoy mismo - dijo con decisión – y volveré con ese empleo.
La mujer le sonrió por última vez y se despidió. Sakura con la esperanza en su corazón se apresuro a hacer las compras para ir lo antes posible a la casa de los Uchiha.
Ya en el supermercado, paseándose por los pasillos de abarrotes Sakura pudo distinguir una cabellera rubia y alborotada.
-¡Naruto! – llamó a quien claramente era su amigo.
Un chico rubio se volteo buscando con la mirada a quien lo había llamado, sonriendo amplia mente una vez que sus ojos encontraron a la pelirosa.
-Sakura-chan – saludo felizmente el chico con mirada zorruna, era muy apuesto, un chico de 18 años, tez morena y alto.
- ¿rellenando la despensa del ramen? – pregunto divertida mirando las compras del chico el cual solo llevaba ramen en su carro.
- Ya sabes Sakura-chan el ramen nunca es suficiente – respondió con tono de sabiduría el chico.
Sakura rio divertida por la actitud de su amigo, se conocían hace bastante tiempo, Naruto también era huérfano y vivieron juntos en el orfanato, luego de que se fueran del lugar siempre mantuvieron el contacto, aparte de vivir cerca y trabajar juntos en el bar.
Ambos continuaron paseándose juntos por los pasillos mientras Naruto hablaba de un extraño sueño que había tenido la noche anterior, su amigo era sumamente hiperactivo y era de esas personas que costaba hacer callar, pero adoraba esa característica del chico porque con sus largos relatos hacia a cualquiera olvidar sus problemas y bueno con tanta información que daba el rubio en tan poco tiempo era imposible prestarle atención a otra cosa.
-Naruto, hoy iré a ver una oferta de empleo – hablo la pelirosa cortando la larga historia del rubio.
- ¡Eso es genial Sakura-chan! – Exclamo Naruto olvidándose por completo de su historia - ¿de qué trata el trabajo?
- Aun no lo sé, solo tengo entendido que es una oferta de la familia Uchiha – respondió con la mirada fija en una lata de cerveza que tomo del aparador y luego puso en su carro.
-Uchiha… - medito por un segundo Naruto – creo que me suena
- Puede que si, al parecer es una familia adinerada.
- Estoy seguro que te irá bien, te mereces un buen trabajo más que nadie – animo el rubio pasando su brazo por los hombros de la chica – ahora ya vayámonos que se te hará tarde.
La chica asintió sonriente y se apresuraron para ir a pagar, una vez fuera del lugar Naruto la acompaño hasta su casa y la dejó en la puerta del departamento.
-¿Quieres beber algo? – ofreció Sakura.
- Me encantaría, pero tú tienes que arreglarte, además en la noche nos veremos en el bar – respondió el rubio rascándose la nuca.
- Bueno entonces nos vemos luego – se despidió la chica besando la mejilla de su amigo.
- Te quiero Sakura-chan – se despidió sonriente el rubio.
- Y yo a ti mi rubio
Cerró la puerta una vez que el rubio se perdió por las escaleras, ese chico era fundamental en su vida y agradecía al mundo entero por ponerlo en su camino. Aun siendo huérfana ella no podía decir que estaba sola, tenia buenos amigos, gente que la acompañaba aun cuando tenían sus propios problemas y bueno con Naruto especialmente se daban compañía mutua al no tener familia.
Sonriente y con esperanzas en su corazón se dio una ducha y se cambio de ropa, se miro al espejo acomodando su corto cabello rosa que le llegaba hasta los hombros. Lucia una blusa blanca con algunas transparencias y una falda negra por sobre la rodilla. Una vez ya lista miró el reloj y considerando que la dirección de los Uchiha le quedaba medianamente lejos decidió salir de una vez.
En su camino a la parada de auto bus le templaban un poco las manos, estaba especialmente ansiosa con ese trabajo ya que podía ser la oportunidad que tano necesitaba en ese momento. El autobús no tardo en pasar, el cual iba repleto por lo que el calor la sofocaba, se acomodo en un rincón y espero que las calles no estuvieran atestadas de autos.
