Todos los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto.


"Romántico" no era un adjetivo habitual y común para describir su relación.

—Mitsuki dijo que esto no es sano, que merezco algo más y que no debería continuar haciendo esto

En silencio, el hombre sentado a su lado jugueteó con el vaso de café vacio que sostenía en sus manos, doblando los bordes y mirando las pequeñas hojitas estampadas en el cartón.

—¿Entonces le contaste a Mitsuki?

—Tenía que contárselo a alguien, ¿cree que puedo salir con alguien tan guapo como usted y quedarme callada?

La joven morena le regalo una sonrisa picara y ensoñada, decorada con aquellos labios gruesos y perfectos y esos orbes de color ámbar que destellaban bajo sus cejas como un par de brillante pedrería. Con un suave sonrojo, el pelinegro la fulminó con la mirada.

—Pensé que te había pedido que lo mantuvieras en secreto

—Si, bueno, Mitsuki es mi mejor amigo, y como no puedo contárselo a Sarada, por obvias razones…—hizo énfasis en la palabra "obvias" y se cruzó de brazos—…entonces decidí que él sería mi confidente, puede estar seguro, Sasuke sensei, que él no dirá nada.

El colchón de gimnasia sobre el que hallaba reposando rechinó al momento en que Sasuke se dejó caer de espaldas sobre el, suspiró y miró al techo sin expresión. A su alrededor, sobre las repisas, todos los balones, raquetas, cuerdas, obstáculos y redes de voleyball le observaron juzgándolo, como si sobre ellos se dibujaran absurdas caritas enojadas de las que aparecen en las series de anime, incluso el vasito de cartón ya arrugado que finalmente había dejado en el piso parecía recriminarle todo, la bodega de deportes era fría y cruel, y el sol del ocaso aparecía despiadado por la ventana, como un verdugo esperando el veredicto final.

Sin darse cuenta se había convertido en el sujeto de la infantil y despiadada fantasía de una joven colegiala, y como un estúpido inconsciente se había dejado llevar por ella.

Había escuchado un millón de veces aquellas historias de amor prohibidas entre alumnos y profesores, eran como mitos y secretos a voces que corrían por los pasillos de los institutos, cosas que nunca se sabían a ciencia cierta o que solo eran rumores, pero que existían.

Sasuke siempre había sido un hombre de familia, honesto y dedicado a lo suyo, que no cometía errores y que se mantenía al margen de todo, se calificaba a si mismo como alguien inteligente, certero y perfecto, como un hoyo en uno o lo que los jóvenes solían llamar en los videojuegos "head shot". Se creía totalmente incapaz de cometer una estupidez, porque, como había escuchado decir en la tele: solo los estúpidos hacían cosas estúpidas, y eso, era algo que solo le correspondía a su amigo Naruto.

—Yo…creo que le haré caso a Mitsuki, ¿sabe?, tal vez tenga razón, tal vez merezco algo mas, tal vez esto en realidad está mal…y, bueno…también esta Sarada.

—Chouchou…

Se estremeció, como cada chica lo hacía al escuchar su nombre siendo formulado por aquellos labios durante el pase de lista, como ella hacía cada que él le llamaba al pizarrón, o le pedía su libreta, como cada ocasión en que le entregaba un examen reprobado o como todas esas veces en que su nombre sonaba como vaticinio de un próximo beso.

El hombre se enderezó, y ella hizo un intento descomunal por no fijar sus ojos en él, repitiendo las palabras de Mitsuki en su cabeza, tratando de recordarse a si misma la razón por la cual le había dejado aquel papelito en su tarea citándole ahí, en ese momento exacto, a solas, grabando en su corazón que las cosas no podían seguir así y que debía salir de ahí cuanto antes.

Pero no lo hizo.

—Mírame.

Era una orden, y ella obedeció.

