Hola a todo aquel ser que este leyendo esto (si es que alguien lo esta haciendo)
En fin, esta es mi primera historia, hace bastante tiempo que ya tenia este capitulo escrito, la razón del porque apenas lo subo es desconocida, simplemente creí que era el momento indicado.
Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece, de lo contrario Goenji-chan no seria el malo en la continuación.
Lo único que es de mi total y absoluta propiedad es la trama y los personajes OC que aparecen en ella.
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緑色の目で不思議な少女
Ryokushoku no me de fushiginashōjo
Capitulo 1
¡La reunión de la selección japonesa!
Tres meses han pasado desde que se acabaron todos los problemas con el instituto "Alíen", todos los jugadores que fueron reclutados para esta importante misión han regresado a sus respectivas escuelas, dando pauta a un periodo de paz, con divertidos y amistosos partidos entre los equipos de la región, aumentando así sus habilidades para un torneo sumamente esperado y especial: "Futbol Frontera Internacional", conocido con las siglas "FFI".
Miles de jóvenes adolescentes entre 12 y 16 años se preparan para este encuentro a nivel mundial, donde participan varios países de todos los continentes, pero solo los mejores llegan al final, solo los más aptos puede ganar.
En una tranquila y acogedora casa de Japón, para ser más exactos en la ciudad de Inazuma, habita un gran portero, con grandes sueños y esperanzas, su nombre es Mamoru Endou, nieto del legendario guardameta; Daisuke Endou, este adolescente de 14 años de edad es una gran persona, tanto en la cancha como en la vida diaria, pero tiene un pequeñito problema: a veces se le hace un poquito tarde.
-¡Mamoru, ya es tarde, no llegaras a tiempo a tu cita con el entrenador Hibiki!- grita una mujer de cabello castaño, lacio en la parte de arriba y un poco abultado en el final, tiene unos pequeños ojos negros y unas pecas adornan sus apiñonadas mejillas, es la hija de Daisuke, el ídolo de su pequeño y único retoño.
-¡Es cierto, ya es bastante tarde!- se oyó otro grito desde una habitación, proveniente de la garganta de un chico de grandes ojos marrones y cabellera del mismo color.
Se levanto y vistió su uniforme en unos minutos, un tiempo record, siendo merecedor de un trofeo, se hecho a correr con destino a la "Secundaria Raimon", donde había quedado con el dueño del puesto de fideos, pero se dio cuenta de que un chico lo estaba siguiendo, se volteo para verlo, el otro chico se detuvo y retrocedió unos pasos, le dedicó una mirada de desconfianza y siguió caminando, pero aun así el chico lo seguía, apretó los puños molesto y se volteo bruscamente:
-¿Por qué me estas siguiendo?-le pregunta al muchacho, dándose cuenta de que este tenía el cabello de un tono negro grisáceo y unos ojos verde oscuro.
-Amm… este…bueno…-empieza a tartamudear evidentemente avergonzado.
-Oye contéstame-reclama el guardameta
-Suminasen (discúlpeme) si lo moleste, -le hace una pequeña reverencia- es que estaba buscando la escuela Raimon, pero creo que me perdí -comienza a reír y a rascarse con una mano su nuca nerviosamente- así que como lo vi con el uniforme pensé en seguirlo, discúlpeme si lo moleste Endou-san.
-Ahh, con qué era eso, y ¿Cómo conoces mi nombre?
-Fácil –dijo entusiasmado- todos los que jugamos futbol lo sabemos. Mi nombre es Toramaru Utsunomia, yo también juego futbol, y recibí una llamada del entrenador Hibiki.
-Vaya tu también –soltó una risita- y yo que no sabía que era famoso, bueno, apurémonos porque ya es tarde.
-Hi (si).
Se pusieron a correr en la dirección a la que iba el castaño lo más rápido que podían, llegando a su destino en unos minutos. Cuando estuvieron en la entrada del gimnasio lo primero que vieron fue un montón de pares de zapatos, lo cual les indicaba que habían sido los últimos en llegar.
Un joven de cabellos castaño claro, con unos impresionantes ojos azules se les acerco y saludo a el ojicafé.
-Hola ¿Cómo has estado?
-Tachimukai, tu también estas aquí.
-Sí, pero no soy el único, mira allá –dijo mientras señalaba a otros chicos.