Miraba por la ventana para distraerse del caos que había en el autobús, gente empujándose, niños llorando, vendedores ambulantes ofreciendo sus productos, música para sus oídos. Con la vista perdida en la calle pudo notar como el paisaje comenzaba a cambiar, los edificios eran más elegantes y las calles más limpias en cuanto más se alejaba de su hogar, era evidente que la situación económica era mucho mejor en este lugar.
Una vez que ya diviso su parada comenzó a hacerse paso entre la gente a la cual finalmente tuvo que empujar para salir de un salto del autobús, iba a ser un viaje muy caótico y largo el que tendría que hacer si conseguía el empleo.
Tuvo que preguntar por la casa de los Uchiha ya que no se ubicaba para nada en ese lugar, pero al parecer el apellido era reconocido ya que las indicaciones rápidamente la llevaron a una gran casa con un imponente portón. El nerviosismo se apodero de ella, quizá no iba lo suficientemente formal, debió informarse mas sobre todo eso antes de ir. Finalmente toco el timbre y espero alguna respuesta.
-¿Quién es? – se escucho una voz ronca y firme de un hombre por el intercomunicador.
-Hola señor, mi nombre es Sakura Haruno y vengo por el anuncio de empleo – respondió con la voz algo temblorosa.
Por unos instantes no se escucho ninguna respuesta lo que preocupo aun más a la chica.
-Enseguida te abro – se escucho esta vez la voz de una mujer.
Luego la puerta se abrió automáticamente, la chica ingreso a la propiedad admirando el hermoso y enorme jardín con una pileta en el centro, la puerta de la gran casa se abrió cuando ella ya estuvo cerca, frente a ella la recibió una bonita mujer de largo pelo negro, tez blanca y amable mirada.
-Mucho gusto, mi nombre es Sakura – se presento rápidamente la chica haciendo reír levemente a la mujer ya que notaba el nerviosismo de la pelirosa.
- Me llamo Mikoto Uchiha, pasa por favor – invito la mujer haciéndose a un lado.
Sakura asintió y entro a la casa quedando algo impresionada por el lujo que había ahí. El lugar era amplio y con una decoración de muy buen gusto, cualquiera pensaría que vivía mucha gente en ese lugar.
-Y bueno dime Sakura, ¿Cómo supiste del trabajo? – pregunto la mujer sacando a la pelirosa de sus pensamientos.
-Bueno una vecina me lo informó, la verdad yo no sé nada en absoluto sobre en qué consiste lo que ustedes ofrecen – dijo con una risa nerviosa a lo que Mikoto sonrió divertida.
-Toma asiento querida – ofreció amablemente la mujer una vez que llegaron a la estancia - ¿quieres algo de beber?
- Me encantaría – respondió agradecida la pelirosa – ha sido un viaje un poco agotador.
- ¿Vienes de muy lejos? – pregunto la mujer alzando la voz una vez ya desde la cocina
- Si, más o menos…
- Bueno aquí tienes – dijo a los pocos minutos llegando con una bandeja con refrescos y galletas – en un rato bajaran mi esposo y mis hijos.
- claro no se preocupe
- Mientras cuéntame un poco de ti, qué edad tienes, donde vives – comento tratando de relajar a la chica.
-Bueno tengo 18 años, vivo sola en un departamento a un par de horas de aquí, trabajo medio tiempo en un bar y planeo estudiar medicina, para eso necesito otro empleo – explico sonriente la pelirosa – y bueno esperaba que usted me informara mas sobre en qué consistía el trabajo.
- Oh por supuesto, bueno veraz junto a mi esposo tenemos dos hijo, uno de 21 y el otro de 18, últimamente no puedo estar mucho en casa debido a mi trabajo y mi hijo menor requiere de ciertos cuidados y que lo vigilen constantemente ya que es su estado de salud no es muy bueno
- ¿Padece alguna enfermedad grave?
- Bueno realmente desde pequeño su cuerpo ha sido débil por lo que constantemente se enferma y son pocos los días en que su cuerpo tiene fuerzas para salir de la casa o incluso levantarse, necesita que lo atiendan, que estén pendiente de él y le den lo que necesite ya que él solo no podría – la mirada de Mikoto se volvía angustiada mientras le explicaba a Sakura la situación de su hijo – No veas este trabajo como el de tener que ser una niñera o sirvienta, si no que como una práctica de enfermera.