Fueron el temblor en sus rodillas y la sangre en su rostro los que le hicieron percatarse de que su causa estaba perdida. Sin anuncio o permiso previo, Sasuke la tomó del mentón y acercó su rostro al suyo hasta que sus labios estuvieron a punto de tocarse, dio un corto vistazo a los ojos cerrados de la chica antes de plantar un corto beso y separarse al instante, dejando a la muchacha con los labios listos y puestos a la espera de más.

—Hmp, muy bien, adiós entonces.

Se puso de pie, se acomodó la corbata y saco y comenzó a avanzar hacia la puerta de la bodega mientras se sacudía las solapas y las mangas del traje gris que portaba.

Chouchou abrió los ojos sorprendida de atraparlo justo a punto de abrir una de las puertas corredizas.

—¡¿Eh?!, ¿Ni siquiera va a alegarme algo o a pelear por mi?

Sasuke se detuvo y la miró por encima del hombro con una mano en el bolsillo, ella seguía cruzada de brazos y con una ceja alzada.

—Acabas de decirme que no deseas seguir con esto y honestamente yo no pienso forzarte a nada.

Sus ojos eran afilados y oscuros, martirizantes, era toda una agonía casi poética el poder sentirlos clavados sobre ella, dirigiéndose sola y exclusivamente hacia su persona, amaba la sensación de sentirle suyo incluso a lo lejos cuando sus miradas se encontraban separadas por un mar de personas sin importancia.

—Esta bien, no terminare con usted solo porque sé que se muere por mí, cielos, no tiene que actuar como si no le importara.

Una media sonrisa se dibujo en los labios de Sasuke, se metió la otra mano en el bolsillo y regresó a los viejos colchones de gimnasia donde hacía un momento se hallaba, se dejó caer de espaldas de nuevo, esta vez fijando su atención en las partículas de polvo que eran iluminadas por los rayos del sol. No pasó mucho tiempo antes de que sintiera a la castaña apoyar la cabeza sobre su pecho, sacó una mano de su bolsillo y con un incomodo movimiento pudo acomodarse para abrazarla.

—Sabes que esto puede terminar el día que tú quieras, hablo enserio cuando digo que no te voy a obligar a continuar.

—Y yo hablo en serio cuando le digo que sé que se muere por mi, lo he visto mirarme la falda en los pasillos.

—Eso es imposible…

—No lo es, lo he visto, pff, ¿usted cree que yo no sé lo sensual que soy?

—No es eso…digo que es imposible porque nunca lo hago en los pasillos, solo cuando sales del salón.

La Akimichi levantó la cabeza para mirar a Sasuke sin moverse de su lugar, se sonrojó y luego tomó una gran bocanada de aire intentando calmar su acelerado corazón.

En medio del silencio, los dos amantes tratan de ignorar lo que ambos saben, que ella lo desea intensamente, y que es eso lo que justamente siente él.

Un nuevo suspiro se hace presente, esta vez al sentir los dedos del Uchiha deslizarse por la suave piel de la joven, bajan desde sus hombros hasta sus brazos, donde la blusa escolar no les separa y le permite apreciar lo tersa que es.

El anhelo crece dentro de ella al tiempo que el inseguro profesor traga saliva sin saber que decir para llenar el hueco que sus voces dejaron.

Las caricias fueron interrumpidas por un repentino movimiento de parte de la chica, quien se enderezó para después inclinarse por encima del pecho de su sensei, apoyando una mano justo a lado de su cabeza. Sasuke cogió uno de sus mechones de cabello castaño y lo colocó detrás de su oreja, acariciando su mejilla en el acto y consiguiendo una respuesta final a sus acciones: la mano de Chouchou sobre la suya y una inclinación que culminaba en un beso.