-Kogure, Tsunami, Fubuki-exclamo alegremente el capitán del instituto Raimon; enfrente de el se encontraban 3 chicos, el primero era un pequeño chico de traviesa mirada ambarina-naranja con cabellera azulada peinada de una forma graciosa; el segundo chico era mucho más alto que el anterior, de piel color canela, cabello rosa pastel y poseedor de un par de ojos negros como la obsidiana, vivarachos y juguetones; el ultimo chico, un poco mas bajito que el anterior, albino por naturaleza y de hermosos ojos verde agua grisáceos que contrastaban con el pants verde fosforescente que vestía.
-Es un gusto volver a verlo capitán-contesto el peliplateado.
-Esta vez fuiste tu quien llego tarde Endou-dijo el goleador estrella del equipo, Shuuya Goenji contenedor de unos ojos café oscuro, que fácilmente podían ser confundidos por negros.
-Lo que pasa es que me quede dormido-respondió despistadamente mientras se rascaba la nuca- ¡Hijikata!, ¿Qué haces aquí?- pregunto una vez que se dio cuenta de la presencia del musculoso muchacho que habían conocido cuando estuvieron en Okinawa.
-Es que estoy muy interesado en jugar futbol.
-¿Y tus hermanos? ¿No importa que estés lejos de Okinawa?
-No te preocupes, ellos están bien, los esta cuidando una vecina.
-¿Y tu quien eres?- dirigiéndose al muchacho que estaba al lado de Hijikata y Goenji.
-Ahh, pues yo soy-dijo acercándose al castaño- Masaru Mukata, de la secundaria Kidokawa.
-¡Te recuerdo!, tu hacías la técnica del triangulo Z- acoto mientras daba un suave golpe en la palma de su mano.
-¡Zeeeeta!, sin mis hermanos no es lo mismo, para nada-dijo mientras hacia la posición que le tocaba en la realización de la técnica.
-Oye Endou ¿tu sabes para que nos llamaron?- pregunto el único surfista.
-No, la verdad no tengo la mínima idea de para que nos quieren.
-Capitán, Anteojos esta muy raro- le llamo el pequeño dientes de castor, de nombre Kurimatsu Tappei.
-Desde que llegamos nos a dicho que el no es el Anteojos que conocemos- completo el chico de gorro de rayas horizontales de colores rosas y azules, apodado Max.
-Mucho gusto en conocerte, de seguro debes de estar confundiéndome con el cerebrito de mi hermano, pero soy muy diferente, observen- y dicho esto le quito a Max el balón que tenia en las manos, lo pateo con gran precisión y encesto una canasta dejando a varios chicos impresionados.
-Vaya, nos impresionaste, tu tiro fue espectacular- alago Josuuke Tsunami.
-Endou, mira Sakuma también está aquí- dijo el joven estratega de rastas y googles llamado Yuuto Kidou.
-Debe de ser algo realmente importante si citaron a jugadores tan talentosos aquí- respondió a manera de saludo el joven de parche, chaqueta verde y cabellera plateada.
-Hey Endou, ¿ya viste quien esta aquí?- volvió a decir Goenji captando la atención de su despistado capitán.
-Hola, Endou-kun, tiempo sin vernos- saludo el joven pelirrojo, de ojos esmeralda, piel extremadamente pálida y chaqueta anaranjada, de nombre Hiroto Kiyama.
-¡Hiroto!, que bueno que estas bien.
El otro chico simplemente le sonrió y le dijo:
-Es un gusto que esta vez podamos jugar fútbol juntos, será muy divertido- el castaño asintió regalándole una sonrisa- hay alguien a quien quiero presentarles.
En ese momento entro un chico con un aura oscura para el gusto de algunos y se les acerco.
-Hiroto, ¿Quién es el?- pregunto Endou.
-Que grosero- dijo el misterioso chico de ojos negros- en la Tierra hay un dicho que dice así: En tan solo 3 días un hombre pude cambiar, ¿Qué les parece?- dijo mientras ponía sus manos en su cadera y les daba una sonrisa.
-Es Reize- susurro uno de los presentes.
-¿Qué? ¿Reize? ¿El capitán de Tormenta Géminis?- pregunto el muchacho originario de Hokkaido.
-Oh, vamos, ese era mi nombre de extraterrestre, mi verdadero nombre es Ryuuji Midorikawa, así que no lo olviden-les contesto con la misma sonrisa en su apiñonado rostro.