- Pero señora Uchiha yo no sé nada de enfermería, he leído algunos libros de medicina pero no sabría como llevarlo a la práctica – respondió la pelirosa rápidamente ante la proposición.
- Tranquila Sakura solo debes aprender que pastillas debe tomar o que es lo que puede comer, lo demás lo irías aprendiendo a medida que lo vas conociendo.
- ¿Usted cree que su hijo va a estar bien con una chica de 18 años? – pregunto aun preocupada por la idea de tener bajo su cuidado a alguien más.
- De cualquier forma mi hijo ya es grande e inteligente así que si las cosas no van bien me lo dirá y te lo hare saber – la mujer dio un suspiro mirando a la pelirosa con ternura –… mi hijo es de tu misma edad, pero tiene el alma de un viejo, no tiene amigos y a las únicas personas que ve día tras día es a nosotros, tal vez la compañía de alguien de su edad le haría mejor que ese motón de pastillas que debe tomar – tomó las manos de Sakura mirándola con cierta suplica – dale una oportunidad a este trabajo por favor.
Sakura miro a la mujer con angustia, debe ser difícil ver a un hijo en mal estado todos los días, incluso verlo crecer así y que las enfermedades se hicieran parte de su cuerpo y de su vida. Quizás no sería mala idea aceptar el trabajo, después de todo ella tendría el dinero y la familia una ayuda extra, aunque no sabía si serviría para eso después de todo ella siempre se preocupo solo de ella misma, pero Mikoto insistía y bueno mientras no matara al chico con sus cuidados, intentándolo no perdería nada.
-Bueno… tal vez pueda hacer algo por usted Mikoto – respondió con cierta duda finalmente – si me explicara detalladamente todo lo que tendría que hacer quizás yo sea su persona – dijo Sakura con una sonrisa esperanzadora ante los ojos de la señora Uchiha.
-¡Que bien querida! – Exclamo parándose de sillón – te prometo que te sentirás cómoda con esto – se acerco a las escaleras alzando la mirada - ¡Fugaku, chicos! Bajen de una vez – llamo a las personas que se encontraban en el segundo piso.
- Ya voy – se escucho una voz ronca como respuesta, igual a aquella voz que le había contestado anteriormente por el comunicador. Segundo después se pudo ver la figura de un hombre grande e imponente bajar por las escaleras – Hola, señorita – saludo una vez que estuvo frente a Sakura.
- Mucho gusto, señor – saludo Sakura parándose del sillón.
- Sakura el es mi esposo Fugaku – presento Mikoto colgándose del brazo del hombre.
Luego se escucharon otros pasos bajar por las escaleras a lo que Sakura dirigió su mirada. Por esta bajo un pelinegro de cabello medianamente largo, muy alto y bueno, muy apuesto.
-Ven acércate y saluda hijo. Él es mi hijo mayor Sakura
- Itachi Uchiha, mucho gusto - saludo cordialmente el chico tendiéndole la mano a la pelirosa.
- Hola Itachi – respondió Sakura aceptando la mano.
- ¿Dónde está tu hermano Itachi? - pregunto la pelinegra.
- En su habitación, no quiere bajar – respondió el chico mientras se sentaba en el sillón.
- Pero… ¿le habrá pasado algo? – dijo preocupada dispuesta a subir las escaleras.
- Vamos mamá, solo es uno de sus berrinches – dijo Itachi con fastidio – si le sigues haciendo caso Sasuke nunca entenderá.
- Hijo, entiende que para tu hermano no es fácil – dijo Mikoto con lastima mirando a su hijo mayor el cual solo la ignoró molesto – Sakura espérame un segundo iré por él.
La pelinegra se perdió en las escaleras mientras Sakura volvió a ser invitada a sentarse por el señor Uchiha.
-¿Dónde vives Sakura? – pregunto Fugaku tratando de calmar el ambiente.
- Al Este de Konoha, señor – respondió dirigiendo su mirada hacia el hombre.