—Tal vez si se tomara el tiempo de hablar con ella, o de salir a comer con ella o algo así…

Irritado por el constante crujido y el ruido metálico de la bolsa de papas aceleró el paso con aquella mujercita de actitud irreverente pisándole los talones. Le había estado siguiendo desde que saliera de la sala de maestros por cada pasillo, aula y corredor de la escuela, hasta que al final del corredor en el que se encontraba finalmente alcanzó a ver la puerta que conducía al estacionamiento, suspiro de alivio añorando la soledad en su auto, el zumbido del aire acondicionado y el estrepitoso ruido del motor, aquel que le recordaba a un viejo con enfisema pulmonar. Ignoró el parloteo de Chouchou y se apresuró a atravesar la salida, aún con ella detrás de él, avanzó hasta su auto y con las manos temblorosas de enojo hizo el esfuerzo de insertar la llave en la cerradura, sin éxito.

—Entiendo que sea un mal conversador, pero solo debe mirarla a los ojos y escuchar todo lo que tiene que contarle, no es tan difícil si lo piensa bien —Tomó un puñado de papas y se las llevo a la boca.

Aquel ultimo crujido hizo que se le cayeran las llaves, su portafolio y todo lo demás.

—¡Maldición!—Se estampó una mano en la cara estrujando su propio rostro hacia abajo, desesperado—¿Qué es lo que quieres?

La morena arqueo las cejas mientras terminaba de masticar, Sasuke tomó aire y se agachó para recoger las llaves y sus cosas, recuperando la paciencia y temple perdido de hace un momento.

—No ha escuchado nada de lo que le estuve diciendo todo este tiempo, ¿verdad?

—No, Chouchou, no he escuchado nada, no tengo idea de que es lo que quieras pero me harías un favor enorme al irte a tu casa y dejarme en paz—Se puso de pie y la miró desde la puerta del conductor, al otro lado del auto, junto al espejo retrovisor.

La chica se tomó unos segundos para guardar la bolsa de papas fritas a medio comer dentro de su mochila, se limpio los dedos despreocupadamente con los bordes de la falda y solo entonces pudo continuar con una mano en la cadera.

—¡Hablo de Sarada!, todo este tiempo le he hablado de ella, usted es un muy mal padre, ¿lo sabía?

—¿Qué tiene que ver ella?

—La hizo llorar de nuevo, usted habla más con ella en clase que en su casa y eso es solo porque ella levanta la mano para participar, ¿no se da cuenta?

—…Sarada…

—Finalmente tengo su atención, ¡gracias!, estuve esperándolo todo este rato para poder hablar con usted

—¿Te dijo algo?, ¿Ella te contó algo?

—Claro que me dijo algo, soy su mejor amiga, ¿lo ve?, Ni siquiera sabe con qué personas se junta su hija—Se cruzó de brazos indignada.

—Esta bien, esta bien, tienes mi atención…hmp, ¿Qué te dijo?

—Usted sabe cómo es ella, nunca quiere contarme todo claramente, pero se que fue su culpa, no se que problemas tenga en su casa, pero siempre la hace preocuparse y la pone triste, por eso vine a hablar con usted.

—¿Entonces no sabes que fue lo que hice?

—No, pero estoy segura de fue algo que usted hizo, sensei…

El Uchiha suspiró derrotado, lo admitía, era el peor padre de la historia, no solo era un amargado antisocial, también era totalmente incapaz de establecer una charla común con aquella pequeña personita que compartía sus mismos genes, era incapaz de entenderla y eso le frustraba. Las cosas habían comenzado a ir mal un año antes de que comenzara la preparatoria. "Son las hormonas, está creciendo y es normal que existan disturbios en su relación padre-hija en la edad adolescente", le había regalado una mirada sangrienta a Sai en cuanto se hubo atrevido a abrir la boca para aconsejarle, metiéndose en su plática de copas con Naruto.

