Digimon: Snowball's Dark Blood

Capítulo 1: Nieve de odio

Fue hace mucho tiempo. Antes de que la Tierra fuera creada. Antes de que los humanos aparecieran en la Tierra. El Mundo Digital, que fue creado hace mucho tiempo, gozaba de paz y armonía O eso parecía. Eso parecía, ya que aunque hubiera paz, era superficial, la realidad era distinta…

En Snowball, un pequeño pueblo nevado del Mundo Digital, los Digimon vivían en escuelas en las que aprendían como sobrevivir cuando sean mayores. Vivían todos juntos en una misma casa con montones de habitaciones y comida. Parecía que eran felices. En total había seis escuelas y en cada escuela cabían trescientos Digimon. Los Digimon que educaban eran niños y todavía no habían crecido. Cuando crecían y se volvían adultos, abandonaban la escuela y vivían su propia vida. La mayoría de ciudades y pueblos del mundo en el que habitan los Digimon se organizaban de esta forma. De alguna forma, esos pueblo eran una especie de lugar de educación para esas formas de vida virtuales. Todos parecían seguir las mismas normas y creer lo que les decían, a ciegas. De eso se trataba la educación.

Pero, en la escuela de educación Digimon Kagate, situada en Snowball, había una pequeña Digimon que parecía no creer aquellos que todos creían. Parecía pensar por sí misma. Parecía no creer en aquellas normas. Era diferente. Era Tailmon.

-Pero…yo creo que eso no debería ser así-discutía Tailmon con el jefe de la escuela Kagate, Jijimon.

-Debe ser así-respondía- Así lo eligieron ellos. No se puede hacer nada…

-Pero…

-No hay más que hablar.-respondió- No es nuestra culpa

Los Digimon de la escuela se disponían en fila para salir hacia fuera. Jijimon iba primero y los conducía a todos a la ceremonia. Una vez al mes, unos Digimon oscuros, comandados por uno de los siete grandes demonios, iban a las escuelas del Mundo Digital para castigar a los Digimon con violencia. Era algo que hacía sufrir a los Digimon, pero nadie podía hacer nada porque estaba establecido así. Les hacían creer que era correcto. Esta vez, era el turno de Beelzebumon y su tropa, constituida por cinco filas de veinte Digimon diferentes. Había tres filas de Devidramon y dos de Ogremon. Al parecer, era el ejército oscuro más débil de Beelzebumon. Era la ceremonia suave. También existía la ceremonia fuerte.

Tailmon veía la maldad en los ojos de Beelzebumon, sabía que lo que hacía no era por causas justas, a pesar de que los demás niños Digimon estaban convencidos de que lo hacía por causas justas. Eso se debía a que la escuela les convencía de que tenían que dejarse pegar por las tropas oscuras, por el bien del Mundo Digital. Jijimon y los jefes de las escuelas sabían perfectamente que no era así, pero se veían obligados a engañar a los niños porque las tropas oscuras amenazaban con destruir las escuelas si un Digimon no se dejaba pegar. Nadie sabía las verdaderas intenciones de los siete grandes demonios al hacer esas ceremonias. Pero Tailmon era el único niño Digimon de esa escuela convencido de que no era una causa justa.

-¡Comiencen!-gritó Beelzebumon, disparando con su pistola al cielo y rompiendo un poco el techo de la escuela-

Tras ese grito, los Ogremon comenzaron a pegar con sus mazas a los pobres Digimon niño. Sangraban con cada golpe, gritaban con mucho dolor. Jijimon no podía hacer nada, así que simplemente se agachaba ante ellos y se dejaba pegar por los Devidramon, los cuales le desgarraron la cara con una garra, y derramó sangre hacia el suelo. Los Devidramon también lanzaban rayos demoníacos a través de sus ojos y conseguían herir y asustar a los Digimon niño.

-Así me gusta…-pensaba Beelzebumon, con una sonrisa malévola, escondiendo sus ojos en oscuridad- Consigamos más energía oscura.