- Ah bueno… Algo lejos la verdad – dijo captando al momento el lugar al que la chica se refería – ¿Y haz trabajando cuidando a alguien antes?
- La verdad es que no, pero la señora Uchiha insistió – dijo nerviosa la pelirosa.
- Bueno tendrás que tener mucha paciencia cuidando a mi hermano – hablo de repente Itachi – es un verdadero problema.
- Vamos no puede ser tan malo – respondió Sakura acompañado de una risita.
- Bueno en resumidas palabras mi hermano es un poco… - se detuvo meditándolo un poco – no, muy arrogante, egocéntrico y testarudo… un problema por donde lo mires – palabras que dejaron sorprendida a la chica.
- Vamos Itachi, deja de hablar así de tu hermano, asustas a Sakura – reprocho Fugaku – la vida para Sasuke no ha sido fácil y tu deberías apoyarlo.
- Eso es lo que ustedes han hecho estos 18 años y miren lo que consiguieron – Itachi se paro del sillón molesto, tomo una chaqueta del pechero y se acercó a Sakura – fue un gusto Sakura y espero que te sientas cómoda aquí, pero yo prefiero estar afuera el mayor tiempo posible – luego beso la mejilla de la chica en forma de despedida y salió por la puerta.
Sakura lo miró irse, Itachi no le había dejado la mejor impresión sobre su hermano, pero quien era ella para juzgar.
-Discúlpalo Sakura, Itachi no tiene una muy buena relación con su hermano, pero no te debes preocupar por eso, lo veras muy poco por aquí – dijo Fugaku con voz cansada – Sasuke no es el único problema que tenemos por aquí.
- No se preocupe señor, no me debe explicaciones yo solo vengo a cumplir un trabajo – hablo rápidamente Sakura sonriéndole al hombre.
Luego de decir eso unos pasos se escucharon bajar por la escalera, la primera en dejarse ver fue Mikoto quien venía con una expresión angustiada y una sonrisa forzosa. Poco después se dejó ver él, el tan nombrado Sasuke, un pelinegro parecido a su hermano, pero claramente más joven, traía una expresión seria y amargada. Su aspecto demostraba que no había salido de casa hace mucho y tampoco pensaba hacerlo, la ropa le quedaba grande y su piel estaba tan pálida, quizás debido a no tomar algo de sol, tenía unos ojos profundamente negros y bajo estos se podían notar unas ojeras que demostraban el insomnio. Una vez que el chico termino de bajar las escaleras pudo ver que era una cabeza más alto que ella y su postura mostraba algo de debilidad que trataba de ocultar con una mirada fría y arrogante.
-Sakura, él es mi hijo Sasuke – presento Mikoto con una gran sonrisa.
El chico no dijo nada solo se quedo mirando a Sakura con la misma mirada como esperando poder irse luego.
-Mucho gusto Sasuke, soy Sakura Haruno – se presentó la pelirosa al ver que el chico no diría nada, extendiéndole la mano educadamente.
El joven Uchiha solo se limito a contemplar la mano de la chica y luego desviar la mirada hacia otra parte. Ante esto la cara de los presentes se transformo, Fugaku cerró los ojos con frustración y frunció el ceño, Mikoto gruño con frustración y Sakura reprimió un gruñido y apretó su mano retirándola, ya se iba dando cuenta a lo que se refería Itachi, pero se contuvo. Sakura podía llegar a tener un carácter muy explosivo y eso se lo había dado una difícil vida independiente aunque si no quería arruinar la oferta seria mejor callar.
-Sasuke… ¡no empieces! – Regaño Mikoto dando un pequeño gritito de frustración – saluda a Sakura.
- Hmp – musito Sasuke recalcando su fastidio, eran las primeras palabras que escuchaba del Uchiha menor y la estaba llevando directamente a su límite – Hola – dijo secamente.
Sakura quedo sorprendida y a las vez indignada por la actitud del chico, el tipo tenía 18 años y se acababa de comportar como alguien de 12 que solo quería correr a su habitación
-¿No te piensas presentar? – insistió Mikoto molesta y a la vez preocupada por la opinión que se podría generar Sakura con todo eso.