Negó con la cabeza, odiaba admitirlo, pero Sai tenía razón, las mujeres son, de hecho, un fastidio como adolescentes, no era que odiara a su hija, era que simplemente a veces no la soportaba; el hecho de verla por la casa merodeando sin soltar el teléfono, con la música a todo volumen y su cuarto hecho un desastre, gastando una semana de su salario en maquillaje y ropa para poder impresionar al vago estúpido de Boruto, quien, justo como Sarada, no hacía mas que darle problemas a su padre, era precisamente la causa por la que a veces prefería pasar el tiempo que le fuera posible lejos de su hija y de casa, lejos de sus quejas y dramas de adolescente que…

Se detuvo justo al abrir la puerta del auto percatándose de que Chouchou no se había movido ni un solo centímetro de su lugar desde que se quedara absorto en sus pensamientos. La morena parecía estarle esperando mascando chicle y haciendo burbujas con el de manera esporádica.

—¿Y bien? —dijo hastiado entrecerrando los ojos

—¿Qué?

—Ya hablaste conmigo, ya te puedes ir

—De hecho, quería pedirle que me diera un aventón a casa, ¿sabe? Perdí el autobús por estarlo esperando

—Entonces no lo hubieras hecho

—Es su culpa por salir tan tarde, de hecho, si no saliera tan tarde tal vez podría pasar mas tiempo con Sarada.

Torció los ojos y lanzó su portafolio en el asiento trasero.

—No es mi responsabilidad, llama a tus padres

—Mamá y Papa trabajan hasta tarde—Se encogió de hombros

Respiró hondo y profundo. Contó hasta diez.

—No quiero boronas en el asiento—Subió al auto y cerró la puerta de golpe.

Los ojos de la morena se iluminaron como un par de estrellas. Subir al auto de Sasuke Uchiha no significaba únicamente subir al auto de un profesor, no, para todas las jóvenes de la escuela (excepto para Sarada, quizá) significaba subir al auto del hombre más guapo y sensual de la escuela, la ensoñación de cada alumna, la envidia de cada muchachito, aquella fantasía que flotaba en el aire durante sus clases, al escucharle hablar durante cada lección.

Sin dudarlo tomó la manija y haló de ella, se quitó la mochila y se acomodó en el asiento del copiloto poniendo todos sus libros sobre su regazo. Con una expresión de aburrimiento, Sasuke encendió el motor.

La primera mitad del camino transcurrió lento y callado, incomodo, respetando siempre la regla de Sasuke de "no tocar la radio jamás". No había música, ni conversación, tan solo el ruido del aire acondicionado y la sensación del aire golpeándole la cara.

Y entonces, comenzó la conversación que cambió todo para siempre.

—Oiga, Sensei, ¿Por qué decidió convertirse en profesor?

—La célula es la unidad morfológica funcional de todo ser vivo, es el elemento de menor tamaño que puede considerarse vivo, existen dos tipos de células fundamentales: procariotas y eucariotas…

Con libro y gis en mano, el Uchiha se dedicaba a hacer apuntes en el pizarrón, escribiendo veloz al tiempo que leía y explicaba cada cosa que era mencionada por él. A sus espaldas, la clase entera permanecía cada quien en su propio y privado silencio.

Tomando apuntes, dibujando, observando por la ventana.

En una esquina, Boruto le sonreía a la atractiva hija del profesor, Sarada, y esta, con un suave rubor sobre las mejillas le devolvía el gesto.

Una pregunta fue formulada sin voz, la pelinegra pudo leer los labios del chico: "¿Te veo después de clase?". Ella asintió.

Un silencio sangriento les hizo girar la cabeza al frente, percatándose de cómo hacía varios segundos Sasuke había dejado de hablar y se mantenía cruzado de brazos a un metro delante de ella. Con una mirada desaprobatoria y molesta.

El Uzumaki tragó saliva, y Sarada lo miró, añorando que de pronto, por fin, su padre le prestara algo de atención, incluso aunque fuera en forma de regaño.

La clase entera sudo frio al darse cuenta de lo que sucedía, del verdadero problema en que se había metido aquella que había osado burlarse y tomar tan a la ligera la clase de biología impartida por el terrible Sasuke Uchiha.