-¿Y te apareces con este descaro?, tu destruiste mi escuela- le reclamo Masaru Mukata, abalanzándose sobre él.
-En verdad lo lamento, no era mi intención-dijo mientras ponía sus manos entre el y el furioso delantero para tratar de hacerlo hacia atrás y con una sonrisa bastante nerviosa- es que me era muy difícil desarrollar mi personaje y creo que me lo tome muy enserio, en verdad lo siento.
Los otros chicos estaban muy sorprendidos e incrédulos por lo que acababan de oír y sus caras lo mostraban.
-Así que por eso digo: Lo pasado, pasado, y lo mal hecho perdonado, espero que seamos buenos amigos- finalizo con otro sonrisa el joven peliverde.
-Otra vez con sus proverbios- se quejo Kabeyama.
Algunos, ante la broma que el gran defensa hiso se empezaron a reír, hasta que Endou recordó que no había presentado al chico que lo acompaño en la mañana.
-Hey amigos, yo también les quiero presentar a alguien, el es Toramaru Utsunomia- dijo mientras acercaba al chico a donde estaban los otros.
-Es un placer conocerlos-respondió con un pequeño sonrojo cubriendo sus mejillas y en un estado de nervios.
-¿En que posición juegas?- le llamo Kidou
-Cualquiera menos portero, espero poder formar un buen equipo con ustedes.
-Oye Endou, ¿tu conoces al sujeto de la esquina?, desde hace rato que llego, pero no me da buena espina- volvió a preguntar Tsunami.
-No, la verdad es que nunca le había visto.
Endou, Tsunami y Someoka decidieron acercársele a aquel sujeto para preguntarle su nombre. El desconocido verdaderamente era raro, un peculiar peinado en forma de halcón, de color morado oscuro por el tono de su cabello, ojos pequeños y negros, chaqueta negra, camisa roja y pantalones de mezclilla un poco sueltos.
-Hola, yo soy Endou Mamoru ¿de casualidad te llamo el entrenador Hibiki?-pregunto el guardameta de manera amable.
-Si, ¿y a ti que?-contesto descortésmente el extraño joven.
-¿Pero que te pasa? Lo único que queremos es… -Someoka se molesto por la respuesta que recibieron y ya se estaba preparando para darle una buena clase de modales a ese chico aunque tuviera que usar los puños, pero Endou lo detuvo.
-Tranquilos, lo único que queremos saber es tu nombre.
El chico soltó un suspiro cansado y agrego secamente:
-Soy Seiya Tobitaka.
-Un gusto conocerte, Tobitaka.
-Como sea, un gusto.
En ese momento llego el entrenador Hibiki, seguido de las 3 managers; Aki Kino, Haruna Otonashi y Natsumi Raimon. Los jugadores se empezaron a reunir alrededor del señor que los había citado en ese lugar.
-¿Ya están todos?- pregunto el maestro de pañoleta morada amarrada en la cabeza
-Pues vera entrenador, aun no…-le contesto nerviosamente la hija del director de la secundaria en la que se encontraban, pero no pudo terminar de responder ya que en ese mismo instante un balón que había sido disparado con una gran fuerza se dirigía hacia el chico de capa azul, que afortunadamente pudo percatarse y regresar el tiro a quien lo había mandado: Akio Fudou.
-¿Qué haces aquí, Fudou?- dijo Kidou notablemente molesto e incomodo con la presencia del chico del mohicano.
-No te enfades, solo quería saludarlos, tienen un pésimo sentido del humor-respondió Fudou con un tono de voz burlón.
-Entrenador Hibiki ¿Usted lo llamo?- pregunto Sakuma con la leve esperanza de que todo fuera una broma de muy mal gusto. Pero todas sus esperanzas se fueron al caño al ver como el viejo sonreía mostrando su dentadura y agregaba:
-Ahora si ya estamos todos completos.
-Entrenador, como le estaba diciendo antes de que me interrumpieran-y la chica de ojos almendrados le dirigió una mirada matadora al ex capitán del Nuevo Instituto Imperial, pero este la ignoro olímpicamente- todavía no estamos completos, si usted recuerda nos dio permiso para que nosotras escogiéramos a un seleccionado, y bueno, aun no llega.
-Casi lo olvido, que despistado soy- ante la confesión tan franca algunos no pudieron evitar que una gota bajara de sus cabezas (si, esas típicas que salen en todos los animes)- pero ¿no creen que ya se tardo mucho ese niño?