- ¿Para qué?, de seguro tu ya dijiste todo – respondió el pelinegro cortante pasando por el lado de Sakura para sentarse en el sofá.
Sakura lo siguió con la mirada sintiéndose mal por Mikoto quien no sabía que decir para arreglar la situación.
-Discúlpalo, él no… - comenzó a balbucear la pelinegra.
- No se preocupe Mikoto – san – hablo rápidamente Sakura – jamás obligaría a la gente a hablar conmigo si no quiere – quitándole así importancia a lo sucedido.
Mikoto le sonrió y Sasuke simplemente hizo como que no la había escuchado.
-Bueno ya es algo tarde, ¿Sakura te gustaría quedarte a comer?
-Con gustó – respondió sin chistar, no se iba a negar siendo que tenía mucha hambre y en su casa no tenía nada preparado.
- Estupendo, en un momento tendré todo listo. Fugaku acompáñame a la cocina necesito un poco de ayuda – luego de decir eso la señores Uchiha se perdieron en el camino a la cocina.
En ese momento Sakura miro hacia todas parte y se dio cuenta que solo se encontraban ella y Sasuke así que simplemente se sentó a esperar. Pasaron los minutos y ninguno de los dos hablaba y eso a la pelirosa le comenzaba a hartar, el ambiente era muy molesto.
-¿y… tienes amigos? – pregunto Sakura tratando de romper el insoportable silencio.
- No es necesario que me hables – dijo Sasuke cortante – si mi madre piensa contratarte tienes que tener claro que yo paso solo el día entero así que no te molestes en establecer alguna amistad conmigo – sus palabras sonaban intimidantes y esto molesto aun mas a Sakura.
- pues yo no pienso pasar el día entero sin hablar con alguien así que también tendrás que hacerte a la idea de que soy así – dijo Sakura sin dejarse pasar a llevar.
Sasuke la miro con molestia no sentía que valiera la pena pelear con la chica.
-Eres una molestia – dijo el chico con fastidio.
- Pues considerando que yo soy la que tiene amigos creo que el problema eres tu – dijo la pelirosa desviando la mirada.
Antes de que cualquiera pudiera seguir hablando el celular de Sakura comenzó a sonar a lo que la chica reviso viendo el nombre de Naruto en la pantalla.
-Naruto – dijo la pelirosa contestando.
- ¡Sakura-chan! – Respondió hiperactivamente al otro lado de la línea el rubio - ¿Cómo te fue con el trabajo?
- Emm bueno, en eso estoy
- ¿Aun no vuelves?
- No, me quedare un rato mas, pero si se me llegara a hacer tarde dile al viejo Jiraiya que puedo quedarme a trabajando hasta más tarde en el bar.
- No te preocupes Sakura-chan yo te cubro – dijo Naruto con la alegría que siempre lo caracterizaba.
- Nos vemos luego rubio querido, besos – dijo con cariño.
- Nos vemos – se despido el chico para luego colgar.
Sakura suspiro mirando la pantalla de su celular pensando en que todavía le quedaba un largo día.
-¿Trabajas en un bar? – pregunto Sasuke sorprendiendo a la pelirosa la cual se tentó en responder con alguna broma sarcástica pero se arrepintió.
- Si, se podría decir que soy barman, preparo diversos tragos – explico calmadamente – es un lugar caótico la verdad, pero lo disfrutarías mucho.
Sasuke iba a responde ante eso pero la voz de Mikoto llamándolos a comer lo interrumpió. Sakura se decepciono al ver que el chico se ponía de pie y se dirigía al comedor haciendo como si no hubieran intercambiado ni una sola palabra, pero tampoco debía afectarle, al parecer tendría varias situaciones como esta con el chico.
-Tomen asiento chicos – dijo Mikoto invitándolos a la mesa – Sakura come, espero te guste.
- Muchas gracias señora Uchiha todo se ve delicioso.
Los cuatro comenzaron a comer, Mikoto le hablaba de cientos temas a la vez a Sakura, pero ella no podía evitar darle pequeñas miradas a Sasuke el cual comía lentamente y se notaba que le costaba tragar cada pequeño bocado, después de comer medio plato lucia muy cansado hasta que finalmente soltó los cubiertos y se enderezo en la silla.