Inojin rompió el lápiz en su mano y Shikadai negó con la cabeza pensando que ese podría haber sido él.

Pronto, una vena se dibujó en la sien de Sasuke y sus ojos parecieron encenderse en llamas, Sarada pudo ver a su lado la verdadera razón de enojo y atención de su padre.

Era Chouchou, con la cabeza recostada sobre el pupitre y un brazo que le cubría el rostro dormido.

Mitsuki, a su lado, se apresuró a estirar el brazo para darle un par de empujones que terminaron por despertarla.

La joven se enderezó con gesto adormilado y con un hilillo de baba escurriendo por la comisura de sus labios.

Tan pronto lo vió frente a ella se apresuró a limpiarse con el dorso de la mano y a sentarse con una postura que muchos describirían como la mas perfecta que hubiesen visto en su vida.

La temperatura pareció elevarse en el aula hasta el punto de ebullición, los segundos pronto comenzaron a pasar cada vez más lento, como si cada instante de aquella mirada rencorosa y furibunda contase como penitencia.

Sarada y otros dos chicos mas fueron testigos de cómo el profesor pulverizaba el gis en su mano, pareciendo a punto de estallar.

Y sin embargo, Sasuke dio media vuelta y fue de nuevo al pizarrón, donde continuó con su lectura.

"Es que eres la única que no se ha dado cuenta, Sasuke sensei tiene una alumna favorita en clase y claramente no eres tu, Sarada"

"Ni siquiera sé como soportas ser su amiga, se pasea por ahí creyéndose la gran cosa, escuché que reprobó su examen de ciencias y el sensei la paso aun así"

"Un amigo me dijo a mi que su hermana le contó que ella le paga por que la apruebe"

"¿Con que le paga?, ¿con comida grasienta?, ¿con papas fritas?"

"No…yo escuché que ella hace algo en especial…ustedes saben…"

"¿De que estás hablando Nanako?"

"Ustedes saben, ella hace esas cosas que a los hombres les gustan"

"¡Nanako!, aquí esta Sarada, no digas esas cosas"

"Lo siento, Sarada, pero de alguien te tenías que enterar"

—¿Sarada?, ¿Qué haces aquí tan tarde?—Una voz suave irrumpió aquellas risas maniacas y malévolas de sus compañeras de clase que rondaban en su cabeza.

Se estremeció y se apresuró a quitarse los lentes y limpiarse las lágrimas de los ojos y mejillas con las muñecas, dejándose el rostro húmedo y salado, luego procedió a desempañar los cristales de sus gafas usando el borde de su blusa.

—Hola, Mitsuki

Mitsuki le sonrió y se sentó a su lado en la banqueta con aquella calma que tanto le caracterizaba. La alegría se le fue del rostro al descubrir la nariz y ojos enrojecidos e hinchados de su compañera, quien parecía una muñeca de trapo triste y abandonada a un lado de la autopista frente a la escuela.

— ¿Esta todo bien?

— ¿Tu también lo has escuchado, cierto?

— ¿El qué?

—Nanako, Megumi y Kanami dijeron que mi padre esta saliendo con Chouchou, que esa es la razón por la que él no la reprueba o castiga.

—Sarada, ellas están locas, no hacen más que inventar chismes de las personas, ya sabes cómo se ponen las chicas malas como ellas, la semana pasada inventaron que el padre de Inojin era travesti, y eso sin mencionar todo lo que han inventado del padre de Boruto—Miro a su alrededor confundido—Por cierto, ¿Dónde está Chouchou?.

—Le dije que fuera a casa sola…no quiero verla, ni hablar con ella, ni escucharla, no después de lo que me dijeron.