-Haruna-chan, onegai márcale de nuevo a su celular- pidió amablemente la joven que en un principio fue la única chica en interesarse en el club de futbol.
-Hai- la chica realizo la acción que le solicitaron ante la mirada expectante de algunos y otras mas aburridas e indiferentes- no me contesta, me lleva al buzón de voz- informo la joven chica peliazulada.
-Cuando llegue definitivamente lo matare, le dije que tenia que llegar temprano y no tarde como siempre lo hace- rezongo la muchacha de largo cabello.
-Miren creo que ahí viene- señalo Aki a la entrada por lo cual todos motivados por la curiosidad voltearon a ver.
Y efectivamente como había dicho la chica de cabello verde oscuro una figura se acercaba al lugar, una figura oscura, vestía todo de negro; pantalones de mezclilla rectos color negro, una sudadera muy amplia con un gorro que traía puesto, en la espalda traía la frase: "I hate you", también negro, debajo de ese gorro se podía ver una boina grande que curiosamente también era negra y que no dejaba ver las facciones de su rostro, ni siquiera dejaba ver su rostro completamente y para finalizar unos converse negros. Pero la forma de vestir de ese oscuro muchacho no fue lo que mas les llamo la atención, si no el aura que poseía, parecía que iba de acuerdo a su vestimenta, despedía soledad, la mas pura soledad que cualquiera de ellos hubiera sentido, tristeza, misterio y hasta cierto punto infundía un poco de miedo, enviando un claro mensaje: "Si aprecias tu vida, aléjate de mi", lo escalofriante es que era extrañamente atrayente, electrizante, como la fuerza de atracción que ejerce un imán a otro, bastante difícil de explicar.
El chico se abrió paso entre todos y camino de forma lenta hasta llegar a la joven Raimon y plantarse enfrente de ella.
-Te dije que tenías que llegar temprano, ¿Por qué nunca me haces caso? ¿Aun sigues con tu extraña obsesión por el negro?- reclamo Natsumi
-Hmp- bueno, ahora notaban lo elocuente que era ese joven para hablar.
-Hola hijo, yo soy el entrenador Hibiki, quítate la gorra para que pueda conocerte mejor y dime tu nombre- se presento amablemente el mas avanzado de edad de los que se encontraban ahí, trato de acercar una de sus manos a la cabeza del chico para quitarle ese gorro que no permitía que se viera su rostro, pero este reacciono y se hizo para atrás sin decir ni una palabra.
-Obedece- ordeno Natsumi. El entrenador al ver que el chico no pensaba hacer caso agrego:
-No pienso aceptar a nadie que no conozco, ni siquiera su rostro.
-Hazle caso, por que si no lo hare yo- volvió a hablar Natsumi
El chico soltó un suspiro hastiado, saco las manos de los bolcillos de su sudadera y las acerco a su cabeza para proceder a bajar el gorro de la misma, piel pálida, se pudo apreciar una boina negra de la cual escapaban unos traviesos mechones color ¿miel?, lentamente quito la ultima prenda que cubría su cabeza e instantáneamente una cascada de hebras que efectivamente eran miel cayeron grácilmente disfrutando de su libertad, y la mayoría podía asegurar que nunca en su vida habían visto un cabello tan largo, por que si sus cálculos no les fallaban los hilos dorados llegaban 15 o 20 centímetros debajo de sus glúteos.
Y cuando alzo la cara, todos, excepto las chicas, quedaron mas sorprendidos que antes; piel blanca, pálida, pero no al extremo de parecer un muerto viviente, suave a la vista de cualquiera, ojos verde brillante, verde pasto, verde primavera, pero oscurecidos por algo que pocos pudieron identificar como una combinación de soledad, tristeza y misterio, labios rosados, carnosos, incitantes y frescos, pestañas largas y onduladas, facciones finas, como las de una muñequita de porcelana, demasiado finas para ser un chico; un momento, no era un chico, era una niña, ¡¿UNA CHICA! Pero joder, si es hermosa y sumamente atrayente. Nubes rojas se instalaron en las mejillas de algunos jugadores.
-Mi nombre es…-Su voz, que voz tan suave, como el cantar de un pajarillo necesitado de protección, pero a la vez tenia un toque frio y distante, un pajarito herido que necesita que lo cuiden, pero no quiere aceptarlo.La chica no pudo terminar de hablar ya que una bola con pelo verde manzana se le arrojo para abrazarla eufóricamente, sorprendiendo a la joven y a todos los presentes.