-Ya acabe – anuncio el pelinegro a sus padres con su tono frio - ¿puedo retirarme?
- Pero hijo, Sakura está aquí con nosotros, no seas descortés - cuestiono Mikoto.
La pelirosa atenta a la pequeña discusión pensaba en lo difícil que tenía que ser para Mikoto, quien buscaba dar en cada momento una buena impresión, tener un hijo con el carácter de Sasuke. La mujer demostraba con cada gento la vergüenza que sentía y Sakura sentía la necesidad de decirle que no se preocupara, que no iba a juzgarla ni a ella ni a su familia por algo así.
-No se preocupen, por mi no hay problema – dijo Sakura agitando sus manos.
- No te preocupes Sakura, él se quedara – sentencio Fugaku dejando a un Sasuke molesto y resignado.
- ¡Ah claro! – Exclamo Mikoto – debo explicarte sobre las medicinas y comidas de Sasuke – luego se paro y se dirigió a otra habitación para luego volver con unos papeles en sus manos.
- No es necesario que te los aprendas de memoria enseguida, aquí está todo anotado para que no tengas problemas, aquí están la medicinas y los horarios en los que debe consumirlas, también tengo anotadas las comidas y porciones que puede consumir, por último los ejercicios y elongaciones que debe realizar – mencionaba sin despegar su vista de los papeles – puede que tengas algunos problemas con él ya que hay días que anda realmente de malas y no quiere aceptar ni la medicina ni la comida , si eso sucede tu solo dímelo a mí.
Luego de las palabras de Mikoto se escucho un gruñido por parte de Sasuke el cual golpeo la mesa con gran enojo en su rostro.
- ¡Odio cuando hablas de mi como si no estuviera presente ¡- dijo alzando la voz con molestia – yo sé lo que debo hacer no es necesario que se lo expliques a ella.
- claro que debo explicárselo Sasuke, ella te cuidara y vigilará por lo que debe ver que cumplas con lo de la lista – dijo la mujer ordenando los papeles y entregándoselos a Sakura.
-Bueno antes de que comience alguna discusión – interrumpió Sakura rápidamente – debo retirarme, ya es tarde, está oscureciendo y yo debo ir a trabajar.
- Oh querida claro – dijo Mikoto parándose de su lugar, ¿y no tendrás inconvenientes con tu trabajo y cuidar de Sasuke? – pregunto preocupada.
- claro se me había olvidado, yo solo puedo estar con él hasta las ocho ya que a las 10 entro a trabajar en el bar y prefiero no estar con el tiempo tan justo – explico apenada.
- Perfecto, para esa hora yo ya habré llegado así que no habrá problemas – dijo aliviada – Sakura yo se que sería una jornada muy larga pero crees que podrías llegar aquí a las 9?, te prometo que la paga será buena y será suficiente para que pagues tus estudios.
Las palabras de Mikoto llegaron a sonar como un soborno de lo desesperada que estaba, Sakura no pudo responder al instante, realmente iba a ser agotador ya que en el bar aveces llegaba a salir a las 4:00 de la madrugada.
-Bueno… creo que si podría… - dijo demostrando su inseguridad.
-¡Estupendo! – Exclamo Mikoto pasando por alto cualquier reacción de Sakura – bueno querida Sakura ya no te retengo mas, que te vaya bien – dijo sonriente.
Sakura sonrió con un leve tic en su ojo debido a la actitud de Mikoto, esa mujer jugaba sucio.
-Bueno entonces nos vemos Mañana, que estén bien – se despidió la pelirosa – Nos vemos Sasuke – dirigiéndose al chico esperando que este le dirigiera l mirada, cosa que no hizo.
La señora Uchiha la acompaño a la puerta donde se despidió amorosamente. Sakura camino hasta la salida del portón y se encamino al bar.
El camino al bar fue largo, debía tomar dos autobuses para llegar ahí desde la casa Uchiha. Al entrar el lugar estaba vacío, aun era temprano para que comenzara a llegar público y a esa hora os empleados se encargaban de tener todo listo para el servicio. El lugar era elegante y juvenil, las paredes tenían un diseño de piedra y el techo era blanco, los muebles, la barra y las mesas eran de una madera fina y oscura, además de que todo estaba muy bien iluminado.