Dubitativo, se remojó los labios y respiró hondo antes comenzar a mentirle a su amiga, antes de decirle lo que ella deseaba escuchar en lugar de la verdad, porque sabía que si hablaba honestamente, nada bueno saldría de ello. Significaría traicionar a la Akimichi, y él estaba decidido a no hacerlo jamás.

Tomó a la pelinegra poniendo ambas manos en sus mejillas y le hizo mirarle a los ojos, y con mucha seriedad pronunció:

—Todo es mentira, ¿Ok?, Ellas solo quieren molestarlas a ustedes, separarlas, y hacer quedar mal a tu padre, así que escúchame bien, nunca creas nada de lo que ellas te digan, Sarada.

La chica asintió confundida antes de abrazar a Mitsuki efusivamente.

Palmeó su espalda y sintió una terrible presión en el pecho, una sensación destructiva y arrasadora que le gritaba que la mentira que acababa de soltar no iba dirigida a la Uchiha, sino a sí mismo, en un intento ridículo por hacerse creer que las cosas no eran como en realidad eran. Que Chouchou no salía con el padre de Sarada, y que él mismo tenía una oportunidad con la morena.

Un auto negro se detuvo al otro lado de la acera, fue cuestión de segundos antes de que las luces rojas traseras se apagaran. Mitsuki soltó a Sarada en cuanto vió aquella cabellera azabache asomarse justo al abrir la puerta del conductor.

Sarada volvió a secarse las lagrimas, le dedicó una corta sonrisa a Mitsuki y un "Gracias" en forma de susurro.

Sasuke abrió la puerta del copiloto al tiempo que su hija tomaba sus cosas y se ponía de pie, el peliblanco la imitó mientras la veía avanzar hasta el auto y cerrar la puerta después de subirse.

—Te llamas Mitsuki, ¿verdad?

Fuera de la vista de su compañera, el chico le permitió a su rostro mostrar lo que en verdad sentía: desprecio, enojo, frustración, apretó los puños aguantando las ganas de lanzarse sobre su sensei y romperle la cara.

—¿Necesitas que te lleven a casa?

—Estoy bien.

El hombre se encogió de hombros y dio media vuelta para volver a su coche, donde su hija ya lo esperaba.

—Déjela en paz.

Se detuvo en seco.

—Deje a Chouchou en paz, ya se divirtió, ya tuvo lo que quería, ahora déjela —Esta vez habló más fuerte y claro.

Una muy leve inclinación de la cabeza le advirtió que Sasuke le escuchaba y miraba por encima del hombro.

—No sé de qué estás hablando.

—Solo deténgase, ya hay rumores sobre ustedes y no pasará mucho tiempo antes de que todos en la escuela se den cuenta, y puede estar seguro de que nadie saldrá bien parado de esto, ni usted, ni ella, ni su familia, ¡Así que basta!

—Mitsuki…

—¿Que?

—Salúdame a tu papá.

Y eso fue todo. Sasuke subió al auto y arrancó, dejando al chico boquiabierto y con la boca a punto de llenársele de espuma.

—Vamos a dejar una cosa en claro, esto no va a continuar si tus calificaciones siguen igual de bajas, estas peor que Naruto.

—¿El director?, pero si él se graduó con honores.

—Eso es una mentira que él le dice a sus estudiantes para que se porten bien, así que no se lo digas a nadie…ni a Mitsuki.

—Si, si…lo que sea, no tiene que ponerse asi de pesado.

Irritado y con cara de pocos amigos, como siempre, el Uchiha se cruzó de brazos y se recargó en el escritorio que estaba justo enfrente del pupitre donde se encontraba la Akimichi. La escuela se había vaciado desde hacía un par de horas, y era solo justo en ese instante, en el ocaso, que podían hablar con libertad.

—Ahora dime, ¿Qué es esto? —le entregó una hoja de papel, que ella tomó sin comprender.

—¿Un examen?

—Así es, continua.

—¿Con mi nombre?

El profesor asintió.