-¡CHIBI-CHAN!—chillo Midorikawa a completando la inconclusa frase haciendo que la extraña se sonrojara un poco y que frunciera el seño molesta y confundida. Al ver que la chica no reaccionaba como el esperaba que lo hiciera se separo desasiendo el abrazo y le pregunto:
-¿No te acuerdas de mi Chibi-chan?
La joven hizo una mueca pensativa para luego negar lentamente con la cabeza, quedándose mirando esas perlas carbón, ¡Chibi-chan, apresúrate que si no, nos dejaran sin helado! Esos ojos los había visto mucho, durante un periodo fueron sus preferidos y los que más necesitaba en todo este tiempo que llevaban de no verse.
-¿Ryuu-chan?- pregunto temerosa de estar equivocándose.
-¡HI! Me asustaste, creí que ya me habías olvidado-dijo volviéndola a abrazar, con la diferencia de que esta vez la chica le correspondió la acción y le contestó:
-¿Quién puede olvidar a un baka como tu? Te extrañe mucho Ryuu-chan.
Un carraspeo interrumpió su reencuentro a lo que la chica se dio cuenta de que aun no había dicho su nombre. Se separo del centrocampista que la abrazaba y agrego fríamente:
-Mi nombre es Hina, Kirai na Hina.
Que nombre tan…peculiar.
-¿Una chica?-pregunto Fudou con un tono de voz grosero, sabia que la razón por la cual estaban todos reunidos era importante, entonces ¿Cómo kuso se les ocurría incluir a una niña que se veía que era totalmente inútil como jugadora?
-Bien Hina-dono, ¿en que posición juegas?- pregunto el entrenador de Raimon.
-En cualquier posición que me asignen.
-¿También portero?
-Si, tengo técnicas especiales para la portería, para defender, atacar y pasar el balón.- Hibiki no esperaba esa respuesta, no era algo muy común, podía contar con los dedos a todos los jugadores que conocía que pudieran hacer eso y hasta le sobraban dedos.
-Con eso me basta por el momento, si las chicas confían en ti, yo también lo hare. Escuchen todos ustedes están reunidos- dijo Hibiki con una enigmática sonrisa- por que son candidatos para ser los jugadores que representen a Japón- todos se sorprendieron ante la noticia- en el torneo Futbol Frontera Internacional, abreviado FFI. Este torneo determina al mejor equipo juvenil en el mundo, y ustedes son los seleccionados a ser los jugadores nacionales de Japón.
-¡Esto es fantástico amigos!- grito el portero ojimarron emocionado.- ¡Lo próximo es el mundo!
-¡SI!
-¿Con que el mundo, eh?- pregunto Kidou interesado.
-Finalmente llegamos a la lucha contra el mundo- completo Goenji.
-¡Estoy tan emocionado! primero Japón, después el universo y ahora el mundo-dijo Someoka con un fondo de llamaradas.
-No te emociones ¿Cuándo fuiste el primero en el universo?- dijo Kogure en son de burla causando la furia del delantero.
-Las 22 personas que estánaquí son candidatos- informo Hibiki, llamando la atención de los muchachos- Pero solo puedo elegir a 17- al decir esto Natsumi dio un paso hacia delante.
-Primero vamos a dividirlos en 2 equipos- dijo la castaña- Esos 2 equipos jugaran un partido para decidir a los seleccionados finales.
-Bien, cuando escuchen su nombre pasen al frente por favor- dijo Aki mientras comenzaba a leer los papeles que tenia en las manos. Cuando la de orbes verde oscuro termino de decir los nombres los equipos quedaron de la siguiente forma:
En el equipo A estaba Endou como capitán, Someoka, Hijikata, Sakuma, Fubuki, Tsunami, Matsuno, Mukata, Kabeyama, Hiroto y Tobitaka.
Mientras que el equipo B estaba Kidou capitaneando, Goenji, Kazemaru, Kogure, Fudou, Tachimukai, Hina, Midorikawa, Kurimatsu, el hermano gemelo de Anteojos y Toramaru.
-Espero que formemos un buen equipo Kidou-kun—dijo de manera burlona Fudou.
-El partido será en dos días, con el fin de observar sus capacidades individuales, las técnicas combinadas quedan prohibidas. Muestren todo lo que tienen si es que quieren un lugar en la selección- dijo Hibiki.