-Hola Naruto, Kiba, Gaara – saludo Sakura a tres chicos que estaban trabajando en la barra.
- ¡Sakura-chan! – saludo efusivamente Naruto mientras decoraba unos vasos para que estuvieran listos al momento de servirlo - ¿Cómo te fue con el trabajo?
- ¡Lo tengo! – informo alegre mientras se amarraba el mandil del uniforme a la cintura.
- ¿Qué trabajo? – pregunto Kiba, un chico con rasgos de perro, mientras exprimía limones.
- Conseguí un nuevo trabajo para el día chicos – informo Sakura mirando a Gaara, un chico de 18 años pelirrojo, el cual también ponía atención a la conversación.
- ¿De qué se trata? – volvió a preguntar Kiba.
- Mmm… es algo así como ser niñera – dijo la chica no muy segura de sus palabras–La familia Uchiha es sumamente adinerada y necesita que cuiden de su hijo menor.
- Vaya que apestoso cuidar de un crio – comento Kiba con desagrado – no los soporto.
- Kiba tiene razón – dijo Gaara mientras repasaba las copas.
- Bueno chicos… la verdad es que el hijo de la familia tiene 18 años – dijo Sakura con una risita nerviosa.
- ¡¿18 años?! – Exclamo Naruto con sorpresa - ¿Qué acaso tiene un complejo? – estaba impresionado, al igual que sus compañeros, lo que casi lo hace dejar caer las copas que tenia listas.
- No Naruto nada de eso, él está enfermo y necesita supervisión ya que sus padres no están en la casa por el día – explico comenzado a juntar unos pocos ingredientes para preparar un trago.
- Bueno entonces no debe ser un trabajo tan difícil – comento Kiba.
- Eso creo, aunque el chico es un total amargado – dijo Sakura con disgusto – fue muy maleducado, de seguro tendremos algunos problemas.
- Tómatelo con calma – sugirió Gaara – solo debes cuidarlos, no debes agradarle ¿no?
- Si, tienes Razón Gaara – asintió la chica sonriéndole.
- Los ricos siempre mirando en menos, tienen un poco de dinero en el bolsillo y ya se les sube el ego – se quejo Kiba con fastidio – No permitas que te pasen a llevar Sakura.
- No te preocupes amigo – respondió divertida por el comentario.
Sakura miró al frente y se percato que los meseros ya comenzaban a ordenar las mesas para abrir las puertas a la clientela. En la barra ella era la única mujer, pero varias de sus amigas trabajaban como meseras.
-Sakura, hola – saludo Ino, una rubia voluptuosa con la que llevaba una amistad de años al igual que con Naruto, mientras cargaba una bandeja llena de copas.
- Hola puerca – Saludo Sakura elevándose por sobre la barra, apoyando su peso sobre el mesón de la barra para darle un beso en la mejilla a su amiga.
-Sakura, que bueno que ya llegó – habló esta vez un chico de cejas muy pobladas alzando su mano en forma de saludo.
-Hola Lee – respondió Sakura – si bueno, no pude llegar antes.
Los chicos conversaban cuando un hombre de melena blanca entro al lugar.
-Hola muchachos – saludo el hombre - ¿Cómo los trata la vida?
- Hola Jiraiya – saludó Sakura al hombre mayor - ¿Tan temprano tu acá?
-Si bueno, hicieron una reservación de una mesa para una despedida de soltara – informó sentándose frente al computador de la barra - ¡tantas chicas preciosas, ya no puedo esperar! – exclamó con una expresión babosa propia de un pervertido.
-Viejo cochino – susurro Naruto sacándole una risa a Sakura.
-¡¿Cómo me llamaste, mocoso?! – gritó encarando a Naruto con una vena hinchada en su frente.
- Nada, creo que ya deberíamos abrir viejo – dijo el rubio rápidamente cambiando de tema.
-Ino abre las puertas – dijo el hombre sin despegar la mirada acusadora de Naruto, pero terminó por rendirse y volver a lo suyo.