—Lleno de tachas…

—Y ningún acierto, ¿verdad? —Masculló furioso

—Si, pero ¿qué importa?, usted me pondrá diez, ¿verdad? —le regaló una de sus sonrisas picaras e inocentes a la vez al tiempo que se inclinaba sobre su asiento.

La cara se le coloreó de rojo al hombre antes de arrebatarle el examen y darse media vuelta, comenzó a recoger sus cosas dispuesto a marcharse.

—No, ya no voy a ponerte mas calificaciones injustificadas, ya no voy a pasarte por alto todas tus ocurrencias en clase, y definitivamente, no voy a tolerar que te duermas mientras hablo, esto se acabó, Chouchou.

—¡¿Está terminándome?! —Se levantó de su lugar sorprendida.

Sasuke dio media vuelta con su portafolio y saco en mano.

—No, estoy dándote un ultimátum, no puedo seguir cubriéndote la espalda, ya hay rumores sobre…

—Mitsuki se lo dijo, ¿Verdad?.

La chica volvió a dejarse caer sobre su asiento, se froto la cara y suspiró. Derrotado, Sasuke dejó sus cosas sobre el escritorio y se inclinó sobre la mesita del pupitre, la tomó de la mejilla y apoyó su frente con la de ella.

—Realmente no disfruto nada regañarte, pero tampoco puedo seguir ignorando lo que haces…

—Lo siento…

—Además te duermes en mis clases.

—Es que son aburridas.

—Lo sé, pero prométeme que al menos lo intentarás…o no tendré piedad contigo.

—¿Lo dice en doble sentido o se refiere a las calificaciones?

—Es una platica seria.

—Esta bien, lo siento.

La besó suavemente en los labios, saboreando cada segmento de piel que los conformaban, eran salados y suaves, la cercanía le permitía percibir aquel aroma a lavanda que a menudo le acompañaba, si no es que era a jazmin, a hierbas, o a ese perfume floral que él mismo le había obsequiado. En silencio, compartieron besos, caricias, mordidas y miradas cortas. Terminaron el beso por aquella sensación inquietante de que hubiese alguien restante en la escuela. Sasuke tomó sus cosas del escritorio y se apresuró a la salida mientras Chouchou apenas había tomado su mochila.

Se detuvo sin mirarla justo al tomar la manija de la puerta.

—Por cierto, me refería a ambas cosas—Y luego salió.

Se acomodó la corbata justo al cerrarse la puerta tras de sí.

Una sonrisa quedó grabada en sus labios como una inscripción o epígrafe de que el hombre que tanto añoraba había estado ahí.


Primero que nada me gustaría mencionar que "Dont stand so close to me" es el titulo de una canción de la banda "The police" que me inspiró a hacer este fic.

La idea vino de una discusión loca con mi amiga Bionica xDD recien había visto unas imagenes de Himawari con Gaara y como muchos los shippeaban, y le decía que me parecía extraño, y que pronto iban a comenzar a aparecer toda clase de parejas crack, e hicimos mención de muchas hasta que se me ocurrió "SasuChou" ._.
Si bien ninguno de los dos tuvo mucha interacción en el gaiden, me pareció un reto emparejarlos en alguna clase de situación posible. Este fic estuvo en planes desde hace un buen tiempo, desde el año pasado, pero fue la misma canción que menciono al inicio la que me dio la idea de como hacerlo (o siquiera empezarlo).

Así que espero haber logrado lo que me propuse, ¿habrá un siguiente capitulo?, si, ¿cuando?, no lo se, ni siquiera sé si les agrade la idea de verlos a ellos dos juntos pero ya que todos estamos inventando parejas crack, ¿porque no? xD

porcierto, la idea era hacer un fic de un solo capitulo pero creo que me extendí demasiado sin siquiera pensar en un posible final para la historia._.

ESPERO LES GUSTE (porfavor, diganme si los personajes les parecen OC o IC:ccc)