El cielo empezó a ennegrecerse. No mataban a los Digimon, simplemente les hacían sufrir. Pero no podían resistir a la tentación de matar alguno, así que uno de los Ogremon mató a un Tokomon de la escuela. Este se convirtió en un Digi Huevo y se lo dio a Beelzebumon, el cual se comió el huevo con mucho gusto. Los pobres Digimon no hacían más que resignarse a ello. Pero Tailmon se lanzó ante Beelzebumon para atacarle.

-¡Maldito!-gritaba, con lágrimas de rabia y impotencia-

-¡No!-Jijimon le detuvo con su bastón.

-Ajá… con que un Digimon rebelde-dijo Beelzebumon, atrayendo a Tailmon con fuerza oscura.

Pero Jijimon golpeó a Tailmon levemente con su bastón para que no fuera absorbido por el comandante oscuro Digimon y le retó a este, amenazándole con su bastón en forma de puño con almohadillas.

-Te dije que debías educarles bien-decía Beelzebumon, apuntando a Jijimon con su pistola- Por esta vez no destruiré la escuela… Sólo por ser tú. ¡Retirada!

Tailmon se sentía impotente de no poder hacer nada ante aquella injusticia, apretaba con fuerza sus puños contra la nieve, bañada de su sangre derramada. Mierda, mierda, mierda, se repetía a sí mismo. Es injusto, pensaba. Todos los Digimon volvieron a dentro de la escuela para volver a las clases, pero Tailmon se quedó en el patio, impotente.

-Vamos, entra-le dijo Jijimon-

Tailmon había visto demasiadas ceremonias como para contarlas. Quería hacer algo contra ello. Todos se dejaban pegar y eso no era algo justo. Pero no sabía qué hacer, así que no tenía más opción que seguir adelante.

Era hora de hacer clases sobre la geografía del Mundo Digital. Tailmon miraba la ventana de la clase, viendo con tristeza como la nieve caía en un mundo de mentiras, un mundo vacío, un mundo de odio. No estaba atento, el mundo era demasiado asqueroso como para permanecer en él. Sus ideas también eran muy diferentes a las de sus compañeros, por eso todos le marginaban. El profesor Digimon le preguntó donde se encuentra la Dark Area en el Mundo Digital.

-No se sabe…realmente no lo podemos saber-dijo Tailmon-

Todos sus compañeros se rieron de él.

-¡¿Qué?!-respondió-

-Según las investigaciones, se encuentra en esta parte del mapa-el profesor señaló una parte del mapa-

-Pero… podría ser mentira... No se puede saber exactamente-respondió la pequeña Digimon-

Sus compañeros de clase se reían.

-¡No eres más que una idiota!-decían.

Estaba acostumbrada a esa clase de cosas. Nadie le hacía caso. Nadie creía en lo que decía. Nadie se daba cuenta de nada de lo que realmente ocurría. Después de que acabaran las clases, se hizo unas preguntas, y tomó una importante decisión.

-¿Quién soy yo? ¿De verdad necesito seguir viviendo?... No entiendo nada-pensaba, mientras se alejaba de la escuela, con una pequeña mochila en su espalda llena de comida- Lo descubriré por mí misma…-sus huellas abandonaban la escuela, mojadas de lágrimas-

Huía del pueblo para descubrir la verdad. No quería seguir perteneciendo a ese mundo de odio, así que se embarcó en una aventura en busca de respuestas. Quería acabar con las injusticias y la manipulación. Abandonó el pueblo y se dirigió a nuevos horizontes.

-Adiós…-pensaba, mirando hacia atrás y corriendo hacia adelante, con un pequeño rayo de esperanza en su corazón-

Jijimon vio que la habitación de Tailmon estaba vacía, todas sus pertenencias y comida habían desaparecido.

-Tailmon…-pensaba-No puede ser…

El viento acompañaba a Tailmon, hacia un nuevo horizonte, para buscar sus respuestas. La nieve desaparecía. El sol volvía a salir…

Y, bueno, ese fue el primer capítulo XD Acepto cualquier tipo de críticas XD Tardaré bastante en subir los siguientes, ya que esto fue como una pequeña introducción XD