-¡Si!, que el poder de la juventud nos motive esta noche – exclamo Lee entusiasmado mientras Ino abría las puertas del lugar.
Cada uno se apresuró por terminar su trabajo antes de que el lugar se atestara de gente como siempre.
Tres horas más tarde el lugar era una locura, los meseros corrían de un lugar a otro tratando de atender todas las mesas en un tiempo record y el hecho de que una celebración se estuviera llevando ahí no ayudaba de nada.
-¡Sakura!, necesito tres pisco sour y un Atacama Blank – anunció Ino pasando el pedido.
-Enseguida lo saco, puerca – respondió Sakura agitando velozmente la coctelera.
La rubia se retiró para atender otra mesa mientras el pedido se hacía.
-Esta noche está siendo especialmente larga – comentó Naruto sirviendo dos tragos y colocándolos en una bandeja para que Lee los retirara - ¡tengo hambre, mierda! – agarrándose el estomago.
-Idiota, ni aunque estemos abarrotados de pedidos dejas de pensar en comida – comentó Gaara con burla.
-Bueno, hablando de comida – continuó Naruto omitiendo el cometario de Gaara a la vez que comenzaba a preparar otro pedido – pensaba que sería una buena idea celebrar – propuso riendo.
-¿Celebrar qué? – pregunto Sakura dándole una rápida mirada mientras llenaba las copas.
-¡tu trabajo Sakura-chan, por supuesto! – exclamo alzando los brazos recalcando la obviedad del asunto.
-Oh no Naruto, no lo creo – dijo negando con la cabeza.
-Hn, ¿por qué Sakura?, tu nunca pierdes la oportunidad de una fiesta – comentó Gaara sonriendo de lado con la mirada fija en lo que hacía.
-Pues por lo mismo, mi nuevo trabajo – dijo con simpleza lanzando un suspiro – si tengo suerte dormiré 3 horas, ¡ralamente será una locura! – dijo riendo.
Los tres jóvenes siguieron riendo y comentando diversos temas mientras se movían ágilmente a lo largo de la barra realizando los pedidos, incluso pasando por encima del otro si era necesario.
Mientras tanto el viejo Jiraiya, dueño del lugar, los observaba quedando pensativo ante lo dicho por Sakura, a la cual le tenía mucho cariño desde que comenzó a trabajar en su bar.
La jornada de trabajo estaba por llegar a su fin, la gente se retiraba y como era costumbre alguno que otro borracho era llevado a un taxi por alguno de los empleados al no poder caminar por ellos mismos en sus estados. Finalmente una vez vacio el lugar, todos comenzaron a limpiar y ordenar. Las bromas no faltaban entre todos, el ambiente era muy ameno y eso la pelirosa lo agradecía enormemente ya que hacia la jornada un poco menos cansadora.
-Deberíamos comprar algo para comer – propuso Naruto ya sin poder aguantar su hambre sacando carcajadas de sus compañeros.
-Bueno considerando que las ganancias fueron muy altas esta noche – comento Jiraiya terminando hacer el cierre de caja – yo invito esta vez.
-¡Ese es mi viejo! – exclamo el rubio dándole una gran palmada en la espalda al hombre canoso, el cual lo miro con molestia.
-Lo siento chicos pero yo paso – dijo Sakura sonriendo con lastima.
-Pero Sakura-chan, debes quedarte – se quejo Naruto.
-Naruto dentro de unas horas debo levantarme para ir a trabajar, no puedo.
-Ella tiene razón Naruto – dijo Gaara – debe querer descansar.
-Está bien – dijo resignado el rubio.
Sakura se despidió de todos en el local y colocándose su chaqueta salió, sintiendo la agradable brisa de una noche de verano.
Una vez ahí no espero más y se lanzó a su cama buscando la comodidad de un sueño bien merecido, no le tomo demasiado conseguirlo, su cuerpo estaba muerto de cansancio y dentro de poco le esperaba mucho trabajo.
...Próximo capitulo: Un día contigo
Espero les haya gustado y recibir sus comentarios para poder decidir si seguir o solo continuar con mi antiguo fic
Nos vemos!