-¡Hai!
-Hina-chan, me gustaría que esta tarde fueras a mi restaurant para que podamos platicar un rato- pidió el entrenador.
-Hmp, ya que ¿Cómo se llama su restaurant?
-Fideos RaiRai Ken ¿sabes cómo llegar?
-Si, creo que ya he pasado antes por ahí.
-Hina, recuerda que los 2 días antes del partido tienes que entrenar con el equipo que se te asigno, así que por favor, no vayas a llegar tarde- ordeno nuevamente Natsumi.
-No me molestes de nuevo con eso Natsu-baka, sabes que no soy buena en cosas como la puntualidad y todo ese rollo- contesto fríamente la joven ojiverde.
-Te he dicho que me incomoda que me digas así- dijo molesta refiriéndose al mote que la chica le había puesto.
-Precisamente por que se que te molesta, es porque lo hago Natsu-baka- respondió burlonamente.
-Hey Chibi-chan—intervino Midorikawa evitando una posible pelea- ¿Qué te parece si te invito a comer un helado?
-Mejor unos dangos, me gustan mas- dijo aceptando la oferta inmediatamente.
-Hibiki-sama, ¿nos podemos retirar ya?- pregunto el ojinegro.
El viejo asintió como respuesta y varios comenzaron a retirarse con lo que parecía un prometedor dolor de cabeza por todas las preguntas que rodaban sin cesar en sus mentes, ¿Por qué la chica se portaba tan fría y distante con los demás y con Midorikawa era amable y linda?, ¿Qué tenia ese idiota en especial?, ¿hace cuanto que se conocían?, ¿Qué tipo de relación tenían?, ¿Por qué la joven era tan malditamente atrayente?, ¿Por qué mierdas les importaba ella?, ¿Por qué se mataban las neuronas pensando todo esto?. Oh si, alabado sea el que invento la aspirina.
Para disgusto de algunos el peliverde tomo de la mano a la joven de cabello miel y esta no hizo nada para evitarlo, solamente la sangre le coloreo un poco las mejillas y le daba una pequeña pero hermosa sonrisa. El joven la jalo suavemente hacia la salida mientras canturreaba algo que pudieron descifrar como:
-Helado, helado, que rico, helado, helado.
-Que no, unos dangos, saben mejor.
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El cielo de la ciudad de Inazuma se tornaba con los colores propios del atardecer, dando a sus espectadores una hermosa y mágica vista.
-¿Al extranjero?- preguntaron Aki y Endou al unísono.
-Si, me iré a estudiar al extranjero, esta noche saldrá el vuelo- respondió Natsumi sin dejar de ver el bello panorama.
-Pero, ¿Por qué Natsumi?, ¿es que acaso no te quedaras a ver el partido de selección?- pregunto Endou.
-Lo siento, pero es un viaje que ya tenia planeado desde hace un tiempo- volteo a ver a Aki- en mi ausencia me gustaría que tu y Haruna-chan apoyen al equipo en todo momento.
-Claro, pero tu también nos apoyaras en el torneo ¿verdad?- hablo Aki.
-Por supuesto, también me gustaría- su voz se torno un poco preocupada- que, aunque se que no es seguro que Hina se quede en el equipo, que la cuiden, la mayoría de las veces se pone muy pesada, grosera y distante, pero en realidad ella es una buena persona aunque quiera hacerse la ruda es muy sensible y frágil, onegai, cuídenla mucho mientras yo no este. Me preocupa que cometa una tontería mientras yo no este.
-Haremos todo lo que este a nuestro alcance para cuidarla, no tienes nada de que preocuparte- le respondió firmemente Endou, dándole una de sus típicas sonrisas que siempre lograban reconfortar a quien las recibiera.
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-Sabia que vendrías a verme- dijo Hibiki una vez que vio que el nieto de su maestro entraba a su local con una expresión seria en el rostro, que solo ocupaba en conversaciones que el creía verdaderamente importantes.
-Entrenador, tengo una duda ¿Por qué puso a Kidou y a Fudou en el mismo equipo?, usted sabe que ellos dos no se llevan bien.
-Veo que me leíste el pensamiento Endou- interrumpió Yuuto, entrando en el restaurant, antes de que el dueño de este pudiera responder- Entrenador sigo creyendo que ese niño no tiene ninguna habilidad para estar en algo como esto.
-Eso es algo que yo decidiré, ustedes solo deben de preocuparse por su rendimiento, si no veo un buen resultado de su parte, no los integrare en el equipo.
Ante lo dicho por el viejo, Kidou se calmo un poco y Endou agrego:
-Lo sabemos entrenador.
-La respuesta que están buscando solo la encontraran aquí- dijo mientras señalaba con el dedo pulgar su corazón.
-Ya veo, lo que nos esta proponiendo ahora es un nuevo reto- completo entusiasmado el capitán.
-No lo había pensado de esa forma, pero si así lo quieres ver, esta bien.
-Claro, hagámoslo Kidou.
-Esta bien- contesto el estratega no muy convencido.
El sonido de la puerta abrirse llamo su atención y vieron a la chica de la mañana entrar al local.
-Creí que ya no vendrías- Saludo el dueño del lugar.
-Y yo creí que usted había dicho que hablaríamos en privado- contesto cortantemente remarcando la última palabra.
-Nosotros ya nos vamos, nos vemos luego entrenador Hibiki- se despidió Endou.
-Hasta luego entrenador, Kirai na- dijo Kidou.
La muchacha le dirigió una fría mirada al de rastas, que lo hizo estremecerse, pero supo ocultarlo muy bien, debido a que tenía puestos sus amados googles.
Los muchachos salieron del restaurant, dejando que los que se encontraban adentro platicaran a gusto, sin pensar que en unas semanas más, darían lo que fuera, por escuchar al menos una parte de esa importante conversación.
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La noche había llegado a la ciudad Inazuma, haciendo que el cielo se oscureciera y las estrellas salieran a presumir la luz que poseían, las luces de los faros eran las que alumbraban las banquetas por las que caminaban los transeúntes que iban camino a sus hogares. Dos jugadores de la secundaria Raimon estaban sentados en el pasto, Kidou y Endou; ambos observaban silenciosamente los destellos que los astros celestes mandaban a la Tierra, hasta que el portero irrumpió el silencio que se había formado:
-Mañana entrenare en la Secundaria Raimon ¿Dónde lo harás tú?
-En el Instituto Imperial, estoy más acostumbrado a jugar en esas canchas.
Otro silencio se formo, pero la diferencia es que este era algo incomodo, por lo cual el centrocampista lo interrumpió:
-Sabes Endou, hoy que te vi platicar con el entrenador sentí un poco de celos.
-¿Eh?- pregunto Endou todo confundido.
-Me refiero que tu apoyo para poder jugar futbol es la libreta de tu abuelo y los consejos del entrenador Hibiki, yo en cambio no tengo la confianza suficiente de que formare un buen equipo con Fudou, por que por mas que lo intente, el siempre me recordara a Kageyama, y para empeorar la situación la presencia de esa chica me pone los nervios de punta.
-¿Te refieres a Kirai na?
-Si, quizá te suene paranoico de mi parte, pero todo de ella me recuerda a Kageyama, admito que es una chica bastante linda, pero su forma de hablar, su postura, e incluso su manera de ver a las personas me recuerda a Kageyama, como si tuviera una fuerte conexión con el, sonara raro, pero creo que nunca me librare de la maldición de ese hombre- tomo sus cosas y se levanto para dirigirse a su casa.
Endou se sorprendió por la confesión que le había hecho el estratega, ya que normalmente el era quien le contaba sus problemas o pesares al de rastas, nunca llego a pensar que los papeles se invertirían, no se le ocurrió nada elocuente así que mientras veía al joven alejarse le grito:
- No te preocupes Kidou, ten la esperanza de que iremos juntos a ese torneo.
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-¡Miku-chan, ven acá, ya te tienes que irte a la cama!- grito fuertemente una chica de unos 14 años, de piel color caramelo, ojos marrones y hebras negras.
-Pero quiero esperar a Hina-neechan- replico la pequeña de 7 años, con una pijama rosada de conejitos, ojos ónix y cabellera ébano.
-Si, queremos que nos cuente como le fue y todo lo que le dijeron- apoyo otra vocecita infantil, esta vez masculina, de 8 años, orbes azul oscuro que podían ser confundidos con negros y unos hilos rojos furia cubrían su cabeza.
-Lo único que conseguirán es que se enfade con ustedes- les amenazo un joven de la misma edad de la chica con la cual compartía un gran parecido, lo que les diferenciaba (aparte de ser de diferente sexo) es que los colores de sus ojos y cabello los tenia invertidos.
-Pero ella nos prometió que llegaría temprano para contarnos su día- contraatacaron los pequeños con carita de perro mojado.
-Vayan a dormir de una vez, por que no solo conseguirán que Hina se enoje con ustedes, si no también lo hará Akemi-san.- sentencio otra chica de piel pálida, ojos y cabellera marrón, de la misma edad que los otros dos jóvenes mayores, que parecían ser sus hermanos.
-Esta bien- se rindieron los niños, subiendo derrotados las escaleras hacia la habitación del lugar donde se estaban hospedando.
-Pequeños demonios algún día me sacaran canas verdes- gruño la chica de cabellera negra.
-Así te verías mucho mejor, y quizá tendrías mas ligue- se burlo la joven que recién había entrado a la sala donde se había dado la persecución de los niños.
-Llegas tarde Hina, Akemi-san y los niños estaban preocupados por ti- regaño la otra joven.
-Tuve asuntos que resolver, fueron de improviso- contesto sentándose en el sillón que había ahí.
-¿Y que te dijeron?- pregunto el chico que respondía al nombre de Takeshi.
-Nada importante, solo me hicieron perder mi valioso tiempo- respondió sencillamente, encogiéndose de hombros y fingiendo molestia.
-Es curioso, por que hace dos horas recibimos una llamada- agrego Kyoko, la muchacha pelicafé.
-¿Y que tiene que ver eso?
-Que era de Natsumi Raimon- dijo burlonamente Kimiko, logrando que Hina frunciera aun mas el ceño, desconfiada.
-Hmp, ¿Me tiene que afectar en algo?- pregunto desinteresadamente.
-Nos conto todo Hina; desde que estas invitada para formar parte de la selección japonesa, hasta el lugar y horario de tus entrenamientos- respondió Takeshi.
-¿Acaso no nos pensabas decir?- dijo Kyoko.
-Hmp, no creí que les interesara, además no es algo importante.
-¿Estas loca?- pregunto alterado el joven- cualquier jugador daría lo que fuera por estar en tu lugar.
-¿Vas a ir?- cuestiono nuevamente Kyoko.
-Tal vez, no estoy muy segura de que sea lo mejor y sobre todo seguro.
-Hina, todos nosotros, incluida Akemi-san estamos apoyándote en esto, y tu debes de intentar volver a hacer tu vida con normalidad, no puedes estar todo el tiempo escondiéndote del mundo- dijo Kimiko con una seriedad que no era común en ella.
-Que les parece si lo consulto con la almohada- respondió molesta de aquel interrogatorio al que estaba siendo sometida.
-Pues piénsalo bien, por que en dado caso que aceptes, tu entrenamiento empieza mañana a las 10 en el Instituto Imperial- informo Takeshi.
-¿Qué? ¿Por qué tan temprano?- pregunto enojada Hina.
-Ja, sabía que dirías eso- se burlo Kimiko de ella, apuntándola con un dedo.
-Kimiko, no te burles, idiota- protesto Hina aventándole un cojín, con tan buena puntería que no fallo.
-Oye, me las pagaras Hina-baka- dijo la joven tratando de alcanzarla para poder golpearla.
-Me largo de aquí, le diré a Akemi-neechan que ya llegue- dijo la de ojos verdes, levantándose del sillón para subir las escaleras. Pero cuando estaba en el tercer escalón una voz masculina la paro:
-Piénsalo bien Hina, es una oportunidad única que no te llega todos los días.
-Además- agrego su hermana, Kyoko- podría ayudarte a cambiar tu vida de manera positiva, sin la necesidad de estar escondiéndote mas, el detective te aseguro que ya no hay nada que temer, tu misma has dicho que estas harta de la situación.
-Hmp, dejen de joder, ya les dije que lo pensaría.
-Buenas noches, Chibi-chan- se despidió Kimiko.
-Buenas noches, trió de bakas- dijo subiendo las escaleras.
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Si llegaste hasta aquí, gracias por hacerlo.
Pero sin duda alguna te agradeceré más si dejas tu opinión sobre esta historia. He leído que a algunos autores les ayudan los comentarios, los inspiran, y a mi me ayudarían, ya que estoy a la mitad del capitulo 2, con un serio problema llamado: "¿A dónde jodidos se fueron mis musas?"
En fin, gracias por leer. :D
